Capítulo 39
Si alguien antes de viajar en el tiempo me hubiera asegurado que yo estaría en un avión junto con los Beatles, tal vez lo hubiera golpeado por decir tal estupidez. Pero ahí estaba, sentada en el avión que llevaría a The Beatles a América por primera vez.
Cuando el avión empezó a avanzar yo me aferré al asiento, todavía tenía cierto miedo a las turbulencias. Brian parecía acostumbrado y mientras revisaba unos papeles. Las turbulencias eran menores cada vez, aunque no cesaron del todo.
—Bueno... —llamé la atención de Brian— Ya estamos aquí.
—Bien, seré directo, ¿cómo está tu relación con Paul?
—Nos llevamos mejor, nos estamos reconciliando.
—La familia Asher se ha enterado de lo que pasó entre Jane y Paul, han exigido que ambos inicien una relación o harán pública la infidelidad —soltó.
La sangre se me heló, tragué con dificultad tratando de procesar dicha información.
—¿Paul sabe sobre esto? —dije tartamudeando.
—No, la pregunta es ¿realmente vale la pena aferrarnos a su relación?
—Mire señor Epstein, con todo respeto no pienso responder esa pregunta. En primer lugar, yo no quería seguir con esta "relación" con McCartney y usted nos obligó a seguir juntos ante las cámaras, así que, por mí, elijan a Jane, yo me voy en cuanto toquemos tierra Americana.
Me desabroché el cinturón para irme a la parte trasera del avión, Brian me detuvo.
—Está bien, tienes razón, sigan como estaban y haz como si esta plática nunca hubiera pasado —soltó mi brazo y yo caminé directo a la parte trasera del avión.
Mire por la ventana, mientras lágrimas resbalaban por mis mejillas.
—¡¿Desde cuándo mi vida se volvió tan difícil?!
Miles de recuerdos con Paul cruzaron mi mente, como la vez que bailamos y Stu se molestó, nuestros besos prohibidos, las cartas, las caricias, los regalos... Sentí como si miles de navajas perforaran mi pecho al recordar aquellos tiempos, cómo era que todo parecía tan fácil.
—¿(T/N)?
Limpié rápido mis lágrimas y traté de esbozar una sonrisa.
—¿Sí?
Se trataba de John, se sentó junto a mi y me miró preocupado.
—¿Qué pasa? —yo negué—Sabes que puedes hablar conmigo ¿verdad?
—Es Paul —dije en susurro—, la familia de Jane quiere que ella sea la novia de Paul.
—Pero ustedes son novios, no tienes nada que temer.
—Tú más que nadie sabe que eso es mentira, sí, nos hemos llevado mucho mejor últimamente pero no hemos regresado.
—Siempre hay algo que se pueda hacer, estoy seguro que te ama y no permitirá que esto escale a más.
—Por dios, sabemos que no es tan fácil, la prensa se volverá loca si se entera que Paul me ha sido infiel y ni hablar del escandalo que sería para mí.
—No es el fin del mundo —suspiró—. Podrías quedarte en América e ir a Hollywood.
Ambos nos miramos pues sabíamos lo que eso significaría: no vernos en mucho, mucho tiempo.
—Stuart también me sugirió esa idea, sólo digan que me quieren lejos —bromeé.
John tomó mi mano discretamente —Tú sabes que es lo que menos quiero, tenerte lejos, pero me dolerá más verte afectada por las acciones de McCartney.
Nos quedamos platicando un poco más de tiempo hasta que nos acercamos a los demás.
—¡Al fin (T/N) nos hizo el honor de venir! —dijo George ofreciéndome un cigarrillo, el cual tomé.
Me senté en las piernas de Paul como si fuera lo más normal del mundo, pude sentir que se sorprendió pero de igual forma me abrazó por la cintura.
—Bueno, quiero muchas fotos de este viaje —dijo Ringo sacando su cámara—. Nuestra primera visita a América, suena tan bien.
—Estoy muy orgullosa, chicos.
Estuvimos bromeando, riendo y sacando muchas fotos; aunque George se quejó del dolor de su garganta casi todo el vuelo.
—Deberíamos dormir un poco, chicos, este es un vuelo bastante largo.
Bostecé, recargué mi cara en la cabeza de Paul y él empezó a acariciar mi espalda.
—Tomaré la palabra de (T/N), iré a dormir —finalizó Ringo, sentándose unos asientos atrás.
John y George también fueron a otros asientos a dormir, y yo me senté a un lado de Paul para después recargarme en su pecho, él me abrazó por los hombros y pronto nos quedamos dormidos.
Dos horas después me levanté al baño siendo lo mas sigilosa posible. Todos estaban durmiendo, excepto George, quien lucía mal y tenía ojos rojos, ojeras, sudando en frío y cara de dolor.
—George...
Me senté rápidamente junto a él, toqué su cara, estaba hirviendo.
—Necesitas un doctor.
-—No me siento bien —dijo con voz ronca.
—Voy por hielos.
Me acerqué a una de las azafatas, solicitando hielos y toallas. Estuve con George tratando de bajar su fiebre.
—Gracias, (T/N).
—No hables y duérmete —le ordené.
Cerró los ojos y recargó su cabeza en mis piernas, mientras yo seguía poniendo toallas húmedas en su cuello y frente.
(...)
GEORGE'S POV
Me sentía horrible, la cabeza me punzaba y el cuerpo me dolía. ¡Qué día! Nuestra primer visita a tierra de Elvis y yo estaba enfermo. (T/N) se quedó cuidándome, Brian consiguió unas aspirinas y prometió llamar a un Doctor en cuanto llegáramos.
"Abrochen sus cinturones, estamos a 10 minutos de aterrizar en el Aeropuerto J. F. Kennedy."
No sé qué realmente pasó, todo lo veía como un sueño. Observaba la cara de (T/N) en cámara lenta, tal vez eran las pastillas, pero realmente se veía nerviosa y eso, la hacia ver aún más hermosa.
—¡Georgie! ¡Estamos llegando, mira! —dijo (T/N) señalando la ventanilla, sentí felicidad pura, mi sueño se estaba cumpliendo.
Levanté la mirada, Paul miraba por la ventanilla al igual que Ringo, John abrazaba a Brian por los hombros y yo, tenía unas ganas increíbles de gritar al mundo mi felicidad. Tomé la mano de (T/N) y la apreté.
—Que éste sueño no termine —musité con mi voz ronca.
Las turbulencias pasaron, el avión tocó tierra y todos gritamos ¡el sueño se estaba cumpliendo! Tomé la maleta, se abrió la puerta del avión, oí a Paul preguntar si el presidente llegaba después de nosotros porque había muchas personas.
Los gritos llegaron a mis oídos, haciendo retumbar mis sesos, tragué con dificultad para después deslumbrar nuestro alrededor.
Mis piernas temblaron al ver tantas personas ¿esperaban por nosotros? Esa pregunta suena tonta si la razonas ¡claro que esperaban por nosotros!
—Sorpréndeme, América —pensé mientras ponía mi mejor sonrisa.
Ali McCartney.
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