cap 4
Capítulo 4: La Caída de Astapor
El sol se desvanecía en el horizonte, tiñendo el cielo con tonos rojos y dorados. La silueta de Astapor, la legendaria Ciudad Roja, emergía en la distancia, con sus altos muros y su aire cargado de opresión. Takato Dukemon y Neptunemon se encontraban al frente de su ejército, observando cómo sus tropas digitales se organizaban para el inminente asedio.
Los ancianos de la región habían sido claros: Astapor era solo el principio, pero su caída abriría el camino hacia el resto de las ciudades esclavistas, Yunkai y Meereen. La liberación de esas tierras sería crucial para fortalecer su posición.
Takato, con su Digi Vice en mano, invocó a sus más recientes aliados, los cuales comenzaron a aparecer uno a uno en el campo de batalla:
Centauromon lideraba una fuerza de 200 guerreros centauros, preparados para cargar contra las puertas de Astapor.Shurimon organizaba a sus unidades, con 50 Monitimon y 50 Ninjamon a su disposición, listos para infiltrarse sigilosamente en la ciudad.Vjarmon, con su poder destructivo, estaba preparado para demoler las defensas más fuertes.Golemon y Bulkmon caminaban lentamente hacia el frente, su imponente tamaño intimidando a cualquiera que se cruzara en su camino.En los cielos, Pegasmon y sus caballeros alados sobrevolaban, brindando cobertura aérea y vigilancia.Finalmente, Death Meramon, con su aura ardiente y destructiva, lideraba la vanguardia, sus llamas devorando cualquier cosa a su paso.
Neptunemon, observando con satisfacción la magnitud de sus fuerzas, asintió. "Estamos listos, Takato. Astapor caerá bajo nuestro poder, y su tiranía será un recuerdo."
Takato miró hacia las murallas de la ciudad. Sabía que los esclavistas de Astapor eran crueles, pero no iba a permitir que su imperio continuara por mucho tiempo. "Hoy, cambiaremos el destino de estas tierras", dijo, su voz firme.
Con una señal, Centauromon y sus guerreros comenzaron su carga. El suelo tembló bajo sus pezuñas mientras se dirigían a las puertas de la ciudad. Los guardias de Astapor, acostumbrados a la sumisión de sus esclavos, no estaban preparados para la ferocidad de un ejército digital.
Shurimon y su equipo de ninjas se movieron con precisión, escalando los muros y neutralizando a los vigías antes de que pudieran dar la alarma. Vjarmon lanzó un rugido ensordecedor, disparando ráfagas de energía que derrumbaron las puertas principales, abriendo paso a las fuerzas de Takato.
Dentro de la ciudad, el caos se desató. Los esclavistas intentaron organizar una defensa, pero fueron rápidamente superados por la rapidez y poder del ejército digital. Death Meramon avanzaba incansablemente, quemando todo lo que encontraba en su camino, mientras los esclavos liberados miraban con asombro a sus salvadores.
Neptunemon, con su tridente en mano, lideraba un grupo de élite hacia el palacio principal, donde el gobernador de Astapor, un tirano infame, esperaba su destino. "Ríndete, o tu ciudad arderá hasta los cimientos", advirtió el señor del océano.
El gobernador, temblando de miedo, intentó negociar, pero Neptunemon no tenía paciencia para la clemencia. Con un movimiento rápido, lo redujo, señalando el fin de su reinado.
Al anochecer, Astapor ya no era una ciudad esclavista. Las banderas de los conquistadores ondeaban sobre sus torres, y los gritos de libertad resonaban en las calles. Takato y Neptunemon se reunieron en el centro de la ciudad, rodeados por los ciudadanos que habían sido liberados de años de opresión.
"Esto es solo el principio", dijo Takato, mirando hacia el horizonte. "Meereen y Yunkai serán las próximas."
Neptunemon sonrió con orgullo. "Con este ejército a nuestro lado, nada podrá detenernos."
Mientras las tropas digitales celebraban su victoria, una sombra apareció en los cielos. Un misterioso ser observaba desde la distancia, oculto entre las nubes, como si vigilara los movimientos de Takato y su ejército. La verdadera batalla aún estaba por comenzar.
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