IX
Viajamos a la próxima ciudad, buscamos toda la mañana, no tuvimos éxito, hasta que a lo lejos pude avistar un gato negro dormido encima del césped en un parque, el ángel emocionado corrió hacia el gato, lo acaricio y levanto lo que parecía ser su espíritu, lo miro un rato y su sonrisa se desvaneció lentamente, volvió a dejarlo en el cuerpo y solo fue a sentarse en una banca que ahí se encontraba, me acerque a el lentamente.
-No era, ¿Cierto?.
-No.
Su rostro reflejaba una tristeza bastante grande, mientras miraba el piso y parpadeaba lentamente.
-Quizá esté en otro lado.
-No hay otro lugar.
-¿Cómo lo sabes? No hemos revisado todo el mundo.
-Sí sabes dónde buscar no es necesario que busques por todas partes.
-Pero otro mundo, otro lugar, no puedes rendirte así de la nada.
-Ella estaba aquí.
-¿Cómo sabes eso?.
-De vez en cuando lo buscaba, se que estaba en este mundo, pero no supe después de que se quedará a vivir en un callejón.
-Tranquilo, se que encontrarás como solucionarlo.
-...
El ángel se recargo en mi hombro y no dijo nada por unos minutos, se veía triste, angustiado y desilusionado, suspiro y después de eso acaricie su rostro esperando calmarlo y le dije:
-Tranquilo, se que pronto sabrás dónde está, encontrarás la manera de dar con él.
Después de algo de silencio el ángel dijo:
-Tenemos que irnos, no se si hoy vuelva Azrael, tendremos que estar ahí para cuándo regrese.
-Esta bien.
Al levantarse de la banca, extendió su mano acercó su cuerpo al mío y me abrazo, yo correspondi el abrazo al hacerlo me di cuenta que no era porque quería abrazarme, su abrazo se sintió vacío, me cubrió con sus alas y en un momento regresamos al limbo, ahora había más niebla la vista se había reducido notablemente además de sentir un vacío se sentía diferente, como si el limbo hubiera cambiado.
-Acompañame.- Dijo el ángel con un tono de desilusión en su voz.
-¿Ahora a dónde vamos?
-Al lugar donde te encontré, ahí nos estará esperando Azrael.
-¿Puedo hacer algo para ayudarte?.
-... No creo que tú raza pueda ayudarme en realidad, nisiquiera sabes quién eres.
-Oh.
Continuamos caminado, sin embargo esas últimas palabras me lastimaron bastante, pero tiene razón, no se qué hago aquí, nisiquiera se quién soy, como es posible que pueda ayudarlo, no tiene sentido que siga con él, supongo que tenía razón al final y por eso no me ha dicho su nombre, porque no sirvo en realidad... Este pensamiento fue interrumpido por su mano tomando la mía.
-No te quedes atrás.- dijo mientras sus ojos apagaban esos pequeños pigmentos.-Te estás apagando, no te preocupes por lo que me pasó, veré qué puedo hacer.
-¿Crees que mi ayuda fue eficiente?.
-Eficiente o no, eres una buena compañera.
-Vaya, no se que decirte.
-Tú descuida.
El ángel simplemente se sentó y yo me senté con él, había silencio, podía ver cómo la angustia llegaba a su mirada, hasta que me miró a los ojos, retiré rápidamente la mirada pero el ángel tomó mi mentón y lo alzó de modo que volviera a mirarlo a los ojos, sus ojos parecían buscar algo en mi.
-¿Qué?.- Pregunté.
-No... Nada realmente.- Dijo apartando su mirada sutilmente al suelo.
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