Capítulo III
Versace On The Floor (Bruno Mars)
Cuando abro los ojos, veo a Ferran dando vueltas por mi habitación, suspirando y cagandose en varios santos. Yo estoy tumbada en mi cama, y no recuerdo como he llegado hasta aquí.
–Estás despierta. Menos mal – dice Ferran, aliviado.
–¿Qué...que ha pasado?
–¿No te acuerdas? – pregunta.
–Dijiste algo de droga y luego...
–Luego te desmayaste y te tuve que traer en brazos hasta aquí. ¿Te sientes mal? Mareada, con ganas de vomitar... ¿algo así? – pregunta, acercándose.
–No. Estoy bien, de verdad. Cansada, pero bien.
Él sonríe sin mostrar los dientes.
–Menos mal. Pensábamos que sería más grave.
–Pensábamos? – pregunto extrañada.
–Héctor también vino con nosotros. Está durmiendo hace rato en mi habitación.
Asiento. Se forma un pequeño silencio incómodo.
–Bueno... – dice Ferran, rascándose la nuca –, yo me voy ya. Buenas noches. Bueno, mejor dicho, buenos días.
–¿Qué hora es? – pregunto.
–Las cuatro y media.
–¿A que hora me desmayé?
–Casi a la una.
¿Ferran lleva tres horas aquí?
–Oh. Bueno. Dormiré un rato más.
–Acuérdate que mañana no hay bar, que esta cerrado – dice, yendo hacia la puerta. Me limito a asentir con la cabeza rápidamente –, si te encuentras muy mal, avisanos a mi o a Héctor, ¿vale?
Asiento de nuevo.
–Buenas noches, Ferrari.
–Nos vemos mañana Miami.
___
Me despierto casi a las doce del mediodía. No tengo hambre, así que decido pasarme la mañana – bueno, la tarde – terminando el libro que comencé ayer, por suerte lo hago sin ser interrumpida por nada ni nadie, cosa que me sorprende viniendo de los miembros de esta casa.
Cierro el libro cuando mis neuronas conectan. No le he dicho nada a mi madre sobre quedar con Natalia y las demás esta tarde.
Bajo al jardín, donde están mi madre y Raquel tomando el sol.
–¡Cariño! ¿Qué tal te lo pasaste anoche? – pregunta mi madre.
–Bien. ¿Habéis visto a Ferran? ¿O Arantxa? No he visto a ninguno.
–Han ido todos al pueblo por la mañana. Te hubieran avisado, pero Ferran dijo que te dolía la cabeza.
¿La cabeza?
–Oh sí. Si. Me encontraba un poco mal cuando llegamos aquí anoche, pero ya estoy mejor – miento, aunque tampoco se aleja mucho de la realidad.
–Si te encuentras mal otra vez hay ibuprofenos en la cocina – dice Raquel, con una sonrisa.
–Lo tendré en cuenta, gracias. Ah, mamá, he quedado esta tarde.
La cara de mi madre es digna de fotografiar.
–¿Qué? ¿Con quién? ¿Y eso?
Veía venirme el pequeño interrogatorio.
–Natalia, la hermana de un amigo de Ferran, Héctor, seguramente os suene el nombre – ambas sienten, mirándome con cautela –, me ha invitado a ir con sus amigas a por un batido por la tarde. En el paseo marítimo si no me equivoco.
–A qué hora habéis quedado? – pregunta Raquel.
–A las seis.
Ella asiente.
–A las nueve en casa, ¿entendido? – sentencia mi madre, con tono firme. Yo asiento rápidamente.
Subo a mi cuarto y comienzo uno de los libros de la mesita, Antes de diciembre. No es la primera vez que lo leo, será como la quinta o la sexta, pero adoro demasiado esta historia.
Paso leyendo el libro hasta que recuerdo que he quedado. Es la primera vez que quedo con ellas y quiero ser puntual. Miro la hora. Cinco menos cuarto. Decido cerrar el libro y darme una ducha rápida.
FERRAN
Subo las escaleras y veo a Mia salir de su cuarto. Se ha planchado su pelo castaño, que lo tiene por la cadera casi, se ha puesto un vestido color crema ceñido y corto y lleva unas sandalias del mismo color. En otras palabras, va guapísima.
–¿A dónde vas? – pregunto, con curiosidad.
–Con Natalia.
–Con Natalia...interesante.
–Si. ¿Algún problema? – pregunta, poniéndose a la defensiva. Ruedo los ojos. Odio cuando hace eso. Aunque siempre lo hace, salta a la defensiva y se crea un muro, el cual es inquebrantable.
–Ninguno. ¿Te encuentras bien? – pregunto, y ella solo asiente.
–Perfectamente. Me voy ya.
–Pasátelo bien – murmuro, pasando por su lado. Entro en mi cuarto y desbloqueo el móvil.
Héctor :)
Ey
¿Tienes algún plan para esta tarde?
Noup:)
¿Por?
¿Te apetece ir al paseo marítimo?
Va mi hermana.
O no.
Ni de coña voy a ir a controlar a tu amor imposible
Andaaa
Por favor
No es mi amor imposible por que no siento nada por ella
Fer, no me mientas.
Sabes que no saldría bien
Pero solo quiero ir al paseo
Por favor
No me dejes solo en esto
Eres mi mejor amigo desde siempre Hectorini
Por favor
Lo único que voy a pedirte en lo que me queda de vida
No me hagas chantaje emocional
Vamos a dar un paseo al paseo
Ay que bien queda eso
¿Pero no vamos a joderle el plan a Mia, ok?
Repite: No voy a hacer nada
No voy a hacer nada
¿Vale?
Eres de lo que no hay.
Que lo sepas
MIA
Llego al sitio que me ha dicho Natalia. Busco por el local y la veo a ella junto a las otras chicas de anoche.
–¡Mia! – saluda Natalia desde una mesa, casi al final del local. Es el típico bar de playa, tampoco tiene gran cosa.
Saludo a las chicas y pedimos nuestros batidos.
Charlamos un rato mientras esperamos a que nos los traigan. No he arriesgado mucho, y me he pedido uno de galletas y chocolate.
–Y bueno Mia, ¿cómo es convivir con Ferran? – pregunta África, con curiosidad.
–Es...¿normal? – digo, extrañada por su pregunta –. Es muy pesado, también te digo. Pero al final una se acostumbra a tenerle ahí.
–¿Pesado? Ferran Torres es pesado? – dice Tania, sin creérselo.
–He pasado todos los veranos con él, le veo como un hermano mayor, así que es muy pesado.
–Se entiende. Pero suele ser bastante majo cuando nos lo cruzamos – dice África.
–Si ya. Yo lo tengo casi todo el día en casa cuando viene a jugar con mi hermano – dice Natalia a regañadientes –, así que te entiendo Mia.
Seguimos hablando del capullo de Ferran cuando llegan los batidos.
–¿Ese no es tu hermano? – dice África señalando a dos chicos al principio del paseo.
–Si que tienes ojos tía – dice Natalia –. Va con Ferran, que raro – dice, con ironía lo último.
Miro y si, están ambos allí. Los dos van con polos, Héctor uno blanco y Ferran uno azul oscuro y ambos llevan tejanos, Héctor esta vez oscuros y Ferran blancos.
Parecen hermanos combinados.
Hablamos mientras nos terminamos los batidos. Me han caído bastante bien las tres, por lo que creo que quedaré más de una vez con ellas durante este verano.
FERRAN
–Algún día ella se dará cuenta, Fer – dice Héctor, sentándose en uno de los bancos del paseo.
–Lo dudo. Es Mia, siempre pasa de mí.
–¿Podrías decírselo, no crees?
–Y joder lo poco que tengo con ella? No, gracias.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro