Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capitulo 1

Johan

Termino de firmar los documentos y los apiló a un lado como todos los demás, hay unos toques en la puerta y sin levantar la mirada hablo.

―Pase―La puerta se abre y mi hermano mayor entra con una sonrisa en sus labios.

―El día que no te vea metido en medio de tantos documentos, ese día me hago un tatuaje con tu nombre―ruedo los ojos y sigo concentrado en mi trabajo.

―El día que dejes de embarazar a tu esposa yo me hago uno con el tuyo―Escucho como ríe y se sienta.

― ¿Cómo has estado? ―Pregunta y evita soltar un suspiro.

Aquí vamos.

―Bien.

― ¿Sigues con la migraña?

―Un poco.

― ¿Vas a hacer lo que dice el médico?

―No puedo. Sabes que tengo mucho trabajo.

―Vamos hermano, el médico dijo que tienes que tomarte un descanso, trabajas día y noche, debes relajarte o vas a terminar postrado en una cama si no te detienes.

Suspiro tratando de mantener la calma.

Maldición, no debí ir con mi hermano al médico.

Me he estado sintiendo mal desde hace unos meses, desde migrañas incontrolables que provoca náuseas, mareos hasta estuve a punto de desmayarme que hizo que fuera al doctor. Como mi hermano estaba en ese momento me acompañó y el médico me informo que tenía sobre carga laboral, que esto estaba provocando que mi cuerpo se desestabiliza y que podía darme un derrame o ataque al corazón.

Patrañas.

Ahora tengo a mi familia encima de mí porque mi querido hermano no se quedó callado. Me llaman día y noche y es desesperante. Sé que están preocupados, pero soy un hombre mayor que va para los 30 años y no necesito niñeras ni control de nada ni de nadie.

No puedo evitar trabajar día y noche. Cuando no estoy en la empresa, estoy en mi casa encerrado, en mi estudio.

Desde la universidad me acostumbré a trasnochar para estudiar y eso hizo que solo duerma entre 4 a 5 horas. A veces menos de eso, no puedo evitarlo, por más que trate de conciliar el sueño es imposible y no quiero medicarme para conseguirlo.

―Ya les dije a todos que no deben preocuparse, ya estoy bajando a la carga.

―Eso no te lo crees ni tú mismo, por eso he venido acá a llevarte a almorzar en casa. Nuestros padres y tus sobrinos nos esperan.

―Debo terminar de...―Mi hermano se levanta y quita los documentos que estaba revisando de mis manos y los lanza al otro lado de la mesa.

―No hagas las cosas más complicadas, si no vienes conmigo traeré a todos a tu casa y sé que no te va a gustar.

Aprieto los labios con solo imaginarme a toda mi familia en mi casa.

Me gusta el orden, tener el control de las cosas y lo que menos quiero es ver a mis sobrinos correr de un lado a otro volviendo un desorden mi casa.

Le doy una mala mirada a mi hermano antes de levantarme y dejar lo que estaba trabajando para ir con la familia.

Llegamos a casa mi hermano y respiro hondo antes de entrar. Cuando lo hacemos se escuchan los gritos de mis sobrinos y los murmullos de mis padres y mi cuñada.

Hago una mueca y sonrió falsamente cuando entramos a la sala.

―Imagino que lo amenazaste, que iríamos a su casa si él no venía―Le dice a mi padre a mi hermano.

―es la única forma de sacarlo de esa cueva.

―Mi pequeño―Mi madre se acerca y me abraza efusivamente.

―Madre―Besos sus mejillas ―Cuñada―Cecilia, la esposa de mi hermano, se acerca con su grande barriga y me abraza y besa mis mejillas ―Deberías cortarle los servicios a mi hermano, no puede estar teniendo así.

―Que puedo decir, a mí también me gusta estar embarazada―Ríe y mi hermano se acerca pasando su mano por la cintura y sonríe con orgullo.

Mi cuñada está embarazada del tercero y por lo que veo van por más.

―El día que empieces no vas a querer detenerte.

―Eso nunca va a pasar―Digo y rueda los ojos.

―Tú y ese anti amor.

―No me interesa nada referente a los sentimientos. Eso solo sirve...―Me da una mala mirada.

―Que a ti no te guste el amor, no quiere decir que ese sentimiento no sirva o sea basura―Dice Diego ―Ojalá vea el día que te vea rendido a los pies de una mujer.

―Pues quédate esperando sentado para que no te canses.

― ¡Tío! ―Mi pequeña Sabrina se acerca corriendo estrellándose contra mis piernas.

― ¿Cómo se encuentra mi princesa? ―Besos en sus mejillas.

―Bien, ¿Me has traído algo?

―Lo siento peque, pero tengo una sorpresa muy, pero muy grande para ti―Digo mirando a mi hermano y este abre sus ojos y me da una mala mirada.

―Ni se te ocurra―Murmura Diego con los dientes apretados.

― ¿Qué tío?

―Johan―Mi hermano advierte y la dejó en el suelo.

―Después te cuento―Sacudo su cabello y Daniel se acerca dándome las cinco, ya no le gustan mucho los mimos por ser un niño grande según él.

―Hola Tío.

―Hola, campeón―Remuevo su cabello y gruñe antes de salir corriendo junto a su hermana.

―Sé lo que estás pensando y es un no.

―No he dicho nada―Levanto las manos en forma inocente.

― ¿Qué pasa? ―Pregunta mi madre mirándonos.

―Daniel y Sabrina quieren una mascota y he pensado regalarles una―digo con una sonrisa en mis labios.

―Y cómo te conozco estarás pensando regalarle un perro grande.

―Bueno, es que los chicos quieren un Gran Danés― Los ojos de mis padres se abren ―Es la raza del perro de Snoopy doo.

―Ni se te ocurra―Me señala con el dedo mientras su esposa ríe.

―Ceci no le ve problema―Digo.

―Por qué no seré yo quien recoja su mierda―dice mi cuñada riendo ―Estaré muy ocupada con este pequeño.

― ¿Ves? Y dices que soy el amargado.

―No, ya dije que no. Si quieres regalarle algo que sea uno que no crezca, uno pequeño.

―Los perros pequeños no cuidan a los niños, no les dan seguridad. Uno grande si los protege.

―Si me traes un perro de eso juro que visitaré tu casa y lo dejaré para que lo cuides―sonríe mi hermano haciendo que yo deje de sonreír.

―Basta los dos―Dice mi madre interfiriendo.

―Que deje de meterse en mis asuntos y yo no me meteré en los suyos―Lo reto con la mirada.

­―Nadie se está metiendo en tus asuntos, simplemente estamos preocupados por ti.

―No necesito que me cuiden ni que estén encima de mí.

―Hijo, por favor―Mi madre toma mi mano ―Sabes que lo hacemos por tu bien.

―Lo sé, mamá, pero yo estoy bien.

―No estás bien―Mi padre habla con dureza ―Te estás extralimitando y no voy a permitir que algo malo te pase.

―Nada malo va a pasarme.

De inmediato siento dolor de cabeza y esta vez no tiene nada que ver con el trabajo.

Me siento en el mueble escuchando a mi familia dando cantaleta ante mi situación.


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro