2: El Chico de Los Ojos de Arcoíris
Sin darte cuenta, mientras más caminabas entre las plantas y arbustos para intentar alejarte de aquella voz que te hablo, te encontraste con un par de ojos color arcoíris mirándote.
A pesar de que tú estatura era pequeña, y la de la silueta era muy alta, sus rostros estaban cerca. Haciendo contacto visual, no dejabas de mirar esos hermosos ojos de arcoíris. Eran tan hermosos y peculiares que te quedaste hipnotizada.
"Estas bien? Estas pérdida?" Te hablo la silueta. Era un muchacho alto, con cabello largo y de un color rubio. Examinaste su cuerpo de arriba y abajo y notaste que era muy atractivo. "Como te llamas?" El chico volvió a hablarte con un tono dulce, pero como estabas tan perdida en sus ojos no le prestaste atención.
De repente sentiste que algo te tocó el hombro y era el chico. Tenia su mano en tu hombro y eso te saco de tu nube de pensamientos. "Ay! Perdón!"
El muchacho rubio soltó unas carcajeadas y sonrió. "Tranquila, ya me había puesto a pensar que te fuiste a otro planeta. Hehehehe. Eres nueva? Jamás te había visto por aquí. Me llamo Douma."
Te extendió la mano para saludarte y una vez que la tocaste, estaba fría y pálida, aunque hiciera calor, este chico era de otro mundo. Tus mejillas se pusieron algo rojitas y los nervios se apoderaron de ti. "Mucho gusto soy...ummm... T...T..T/n...y si....uhhhh....pasaré el verano aquí en la casa de mi abuela..."
"Bueno T/n, ojalá te guste Kimetsu Town." Sentías como tu corazón comenzaba a latir más fuerte y tu rostro ardía. Algo en aquella bella sonrisa del muchacho rubio te hacía sentir algo de cariño que jamás habías sentido. "Ummm de casualidad sabes donde esta la playa? Me perdí.."
Dijiste algo avergonzada de ti misma, bajaste la mirada observando el suelo, pero luego el muchacho te agarró por la barbilla y suavemente te hizo mirarlo a la cara, directamente a sus ojos de arcoíris. "Oye no tengas vergüenza de haberte perdido, sígueme yo te guió a la playa."
Douma te llevo de la mano, y iba caminando fuera de los arbustos con mucho entusiasmo. Eras tan pequeña comparada a el, si no fuera por aquel chico, te hubieras perdido más entre todas las plantas.
Tu cara estaba roja completamente, no dejabas te tener millones de pensamientos sobre el chico rubio. 'Es lindo, me pregunto que edad tiene. Aunque no se ve que tenga más de veinte años. Sus ojos de arcoíris son bellísimos, jamas había visitó algo así.'
"T/n si un día te vuelves a perder, vivo cerca de la playa, quizás podrías encontrarme ahí." Te sonrió y poco a poco comenzabas a oler el aroma a playa. Las gaviotas volaban y el sonido de las olas relajaban tus oídos.
"Gracias Douma." Llegaron a la playa y caminaron entre toda la arena y varias palmeras, rezando a que la arena no les picara tanto los pies ya que llevaban puestas sandalias. "No hay problema, solo ten cuidado con los cangrejos, suelen salir muchos por aquí y te prometo que no son nada amistosos." Dijo sarcásticamente y reíste a su comentario sobre los cangrejos.
"Jaja si tendré cuidado." Se detuvieron frente la orilla del mar y se sentaron en la plena arena. Sus piernas estiradas que hasta las pequeñas olas podían tocar las puntas de sus pies. Se sentía agradable poder sentir el agua refrescante y el viento soplando con delicadeza en sus rostros. Había silencio entre ustedes dos, y solo el sonido del agua y gaviotas acaban con el silencio, pero luego se te ocurrió preguntarle algo.
"Douma, has vivido aquí toda tu vida?" El chico te volteo a ver, sus ojos de arcoíris brillaban como pequeños cristales y te sonrió. "Si desde que nací he vivido aquí. Casi todos los que viven aquí crecieron y tuvieron familias en este lugar. Mencionaste que tu abuela vive aquí cierto? Tus padres también te acompañan?"
"No ellos no me acompañaron, se quedaron en la ciudad donde vivo así que solo somos yo y mi abuela ahora." Algo de enojo comenzó a formarse en ti en solo recordar la discusión que habías tendido con tus padres al no dejarte ir a Italia. Pero en un instante se desvaneció al escuchar la voz del muchacho rubio. "Quizás este pueblo no sea lo mejor del mundo, pero te aseguro que tiene cosas interesantes. A lo más profundo del bosque de plantas tropicales dicen que hay una cueva, podríamos ir a explorarla si quieres."
Una pequeña sonrisa se formó en tu rostro, y una chispa de alegría y entusiasmo se incendió por completo. "Me encantaría!"
"Ya recorriste todo el pueblo?"
"Nope, solo una pequeña panadería fue lo único que conocí." Dijiste, y el agua comenzó a hacerte cosquillas en las piernas. "Ah la de Los Kamado? Hacen muy buen pan, el mejor que he probado. Si quieres mañana podría darte un pequeño recorrido. Hay varios lugares que quizás te gusten, y mucha de la gente aquí es muy gentil. Te divertirás."
Cada vez que escuchabas la voz de Douma te calmabas mucho, como si el aburrimiento de quedarte en este pueblo desapareciera. "Suena divertido, solo espero que no nos encontremos con ningún cangrejo."
Ambos comenzaron a reírse y tuvieron largas pláticas viendo el océano que con cada hora que pasaba, la marea iba subiendo más y más. Y cuando menos lo esperaban ya se estaba haciendo de noche.
Lograron conocerse más y platicaron acerca de sus vidas. Douma había mencionado que era un artista y se dedicaba a pintar cuadros de paisajes. También descubriste que aquel chico ama las plantas y su casa estaba literalmente llena de plantas. Mencionaste tus pasatiempos y como te encantaba leer, el mismo dijo que podría presentarte a Nakime ya que eran amigos, casi familiares de un modo o otro.
Ya cuando el sol se estaba ocultando, ambos decidieron mejor irse de la playa y comenzar a caminar a casa.
El chico que conociste te acompaño a la casa de tu abuela, para asegurarse de que llegarás bien y no te perdieras, de echo hasta intercambiaron números de teléfono para estarse comunicando. Tu abuela te esperaba afuera, estaba parada frente a la puerta y se sorprendió mucho al verte caminar junto a Douma.
"T/n! Vaya hijita ya conociste al muchacho que te mencioné en la mañana." Lo dijo en un tono tan alegre que el chico rubio de los ojos de arcoíris se sonrojó y se acarició la nuca algo nervioso. "Quieren ambos una taza de té? Vengan pasen ya!" Antes de que ambos pudieran decir algo ella los agarro de las camisas y los metió a la casa. "Acaso no es un muchacho encantador? Me ayuda mucho con el jardín." Les sirvió té y el rostro del chico se volvió aún más rojo.
Pero ahora tu también te estabas poniendo roja y algo nerviosa. "Douma es un gran chico, me ofreció hacerme un recorrido del pueblo." Tu y Douma sonreían nerviosamente y tú abuela estaba tan feliz de que ambos al fin pudieron conocerse. Secretamente ella le rezaba al cielo para que fueran pareja. "Ay Douma gracias por ofrecerle un tour, espero que no sea algo complicada. Verás aveces se queja mucho."
"ABUELA!" Cruzaste los brazos en frustración y te volviste roja como un tomate. "Pues mija es la verdad."
Al final los tres rieron y siguieron bebiendo el té caliente que tu abuela les había preparado. Y cuando Douma ya se iba a ir lo acompañaste a la puerta para despedirte. "Sabes T/n tu abuela te había mencionado antes solo que nunca me dijo tu nombre. Siempre hablaba de tu personalidad y lo linda que eras, y al fin te conocí. Eres realmente hermosa, te veo en la mañana."
Al oír sus palabras sentiste como tu corazón se derretía y sentías escalofríos. "Gracias Douma te veo en la mañana."
El chico rubio se marchó y te quedaste parada en la puerta por un buen rato, procesando cómo había sido tu día y lo afortunada que eras en haber conocido a Douma. No cabe duda de que te estabas comenzando a enamorar del chico. Quizás estas vacaciones si valdrían la pena.
'Aún no lo conozco tan bien y ya me estoy enamorando? Pero porque!' Pensaste y te metiste a la casa para poder escribir en tu cuaderno como de costumbre mientras escuchas música en tus audífonos, fantaseando sobre el muchacho y preguntándote sobre el.
Cada que su rostro aparecía por tu mente sentías un dulce sentimiento en tu corazón, y siempre terminabas perdida en sus ojos de arcoíris, pero un sonido de tu celular te interrumpió el momento. Al principio pensaste que sería tu madre, pero no. Era el chico rubio.
[Douma]
Holisss T/n
Perdón si te molesto, pero la verdad quería hablar contigo😅 te extraño.
Tuviste que leer el mensaje como diez veces antes de responderle porque no podías creerlo. 'El me extraña?' Pensaste y comenzaste a entrar en pánico. 'Quizás lo dice en forma de amistad dudo que de verdad sienta lo mismo que yo.' Y en ese momento te volvió a mandar otro mensaje.
[Douma]
Si estas ocupada lo entiendo no te quiero molestar, se que nos acabamos de conocer pero la verdad me gustaría pasar más tiempo contigo:)
Gritabas internamente leyendo el mensaje, y te preparaste para responderle. Con todos los nervios del mundo y las manos sudadas comenzaste a escribir.
[T/n]
Hola Douma:)) jaja tranquilo no me molestas, de verdad me extrañas?
[Douma]
Si mucho la verdad. Cuando me fui a casa no deje de pensar en ti 😅😅
[T/n]
Yo tampoco pude sacarte de mi mente. Ah y quiero decirte que tienes unos ojos muy bonitos.
[Douma]
Gracias:3 entonces mañana paso por ti? A que hora crees que podría ir a recogerte?
[T/n]
Estás disponible a las 9 am?
[Douma]
Por ti siempre estoy disponible 😊😉
[T/n]
Vaya pero que caballeroso es usted 😝
Creo que me iré a la cama, descansa Douma te veo en la mañana :) <3
[Douma]
Dulces sueños, descansa hermosa ❤️
Con el último mensaje que mandó el chico rubio, tus mejillas no tardaron en arder y abrazaste su almohada mientras movías tus piernas como una típica adolescente enamorada y te fuiste a dormir con una enorme sonrisa en tu rostro. Soñando con dormir en los brazos del chico.
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