Ese día Jimin sintió una tristeza casi igual que cuando su amada abuelita lo dejó, no quiso cenar con su madre a pesar de que ella trataba de animarlo. 

Ella consideró comprarle un pecesito eso si podrían cuidar, pero Jimin solo le cerró la puerta. Quizás el chico estaba siendo injusto, pero él no podía curar las heridas que su madre provocó de un día para otro. 

A sus veinte años, sentía que carecía de amor, el único amor que tuvo por mucho tiempo era su abuela y ya no estaba, su madre lo abandonó y planeaba borrón y cuenta nueva, no podía perdonarla solo por así. No de esa manera al menos. 

Tomó una sudadera y salió al parque, no tenía intenciones de escuchar las "soluciones" de su madre. 

Mientras caminaba, viendo el atardecer se sentó en uno de los columpios, un gato se puso enfrente a él, mientras mantenía la cabeza gacha, y se dio cuenta del gatito. 

ㅡ ¿Gatito? 

Un “Miau" salió de él, Jimin se levantó casi cayendo abrazando al gato en el suelo. 

El gato se sorprendió pero no trato de rasguñarlo. 

...

Jimin se dio cuenta que al gatito no le gustaba quedarse en su casa, no lo entendía pero lo aceptaba.

Ya habían pasado tres días desde que Jimin iba al parque para verlo.

ㅡ Mi madre quiere que salgamos a comer y hablemos como personas civilizadas pero sigue sin ser fácilㅡ comentó el veinteañero mientras se columpiaba levemente.

El gato estaba sentado a su lado, maullo, Jimin quería creer que realmente le entendía.

ㅡ Ella dice que debería conseguir algún amigo, hablar con un gato no me hará bien, ha de creer que estoy loco y querrá llevarme con algún psicólogoㅡ rió sarcástico mientras seguía viendo el atardecer ㅡ ella debería de entenderme, me dejó solo tanto tiempo y quiere que lo olvide y seamos la familia feliz.

Se columpió un poco más, el gato fue capaz de notar aquella lágrima que todo sobre su mejilla, su cabeza gacha y su flequillo hacía que no pudiera ver esos bonitos ojos que tenía el humano.

Saltó de repente al suelo y mencionó ㅡ debería llamarte por un nombre, escojamos un nombre bonito para ti.

Jungkook se asustó de inmediato, no quería un nombre, él tenía un nombre, pero como le decía al humano, no recordaba cómo escribir. Se agachó al nivel del gato.

ㅡ ¿JungSeok? ㅡ el gato lo arañó por el feo nombre ㅡ ¿no? ¿Serás, JungNim? ㅡ otro arañazo ㅡ ¿Juni? ㅡ otro ㅡ ¿JungNam? ㅡ otro arañazo ㅡ ¿Kookie? ㅡ ese si le gusto por lo que maullo ㅡ serás Kookie, mi Kookie~.

Jimin abrazaba al gato mientras le daba vueltas. Era feliz con el gato.