Capítulo 3
NARRA (TN)
La tía de John fue muy amable conmigo, me mostró la habitación donde me quedaría, era pequeña pero todo ahí era color lila y eso la hacia muy acogedora.
—Está un poco desordenado pero mañana tendrás tiempo de arreglarla a tu gusto.
Mimi mientras me entregó cobijas, una pijama, que suponía era de ella, y algo de ropa.
—Sí, muchas gracias por dejarme pasar aquí la noche, en serio gracias.
—¿Cuántos años tienes, (TN)?
—Tengo 17, los cumplí apenas en octubre.
—Oh, cumples en el mismo mes que John —me miró con una sonrisa tímida—. Es hora de que descanses, tuviste un día agotador.
—Muchas gracias, señora Smith.
—Sólo dime Mimi.
Dijo antes de salir de la habitación, apenas me dejó sola me cambié y me metí a la cama, todo era muy silencioso, no estaba acostumbrada pues en la ciudad todo siempre era un caos.
No tenía sueño, extrañaba mucho mi teléfono y ahora tenía muchísimo tiempo libre que podría haber ocupado leyendo algún fanfic pero ¿quién necesitaba los fanfics cuando estabas viviendo en vida propia el inicio de la beatlemanía?
Me levanté para mirar por la ventana por un momento cuando me dieron ganas de ir al baño, en silencio salí de la habitación y miré el reloj del pasillo, apenas eran las 20:00 hrs.
No había preguntado dónde estaba el baño así que abrí la primera puerta que encontré. Me quedé parada sin poder moverme en cuanto me di cuenta quién estaba ahí, ¡era el mismísimo Paul McCartney!
—¿(TN)? ¿Qué haces despierta? —John preguntó al verme.
—No encontré el baño... no quise interrumpir, lo lamento.
Paul levantó la mirada de la guitarra y me miró, sentí mi corazón acelerarse y mis manos sudar. No era un secreto que mi Beatle favorito es McCartney, no solamente por su talento musical sino también por su belleza innata.
—John, ¿No me vas a presentar a tu...?
—Ah, sí, hmm, es mi prima —inventó Lennon—, se llama (TN).
El pelinegro se levantó y me ofreció su mano, la cual yo tomé sin dejar de mirarlo a los ojos
—Mucho gusto, (TN) —se presentó Paul— soy Paul McCartney, amigo de John.
—Hola, mucho gusto.
Di un respingo cuando McCartney acercó mi mano a su boca y depositó un casto beso en ella, me sentía soñada.
—Okay, okay, demasiado coqueteo frente a mis ojos —interrumpió John.
—Oh, vamos, no es para tanto —McCartney volvió a mirarme—. Espero volver a verte.
Me despedí con una sonrisa tímida y regresé a la habitación, las ganas de hacer pipí ya se habían esfumado. Apenas cerré la puerta reprimí un grito, todo esto parecía un buen sueño... Pedí que durara para siempre porque estaba siendo, por primer vez, la mujer más feliz del mundo.
«♡»
Desperté con una sonrisa adornando mi carita, me vestí con la ropa que me habían prestado y bajé a ayudar con el desayuno, al parecer era muy temprano pues la casa seguía en silencio.
Revisé la despensa y con lo que había decidí empezar a preparar el desayuno, hice unos pancakes de plátano y avena.
—Mm ¿qué huele tan rico?
Mimi entró a la cocina y se acercó a ver lo que preparaba, ya estaba por terminar.
—Quise preparar el desayuno como agradecimiento, espero no le moleste —empecé a poner la mesa y ella me ayudó.
—Es muy considerado de tu parte, muchas gracias (TN).
Iniciamos a desayunar juntas y después de unos minutos John bajó y se unió a nosotras.
Después de que John se fuera a la escuela, Mimi y yo fuimos a la estación de policía, revisamos juntas los reportes de personas desaparecidas.
Yo sabía que no habría ninguno con mi nombre y mi foto, yo había viajado en el tiempo pero no podía decirle a nadie, seguramente si lo decía terminaría en un psiquiátrico con una camisa de fuerza.
—Lo siento, señora Smith, pero no hay ningún reporte con el nombre de (TN) (TA) —dijo el encargado—, como es menor de edad puede dejarla aquí, servicios sociales se hará cargo de ella.
Abrí los ojos en pánico, definitivamente no podía irme a un orfanato, seguramente terminaría desnutrida y maltratada. Supongo que Mimi pensó lo mismo porque se quedó viéndome por unos segundos.
—¿Sabe qué? Todo esto fue una confusión, error mío —acomodó la bolsa en su hombro—, no lo molesto más, buena tarde.
Mimi tomó mi brazo y salimos juntas de ahí.
—No voy a permitir que te quedes en un orfanato —me miró seriamente—, te dejaré quedarte conmigo y John pero debes prometer que serás una señorita ejemplar.
—Oh, ah, hmm —titubeé asintiendo rápidamente— ¡Claro! ¡Claro! Lo prometo.
Ella sonrió y asintió satisfecha, me dijo que tendría que ir a la escuela así que ese mismo día me inscribió al Liverpool Institute High School for Girls, me mostró el camino de regreso y me dijo que tendría que volver sola después de la jornada.
Regresamos a la casa y bebimos un poco de té, escuchamos música clásica y la señora Smith me explicó los deberes que debía hacer en la casa, no me parecía nada del otro mundo.
Le hablé un poco sobre mis intereses, que eran leer, escuchar música y tocar el violín y el piano, ella estuvo muy complacida al respecto y me felicitó por ello, eso me hizo sentir especial.
Estaba arreglando la habitación cuando tocaron la puerta, Mimi me pidió ir a abrir y así lo hice.
—Hey, (TN), sigues aquí —dijo John mientras entraba a la casa, al parecer había olvidado sus llaves.
Le sonreí y me disponía a contarle todo lo sucedido cuando vi que no venía solo, a su lado estaba Paul y George Harrison.
—Oh, hola, hmm, sí, sigo aquí —Me hice a un lado para que entrarán.
—Hola, linda, ¿Cómo estás? —preguntó Paul antes de besar mi mejilla.
—Estoy bien, gracias.
—Por cierto (TN), él es George Harrison está también en mi banda —dijo John presentándolo.
—Mucho gusto George —le estreché la mano.
—El gusto es mío, (TN).
Después de que ellos se encerraran en la habitación de Lennon no los vi en dos horas más hasta que subí a ofrecerles algunos snacks.
Toqué la puerta y al escuchar un "pase", entré.
—Aquí les dejo comida, estoy segura que tienen hambre —las puse sobre la cama de John.
—Gracias, (TN) —agradeció George, yo solo le sonreí.
—¿Quieres quedarte (TN)? —preguntó Paul.
—¡Sí! —le respondí emocionada y seguido me senté junto a Paul.
—¿Tocas algún instrumento (TN)? —me preguntó John.
—Sí, tocó violín y piano, estaba aprendiendo un poco de guitarra pero aún no soy tan buena.
—¿En serio? —dijo Paul asombrado.
—Les mostraré lo que sé.
John me ofreció su guitarra y yo la tomé, me acomodé y empecé a tocar Words Of Love de Buddy Holly mientras la cantaba en voz bajita.
Ellos se me quedaron viendo con la boca abierta, sabía que en estos tiempos es raro ver a una mujer que tocar ese tipo de música.
—Tocas y cantas increible —me halagó Harrison mientras comía.
—Qué hermoso cantas y tocas la guitarra —me halagó también Paul.
—Gracias.
Ellos siguieron practicando, me quedé ahí viéndolos con una sonrisa, ya nada más me faltaba conocer a Ringo.
Terminaron temprano, estaba triste porque no había mucho que hacer sin internet y por ello no quería que se fueran.
Al parecer Paul notó eso porque se acercó a mí sonriendo.
—(TN) sé que eres algo nueva por aquí, ¿Te gustaría que te mostrara mis lugares favoritos de Liverpool? Podemos pasar por un helado de regreso —me preguntó Paul.
—Me encantaría, iré a pedir permiso, te veo abajo —fui a mi habitación por un suéter y un poco de dinero que Mimi me había dado.
Mimi me dio permiso hasta las 18:30 hrs, me dijo que sería bueno irme familiarizando con el lugar.
Cuando bajé las escaleras vi a Paul y le sonreí, de pronto John también se acercó mientras se ponía un suéter.
—Estoy listo, vámonos.
—Invité a (TN), no a ti, John.
—Es mi deber cuidarla, no conoce aquí y podría pasarle algo, yo qué sé —contestó John.
—No me pasará nada, sólo daremos un paseo corto.
Salimos de la casa y empezamos a caminar, yo sólo seguía a McCartney y lo miraba de vez en cuando porque en verdad era guapísimo.
—John es muy protector ¿verdad? —rompió el silencio Paul.
—Sí, supongo que le gusta el papel de primo sobreprotector —él rió por mi comentario.
—¿Dónde aprendiste a tocar también?
—Estaba en clases pero después mi mamá me sacó —contesté con un poco de tristeza.
Eso era verdad estaba en clases pero mi mamá se enojó un día y me sacó de esas clases.
—Podemos aprender juntos, tú me enseñas unos acordes y yo otros —propusó Paul.
—Eso sería muy lindo de tu parte, gracias.
Llegamos a Penny Lane y pedimos nuestro helado, yo de chocolate y él de vainilla. Estaba a punto de pagar pero el no me dejó.
—Yo te invité ¿no? —sacó su cartera y pagó
—Gracias, Paul.
Decidimos sentarnos en una banca y disfrutar de nuestro helado.
—Tu nombre no es muy común, (TN)... nunca lo había escuchado.
—Siempre hay que ser originales.
—(TN) es un hermoso nombre, propio para una hermosa chica como tú.
—Oh, gracias —me sonrojé un poco.
—¿Cuántos años tienes?
—Tengo 17, me parece que George tiene la misma edad ¿No?
—¿Te lo dijo John?
—Sí... En la mañana me dijo que era el más pequeño —traté de disimular.
—Yo tengo 18, conocí a John cuando tenía 15 —eso yo ya lo sabía, lo conoció el 6 de julio de 1957.
—Una verdadera amistad ¿no?
—Supongo que sí. ¿Y de dónde vienes?
—Yo vengó de Blackpool —inventé rápido.
—He ido ahí varias veces, estoy seguro que el destino quería que nos conociéramos.
—Apuesto a que sí.
Un silencio cómodo se formó. San
—¿Tienes novio, (TN)?
—No, ¿tú tienes novia?
—No... Pero me gusta una linda chica.
Eso rompió mis esperanzas.
—Ah... qué bien por ti, suerte con ella —bajé la mirada a mi helado incómoda— ¿Dónde estudias?
—Estoy en el Liverpool Institute High School for Boys, pero tal vez ya no vaya.
—¿Por qué? ¿No te gusta estudiar?
—No es eso, creó que mi futuro está en la música.
Y tenía toda la razón, él había nacido para la música. Cuando nos terminamos el helado volvimos a casa, apenas abrí la puerta vi a John ahí esperándonos.
«Ali McCartney»
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