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Son las cuatro de la tarde, no había nada que hacer ahora más que descansar, y eso aburría a Bryan. Antes con Freddy, podía salir y disfrutar lo bueno de la vida, patinar, reír o sólo hablar por horas. No había momento exacto que tuviese límite, únicamente ellos ponían las reglas, y lo que ambos compartían era el odio a las reglas. Podrá sonar ridículo, y mucho más irónico, pero habían sido ellas quienes los separaron. Quizás era más que odio, puede que las aborrecían, sólo que no lo sabe. Un día todo iba bien y al otro ya no. Quería dejar de pensar en eso... pero era imposible. Se trata de Freddy Leyva, ¿cómo sacarlo de su mente? Era completamente frustrante.
Con pereza, se incorporo del sofá, tomando asiento como una persona normal haría en este objeto tan cómodo. Dejo salir un bostezo de aburrimiento mientras se tallaba un ojo, a decir verdad era lo único interesante que ha hecho, además de dormir sin siquiera tener sueño. Observo a todo su alrededor y bufó; simplemente su casa se veía tan vacía sin Freddy, tan silenciosa sin Freddy, tan aburrida sin Freddy, tan fría sin Freddy, tan... tan... sin Freddy.
Golpeo su mejilla por un intento de callar a sus pensamientos, pero estos habían parecido atarantarse, pequeñas voces gritaban con fuerza y rapidez el nombre. Tomó un respiro y se dispuso a ir al gimnasio, quizás un poco de ejercicio lo haga olvidar las cosas o levantar su ego cuando noté su cuerpo tan bien moldeado. Cualquier cosa que pase primero sería fenomenal. Pero tan pronto como decidió ir a entretenerse, fue la misma rapidez con la que su celular sonó, parecía haberle llegado un mensaje de texto.
Corrió de regreso el pequeño tramo que había caminado, cogió el móvil y tecleo el código secreto para desbloquearlo. Creyó que debía ser Freddy enviándole un mensaje, diciendo lo muy aburrido que se sentía sin él y quizá unas palabras de disculpas, pero no fue así, era Jos. Le preguntó si gustaba ir a su casa a comer con su familia, pasar el rato, un día más. En cuanto leyó el mensaje, frunció el ceño y lo respondió negativamente. No tenía ganas de salir con él, por mucho que se lleven últimamente y esté aburrido, no era lo mismo que con Freddy. Bryan sólo quería ver a Freddy, a nadie más, pero su orgullo es más grande que su cariño por él. Y tal vez también por eso lo dejó.
Antes de bloquear nuevamente el celular, miró cuantos tweets le habían llegado, y por los que actualmente le enviaban. Sintió una fuerte fatiga abrirlos, leerlos y prestarles la más mínima atención, aunque de sus fans se tratase. No tenía ánimos de nada, y cuando dice nada, es absolutamente nada. Pero, por la misma razón, quiso abrirlos, leerlos y prestarles atención. En fin, quizá eso lo anime un poco, algo del Coder Power.
No había nada fuera de lo normal, era lo recurrente; fans pidiendo follows, palabras de amor, chistes de mal gusto y otros cómicos, peleas entre fans, juegos o rifas. Nada diferente.
Siguió navegando un rato por Twitter, repartiendo favoritos y retweets, siguiendo a algunas fans o sólo contestándoles, cualquier cosa era mejor que seguir pensando en Freddy. Sin embargo, leyó una frase que andaba rondando de seguidor a seguidor, para él fue una basura de palabras...
| Quien te quiere, regresa. |
Frunció el entrecejo y no hizo más que abrir su estado, tecleando con fuerza la pantalla para escribir eso que sentía. Maldito Freddy, por su culpa se siente así, él ni siquiera debería de andar vagando en sus pensamientos cuando escribía su tweet.
| '"Quien te quiere, regresa." Eso es mentira, quien te quiere nunca se va. |
Justo como lo imagino, sus fans no tardaron en responder a lo que el opinaba de la frase, sobre todo a darle favoritos y retweets. Se sentía dichoso. Comenzó a ver quienes daban su favorito, entre ellas vio el de Alan y Alonso, le sorprendía que estuvieran navegando por twitter, creyó que ellos si tenían algo que hacer, no como él. Llegó uno más... Freddy Leyva.
Espero un buen rato mirando a su pantalla, quieto en la posición que permanecía, sintiendo como quedaba sin aliento. Puede que sea estúpido decir que esperaba una especie de mensaje, algún comentario o lo que fuera, con tal de que proviniera de Freddy. Sin embargo, nunca llegó nada después.
¡Crack! El corazón se le rompió.
Suspiro rendido, dándole una última hojeada a la metada red social, ya no sentía ánimos de seguir activo si Freddy lo estaría también y que ambos no se hablen. Era algo que no podía soportar, sentirse tan ignorado por él, rechazado, de alguna manera no correspondido, sin duda dolía demasiado.
Observo las tendencias, había diez en el enlistado, leyó una a una, hasta toparse con la quinta... '#BreddyComeBack'
Perdió la respiración unos escasos segundos, sus ojos quedaron sujetos en la pantalla, escuchando sólo el latido de su corazón. Se incorporo de golpe y entró con prisa al link, se cargaron unas cuantas fotos al principio y luego miles de tweets, cada uno con usser's y el hashtagh, parecía haber sido planeado por las Coders. Dio unas cuantas barras hacía abajo, observando miles de momentos juntos, conciertos juntos, entrevistas juntos, cualquier cosa pero juntos. La respiración de nuevo iba acabándosele.
Detuvo su dedo en una foto, en ella salían Freddy y él pasándose el chicle seco con una pajilla, cuando torpemente se le cayó y su amigo le había sonreído.
Siguió y hubo otra, cuando habían ido al "Hormiguero" y se pusieron a jugar con la vena saltada de sus manos, puesto que Freddy le había enseñado a hacerlo.
Había más fotos, como cuando habían ido a Francia, las veces en que jugaban en entrevistas, sus abrazos, la foto donde dormían juntos, aquella que él se tomó junto a un Freddy dormido, la vez que lo había cargado, un video donde salían moviendo sus cabellos al ritmo de la música y una coreografía hecha por ellos.
Sonreía ante cada cosa, no se percataba de esas pequeñas lágrimas salidas de sus ojos. Tantos momentos que vivió junto a Freddy habían sido resumidos en una simple tendencia. También se hallaban sus momentos en los conciertos, esas veces en que bailaban, compartían estrofas de canciones, cuando se correteaban o procuraban mantenerse juntos, esos besos al aire y abrazos.
Cada foto era un apreciado recuerdo del que jamás querrá olvidar, su vida sin Freddy sería aburrida, como hoy, él siempre le lleno ese hueco vacío. Siguió mirando, ahora eran únicamente estados, de los cuales le hicieron sentir un brinco de emociones.
Fuertes quejidos salieron de sus labios, veía muy borrosa la pantalla porque el dolor ya le estaba ganando, llorar era su única salida. No lo entendía ni siquiera él, ¿qué les paso? Siempre sería una duda que le partiría el cerebro. Si antes de acabar de esta manera le hubiesen dicho que jamás estarían juntos, seguramente reiría por tan absurdo comentario. Era sólo que, aun sin decírselo, una vez lo pensó y se lo dijo a Freddy, pero habían jurado eternamente jamás llegar a ser como el mundo, serían diferentes, ellos si estarían juntos. Pero un día, las cosas se acabaron, simplemente se oscurecieron y ya no volvieron a verlas. Fue como si nunca hubiera sido real.
Con el dorso de su mano, limpio alguna de sus lágrimas y siguió leyendo. Dirán que es un masoquista de seguro, pero había cosas que prefería sacar a guardárselas por siempre, y Freddy era una de ellas.
Había cosas que nadie sabe, nadie jamás podrá entenderlas o ver, estarían detrás de una puerta sellada con clavos, imposible de abrir con sólo girar la perilla. Pero sus Coders no se detienen, han llegado a derribarla, a mirar lo que ellos intentan ocultar. Se sentía desnudo, tan vulnerable, siempre consiguen enterarse de lo que siente, ¿así era la fama o CD9?, había perdido la privacidad totalmente. Se ha mantenido al margen de la situación, relajado, disfrutar a cada momento su sueño junto a sus amigos, pero no consigue engañar a los fans. Lo supieron, desde antes ya lo sabían, y todavía lo saben.
Con un respiro profundo, dio por terminada la navegación, al punto de salir de ahí... pero de nuevo había algo que lo detenía. Quizá eran los fans, sus tweets y la forma tan apasionada que tienden a ser, puede que lo atrapen por ello. O tal vez era solamente Freddy. Quería creerse que él también se encontraba leyendo los tweets, reflexionando lo sucedido, llorando tal vez, que tampoco pueda sacárselo de la cabeza. '¿Estarás pensando en mí?' Era un deseo tan lejano a cumplirse.
Permaneció otro tiempo revisando la tendencia, llenándose de momentos tan magníficos y geniales, bellos y únicos, todo lo que ha podido ser capturado por una cámara. Es claro, sus fans han presenciado miles de momentos gracias a la comunicación televisiva y el internet, pero hay miles de momentos también que no han sido vistos. Cuando podían estar juntos sin que nadie los molestase era fabuloso, podían ser ellos mismos, disfrutarse a como dé lugar, mantener una relación mucho más intima. Se le dirá patético, porque a estas alturas era posible hacerlo también delante de una cámara, saben demasiado que podrían; pero gracias a lo mismo, las reglas, los medios de comunicación y sus corazones a medio romper, no lo lograron. Quedaron sólo fragmentos que los fans veían. Con ellos sospechan y con ellos también declaran, más esta distancia no se entendía...
¿Por qué se acabo? ¿Por qué están lejos? ¿Por qué pelearon? ¿Por qué ya no es lo mismo? ¿Por qué no se hablan? ¿Por qué se dejan lastimar? ¿Por qué?
Eran simples dudas que la gente tenía en sus cabezas... y en la de Bryan también.
Observo más fotos, iba perdiéndose en los recuerdos, los tweets lo partían, el sentimiento se volvía cada vez más débil, no se detuvo ninguna vez. El sitió web bajaba con velocidad, ya no le interesaba leerlo, sencillamente era un capricho querer seguir ahí, dolía tanto que le aliviaba la herida. Ya no se diferenciaban los rostros en cada foto, el usser de la persona, su texto o la maldita pagina en general, su dedo barría tan rápido la pantalla que igual lo hacía Twitter. Quería saber hasta dónde podía llegar esta tendencia y quien fue él o la causante de arruinarle el apestoso día, como pudieron romperle el corazón con los recuerdos y por qué les interesa tanto que ellos regresen.
¡Es mejor así! ¡Lejos el uno con el otro! ¡Quería a Freddy fuera de su vida!
Por fin, llegó al primer tweet, quien empezó esta absurda tendencia...
Sus ojos se abrieron del asombro, pronuncio con sus labios ese sonidito impactante, incluyendo un involuntario temblor en las piernas. Tragó duro cada que repasaba con la mirada su tweet retweetiado, con un mensaje del usser y una foto. La gota que derramo el vaso...
La foto era aquella vez en el ThePartyTourTijuana, cuando cantaron "Química en Común" a las fans, Freddy se acercó a tomar su mano y alzó el agarre al público.
Pero eso no había sido su impacto, por mucho que aquello signifique todo lo que eran, la verdadera cosa que le impacto fue la persona que hizo el tweet... Freddy Leyva.
¡Bom! El corazón empezó a latir.
La pantalla de pronto se hizo negra y fue sustituida por una llamada entrante. Era él. Freddy le estaba llamando por teléfono. Era él. Freddy le estaba llamando... quería hablar.
Soltó el celular de pronto sobre el sofá y sus piernas le ordenaron a levantarse, retrocediendo dos pasos. Por mucho que deseara contestar, no podía, había tanto orgullo viviendo dentro de él pero al mismo tiempo tanto cariño...
"Hola, soy Goku... Bueno, Bryan. Por el momento no puedo contestarte, así que deja tu mensaje después del tono..."
Un timbre agudo se hizo oír, después fue la voz de Freddy...
–¿No quieres venir a casa... y estar conmigo?
El sonido a colgar hizo eco por toda la casa, al igual que un suspiro y los pies de Bryan corriendo a toda velocidad. No necesitaba pensarlo, ni siquiera que le suplicaran, una petición fue más que suficiente para prender camino. A la mierda su orgullo, a la mierda su carrera, a la mierda todo el mundo, sólo le importa Freddy y nadie más.
Seguir oculto bajo su mismo nombre le estaba cansando, era un fastidio tener que pulirse, frenar todo aquello que verdaderamente lo hace feliz. Freddy lo hace feliz y no está dispuesto a arriesgarlo nuevamente. Las reglas nacieron para romperse, y romperían una que puede cambiar el ciclo de la vida, al igual que ellos.
¡Eso! ¡Eso había sido la causa! ¡Las reglas y su estupidez misma!
Nunca más volverá a dejarse manipular por lo dicho y hecho, Freddy era su dicho y hecho. Freddy lo era todo de ahora en adelante... ¡Era su Freddy!
Cuando al fin llegó a casa, no necesito tocar, abrió la puerta y se adentro al lugar, buscándolo con la mirada. La sala se encontraba sola, oscura y fría, idéntica a la de su hogar. Le echo un vistazo, teniendo como flashes algunos momentos vividos en este lugar, como también en su casa, habían sido los mejores y no pretendía dejarlos como recuerdos solamente... Volvería a avivarlos.
–¿Freddy?
Dio un paso al frente...
–Hola, Bryan.
Ahí estaba, Freddy Leyva, parado sobre el marco que da rumbo a la cocina. Se veía igual que siempre, no cambió en nada, ni siquiera con el sufrimiento que debió pasar también. Su rostro, esa media sonrisa, su cabello largo y rizado, su forma de pararse, la vestimenta tan afeminada que usa, sus ojos café llenos de brillo. Sí, él es Freddy Leyva.
La respiración se detuvo, un terrible nudo iba apareciendo dentro de su garganta y estomago, los labios resecos y la piel erizada, podre de su cuerpo tan tembloroso al avanzar. Sí, eso lo ponía nervioso, avanzar hacia Freddy, tenerlo nuevamente cercas.
Cuando estuvo delante de él, lo hizo, lo besó, probar una vez más de sus labios, sentirlo suyo, amarlo como antes. Lo extrañó, no puede seguir ocultándolo más, lo devasta. Freddy es el amor de su vida, desde que fueron amigos lo es y será, no quiere perderlo. Ahora sólo quiere acariciar sus labios, besarlo con devoción y ternura, degustar su sabor, darle lo que merece. Ser tal para cual, eso sentían, unirse y encajar como almas gemelas.
Y hoy vino a pelear por ello, por su amor, a dejar de fingir y salir a la luz.
Freddy lo deseaba así, Bryan no, pelearon por más de media hora y las cosas tuvieron su fin.
Ya nada volvió a ser lo mismo, no para Bryan, sentía estar en busca de la otra mitad de su cuerpo, dando vueltas absurdas con un sólo zapato, más nunca la encontraba.
Pero ahora lo entiende, ese vació del que le hablaba Freddy, era como se sentía él.
–Te amo, Freddy.
–Yo también te amo, Bryan.
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