Epílogo
Chantrea
Esta no es una torre, es una celda, es una maldita celda. El vestido blanco ahora es gris, nadie ha venido, de verdad no sé cuántos días han pasado.
Me he negado a comer todo lo que intentan darme y he vomitado lo que me han metido a la fuerza. Sé de ante mano que él las drogaba y conmigo no lo hará. No pienso comer nada. De ser posible, me dejaré morir.
Él no te dejara morir.
Escucho como un resquicio desde mis adentros.
Anoche soñé con Ezra, lo vi, me sonreía, me decía ángel, sus ojos me veían con ese brillo gris. Lo escuché cantarme. Lo escuche decirme que descansara y quiero hacerlo. Quiero descansar en sus brazos.
Siento como el aliento me invade, como la fuerza se va, y agradezco que lo ultimo que veo antes de besar a la muerte, es a él. Me pierdo en el recuerdo de a lo que saben sus labios. Y de verdad quisiera morir. Quisiera morir ahí.
Pero Ezra no me amará más, no después de lo que le hice a Amelia.
Hice tres tratos; uno con Lucifer, otro con Asmodeo y uno ultimo con Amelia, ¿cuál salió mal?
Ezra
Sangre, todo lo que veo es el rojo correr, no hay más, solo un mar de sangre y de todos los cuerpos sin vida, es el de ella el único que me importa.
Querían un verdadero demonio, bueno, lo tienen. Ella lo tiene.
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