Confesión
El tacto fue suave, efímero y tan repentino que por un momento su cerebro pareció chamuscarse y aseguraría que ya estaba muerto y lo que pasaba en ese momento era sólo un delirio producto de su mente antes de irse al cielo...
Luego de sentir como Haru le rodeaba el cuello con los brazos y se aferraba a él con intenciones de continuar el beso, su cerebro se recompuso y lo puso al tanto de que, a pesar de que parecía cosa de fantasía, lo que veía y sentía era totalmente real.
Haru lo estaba besando.
Lo estaba besando antes que él tuviera una sola posibilidad de hacerlo antes.
Y, diablos, se sentía increíble, todo iba más allá de sus sueños (y vaya que tenía casi una galería de sueños con esta temática), le estaba devorando la boca y él se dejaba hacer, demasiado aturdido para pensar que se encontraban en medio de una multitud, simplemente respondiendo con la misma fuerza con la que el chico lo había atacado.
Las cosas empezaban a volverse cada vez más intensas y el pelinegro parecía ser quien daría el primer paso a una batalla campal entre ambas bocas, sin embargo, siendo mínimamente consciente del lugar en que se encontraban protagonizando el primer beso de ambos, Haruka se separó bruscamente y sin decir ni una palabra jaló el brazo del pelirrojo fuera del lugar.
No sabía hacía donde corría y podría ser que ya estuviera perdido entre tantas calles entrecruzadas, pero por ahora, su prioridad era encontrar cualquier lugar con algo de privacidad, un callejón no le parecía mal y tuvo la suerte de cruzarse con uno al girar en una esquina y casi tropezar con un bote de basura que se encontraba en la entrada del callejón.
-Haru... ¿Qué fue eso?
Rin se veía tan cansado y rojo como él, y aún sostenía su mano con fuerza, como si temiera que saliera corriendo lejos de él. Esa suavidad que tenía la mano de Rin le era reconfortante y sólo notar como el chico aún la aferraba con firmeza hiso que su corazón se acelerara aún más de lo que ya estaba, entre el cansancio de correr y la adrenalina del momento, Haru creía que de un momento a otro podía desmayarse.
¿Había pensado coherentemente al salir corriendo sin rumbo?
Definitivamente no y ahora se daba cuenta de la situación en que lo ponía haber mandado todas sus barreras al carajo y haber hecho aquello que su corazón le mandaba como uno de sus deseos más sinceros y desesperados.
Rin lo esperaba, lo miraba con ese par de zafiros de manera anhelante.
Esperando su salto
Esperando que se deshiciera de sus miedos y emprendieran ese nuevo desafío juntos
-Un beso- explicó lo obvio, sintiendo como el calor se agolpaba en su rostro de improvisto, quería darse de topes, pero no había ningún cristal cerca y la pared no parecía buena opción
-Eso lo sé, pero... ¿Por qué? – replicó el chico que volvía a clavar sus pupilas en el de manera esperanzada
Sabía lo que estaba haciendo, por demás, y se sentía algo egoísta al presionar a Haru de esa manera, pero estaba deseoso, quería escuchar alguna afirmación, una palabra permisiva que le concediera la entrada total a su corazón.
Unas pocas palabras bastaban ...
-Cerezos- habló por fin el chico de los ojos azules, tenía las mejillas coloreadas de rojo, pero la oscuridad y la forma en que ocultaba el rostro no lo hacían muy notorio
Aquellas palabras desconcertaron un poco a Rin, pero por el tono quedo y casi cortado que Haru estaba usando parecía que lo que decía era algo importante
-Alguna vez soñé... contigo declarándote debajo del cerezo de la primaria- explicó Haruka- en el sueño, los cerezos estaban en flor y tú... me sonreías
Haru sabía por qué contaba aquel sueño, lo había tenido justo el día en que se había declarado entre susurros y su mente se había encargado de recrearle un escenario en que no sólo era correspondido, sino que era en un ambiente tan cursi que gritaba "Rin" por todos lados.
-Supongo que el amarte conlleva el terminar siendo un romántico- una pequeña risa se escapó de sus labios- y yo, dioses, sabes a lo que me refiero, el que esté imaginando escenas tan cursis sólo demuestra lo mucho que te amo...desde hace tanto tiempo
Lo había dicho, le había dicho que lo amaba aún con la posibilidad de ser rechazado y la angustia del dolor que aquello le podría causar.
Como si buscara alguna fuerza después de lo dicho, entrelazó sus dedos con los de Rin, acercándolo al ver que el chico no oponía resistencia alguna ante sus acciones, que, por el contrario, lo apretaba con más fuerza y parecía querer largarse a llorar.
- Yo... ¡Yo también te amo, Haru! Mucho más de lo que puedes imaginarte- pronunció con dificultad pues las lágrimas ya corrían por sus mejillas
Al final, quien se había confesado primero había sido Haruka y en vez de sentir la sensación de derrota que Rin creía que lo tocaría, aunque sea un poco, el pelirrojo estaba que estallaba de felicidad y sin poder contenerse más, se lanzó de nuevo a los labios de Haru. El gusto de esos labios lo estaba volviendo loco, era como si el mar estuviera retratado en ese ligero sabor salado que, contradiciendo completamente los sentidos comunes, a Rin le sabían mejor que cualquier dulce que hubiera probado.
Cortaron el beso a falta de aire y Haruka quien tenía aún plasmado en el rostro la incertidumbre, se atrevió a hablar.
- ¿Es en serio...lo que acabas de decir? - no era propio de él dudar tanto, pero tenía la sensación de que todo estaba yendo de manera sencilla y no sabía si alegrarse o espantarse
- ¿¡Me preguntas eso luego de habernos besado DOS veces!? - exclamó Rin con el rostro aún con lágrimas y ahora un brillante color en las orejas
-... ¿La seguridad ante todo? - dijo el pelinegro casi en un susurro, desviando la mirada
Él pelirrojo tenía un buen punto, Rin no era el tipo de chico que juega con los sentimientos y tenia esa dosis romántica que de seguro le dictaba besar sólo al amor de su vida. Con sólo pensar un poco en ello y ante la cara sonrojada que Rin le dirigía pareció ser prueba suficiente para que los instintos de Haruka mandarán a la mier...digo, muy lejos toda esa capa de inseguridad que lo había rodeado desde que se percató de sus sentimientos.
-Entonces, si yo te gusto como tu me gustas...- susurraba Haru como tratando de procesar la información dentro de su cabeza
-Yo te amo, no sólo me gustas- añadió el pelirrojo, alzando las manos entrelazadas de ambos- Mis sentimientos son demasiado fuertes como para dejarlos en un "gustar", nunca olvides eso
Aún más saturado que antes, Haru sentía que su cerebro echaba humo y sólo atinó a asentir con fuerza, no sabía muy bien a que asentía, pero eso logró que Rin sonriera, y aunque normalmente detestaba ver el rostro de Rin con lágrimas, no pudo evitar el pensar que el rostro lloroso, con esa sonrisa y la luz de luna dando casi de lleno sobre él, lo hacían ver preciosos.
Si no lo hacía ahora perdería el mejor momento del mundo para hacerlo, así que tomando una bocanada de aire se decidió a hacerlo...
-Si eso es así... ¿Quieres sal-...
- ¡ESO QUIERO PREGUNTÁRTELO YO A TI!
La voz de Rin lo interrumpió tan de repente que Haruka dio un respingo y retrocedió un paso, pudiendo apreciar por unos segundos cómo es que Rin tenía en sus ojos esa expresión que sólo se podía apreciar cuando se proponía con todas sus fuerzas a ganar en un desafío costase lo que costase, esa expresión se desvaneció haciéndole paso a una expresión de nervios que aún entre las sombras a cualquiera le parecería adorable.
-Perdón- se disculpó, moviendo los brazos frenéticamente a la vez que hablaba entre tartamudeos- e-es que tu te me a-adelantaste y y-yo quería por lo menos ser quien te pid-diera sal-lir
Haru sólo pudo sonreír ante el tiburón competitivo que tenía enfrente y al que amaba como nunca antes se creyó capaz de amar. El chico parecía que estaba decidido, pero aun así permanecía callado, sólo mirándolo y con las orejas aún más rojas que antes.
- ¿Y bien? - preguntó el pelinegro aguantando una risa cuando se percató de Rin sobresaltándose como saliendo de un trance- Estoy esperando
Recompuesto del todo y con un aura totalmente determinada, Rin tomó al ojiazul de los hombros y mirándolo directamente a los ojos, habló:
-Haruka Nanase... ¿Quieres salir conmigo?
-Si- respondió inmediatamente y se disponía a besarlo, pero Rin aún no había terminado
- ¿Aún sabiendo que es imposible no tener problemas de vez en cuando, que posiblemente lloraré o nos enojaremos?
Haruka respondió besándole y dirigiéndole a Rin una sonrisa que el pelirrojo siempre describía como soñadora.
-Aún sabiendo todo eso, aunque no sepa que es lo que sucederá en el futuro, yo...quiero estar contigo
Y guiados por ese deseo...
Sellaron la confesión con un beso.
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Wenas, Dragon aquí, reportándose con este nuevo capítulo que al fin pude publicar :D
Espero les guste, me lo escribí escuchando "Kitto Wasurenai" (básicamente la repetí una y otra vez :v)
Como ya dije, está cosa va para final y por eso estoy tardando más que de costumbre al escribir capítulos, quiero tratar el final de la mejor manera que pueda.
Casi nunca lo digo pero quiero que sepan que amo a cada persona que lee esta cosa, sus votos y comentarios me dan vida xdxd
Sin nada más que agregar...(creo)
Nos vemos luego
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