[ CAPÍTULO ESPECIAL DEDICADO A : MassyBooks77]

* es una especie de AU dentro del AU :v *

[Crossover]

-B-bienvenidos a bordo, el vuelo con destino a Sidney está a punto de despegar-

Un joven pelinegro ataviado con un uniforme aereo lo había recibido al momento de abordar al avión, para decepción de muchos que esperaban ser atendidos por una bella aereomoza.

- Lo que el cerdo quizo decir es : ABROCHENSE LOS CINTURONES SI NO QUIEREN SALIR VOLANDO

Un segundo chico había intervenido gritando con fastidio, causando una reacción inmediata a la mitad de la tripulación, todos se abrocharon los cinturones rapidamente.

Aquél chico tenía unos cabellos rubios y sus ojos verdes contrastaban perfectamente con su cara, a pesar de que todo ese aspecto delicado desencajara totalmente con su comportamiento.

- Nunca me imagine que exisistieran aeromozos- comentó casualmente Rin, en un intento de empezar una charla- espero que no nos vayamos a estrellar

- ¿Ah?- el rostro de Haru se desencajó- deja de bromear

Aunque no quería reconocerlo, la idea de irse de picada al suelo en el avión había sido una pesadilla recurrente en esos últimos días,siempre con el trágico desenlace en que antes de morir le gritaba a Rin que lo amaba.

Suspiró.

No quería que su declaración fuera en esas condiciones, o mejor, ni siquiera quería pensar ni proponerse declarse.

Era algo aterrador.

Haruka, como siempre, parecío sumergirse en el mar de sus pensamientos y apenas notó que tenía las piernas estiradas, sobresaliendo del asiento. Parecia dispuesto a propinarle una zancadilla al (aparentemente) aereomozo que caminaba con el típico carrito de café.

- Creo que esto terminara en...

Se escuchó un golpe seco en el suelo y un quejido de dolor

- ...un accidente- terminó de decir Rin al ver al chico del café tirado (literalmente) a los pies de Haru

- Ah,eh...lo siento- alcanzó a decir Haru en un intento por sonar amable, cosa que no logró pues su voz sonó indiferente más aún porque apenas y sabía pronunciar decentemente el inglés.

-No importa- murmuró el chico con un acento algo extraño mientras se ponía de pie con el delantal manchado de café

Podía no importarle a el pero cierto chico rubio se dirigía hacia ellos con un rostro asesino que claramente clamaba ¡A mi si me importa!

- ¡¡BEKA!! ¿¡Estas bien?!

De una mueca de homicida paso a tener una expresión preocupada.

- Yura... estoy bien-respondió el chico con tono qua parecía querer calmar al otro

Mientras tomaba por los hombros al chico manchado de café el rubio le tocaba el rostro excesivamente como si buscara algún moretón o cortada, y después de mirarlo a los ojos por un lapso de segundos se volteó para encarar a Haruka, quien parecía no notar la aura asesina del chico.

- Fíjate en lo que haces- dijó fríamente Yuri

Otabek sabía perfectamente que Yuri se estaba forzando a sí mismo por no propinarle una patada a aquél ojiazul con gesto indiferente, después de todo Victor le había advertido

"- Ah, por cierto...nada de agredir a mis pasajeros, Yurio"

- Oye, cuidadito en como te diriges a él- le gruñó el pelirrojo, cual perro guardián

Otabek reaccionó  al escuchar la voz del acompañante de aquél pelinegro,
¿En qué momento Yuri y el habín empezado a estrangularse con la mirada?, se distraía solo un momento y esto pasaba.

- ¿Cuidado?, ¿De qué?- escupió amenazadoramente el ruso a la par en que Rin se ponía de pie.

-No quieres averiguarlo... - esta vez el que había hablado era Haru, que veía la escena con una mirada un tanto peculiar, se veía avergonzado.

Todos los pasajeros habían callado de repente y todos observaban a aquellos chicos con la mayor atención posible, unos esperando que alguna pelea se desatara, mientras que otros deseaban tener unas palomitas, pues estaba dándose una situación de película, y además en un avión...

¡Clichés así no ocurrían ni en los fanfics!.

-Tsk, que molesto-

Rin parecía algo afectado por el ambiente que se estaba creando, así que se límito a volver a sentarse, no porque no se le hubiera ocurrido que hacer a continuación, o por que el rubio lo hubiera intimidado (aunque si lo había hecho "un poquito" para que mentir), si no porque cierto chico de ojos azules lo jalaba de la manga, insitandolo a sentarse de nuevo, de la misma forma en que aquella vez lo había retenido en su habitación.

Otabek largó un suspiro de alivio casi imperceptible mientras se levantaba por completo, tratando de limpiar inútilmente el uniforme manchado de café y crema batida. Al menos, no se había suscitado ninguna situación en la que tuviera que intervenir como buen mediador que era, o más bien como el responsable novio que era, le había prometido a Nikolai que Yuri no se me metería en líos mientras desempeñara su trabajo.

- Beka-llamó su atención el rubio- ¿No vas a decir nada?

¿Le estaba reprochando que el no reprochara?

No era del tipo de persona que guardara rencor por una tontería como esa, y en ese preciso instante estaba cansado, tal vez demasiado como para reclamar nada al dúo pelinegro-pelirrojo.

- Disculpenlo- dijo por fin, rodeando con su brazo la cintura de Yuri cariñosamente- parece feroz, pero...

Besó dulcemente la coronilla de un sonrojado rubio.

-... Esta domesticado- completó el ojiazul de cabellos azabache, que todavía sujetaba la manga del pelirrojo.

Otra mirada fulminante de parte del chico más bajo pareció ser ignorada olímpicamente por Haru, que inconscientemente jaló la manga de Rin con demasiado fuerza, haciendo que el chico cayera en su regazo, golpeándose la cabeza y provocando risas al ruso ahí presente.

La cara de Rin estaba más roja que una remolacha, pues, en su caída su rostro se acercó demasiado a la entrepierna del pelinegro, que parecía ignorar la situación en la que se encontraba el chico, y sólo se limitaba a observarlo, reprimiendo las ganas de acariciar esos cabellos rojizos que tanto le hacían recordar el amanecer.

Rin podría haber gritado un
"¿¡Que Diablos haces?!", o quizá un ¿¡Tratas de seducirme ?!.
Pero al final, su boca parecío enmudecerse del todo, y pensó por un momento que Haru lo había jalado a propósito para estar más cerca de él.

- Duerme - le susurró Haruka con una dulzura repentina- Duerme cerca de mí, Rin.

Diablos, esto era un total DejaVú, como si Haru conscientemente estuviera recreando esa ocasión en su cuarto, esa vez en donde Rin no tuvo fuerzas suficientes para alejarse de él.

Claro, que está vez los papeles estaban invertidos de una manera casi bizarra, pero las sensaciones eran de la misma intensidad, ese mismo latir se hizo presente, un calor acogedor que cubría cada parte de los cuerpos de ambos, invitando a todo su ser a dejarse llevar.

Y, entre ese agradable calor que invadía su interior y las caricias que al final Haru no se había resistido a dar, Rin se estaba quedando dormido de a poco, con un solo pensamiento en  mente.

"Ojalá pudiera quedarme así.
Junto a él.
Toda la vida"