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Celo parte 1

Balam tenia razón, pero ya era muy tarde.

El celo de un demonio era extremadamente doloroso, pero lo era mucho mas para un hijo de una sucubo.

Las pupilas tendían a dilatarse en muchos, podían adquirir un tono rojizo y contraer sus pupilas.

El celo de los demonios normales ocurría cada cierto tiempo con una duración de aproximadamente cuarenta y ocho horas, esto era hasta que el cuerpo se acostumbraba a su propia maduración sexual.

En cambio para las sucubos solo se presenciaba cada tanto, desde cuando llegaban a la adultes sexual hasta su madurez. Y durante ese tiempo podían mantenerse cuerdas durante las treinta y seis horas que duraba su celo.

Pero siendo un hijo de una, esa ya era otra historia. No había mucha información sobre ello, solo estaba seguro que le seria doloroso.

El sabía que a veces, los demonios podían llegar a ser violentos y perder el control durante ese periodo.

Sabía de ante mano que los demonios solían presentar una actitud más posesiva y agresiva de lo normal, presentaban dolores de cabeza, aumento de la temperatura corporal y ansiedad.

Y a pesar de tener un menor tiempo, eran menos propensos a deshidratarse.

En cambio, si un demonio no percibe su celo durante su maduración sexual esto podría provocar que sus periodos de celo se alarguen, hasta la adultes.

Como le había pasado a su Maestro.

Pero ahora le tocaba a el vivirlo en carne propia.

Sentía como sus colmillos picaban, su respiración era entrecortada, su temperatura estaba por las nubes, su ropa estaba hecha trizas, pues sus uñas las habían destrozado con el fin de tratar de calmarse. 

Pero ya le era imposible....Maldecía a Clara por todo....La maldecía por la vergonzosa situación en la que estaba...

Sus pantalones le apretaban como nunca, trato como pudo de alejarse de la única persona presente.... de la única persona que no quería mostrarle ese lado suyo....Iruma....

Ese pequeño ser que era tan fuerte como tan frágil en sus manos, su cuerpo era tan delicado, que sentía que podía romperlo si no tenia cuidado.

Pero allí estaba, frente a el, asustado y a la vez preocupado por su "mejor amigo", por su "alma gemela", por su igual, sin saber que es lo que le ocurría.

-....Tu.....no deberías haber venido....

El respeto a su señor se había ido por completo al momento en el que había cruzado la puerta de su alcoba.

Su paciencia comenzaba a ser limitada, y ya estaba al borde del colapso....Ahora era otra persona...una que no quería ser... Pero, una que ansiaba clavar sus colmillos en ese cuello y marcarle como suyo....

Ansiaba con todas sus fuerzas sostener ese pequeño cuerpo contra sus brazos y no alejarle, no separarse de el.

Habían tantas cosas que quisiera hacerle, pero su lado racional no se lo permitía.

Aun no entendía como Clara había conseguido un inductor de ciclo, ¡pero no un supresor!, esa cosa le ponía la mente en blanco, lo dejaba en un estado deplorable a la vista, lo rebajaba a sus instintos.

Y en esos momentos sus instintos le decían una sola cosa.

¡COGETELO!

Y él jamás haría algo de lo que, esta seguro, que sería en contra de la voluntad de Iruma....

Pero no podía evitarlo, agradecía a su maestro que le diese un supresor de emergencia, en casos de accidentes.

Pero el inductor no solo había adelantado su ciclo de maldad, también lo había hecho con su celo, y según su madre los supresores no funcionaban en los celos de los sucubos, mucho menos en los hijos de estos.

¡BENDITA ERA SU SUERTE!

Si salia de esto, se prometió a si mismo probar una y otra vez algún supresor que lo contuviese en esos momentos. Trabajaría arduamente para conseguirlo.

Mientras tanto, debía de sacar a Iruma de su alcoba, debía de sacarlo, ¡pero ya!

-Azz-kun...te encuentras bien, tu madre me dijo que no te sentías bien, que necesitabas ayuda

- Esa bruja.....-se sentó sobre su cama- Iruma.... sal de aquí...

-Azz..-..kun... que te sucede.....que es ese aroma....

Y ya era tarde...

Solo las sucubos podían soltar feromonas antes de cualquier actividad física, o para incentivar una emoción...para su mala suerte, el nació de una sucubo muy poderosa, demasiado poderosa, dando así origen a sus feromonas, unas feromonas que solo podrían percibirlas los demonios de mayor rango....y tal vez algunos humanos....

Esas feromonas no eran ni dulces ni agrias, eran de un olor que relajaba a algunos demonios, y que excitaba a otros.

Pero en esos momentos, su aroma era un aroma excitante, que cubría cada rincón de la maldita habitación.

-Azz....Asmodeus-kun....

-Ne Iruma, ¿Aún quieres ayudarme?

Podía ver sus ojos, podía ver el pánico en ellos, la duda, la preocupación....el deseo...sus mejillas estaban rojas, su respiración comenzaba a acelerarse, sus piernas se estaban cruzando, pequeñas gotas de sudor comenzaban a bajar por su frente hasta su cuello.

Se veía delicioso....

Tomo su hombro y lo ingreso por completo a su alcoba, cerrando detrás de si la puerta con seguro.

-¿Mi madre?...

-Di-dijo...dijo que i-iría por medicina...para el cuerpo...

-Perfecto.

Cada segundo era agotador, sus colmillos en definitiva iban a morder algo ese día.

Iruma había caído de rodillas frente a el, a la altura de su bragueta, estaba completamente sonrojado, y aun mas al ver un gran relieve en sus pantalones.

Su cabello no le permitía ver con claridad el rostro de Iruma, pero estaba feliz de que solo su cercanía le afectara en gran medida.

- Iruma, ¿todavía quieres ayudarme?

Ya no había marcha atrás, Iruma había asentido en el momento en el que se había arrodillado quedando a su altura, sin que este despegara su vista de sus ojos.

Esos ojos que lo estaban enloqueciendo, que en esos momentos tenían un color tan hipnóticos, esos ojos que parecían sangre en la oscuridad.....

Tomo su rostro con su mano acercándose con lentitud, no quería asustarle, pero quería hacerle saber de lo que era capaz en ese momento.

-me permitirías

Rozo su pulgar en los pequeños labios de su "mejor amigo", de su "alma gemela", de su igual.....como le encantaba escuchar eso....

Era un simple roce, pero era a su vez un permiso, el no obligaría a nada de lo que Iruma no quisiese.

Iruma con mucho nerviosismo tomo su mano y beso la palma de esta, un escalofríos recorrió su piel, había sentido como sus pantalones se ajustaban todavía más, sentía que iban a explotar, con tan solo eso sus mejillas se calentaron.

Quería más....mucho más...









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Espero les guste, este capítulo constará de tres partes.

Espero les guste

Nos leemos pronto

👌👌👌

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