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35 grados

— Se ha informado que las temperaturas el día de hoy serán propicias para aquellos que tienen pensado disfrutar al máximo sus vacaciones. Un cielo completamente azul y despejado, ¡Por lo que, no olviden usar protector solar si van a la playa!  — La reportera se movió señalando la pantalla grande en donde un sol con una radiante sonrisa se mecía de un lado a otro.

Hace calor...

Un nuevo comentario del reportaje se perdió dentro de la sala de estar. La televisión encendida dejó de ser el centro de atención del único miembro de la Familia Todoroki que en ese momento se encuentra en casa.

Mucho calor...

En medio de la cocina, Fuyumi mese un pequeño abanico frente su rostro. El  calor que empieza hacer es  demasiado o sencillamente es ella que comienza a exagerar. 

 Las paredes sueltan vapor y los rayos del sol son una pequeña amenaza para la muchacha.  Aunque siendo eso verdad o mentira, hay algo de lo que Fuyumi está segura, y es que la sensación de agobio no se marcha. Siente las mejillas pesadas y ardientes, mientras el sudor le recorre la frente .

Apenas es medio día y es  como sí fuera un cubito de hielo que alguien ha dejado por fuera, que gracias a los ataques del Sol se deshace bajo los rayos de luz.

De cierta manera tiene envidia, de la buena, de quienes disfrutan los días cálidos con tanto esmero.  Mientras que ella solo terminar en casa , con la ventilación a más no poder y viendo maratones de alguna serie que alguien ya olvidó. Huyendo por completo de las altas temperaturas que el verano trae consigo.

Y es por eso que hemos llegado a este  punto,en uno donde recarga la cabeza en el refrigerador, tratando de refrescarse, mientras bebe de apoco de la lata que tiene en las manos.  El abanico de hace un instante descansa a un lado de ella junto a latas ya acabadas.

¿Qué pensaría alguien si la ve en ese estado?

Seguro que Natsu se echaría a reír a penas verle, pero no tardaría en preguntarle con preocupación el cómo se siente y ayudarla. Mientras que su pequeño hermanito Shōto, oh, él no diría nada malo , pero seguro que sí  se lo pide  podría crearle un castillo macizo de hielo ¡Oh, eso sería genial!  Adiós al calor ~

Esa idea la hace chillar como niña pequeña y sus ojos se iluminan de emoción. Sin embargo, la curvatura de sus labios bajan para luego hacer puchero, frunce las cejas mientras piensa qué reacción tendría su padre. Sería interesante ver, ¿el gran Endeavor se preocuparía o llegaría a creer que a su hija se le ha zafado un tornillo?

Sin ninguna duda Rei sería quién más entendería su situación. Sin embargo, sabía que tanto Natsu como Shōto cuidarían muy bien de ella al hacerle compañía durante los días que el sol está en su máximo punto.

Fuyumi suelta una risa tonta y vuelve a beber de la lata casi vacía  ¿Cómo explicar que además del calor, un sentimiento de euforia le recorre por completo?

Menos mal que Shōto-kun y Natsu-kun han salido junto con su madre con la promesa de traer helado de regreso. Por su parte, su padre Endeavor no cruzaría la puerta de su casa, salvo entrada la noche cuando haya terminado de trabajar. Así que tiene mucho tiempo para dejar que su imaginación vuele mientras pasa la ola de calor.

—  Me siento en un horno— Lamenta Fuyumi por lo bajo, en cuanto se ha acabado por completo el contenido de la lata para empezar a tomar otra.

A este paso ya se ha asaltado todo aquello que se encuentre bien frío dentro de la nevera tratando de refrescarse un poco. Incluso los cubitos de hielo  han sido devorados por la chica.

Todo está en completo silencio, salvó por los ruidos lejanos de la tv . Fuyumi entrecierra los ojos agotada, con calor , sudando a más no poder y encerrada en casa completamente sola

¿Eso es su plan de excelente vacaciones? ¿Dónde queda el disfrutar de sus días libres?

El verano recién empieza y ella necesita de algo que la salve de la monotonía en la que empezaría a caer.

— Waa , Sí que te está llendo mal Fuyu-chan —  La repentina aparición de Hawks, hace  gritar a Fuyumi. La muchacha de cabellos blanquecinos le mira con los ojos bien abiertos.

Pero ahí estaba el héroe de alas rojas, como si el destino le mandara a la Todoroki las respuestas a la cara, siendo que su salvador a caba de entrar por la ventana con una bolsa en mano.

✧.*[•°✿°•]*.

— Espera un poco por favor, preparé un poco de té — Antes de poder marcharse, Keigo la retiene de la mano. Basta con un un leve jalón para volverla a sentar.

— No es necesario que hagas eso –  Objeta restando importancia.  La chica a unos pasos de él a duras penas puede mantenerse de pie. Lo sabe porque la ha visto tropezar en un intento de volver a la cocina. Lo que más le compete en este instante es que ella se encuentre bien.

— Pero... Eres un invitado .

Keigo se lleva una mano a la nuca y echa un leve suspiro.

—  He entrado por la ventana sin ningún tipo de invitación, si mal no me equivoco – Fuyumi parpadea y él pone una sonrisa – Técnicamente he hecho allanamiento – Finaliza con un dedo señalándose

Fuyumi no sabe si echarse a reír o decile algo en contra,  pero es que encuentra absurda y graciosa  la situación. Sin embargo,los labios se estiran en una sonrisa que no puede controlar y con una facilidad que le sorprende, pese a la fatiga y el cansancio, ríe. Sí, ríe sin razón aparentemente.  Una carcajada pura que le hace llevarse las manos hasta la boca tratando de callar.

Un mareo repentino le hace frenar, todo le empieza a dar vuelta. Aún sentada se aferra a algo, como si temiera caer .

— El calor no te sienta nada bien — Da levemente palmaditas en la espalda de la chica. Fuyumi mientras, intenta dar pequeñas bocadas de aire.

— ¿Cómo... 

— Lo has dicho en una de las veces que hemos salido. Has comentado de lo mucho que te gustaría pasar el rato con tus hermanos mientras el verano pasa, pero que mayormente por el calor se te hace difícil disfrutar al 100% —  Los ojos de Fuyumi denotan la sorpresa que siente de que él haya recordado eso, solo lo comentó una vez distraídamente mientras le contaba lo mucho que sus pequeños alumnos deseaban las próximas vacaciones. — Por eso vine a verte. No habías contestado los mensajes ni las llamadas como comunmente los haces—  Keigo se calla de pronto, temiendo continuar y decir algo de mal.

¿Él está preocupado por ella? Fuyumi siente que sus ojos pican, pero sabe bien que no le sienta llorar. El comportarse como una niña pequeña no es algo que deba hacer a sus 22 años.

Pero, el corazón se le acelera a tal punto que siente su palpitar retumbar en cuanto Hawks pone una mano sobre su cabeza. Su toque suave le hace mirarle.

Keigo se pregunta sí está bien lo que hace pero ya no hay marcha atrás. Y es que se quita un gran peso de encima en cuanto la ve, a pesar de la mejillas granate y con las respiración pesada. Se alegra de saber que Fuyumi está ahí.

— Me tenías preocupado. Es un gran alivio encontrarte bien — Ya lo ha dicho, se siente como un niño cuando ella sonríe y es quien despeina sus cabello ahora.

— Estoy sana y salva Keigo-kun. Un poco mareada, pero bien. No tenías que desviarte de tus deberes como héroe para venir a verme — Eso último lo ha sentido como un regaño y ha sido eso, no quiere sentirse culpable de acaparar al joven héroe y evitar que realice su trabajo.

— Venga, pero sí estoy cumpliendo con mi deber. Además, mira lo que me dieron  – De la bolsa que cargaba consigo, saco dos paletas de helados. Fuyumi sintió que los labios d
se hacían agua al verlos . Hawks abre espacio entre ellos y le pasa uno a la chica que feliz lo toma .

Tan rápido como pudo, se permitió disfrutar del sabor y el frío que el helado tenía. — ¡Está delicioso!  – Exclama feliz , echando una risa leve.

— ¿No tiene planes de nada? — La pregunta toma por sorpresa a Fuyumi, los ojos de Keigo  permanece viendo la TV para luego posarse sobre los de ellas. Fuyumi calla y Hawks bate sus alas — Oh, Fuyu-chan ~ Eso no puede ser así, ¡ Acá tienes un héroe para cuidarte! Podremos hacer cosas divertidas, ya verás .

Keigo sigue hablando mientras que Fuyumi no hace más que mirarle, los ojos grises no se despegan de él y es que es increíble la energía que el chico desborda, una que fácilmente se puede contagiar y le agrada, todo él lo hace.

A pesar de que el helado se ha acabado, el sabor se queda grabado en los labios de Fuyumi. La sensación del dulce la golpea como un cosquilleo leve.

Es tan lindo tener la compañía del héroe a su lado, que quiere ser egoísta por un momento y se lo permite. Keigo se sorprende cuando Fuyumi recuesta la cabeza sobre su regazo.

— Creo que estoy ebria.... — Murmura, acomodándose mejor.

— ¿Cómo?

— Esas latas no eran gaseosas...  – ella hace un puchero, recordaba el cómo las había tomado creyendo que eran algo completamente distinto al alcohol.  Tal vez era culpa de Natsu por guardarlas ahí al pensar que Fuyumi no las notaría. Aunque también es responsabilidad de ella el seguir tomando.


— Es cervezas – El chico afirma al tener una a la mano, Fuyumi asiente – ¿Cuántas has tomado?

— No sé, todas esas – En algún punto de la conversación señaló con sus manos un lugar al azar. Keigo solo frunció el seño al ver que de hecho habían varias latas vacías. — ¿Keigo?

– ¿Sí?

— ¿A cuántos grados estamos?

— Creo que 35.  ¿Por?

— ¿Me cuidarías está tarde si te lo pido? — Musita quedo, entrecerrado los ojos , está cansada

— Siempre lo haría. Confía en mí Fuyumi – Ella sonríe entre sueño al escucharlo. Keigo es una gran persona.

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