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Capítulo diez

—Entonces Len, ¿Qué opinas?—preguntó Tom y lo miré sin saber que responder—No me estabas escuchando verdad.

Negué con la cabeza suspirando.

—No, lo siento. Necesito hacer una llamada, pero no hay señal ¿Cres que puedas llevarme a tu habitación que es en donde llega la internet?—pregunté con la esperanza de que me dijera que sí.

—Si bonita, claro.

Fuimos hasta su casa y al llegar me dejó en su habitación y fue a hacer unos papeles.

Hacía muchos días que no hablaba con mi mamá y necesito saber si le llegó el dinero que mandé para lo de la deuda. En cuanto prendí la internet del teléfono me llegaron cientos de mensajes, mis amigos, mi hermana mi madre, mi padre, todos me habían llamado varias veces. Decidí llamar a mi hermana primero.

—Alena—contestó en el segundo timbre—Que bueno que me llamas, a que no sabes lo qué ocurrió.

—¿Qué pasa Lena?, tengo más de cuarenta llamadas en el móvil.

—Querida hermanita lo que sucede es que se hizo justicia.

—Explícate—exigí porque me estresa y preocupa no saber.

—Ya no hay deuda Ale, se descubrió la verdad. Cerraron la agencia y ahora tienes todo el derecho de exponer tus pinturas en una galería internacional.

Me quedé congelada en mi lugar, mi corazón se aceleró y me llevé una mano a mi boca.

—¿Dime que no estás jugando Len?

—No lo hago.

Chillé de emoción al comprender que mis problemas habían llegado a su fin.

—Espera, dijiste galería internacional.

—Exactamente como escuchaste.

Sonreí mirando por el barcón aun sin creerlo.

—Ahora mismo te compro el boleto para tu virada, mañana sales de ese pueblo y te regresas a la civilización Ale.

Me cayó como balde de agua fría.

Irme, creo que esa idea no había llegado a mi sistema como para procesarla. Las palabras de Tom llegaron a mi cabeza…

No me iré de este pueblo, en cada rincón hay un recuerdo.

Irme y exponer mis obras significaría dejar a Tom, si firmo con esa galería internacional significa que no podré apartarme de la civilización.

Mi novio o mi carrera era la pelea que tenía ahora mismo internamente.

Volver a mi rutina diaria o quedarme aquí.

Aún no ha acabado el verano y ya tengo que tomar esta decisión.

—Alena, sigues ahí, acabo de ver que hay boletos para mañana.

—¿Cuánto tiempo tengo para regresar?—pregunté triste.

—Tienes menos de una semana.

—Está bien Len, gracias.

Colgué y mis ojos se humedecieron por la opresión que siento en el pecho.

"Y ahora cómo le digo a Tom que debo irme"

(…)

—Para—pedí riendo al más no poder. Tom me está haciendo cosquillas en el sofá de su casa, ha pasado tres días desde la llamada con Lena y no he podido decirle nada a mi novio, ni siquiera he tomado una decisión.

—Di que soy el novio más sexy del mundo y paro.

—Eres el novio más sexy del mundo—dije y sus cosquillas cesaron.

—Yo tengo la novia más linda del mundo.

Le tomé de la nuca y lo besé con fugacidad, no quiero recordar, no quiero pensar en nada. Me senté a horcajadas sobre él para profundizar el beso y sentí una presión en mi trasero que me hizo soltar un jadeo sorpresivo.

—Lo siento, es inevitable—se disculpó sonrojado.

—Vamos a la habitación—sugerí.

"Ya se te fue la timidez Alena"

—¿Estás segura Len?

—Estoy más que segura Tom.

—Te amo linda—me cargó y comenzó a avanzar conmigo hasta las escaleras cerrando con el pie la puerta de su habitación para dejarme suavemente sobre su cama y volver a besarme.

Desabroché los botones de su camisa.

No necesito contar lo que sucedió después.

(...)

—Buenos días bonita—plantó un beso en mi frente demostrando cariño.

—Buenos días amor.

—¿Cómo amaneciste?—preguntó detallándome.

—Bien, y tú cómo dormiste.

—Feliz porque tú estabas a mi lado.

—¿Qué te traigo para desayunar?

—Lo que sea mi vida, la verdad tengo hambre así que cualquier cosa que me traigas me lo comeré.

—Entonces voy a buscarte algo.

—Tom—le llamé antes de que se fuera—¿Dónde está mi ropa que no la veo donde la dejé?

—La eché en la lavadora, en unos minutos te la traigo.

Asentí tapándome más con las sabanas hasta que él regresara. Mi teléfono vibró y como aún seguía cansada lo ignoré, pero la persona que me estaba llamando siguió insistiendo.
Bufé y me levanté a contestar.

—Diga.

—¿Ale cómo estás?

—Bien Lena, ¿Y tú?

—Aquí con unos trabajos de la Universidad, te llamaba para decirte que el boleto lo compré para mañana porque en dos semanas no volverá a salir ningún vuelo hasta aquí.

Entonces eso significa que mañana tendré que irme.

—Está bien Len, hasta luego.

Suspiré cansada de esta situación.

"¿Por qué justo ahora?"

—Aquí está tu desayuno—me comunicó Tom.

—Gracias—le sonreí—Tom tengo algo importante que decirte.

—Si es algo malo no me lo digas ahora, no jodamos el momento por favor.

—Vale.

Comí mi desayuno sin muchas ganas, me agobia la situación.

(…)

—Pasajeros del vuelo 727, por favor presentarse en la sala de espera.

Sí, aquí me encuentro nuevamente, mirando a mi alrededor con las lágrimas en mis ojos y sin saber si es correcto lo que estoy haciendo. Estoy muy segura que si el día que llegué me hubieran advertido de esto todo sería diferente, pero como pararlo, ninguno de nosotros manda en el corazón. Nadie es capaz de decidir lo que siente.

Hay veces en las que es preferible no detenerte a mirar la realidad, es mejor vivir en una aventura constante a chocarte con lo crudo que es hacer algo que no estás segura de que sea lo correcto.

Varias preguntas vienen a mi mente…

¿Se habría querido ir conmigo Tom si se lo preguntaba?

¿Cuál será su reacción al ver que no estoy?

¿Me perdonará algún día?

Esa misma tarde después de hablar con Alena comencé a escribir la carta que le dejaría a Tom, sí, soy una cobarde, no tuve el valor de decirle a la cara que me iba. Nunca me han gustado las despedidas y menos la de una persona que quiero. Simplemente tomé ese lápiz y esa hoja y con los ojos húmedos y cansados de llorar escribí…

Querido Tom, sé que posiblemente nunca me perdones lo que voy a hacer, pero detesto las despedidas. Se hizo justicia y tengo que ir a demostrar mi inocencia. No tuve el valor de mirarte a los ojos y decirte un simple me voy, no podía y sé que nunca podré. Quiero agradecerte por todo, por este verano que hiciste inolvidable, por amarme, por cuidarme, por convertirme en una mejor persona, por tu apoyo incondicional, por todas las sonrisas que te llevaste de mí. Estoy llorando en estos momentos porque me duele, me desgarra la sensación de no saber si volveré a verte, me llena de nostalgia y tristeza saber que me montaré en ese avión sin tener la certeza de poder regresar. Me enseñaste muchas cosas en muy poco tiempo, me demostraste que, si vale la pena amar, aunque muchas veces duela demasiado, me enseñaste a vivir el presente, porque nunca se sabe si hay un mañana. Fuiste mi primer novio, mi primer beso, el primero que me hizo tener la sensación de sentir mariposas revoloteando en el estómago, la primera vez que siento miedo de volver en un tiempo y que ya me hallas olvidado, el primero en tocarme, el primero en muchas cosas que se quedan como huellas y en este momento dagas que me están rompiendo en un millón de fragmentos. Ambos sabíamos que tarde o temprano el mundo y mi carrera me esperaban, soy joven, aventurera y aún tengo muchos sueños por cumplir, no pude ser egoísta de sacarte de tu pueblo y decirte que vinieras conmigo cuando claramente no era tu deseo. No tomes esta carta como un adiós, tómala como un hasta pronto, como una declaración. Y te pido que sí sé te da la oportunidad vuelvas a amar porque tú te mereces todo lo bonito del mundo. Gracias por ayudarme a atreverme. Te recordaré siempre y nunca olvides que te amo.

En esa carta dejé una parte de mí. En ese pueblo dejaré el amor de mi vida.

—Última llamada a los pasajeros del vuelo 727.

Miré el avión frente a mí y atrás el lugar de donde vine...

Todo se me comenzó a desvanecer poco a poco, ya no había personas, ya no estaba el avión.

Recuerdo haber escuchado tres últimas palabras antes de caer en la completa oscuridad.

<<<Te amo bonita<<<

(…)

Abrí mis ojos asustada buscando de dónde provenía la voz, pero los cerré rápidamente al ver la claridad proveniente de una ventana.

—Buenos días—dijo una voz que no reconozco.

Una pregunta era lo único que tenía en mi mente.

¿En dónde estoy?

<<<Continuará...

__________________________

Nota:

Hola queridos lectores.

¿Qué les ha parecido hasta ahora?

Un poco triste la carta no.

¿Seguirá la historia de Alena y Tom?

¿Tienen alguna sospecha sobre que le pasó a Alena?

Háganme saber todas sus reacciones y opiniones.

Besitos de parte de Sabri❤

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