Capitulo 13
Cristina
Han pasado varios días desde que llegué a la ciudad y que Johan ha permanecido a mi lado.
Su obsesión por mí no ha cambiado, al contrario, se ha vuelto más posesivo e inseguro.
Algunas noches lo observó temblar y gritar mi nombre mientras duerme, cuando abre los ojos y se cerciora de que estoy a su lado se lanza sobre mí y me hace el amor de forma desesperada hasta que mi cuerpo colapsa quedándome profundamente dormida entre sus brazos.
Me molesta que cuando viene su familia y él se pone de mal humor y les responde mal, no sé qué le pasa, no debería ser así cuando su familia lo único que hace es preocuparse por su estado y salud.
Son tan lindos que me duele cuando veo el rostro de su madre contraerse cada vez que su hijo le responde con evasivas y pide que se vayan para dejarnos solos.
Hablé por un momento con Cecilia, la esposa de Diego, mi cuñado, y ella me dijo que también está sorprendida y preocupada por su comportamiento, por eso su familia no lo deja solo porque nunca antes había sido tan agresivo.
Que solía estar de mal humor, pero nada más, pero ahora parece como si los odiara con solo verlos.
Ahora mismo parece un crío sentado en la cama apoyando la espalda con el cabecero y los brazos cruzados. No le gustó para nada que su familia vaya a acompañarnos a la cita con la ginecóloga que nos recomendó Cecilia.
—¿Qué te pasa? —Pregunto aun sabiendo la respuesta.
—Nada.
—¿Vas a seguir así?
—No tengo nada.
—Bien—Aprieto los labios.
—¿Bien? —Descruza los brazos y me mira.
—No, ¿Sabes qué? Mal—Suspiro —No te entiendo, eres un egoísta que no ve más allá de lo que tiene.
—¿Qué quieres decir con eso? —Se levanta de la cama y se acerca.
—¡Que eres un maldito egoísta! —Grito haciendo que me mire sorprendido—Tienes algo increíble, algo maravilloso y no te importa, simplemente lo ignoras—Mis ojos se llenan de lágrimas.
—¿De qué hablas?
—De una familia—Hipo—No sabes cuánto desearía yo tener una.
—Somos una familia.
—No lo entiendes—Me siento con la mirada perdida.
—Explícame—Se acerca sentándose a mi lado, trata de tomar mi mano y la quito evitando que me toque.
—Te dije que soy huérfana, no tuve padres, hermanos y tú lo tienes todo completo, incluso Cecilia es como una hermana, tus sobrinos—Limpio mi mejilla con rabia—No sabes cuánto deseé tener a alguien y tú lo único que haces es alejarte de ellos.
—Lo siento, yo...—Niego levantándome de la cama.
—Aun cuando me recordabas y estabas a mi lado, me ocultaste de tu familia y no logro entender el porqué si fue que te avergonzabas de mí.
—¿Qué? ¡No!
—¿Cómo puedes estar tan seguro si no me recuerdas?
—Yo... no puedo recordar lo que tuvimos en el pasado, pero sí puedo apreciar lo que tengo en el presente y sé que jamás me avergonzaría de ti.
—No lo creo. Desde que llegué no hemos salido de este departamento y llevo más de 3 semanas a tu lado y solo hoy iremos a ver al médico, pareciera que te avergüenzas de mí—Bajo mi rostro sintiendo que no puedo detener las lágrimas—Creo que es mejor volver a casa.
—¡Tú no vas a ningún lado! —Gritó acercándose de forma amenazante—Eres mi esposa y tu deber es estar a mi lado—su pecho sube y baja con furia.
—Pues entonces deberíamos divorciarnos para no tener esa responsabilidad—Sus ojos se abren y retrocede como si lo hubiese golpeado.
—No... No puedes estar hablando en serio.
—Yo...—Hipo—Creo- que es lo mejor—Johan se acerca cayendo de rodillas
—Perdóname por favor, prometo cambiar—Toma mis manos— Yo... tampoco me entiendo, sé que tienes toda la razón, soy un maldito egoísta—Sus ojos se llenan de lágrimas—Por alguna razón no quiero compartirte con nadie, solo te quiero para mí y entiendo el yo de mi pasado, del porqué mantuvo oculto nuestra relación y es porque solo te quiero para mí—Besas mis manos repetidas veces—Pero por favor no me dejes, prometo cambiar.
—No quiero que cambies solo porque yo te digo—Acercó sus mejillas limpiando sus lágrimas—Solo quiero que abras tu corazón hacia los demás, en casa al principio eras un poco loco y obsesivo, pero después te fuiste soltando, relajando hasta que...—Hipo y Johan se levanta y me abraza.
—Aunque no recuerde mi pasado a tu lado, prometo ser mejor en el presente, dame una oportunidad.
—No sé...
—Te juro que seré mejor hombre, tú me haces serlo—Se separa limpiando mis mejillas.
—Está bien.
—Gracias, pondré todo de mi parte—Me besa una y otra vez.
—Pero hay algo que quiero saber, ¿No piensas volver a nuestra casa de la playa?
—Este es nuestro hogar ahora—Suspiro bajando la mirada—¿Qué pasa?
—Bueno, la verdad es que no quiero perder esa casa, ahí hemos sido tan felices.
—Lo haremos acá—Pasa el pulgar por mis labios—Sé que este departamento no es apropiado para una familia y estoy pensando que compremos una casa.
—Eso está bien.
—¿Por qué no te veo tan feliz?
—¿Y princesa y los pequeños?
—¿Princesa y pequeños? —Frunce el ceño—¿Quiénes son?
—Princesa es nuestra gata y los pequeños son sus hijos, fue por ella que nos conocimos.
—Oh— Se separa sentándose sobre sus talones—He visto los videos y veo una gata—Hace una mueca—Bueno, varios gatos y no entiendo como los estaba acariciando.
—Te llevas muy bien con ellos—Digo limpiando mis mejillas—Siempre decías que Princesa era tu mejor amiga, que con ella te desahogabas y que ella te entendía lo que le hablabas.
—Hay por favor cariño, eso es imposible. Jamás le hablaría con un gato.
—Lo has hecho muchas veces—Sonrió.
—No lo creo, es absurdo, soy alérgico a los animales.
—No eres alérgico.
—Si lo soy—Dice divertido con una sonrisa.
—Ojalá Princesa estuviera acá y te demostraría lo contrario.
—Mejor esperemos hasta que nazca el bebé y vamos a verla—Asiento sin decir nada y me levanto de la cama—¿Qué pasa?
—Iré a bañarme, debemos estar listos en unas horas para la cita—Me suelto de su mano y caminó rápido encerrándome en el baño.
Me apoyo en la puerta sintiendo las lágrimas deslizarse por mis mejillas y antes de que me escuche llorar me desnudo y me meto en la ducha abriendo la llave amortiguando mi llanto con el agua.
Logró tranquilizarme después de unos minutos y al salir trato de no verle la cara a Johan quien me escudriña con la mirada.
Johan se mete al baño y escucho la regadera, respiro hondo y me visto rápido para salir de la habitación, la verdad es que no tengo muchas ganas de hablar con él.
Sé que es estúpido enojarme con él por no querer a nuestras mascotas porque no las recuerda, pero me es duro estar tan lejos de ellas.
Voy a ver qué pasa con mi esposo y si las cosas no cambian volveré a casa.
No quiero estar al lado de un hombre egoísta por más que lo ame.
Aunque si llego a volver, no puedo dejar que pase más meses por mi estado, puesto que no podré volar en avión.
Le daré unos días y veré qué es lo que pasa con nuestra relación, si las cosas siguen así me iré por más que me duela el corazón.
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