Capítulo X
FERRAN
Teach Me How To Love (Shawn Mendes)
He dicho la peli para cambiar de tema, porque si no le comía la boca ahí mismo.
Vamos al salón con nuestros cuencos de cereales. Ella se sienta en un punta del sofá y yo en la otra.
–¿Qué quieres ver? – pregunta, abriendo Netflix y comenzando a buscar.
–Bua no sé. Elige tu. Me fio de tu gusto – digo, y me como una palada de cereales.
Ella asiente.
–¿A todos los chicos de los que me enamoré? Es que no sé qué poner y me encanta esa peli – dice, algo insegura.
–Como quieras Cuca – digo sin pensar.
Ella me mira, como si no creyese lo que acabo de soltar por la boca. Que yo tampoco me creo que le haya llamado así ahora.
–Bueno...¿la ponemos? – pregunto algo incómodo por el pequeño silencio que se ha formado entre nosotros.
–¿Por qué dejaste de llamarme Cuca? – pregunta Mia de repente.
–Miami era mejor apodo – miento descaradamente. Porque, por desgracia para mí, Cuca me trae recuerdos demasiado buenos de Mia, y no es plan de reavivarlos.
–Oh. Tiene sentido Ferrari.
–Pon la peli anda.
MIA
Vamos a mitad de película, cuando Peter y Lara Jean están en la excursión de la nieve.
–No entiendo porque Lara Jean no se ha sentado con Peter. Si fuese mi novio yo me sentaría con el – dice Ferran, indignado a mi lado.
Lleva comentando la película desde el principio. Se ha ido acercando a mi y yo a él, por lo que ahora estamos los dos en medio del sofá sentados.
–Las amigas van antes que los novios falsos.
–Pero es Peter. A el se le prioriza.
Paro la película y le miro.
–¿Si te diesen la opción de ir con tu novia o con Héctor en un bus o en donde fuera, con quien irías? – pregunto al moreno.
–Pero Héctor es Héctor. A él le daría igual con quien fuese.
–Contesta a la pregunta.
–Iría con mi amigo si mi novia va con alguna amiga suya. Pero si mi novia esta sola y mi amigo puede ir con otro iría con ella. ¿Y tú?
–Con mi amiga. Claramente.
–¿Incluso si tu novio estuviese solo? ¿Y si tu novio fuese yo y estuviese solo? – pregunta.
–No sé depende. Además, tu no estarías solo nunca.
–¿Por qué no? – pregunta el curioso.
–Eres Ferran Torres. El canterano del Valencia, capitán del equipo de futbol del colegio y el popular. Típico chico de película el cual nunca estaría solo en un bus ni en una mesa, porque todos se arrastran por ti.
–Las apariencias engañan Miami.
No entiendo eso.
–A veces, me gustaría sentarme con otra persona en el bus o en la mesa y no puedo sabes – dice, cogiendo el mando y volviendo a poner la peli, dando por zanjado el tema.
Los siguientes diez minutos me paso pensando en lo que ha dicho. Le doy vueltas una y otra vez, y por mucho que intente centrarme en la película es imposible.
–Aquí algo me huele mal – dice Ferran, observando la escena del jacuzzi –. Algo malo va a pasar.
–No voy a decirte nada. Vive con la intriga.
La escena en la que se besan en el jacuzzi hace que se forme un silencio algo incómodo.
–¿Te arrepentiste del beso? – pregunto de repente. Fer para la peli y me mira.
–¿El beso en casa de Alberto? – pregunta.
–¿Hay algún otro beso? – pregunto.
–No.
–¿No de que no hay ningún otro beso o que no te arrepientes? – pregunto sin entender el significado de lo que acaba de decir.
–No para las dos cosas que has preguntado Miami. Te... – frena, esta nervioso, ni siquiera me mira, tiene puesta la mirada en la tele –, ¿te arrepentiste tu de que te hubiese besado? – pregunta en un murmuro, que logro oír porque estamos en completo silencio.
–No – murmuro.
–¿Te arrepentirías si volviese a besarte? – pregunta, mirándome con esos ojos que eclipsarían a cualquiera.
–No – murmuro –. En absoluto.
El solo acorta la distancia entre nosotros y nos funde en un dulce beso.
FERRAN
Beso a Mia con todas las ganas reprimidas que tenía desde que probé sus labios por primera vez.
Mis manos terminan posando en sus caderas, y ella acaricia mi pelo mientras nos besamos.
Justo cuando va a ponerse encima de mí, oímos como se abre la puerta.
Me cago en la madre que parió a quien sea que haya abierto la puñetera puerta. Estoy enfadado, por si no se nota.
–Holaaa – grita Max, el hermano mayor de Mia. Si él no fuese como mi hermano le daría una paliza bien gorda.
–Hemos llegado – dice mi hermana.
Para cuando llegan al salón, donde estamos sentados ahora con la peli en pausa, ambos estamos en una punta del sofá.
–Hola – murmura Mia. Por suerte hay poca luz y no se van a ver nuestras caras ni nuestros labios.
–Yo ya me iba a dormir – digo, levantándome del sofá y intentando huir de ahí –. Buenas noches gente – digo mirando a Mia.
MIA
No puedo dormir.
Me he enrollado con Ferran en el sofá.
Nada más él se fue del sofá yo me fui corriendo a mi habitación. Ahora, dos horas después, estoy tumbada en mi cama sin poder dormir.
Decido ir a picar a su puerta.
Por suerte, me abre.
Va sin camiseta y mi mirada va directa a su abdomen.
–¿Me has picado solo para verme la tripa o qué? – pregunta, y automáticamente me pongo roja y levanto la mirada.
–E-eh no. No. Solo... no podía dormir y no sé.
–Entra antes de que te vea alguien.
Entro a su cuarto, que sigue igual de desordenado que siempre para variar.
–¿Qué habías pensado hacer? – pregunta, sentándose en la silla gamer que tiene enfrente del escritorio.
–Ni siquiera pensaba que me ibas a abrir.
–Eras tú, claro que iba a abrirte – dice, mirando durante unos segundos el móvil.
–¿Cómo sabías que iba a ser yo? – pregunto –. Podría haber sido tu hermana o mi hermano.
–He oído tu puerta cerrarse – dice, todavía con la vista en el móvil –. ¿Quieres venirte el sábado a una fiesta? – pregunta –. No probarás gota de alcohol.
–¿Por qué no? Tengo dieciséis años y tú no eres mi padre.
–No quiero que te dé un chungo ahí y que me castiguen a mí. ¿Claro?
–Como el agua. ¿Hacemos algo interesante? – pregunto, sentándome en su cama.
–¿Qué quieres hacer princesita Miami? – pregunta acercándose a mí.
–No sé. ¿Quieres ver la peli? – pregunto –. No la hemos terminado.
–Había pensado en comerte la boca, pero como quieras – dice directo, haciendo que mis mejillas se sonrojen.
–Ferrari siempre tan directo.
–Contigo siempre – me guiña un ojo y yo me limito a rodar los míos.
–¿Pero peli o comerte la boca? – pregunta, al ver que no he dicho nada.
Sin decir nada me acerco a él y planto un beso en sus labios.
–¿Responde a tu pregunta?
–No. ¿Puedes repetirlo?
Vuelvo a besarle.
FERRAN
Mia duerme a mi lado. Después de liarnos un buen rato, hemos terminado de ver la primera película. Menos mal que hay tres, así tengo excusa para verlas con ella. Mejor en mi habitación, que me abraza y se pega más a mí, abajo parecía que le daba corte por si venían. Y han venido. Y he mirado muy mal a esos dos.
Me levanto de la cama y abro un poco la ventana, que el calor que hace aquí dentro es digno de sauna.
–¿Ferran? – pregunta Mia con la voz un poco ronca –. ¿Dónde estás? – pregunta.
–Aquí – digo, volviendo a tumbarme en la cama y acercándome a ella. Ella solo me abraza.
–Nanit Ferran.
–Nanit Mia.
"Te quiero" me gustaría decirle, pero ella ya esta dormida.
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