Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 28

NARRA (TN)

Me encontraba en el patio de la casa de Cynthia recogiendo la ropa de los tendederos, estaba en camisón y el frío había puesto mi piel de gallina pero no podía negar que me encantaba sentir así el frío.

—¡(TN)! —escuché a Paul gritar a mis espaldas y cuando giré a verlo venía corriendo con un abrigo en mano— Te vas a enfermar si sales así al frío.

—Lo siento —dije con una pequeña sonrisa—, sabes que amo salir con este clima.

Me puse el abrigo y Paul sostuvo la canasta con la ropa limpia y seca, se me quedó viendo con una sonrisa boba y después besó mi frente.

—John y Cyn siguen durmiendo... ¿sabes? —dijo Paul mientras caminábamos hacia la casa.

Miré el reloj de mi muñeca y sonreí —Si corremos tenemos treinta minutos.

Me eché a correr, sintiendo las hojas secas con mis pies helados y él me siguió riendo.

Apenas entramos yo subí las escaleras corriendo y Paul aventó por ahí la tina con ropa, cerró la puerta detrás de él cuando estuvimos los dos dentro de la habitación y pronto salté sobre él abrazado su cuello y él sosteniéndome por mis pompis para empezar a besarnos con frenesí.

Teníamos poco tiempo así que nos echamos a la cama con ropa, él bajó rápidamente sus pantalones y yo sólo quité mis panties aún vistiendo el camisón. Me puse sobre él besándolo y acariciando su cabello y orejas, escuchando su respiración acelerarse cada vez que me frotaba sobre su ya pronunciada erección.

Abrió el cajón de la cómoda que estaba a un lado de la cama para sacar un condón, me separé para que se lo pusiera.

—Es el último, tenemos que comprar más —dijo levantando la cara mirándome como demonio.

Yo asentí y sin demorar a volver a comerle la boca una vez que el preservativo estuvo puesto, él me sostuvo con firmeza por mi cintura y me seguí frotando con más rapidez, sentía su pene estimular mi clítoris y eso me estaba haciendo perder la paciencia, lo quería dentro mío ya.

Él empezó a besar mi cuello y sus manos viajaron a mis pechos, los cuales acarició con la rudeza que deseaba, mordí un poco mis labios para no molestar a nadie en la casa con mis gemidos y Paul me besó al notar esto para ahogar los mismos.

Me levanté un poco para acomodar con mis manos su miembro en mi entrada y así bajar mis caderas, eché mi cabeza hacia atrás y suspiré apretando la pelvis con éxtasis, empecé a moverme en círculos y Paul aumentó mi placer al estimular mi clítoris justo como le había enseñado, el placer aumentó y empecé a dar pequeños brincos sobre él, esto tomó desprevenido a Paul y un gemido salió de su boca, ese era mi sonido favorito en el mundo.

Le sonreí y sin dejar de moverme lo tomé de la cara y lo besé a lo francés, estábamos muy cerca, podía sentirlo en la base de mi vientre y porque mis movimientos cada vez eran más torpes, nos separamos para mirarnos a los ojos cuando escuchamos dos golpes en la puerta.

—¡El desayuno está listo! —gritó John y trató de abrir la puerta, la cuál por suerte tenía pestillo.

Paul y yo no dejamos de movernos tratando de no frustrar nuestro climax pero John no se callaba.

—¡Despierten, el desayuno se enfriará! —seguía intentando abrir la puerta y eso me estaba colmando la paciencia.

—Agh, al diablo —Paul y yo dijimos al mismo tiempo, con mala cara porque John había arruinado el desenlace de aquel mañanero.

—En seguida bajamos, John —contesté bajando de la cama y poniéndome mis pantaletas.

(...)

—Podríamos hacer lasaña para la cena —musitó Cyn mirando las salsas de tomate.

Ambas estábamos en el supermercado junto al pequeño Julian, el cual estaba en mis brazos.

—Oh... Esta noche Paul y yo vamos a cenar en casa de su padre, se me olvidó decirte —la miré con una leve sonrisa—. Pero ve el lado bueno, tendrán la casa para ustedes solos.

Ella se sonrojó y negó con la cabeza. Nunca fuimos cercanas a decir verdad, no me gustaba la forma en que John la trataba pero entendía que el embarazo los obligó a casarse y tal vez esa era una de las razones.

—Haces muy bonita pareja con Paul, ¿Han hablado de casarse?

Yo la miré esperando que bromeara y yo negué de inmediato con una sonrisa.

—No tengo planes de casarme en un futuro próximo —acomodé a Julian en mis brazos y metí en la canasta la pasta.

—¿No quieres casarte?

—Hmm, en realidad no sé... No estoy segura, no me veo casada —levanté los hombros—, debe ser muy difícil.

Ella abrió los ojos con sorpresa—¿Tampoco quieres tener hijos?

—¡Por dios! Estás yendo muy rápido —reí—, apenas tengo 20 años, soy demasiado joven para pensar en esto.

—Es raro que digas esto cuando Paul le ha dicho a John que no puede esperar para tener hijos.

No pude evitar fruncir el ceño con impresión, un sentimiento raro se alojó en la boca de mi estómago al pensar en eso... ¡No, no, no! Aún era muy joven para pensar en eso, mi carrera apenas estaba iniciando y aunque amara mucho a Paul aún no me sentía lista para casarme con él.

Hicimos el resto de las compras hablando de otras cosas pero igual no pude sacar de mi cabeza lo que dijo Cynthia, llegamos a la casa y preparé la comida, les había prometido enchiladas ya que no las habían probado.

—Hey... ¿Cómo les fue en las compras? —Paul entró a la cocina cuando yo ya estaba haciendo la salsa.

—¿Quieres tener hijos? —pregunté sin poder contenerme más tiempo.

Él me miró sorprendido pero sin dejar de sonreír—Por supuesto, quiero tener muchos hijos.

Yo hice una mueca, no quería embarazarme muchas veces... ni siquiera sabía si quería estarlo alguna vez. Dejé de mover la salsa y lo miré con cierta incertidumbre.

—¿Y ya quieres tener tener hijos? ¿Así ya, ya, ya?

—¿Pasa algo, amor? ¿Estás embarazada? —trató de acercar su mano a lo vientre y yo le di un suave manotazo.

—¡Dios, no! —rodé los ojos y seguí con lo mío— Es sólo que... ¿Es cierto que no puedes esperar para tener bebés?

—John te lo dijo, eh —suspiró—. Tengo fiebre de bebés, lo admito, pero todo es culpa del pequeño Julian.

—Yo también estoy enamorada de Jules —mordí mi labio—, pero aún no estoy lista para tener bebés o para casarme, ni siquiera se si alguna vez quiera hacerlo.

—¿No quieres casarte?

—No lo sé, Paul, aún soy muy joven para siquiera pensar en eso.

—Wow... ¿No me amas o...?

—No es eso —suspiré—, no llevamos mucho tiempo saliendo y apenas estamos empezando a crear camino en nuestras carreras, tenemos mucho por qué vivir y experimentar...

—Creo que tienes miedo al compromiso —se sentó en el banco que estaba junto a la barra—. Si nos casamos no vamos a terminar como John y Cynthia porque nosotros nos amamos de verdad.

Yo volteé a verlo de inmediato, esas palabras hicieron que sintiera mariposas en mi estómago y sonreí débilmente. Era horrible que en esta época hubiera tantos matrimonios arreglados.

—Me tranquiliza escucharte decir eso, pero por el momento quiero disfrutar nuestro tiempo como novios.

—Está bien, seamos los tíos "cool" por ahora.

Yo sonreí y me acerqué a besar sus labios —Mientras ayúdame a deshebrar el pollo, ándale, guapo.

(...)

—Este platillo es muy bueno —dijo John masticando su ya sexta enchilada.

—Ojalá hubiera podido conseguir el chile serrano, les habría gustado más —dije sin dejar de sonreír.

—Eres buena cocinando, amor, gracias por la comida —Paul acarició mi mano y después siguió comiendo.

John se me quedó viendo haciéndome sentir un poco nerviosa, guiñó su ojo hacia mí y yo seguí comiendo evitando verlo.

(...)

Entramos de infraganti a casa del papá de mi novio porque había varias fans y paparazzis merodeando la zona desde que se supo que Paul y John estaban de vacaciones en Liverpool.

—¡(T/N), qué gusto verte! —su papá se acercó a abrazarme.

—Lo mismo digo, señor McCartney —sonreí.

Paul me ayudó a quitarme la gabardina, y yo le ayudé con la suya dejándolas en el perchero. Fui a la sala mientras Paul y su padre se abrazaban e intercambiaban algunas palabras.

—(T/N), (T/N), (T/N)... Qué gusto verte por aquí —Michael, el hermano de Paul, me saludó.

—¡Hola! Tiempo sin verte, Mike.

Pasamos a la sala y no supe en qué momento pasaron horas, pero la plática con la familia de Paul siempre era muy amena y me encantaba sentirme así se acogida por una familia.

Era cuento viejo la nostalgia que me traía estar en Liverpool, sobretodo el pasar tiempo con la familia de Paul... Pues no era secreto que había veces que extrañaba a mi familia y la soledad me ganaba.

Pasamos a la mesa y empezamos a cenar, la sobremesa duró tres horas con risas tras risas, se hizo tan noche que decidimos quedarnos a dormir.

Paul subió a arreglar la habitación donde nos quedaríamos y yo le ayudé al padre de Paul a lavar los trastes.

—¿Algún día vamos a conocer a tu familia, (TN)?

Preguntó el señor Jim y en mi garganta se formó un nudo.

—¿Disculpe?

—Bueno, es que nos encantaría conocer a tus padres.

—Yo... Eh... No creo que sea posible —tragué el nudo y respiré hondo—. Mi única familia aquí son Mimi y John.

El señor frunció el ceño —Bueno, pero, ¿Qué pasará si algún día Paul quiere pedir tu mano?

Yo dejé lo que estaba haciendo y le miré con cierto brillo en mis ojos.

—Sería imposible —pensé.

—Entiendo que pudiera ser diferente para ti, pero es importante para nosotros conocer a tu familia, conocer de dónde vienes y saber un poco más de ti.

—Es que... Yo... Eh... —empecé a ponerme nerviosa— Es imposible porque mis papás están en (tu país).

—Sería bueno mandarles alguna carta o incluso llamarles por teléfono.

Paul entró en la cocina y notó la incomodidad en la habitación —¿Todo bien?

—Sí, sí... —seguí lavando los trastes, Paul y el señor Jim salieron y me dejaron sola.

Después de terminar salí al patio trasero e hice algo que juré nunca hacer: fumar. Paul me había dado a guardar sus cigarrillos así que saqué uno y me quedé ahí unos diez minutos.

—(TN), te estaba buscando —Paul me abrazó por detrás—, ¡Wow! ¿Eso es un cigarrillo?

Yo asentí sin decir nada, había llorado un poquito porque las preguntas del señor Jim me habían generado un vacío tan extraño y nuevo para mí.

Empezaba a creer que yo nunca podría pertenecer a ese lugar y tiempo, también extrañaba a mi familia y por mas que deseara que mis papás conocieran a Paul era imposible.

Yo me separé de Paul y apagué el cigarrillo contra el piso —¿No te da desconfianza el hecho de que nunca vas a conocer a mi familia? ¿El hecho de que nunca sabrás realmente de dónde vengo?

—(TN)... ¿Por qué todas estas preguntas? ¿Te dijo algo papá?

—No dijo nada que no esperara en algún momento —me di la vuelta y suspiré—, es natural que quiera saber sobre mi familia y mi ascendencia...

—Amor... —tomó mi mano la besó, haciéndome voltear a mirarlo— No es algo que a mí me impida querer estar contigo, algún día, quizá, pueda conocer a tu familia ¿Te imaginas? Tal vez en el 2016 cuando estemos hechos pasitas y tengamos como cincuenta años de casados, y con muchos hijos y nietos... Tal vez entonces viajemos a (tu país) y conozca a tus padres, para entonces pedir tu mano y decirles lo mucho que te amo y me has hecho feliz.

Unas lágrimas rebeldes resbalaron por mis mejillas, miré los ojos avellanos de mi novio y me sentí tan amada que juré poder morir en ese momento de tanto amor.

—Te amo, Paul.

Musité y me paré de puntitas para abrazarlo, él me sostuvo por la cintura y besó mi cabello. Nos quedamos en silencio unos minutos, el viento era nuestra banda sonora y el fondo, las hojas de los árboles cayendo sobre el pasto. 

Maratón 4-5

Tardé como mil años en editar este solo capítulo pero valió la pena.

Ali McCartney.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro