Y otra vez lo volví a hacer,
Y otra vez volví a extrañarte;
Y otra vez volví a buscarte,
Fui y te busqué porque te quería ver.

Otra vez llené mi copa
Hasta la coronilla de melancolía,
A vagar por donde solía
Ser feliz con cosa poca.

Y la nostalgia otra vez me consumió;
Me fumó como cigarro de medianoche.
Y mi efímera y embustera felicidad se desvaneció.
Me desnudó a mi alma en la penumbra de la noche.

Me volví hacia mi espejo,
Quien al reloj me apuntó;
Solo pude ver su reflejo
Todo el tiempo que se desperdició.

Solo corrí hacia mi álbum de recuerdos,
Fui, te busqué y te encontré.
Encontré un momento congelado,
Solo verlo me atrapó y lo contemplé.

Ese recuerdo lo abracé con tanto amor,
Qué hasta podría decir que te abracé.
Fue un añejo y sabroso licor,
Qué de beberlo jamás me cansé...

Y de lo tanto que te extraño jamás sabrás,
Porque eso me lo llevaré hasta la muerte.
Y como en la canción dijo Germain de la fuente,
«Porque tú, mi gran recuerdo serás...»