Tighnari tiene una vida maravillosa. Está a pocos meses de casarse. El único problema es que la realidad no siempre es tan perfecta como uno lo imagina...

De la forma más inesperada, descubrió que su prometido le era infiel con su terapeuta, Christina Nilou. Y así, a semanas de su boda, todo su mundo se sacudió tan fuerte, que se desplomó como una torre de naipes.

Sintiéndose incapaz de salvar nada de lo que creía verdadero y puro, se refugió en su casa durante un mes y medio. En ese tiempo dejó que sus padres se encargaran de notificarles a todos sus familiares que la boda ya no se realizaría, porque él no se sentía capaz de decirlo en voz alta sin ponerse a llorar en cada llamada.

Logró seguir adelante, porque tenía el apoyo de sus padres y la maravillosa compañía de Kaveh, su mejor amigo. Además, contaba con Alhaitham, otro de sus mejores amigos, que, aunque se encontraba fuera del país en esos días, se suponía que este viajaría de regreso para asistir a su boda. Kaveh le dijo a Alhaitham de la situación y le pidió que fuera discreto, por eso Alhaitham no le comentó nada a Tighnari. Sin embargo, luego de lo sucedido, en la primera videollamada que lograron tener los tres juntos, Alhaitham dijo: —Me ahorré el viaje —con un suspiro.

Y recibió una mirada terrible de parte de Kaveh a través de la pantalla.

—Este ser tan insensible, intenta decir que pudo ser peor. Al menos, recuperaste algunos depósitos y...

—Y tiempo de vida, porque lo mejor es que no estás casado con una basura así. Pudo ser peor. Lo vas a superar y saldrás adelante sin ese idiota hijo de perra.

Incluso Kaveh se sorprendió. —Eso, lo mismo que él dijo... —añadió, impactado.

Tighnari suspiró, estaba cansado de pensar, de recordar y de intentar averiguar qué fue lo que falló ¿qué hizo mal?, aun así, esbozó una sonrisa, aunque seguía siendo triste, se esforzó por hacerlo.

—Lo sé, sé que lo superaré. Pero sigo pensando en todo esto y... me duele mucho.

Kaveh lo abrazó con fuerza y estuvieron así un rato, los tres en silencio.

—Es que no es para menos —dijo Alhaitham un rato después.

Kaveh miró a la pantalla y su mirada demostraba que iba a enloquecer si decía alguna cosa fuera de momento y lugar, a veces lo odiaba porque era muy directo.

—Quizá deberías hacer un viaje, ya al estar en otro ambiente podrás distraerte y pensar en algo diferente. En casa, sigues viendo cosas familiares. —añadió serio.

—¡Es una excelente idea! —se sorprendió Kaveh, otra vez. —Yo puedo organizarte algo genial, te enviaremos a un sitio precioso. —dijo muy emocionado.

—No creo que sea algo necesario. Es decir, aun debo trabajar y.... tengo que cuidar de mi jardín. Y Collei está a punto de salir de vacaciones, le prometí que haríamos...

La mirada de Kaveh fue muy clara: no estaba pidiéndole permiso, él lo haría sí o sí.

—Ni siquiera pienso explicarte por qué esas no son excusas válidas. —dijo Kaveh, con un gesto cansado y lleno de frustración.

—Todo eso puede esperar. Tu sobrina definitivamente lo entenderá más adelante. —concilió Alhaitham, con tono tranquilo y, finalmente, de acuerdo con el rubio.

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—De verdad, Rogers, no estoy jugando aquí ¿Crees que tengo tiempo para eso? No quiero viajar.

—Cyno, por favor. Sé que dije que me encargaría yo mismo de esto, ¡pero no puedo ir!

—Tengo como mil cosas en este momento. Ve tú, ese es tu trabajo.

—¡Va a nacer mi hijo! Y este cliente es importante, no puedo solo decirle que espere o que hagamos una videoconferencia, me va a mandar a la mierda a mí y al acuerdo.

Hubo un silencio al otro lado de la línea. Y luego sonó un suspiro derrotado.

—Bien. Iré yo. Carajo, seguro me voy a arrepentir en algún momento. Pero... Espera ¿Vas a darme parte de las ganancias? ¿Verdad? —levantó una ceja, aunque nadie lo viera.

—Claro que no. Te pagaré toda la estadía en el hotel, cabrón. Sabes qué, también te conviene, así relajas ese culo cuadriculado que tienes.