Capítulo 31
Los chicos estarían una semana más dando conciertos, entrevistas, sesiones de fotos y de más en Londres antes de partir a su gira en Europa.
George me había insistido en que conociera a Freda Kelly, una fan que se había convertido en su secretaria y presidenta del Club de Fans de The Beatles, así que acepté esa oportunidad y quedé con ella para vernos en un café.
Los chicos hablaban muy bien de ella y lo entiendo, en sus tiempos de The Cavern se conocieron y pasaron mucho tiempo juntos. Yo no tuve el placer de conocerla porque en esa época yo me alejé de ellos así que no asistí a muchos conciertos en The Cavern.
Saliendo del trabajo me dirigí al café, las cosas en el trabajo habían estado demasiado relajadas porque ya solo íbamos a sesiones fotográficas para la publicidad de la película... No había tenido que ver a Christopher y realmente lo agradecía.
Estacioné el auto que John me había dado a unas cuadras del lugar y caminé el resto antes de adentrarme en aquel café.
Me senté en una mesa al costado de la ventana y a los pocos minutos la puerta se abrió, una chica alegre y muy hermosa iluminó el lugar con su singular energía.
Me mostró una sonrisa muy cálida y yo levanté mi mano saludándola, ella enseguida se acercó.
—Hola, (TN) —se acercó y besó mi mejilla—, disculpa la tardanza, hacía mucho que no venía a Londres.
—Oh, no te preocupes, llegué hace unos segundos también.
—Bueno... pues yo soy Freda, mucho gusto —dijo risueña.
—Mucho gusto Freda, los chicos me han hablado mucho de ti, sobretodo George.
—De ti me ha hablado... Todo el mundo —rió— las admiradoras en sus cartas, mis amigas sobre tu película y los chicos, sobretodo John y Paul.
—¿En serio? Y yo que sentía que no era tan famosa —sonreí apenada—¿cómo cuántas cartas recibes por día en el Club de Fans?
—Unas... ¿800 cartas? Sí, tal vez, las respondo con ayuda de otras chicas.
—Totalmente te creo, hoy en la mañana el buzón estaba atascado de bolsos con cartas, pensé que la dirección era confidencial —me lamenté.
—Estos chicos vuelven locas a muchas chicas, ¿has leído algunas?
—Oh, no, por mi salud mental no les ayudó a los chicos en temas del fandom, yo también soy una fan y se lo dispuestas que están a hacer para estar cerca de ellos.
—Te entiendo... mi perspectiva de fan cambió mucho cuando empecé a trabajar con ellos, hago lo que puedo dándoles respuesta a sus cartas o incluso dándoles algunas cositas que los chicos dejan en la oficina pero es un tema complejo.
Platicamos de temas diversos un rato mientras bebíamos café y merendábamos unas rebanadas de pastel.
Ella era un año menor que yo, teníamos muchas cosas en común y no era secreto que en el 2016 yo la admiraba demasiado.
—¿Qué opinas de la situación de las novias de los chicos?
—Bueno, pues hasta lo que sé desde que George terminó con Melissa no ha tenido novia y en cuanto a Cynthia y Maureen... No hablo mucho con ellas, pero se que todas se cuidan mucho la espalda de las fans y paparazzis.
—Oh sí, a veces van a la oficina, me llevo muy bien con Maureen y pues a Cynthia no la veo mucho porque vive en Liverpool... Lo que me extraña es que tú no vayas a las oficinas, eres demasiado cercana a los chicos.
—Bueno... en realidad no tengo una verdadera razón para ir, ¿Sabes? Al final sólo soy una amiga más y... Los veo mucho en la casa de cualquier modo.
El secreto de mi relación con McCartney me estaba superando, era verdad, me sentía apartada... Ni siquiera había querido hablar con él sobre el festín con la Reina porque temía que las cosas tomaran caminos muy dramáticos.
—Pues ya tienes una razón, puedes ir a visitarme a mí.
Su comentario me hizo dejar de divagar y yo sonreí, ella en verdad era muy amable.
—¿Y qué planes tienes para tu futuro como actriz?
—Pues justo ahora estoy terminando una película, pronto haremos gira en Europa y tal vez en Estados Unidos, estoy muy emocionada la verdad, quiero conocer el otro continente.
—Ohhhh, ¡Cierto! Paul me recomendó tu película y la amé, hace poco también me dijo John de tu nueva película, definitivamente iré a verla al cine.
—Gracias... —estaba un poco sonrojada, la idea de que los chicos genuinamente promocionaran mi trabajo de esa manera me hizo sentir mariposas en mi estómago.
Pagué la cuenta, y salimos del lugar.
—¿En cuántos días te irás? —me preguntó Freda.
—Tal vez en tres semanas, para el estreno de la película.
—Yo vuelvo a Liverpool mañana y no vuelvo hasta dentro de un mes... ¿Quieres ir a conocer las oficinas?
Pedimos un taxi y Freda dió las indicaciones, en cuanto llegamos noté un grupo de fans afuera del lugar, supuse siempre estaban.
Rodeamos el lugar y entrados por una puerta trasera media escondida, Freda saludó a todos al entrar, yo también saludé siendo cordial.
—Hola, (TN) —me saludó George Martín con un beso en la mejilla—. Hace mucho que no te veo, supongo que has de estar súper ocupada.
—Hola, Martin —le sonreí—, sí, ya sabe cómo son las andadas en este medio.
—Ni me lo digas. Los chicos están grabando unos coros, en unos segundos salen, con permiso.
Freda miro su reloj y suspiró con decidía —Detesto mucho su regla de...
—Nada de chicas en el estudio —completé—, pero no te preocupes por ellos, enséñame tu oficina.
Subimos al primer piso y entramos a su pequeña oficina, la cuál estaba realmente repleta de mensajería y decorativos de los Beatles.
—Diablos, esto es una locura.
—Sí, sí... Lamentablemente —se sentó sin ganas en frente de su escritorio y suspiró.
—Vale, te ayudaré a responder algunas para que avances —propusé.
Sus ojos se iluminaron y ambas nos pusimos en marcha.
Yo realmente estaba sorprendida por las cartas tan amorosas que recibían mis chicos, era verdad que algunas eran demasiado creepy pero la mayoría eran de niñas... Muchos poemas, recortes, regalos y peticiones para que fueran a sus ciudades y pueblos.
Encontré un bonche de cartas provinientes de España, todas las cartas estaban en español así que me dediqué a escribirles a todas las que pude una respuesta en su idioma.
Freda me prestó una máquina de escribir y las respondí como si fuera realmente un Beatle, estaba segura que muchas de esas cartas harían feliz a pequeñas fans.
Después de tres horas estábamos muy avanzadas, ya habíamos tomado demasiado té y platicado sobre miles de cosas.
George entró a la oficina con un semblante cansado y sudando hartazgo, aunque en cuanto me vio sonrió y cambió.
—¡(TN)! No sabía que vendrías.
Corrió a abrazarme y yo besé su mejilla.
—Hola, Freda, veo que ya conseguiste a una duende para que te ayude.
—¡Hey, hey! Más respeto —musité fingiendo estar ofendida.
George tomó una hoja que estaba en mi lugar y trató de leerla.
—¿Estás respondiendo cartas en español? No sabía que hablas dos idiomas.
—En realidad hablo tres idiomas —le corregí—: español, inglés y francés.
Abrió los ojos sorprendido —¡WOW! Eso es impresionante, tú siempre tan inteligente.
—Pues ya ves, así soy —le dije pretendiendo ser engreída.
Los tres reímos y en ese momento Paul y John entraron a la habitación, el primero después del otro. George cambió de nuevo su semblante de inmediato.
Algo había pasado, los tres se mostraban tensos y hartos uno del otro.
John se acercó y me saludó besando mi frente, se sentó en mis piernas sin rechistar y fingió leer mis cartas.
Paul miró la escena con inquietante seriedad, yo ni siquiera le sonreí o mostré interés en saludarle, seguía molesta por lo que había pasado.
—¿Por qué estás respondiendo en español a nuestro nombre?
—Es para las fans de España, obviamente.
—Wow... Siempre supuse que las mandarían en inglés, ya sabes, cómo nosotros somos ingleses.
—Oh, Johnny, las cartas son en su mayoría de niñas pequeñas, dudo que lo sepan.
Paul apretó los labios al escuchar ese apodo y abandonó la habitación.
—Agh, hasta que se va la princesa —musitó en sarcasmo John.
George volteó a verlo y rodó los ojos.
—¿No ibas a llamar a Cynthia? ¿O pasarás otra semana sin saludar a tu hijo?
Un silencio incómodo invadió la habitación y yo empujé a John para que se bajara de mi regazo, él se levantó y se acercó de manera agresiva a Harrison, temí que fuera a golpearle pero cuando se acercó sólo rió y sonrió.
—No te metas en mis asuntos, Georgie.
En cuanto Lennon abandonó la habitación yo miré a Harrison con confusión.
—¿Qué diablos fue eso?
—Oh, por dios, no actúes como si no supieras que está pasando.
—Hmm, yo iré por café.
—¿De qué hablas? —pregunté en cuanto Freda abandonó la habitación.
George cerró la puerta y me echó una mirada inquisidora.
—John y Paul han escrito unas canciones sobre ti... —dijo con fastidio sentándose frente a mí— Es obvio que ambos están enamorados de ti.
Yo apreté los labios y negué moviendo cabeza.
—Estás viendo cosas donde no las hay.
—Oh, sí, claro, como yo no convivo con ellos dos todos los días no tengo idea de la bad blood que has creado.
—No estoy engañando a Paul si es lo que realmente estás preguntando.
Él suspiró —(TN)... Sólo piensa en las personas que pueden salir heridas de esto.
—Lo sé, por eso es que yo no estoy haciendo nada.
Recogí y guardé mis cosas rápido.
—Pero tampoco olvides, que para todo, existen varios puntos de vista dependiendo cada experiencia.
Me levanté y salí de ahí, Freda estaba en el pasillo así que me despedí de ella y me fui.
—(TN)... —Paul me interceptó al salir—¿Te llevo a casa?
—No.
—Por favor... Necesitamos hablar.
Acepté y subimos rápido a su coche, él se puso unos lentes oscuros y yo una mascada en la cabeza para evitar ser reconocidos. Fuimos a un lugar un poco apartado de Londres y ahí estacionó el auto.
—Lo siento tanto, (TN), no sé por qué no... No me acordé de...
—No, no me vengas con eso, McCartney —dije con dolor—, se que esa noche estuvo Jane en el lugar, y... Quisiera, de verdad, no sentirme insegura pero tengo mis razones y tú las sabías.
—Oh, déjame adivinar ¿Fue John el que te dijo? —preguntó con burla— Por supuesto que fue él, porque es obvio que está aferrado, por alguna razón, a que tú y yo terminemos.
—¿Y qué si fue él? ¿Por qué tendrías que ocultarme la presencia de Asher?
—Porque si te hubiera dicho hubieras pensado que lo hice a propósito ¡Y no! De verdad que se me olvidó.
—Yo... Yo no te creo, Paul.
Nos quedamos en silencio, él prendió un cigarrillo con amargura y yo limpié las lágrimas que llenaron mis ojos.
—No sé qué hacer para que me creas... Hay muchos testigos de lo que pasó esa noche y llegué junto a Ringo, no me fui a otro lado... Pero el hecho de que desconfíes de mí me causa problema.
—No hagas cosas buenas que parezcan malas —musité.
—No fue mi intención.
—Okay.
—¿Sí aceptarás mi disculpa?
—Sí, Paul, pero también quiero que algunas cosas cambien entre nosotros... Quiero que hagamos pública nuestra relación.
—¡Claro! No tengo problema con eso... Sólo dame unas semanas para hablarlo con Brian.
—No te daré un tiempo definido, solo... Espero que sea pronto.
—Amor, claro que sí, es algo que yo también quiero —agarró mi mano y la besó.
Yo sonreí levemente, me acerqué y besé su mejilla.
—Vamos a casa por favor.
—Lo que mi princesa mande.
Encendió el auto y nos fuimos.
Ali McCartney.
Bueno les quiero recomendar el documental de Freda Kelly "Good Ol' Freda".
Y además, chic@s mexican@s, ¡Freda Kelly y May Pang vendrán a México!
Espero que pueda conocerla al igual que ustedes :')
Saludos chic@s ♥
~~~~
Las notas son usualmente de cuando publiqué originalmente los capítulos c:
Como dato.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro