I.- «Primer año en la secundaria Teiko»
Un chico de cabellos color azul cielo se encontraba en la entrada de la escuela secundaria Teiko, observándola con una sonrisa en su rostro y dispuesto a entrar al club de baloncesto por muy difícil que fuera. Él sabía que Ogiwara —su pelinaranja amigo desde quinto de primaria— iría a la secundaria Meikō, por lo que no jugarían a menos de que fuera un partido entre Teiko y Meikō. Kuroko no tenía ni idea de la secundaria a la que tanto Aomine como Akashi irían, pero tenía un buen presentimiento.
Sin más dilación —y antes de que alguien le empujara sin querer al no notarlo por su poca presencia—, se adentró en Teiko mientras leía un libro tranquilamente.
Por andar distraído con su libro, chocó contra una persona a mitad de camino. Al escuchar la voz de dicho individuo, levantó la vista de su libro a gran velocidad, llevándose una alegría al ver que uno de sus mejores amigos había entrado a la misma secundaria que él.
—Hola, Aomine-kun. —Kuroko le dedicó una pequeña sonrisa, sorprendiendo a Aomine ya que este no había notado en ningún nomento que se trataba de su mejor amigo.
—¡Tetsu! ¡Que agradable sorpresa verte aquí! —exclamó abrazando al más bajo, quien se dejó pero teniendo cuidado de no perder la página de su libro que estaba leyendo.
—No pensé que nos encontraríamos en la secundaria, es una coincidencia agradable.
—Y no somos los únicos, por lo que me he enterado Akashi también va a estudiar en Teiko —mencionó el moreno con una gran sonrisa.
—¿Akashi-kun también? —cuestionó emocionado de poder estar en la misma institución que su amigo de la infancia.
—Por supuesto, me lo dijo esta mañana y también que a lo mejor me encontraba con una grata sorpresa, ¡y me encuentro ni nada más ni nada menos que contigo Tetsu! —exclamó Aomine revolviendo los cabellos del peliceleste, haciéndolo reír ante el gesto.
Entre algunas risas y anécdotas sobre las vacaciones ambos se dirigieron a su salón de clases para esperar a Akashi —ya que según las listas estarían los tres, por pura casualidad, en la misma clase— mientras hablaban ilusionados sobre la prueba para entrar al club de baloncesto del instituto. Casi un minuto después llegó el pelirrojo, saludando a sendos peliazules y entre los tres siguieron conversando —aunque toda la clase veía solamente a Aomine y Akashi debido a la falta de presencia de Kuroko— hasta que entró la profesora, momento en el que Aomine se fue a sentar al fondo y al lado de la ventana, y Akashi y Kuroko en primera fila uno al lado del otro.
—Buenos días alumnos, mi nombre es Hitomiko Kari y seré su profesora de matemáticas y tutora durante los tres años que se encuentren en la secundaria —habló una profesora algo joven, de cabellos entre rosa y rojo, ojos castaños y una sonrisa amable—. Bien, empezaré a pasar lista.
La profesora empezó con el recuento de alumnos, siendo Akashi de los primeros debido a su apellido al igual que Aomine, y siguió así hasta llegar a la "K" en la lista.
—¿Kuroko Tetsuya? —preguntó mirando a todas partes—. ¿Está presente Kuroko Tetsuya-kun?
—Hitomiko-sensei. —Kuroko llamó la atención de la profesora levantando la mano—. Yo soy Kuroko Tetsuya.
La pobre profesora soltó un chillido de asombro junto a toda la clase mientras que Akashi y Aomine reprimían sus risas por la reacción de las veinte personas que no habían notado a su pequeño amigo.
«Definitivamente Tetsu/Tetsuya es como un fantasma», pensaron ambos riendo internamente.
Así pasaron las clases y en todas —sin excepción alguna— sucedía lo mismo cuando preguntaban si se encontraba o no Kuroko en clase. Cuando llegó la hora de hacer la prueba de acceso al club los tres amigos estaban emocionados —uno demostrándolo más que los otros dos— y más que listos de enseñar de lo que eran capaces.
Se dirigieron juntos al gimnasio, donde había una gran concentración de alumnos del sexo masculino, cosa que no era de extrañar: el club de baloncesto de la secundaria Teiko tenía gran prestigio y la gran mayoría de los ases de los grandes equipos de preparatoria —como lo eran Seirin y Rakuzan— salían de esa escuela.
—Muy bien —dijo uno de los asistentes de los entrenadores al ver que ya era momento de empezar—, la prueba durará una hora exacta. Serán veinte minutos de habilidades individuales y otros cuarenta como si se jugase un partido, a base de ello elegiremos quiénes jugarán en el tercer grupo, quiénes en el segundo y quiénes en el primero, ¿entendieron?
—¡¡Sí!! —exclamaron todos los presentes en el gimnasio al mismo tiempo.
La hora siguiente se les hizo eterna a la gran mayoría de los aspirantes para entrar al club de basket, menos a seis personas que disfrutaban como nunca el poder jugar a este deporte: a ellos se les pasó la hora como si hubieran sido solamente cinco minutos, y eso todos los observadores pudieron notarlo a la perfección: estaba claro quiénes estaban allí solo por fama, quiénes porque les obligaban a pertenecer a un club y quiénes estaban ahí por amor al deporte —aunque uno de los que más destacó se notaba y aún estaba adentrándose en la materia.
—Bien, ahora anunciaremos quiénes estarán en el tercer grupo —habló el entrenador del tercer equipo mientras iba mencionando una gran cantidad de nombres.
—Bien, los que pertenecerán al segundo grupo... —Empezó el entrenador del segundo equipo para decir otra gran cantidad de nombres.
—Y, finalmente, las seis personas que lograron pasar al primer grupo.
Murmullos se empezaron a escuchar entre todos los aspirantes tanto del tercer como del segundo grupo ya que les sorprendía que el mismo día de la prueba ya seis personas hubieran podido entrar así porque sí en el equipo principal: usualmente se requerían un par de meses de práctica antes de poder subir de categoría, muy pocos habían logrado entrar de buenas a primeras y, de los conocidos, solo el actual capitán del primer equipo.
—Bien, las seis personas son: Akashi Seijuro, Aomine Daiki, Midorima Shintaro, Murasakibara Atsushi, Kise Ryota y Kuroko Tetsuya, eso es todo por hoy —sentenció el asistente del entrenador del equipo principal, intentando volver a encontrar al último mencionado ya que la forma de jugar del susodicho le llamó tanto la atención por su falta de presencia, que fue el primero al que apuntó para no dejarlo fuera sin querer.
Todos miraban hacia la dirección donde se encontraban las seis personas que habían pasado la prueba pero, para variar, ninguno —a excepción de Akashi, Aomine y el entrenador del primer equipo— podía ver a Kuroko aunque estuviera en medio de los otros cinco —incluyendo entre quiénes no podían verlo a Midorima, Murasakibara y Kise.
—Perdone entrenador, pero yo solamente veo a cinco personas —dijo uno del segundo equipo.
—Yo igual.
—A mí me pasa lo mismo, ¿no se habrá equivocado? —cuestionó la asistente del tercer equipo.
De repente una estruendosa risa se empezó a escuchar por todo el gimnasio, llamando la atención de todos y cada uno de los presentes. La risa provenía del de piel morena, quien se carcajeaba en el suelo sujetándose el estómago y llorando de la risa, a lo que todos —menos los entrenadores, Akashi y Kuroko— le preguntaron en un grito el qué era tan gracioso.
—Es que vale que una clase no pueda verle, ¿pero cerca de cien personas? Definitivamente tienes demasiada poca presencia Tetsu —comentó el moreno aún riendo.
—No seas grosero Aomine-kun, sabes perfectamente que soy así —replicó el peliceleste y, en ese momento, todos, hasta los que estaban cerca de él, repararon en su presencia y soltaron una enorme exclamación ya que juraban que hace nada no había nadie en ese lugar.
—Es suficiente Aomine, sabes que la poca presencia de Tetsuya es su mayor ventaja a la hora de jugar —comentó tranquilamente Akashi.
«Increíble... ¿Cómo puede tener tan poca presencia?», pensó un rubio observando al más bajo de todos.
«¿Eh? ¿Siempre ha estado allí ese pequeñín?», se cuestionó un pelilila comiendo un caramelo.
«¿Cómo es posible que no lo viera antes? Oha-Asa predijo que hoy pasaría algo inesperado para los Cáncer, pero esto supera mis expectativas», divagaba en su mente un peliverde.
Tras toda la conmoción se celebró una pequeña reunión en cada equipo de Teiko para presentar a los nuevos integrantes a los que ya eran titulares. El primer equipo no era muy grande puesto que la gran mayoría de los integrantes de tercero ya habían ido a preparatoria y el resto o se habían cambiado de club o se habían ido a otra secundaria por diversas cuestiones, dejando únicamente a tres miembros, aunque solamente dos estaban disponibles actualmente, pero aquello los seis futuros milagros no lo sabían, todavía.
—¿Eh? ¿Ellos son los nuevos? No parecen ser la gran cosa —comentó un despreocupado Haizaki con las manos en la nuca al ver entrar a los cinco nuevos ya que, como siempre, no fue capaz de notar al más bajo.
—Compórtate Shōgo —dijo Nijimura con un aura amenazante a su alrededor, lo que puso nervioso al peliplata y lo calló—. Lamento su comportamiento, Haizaki es algo problemático —se disculpó el capitán mirando a las seis personas en frente suya, notando solamente, para variar, a cinco—. Como ya dije, él es Haizaki Shōgo, yo soy Nijimura Shūzō, capitán del equipo de la secundaria Teiko —se presentó educadamente obligando a Haizaki a saludar también.
—Mucho gusto, yo soy Akashi Seijuro —habló el pelirrojo educadamente.
—Aomine Daiki, es un placer. —El moreno sonrió alzando un pulgar.
—Kise Ryota, soy... —Comenzó a hablar el rubio haciendo una presentación súper larga y diciendo cosas innecesarias.
—Hmm... —El pelilila estaba comiendo una barrita de cereales con chocolate—. Murasakibara Atsushi —dijo para seguir comiendo.
—Midorima Shintaro —se presentó serio el peliverde.
—Bien, es un placer tenerlos a los cinco en el equipo —comentó el capitán sonriendo, a lo que Aomine reprimió una risa—. ¿Qué es tan gracioso?
—Lo gracioso es que no somos cinco, sino seis —contestó el peliazul señalando a su pequeño amigo peliceleste, por lo que tanto el pelinegro como el peliplata soltaron un chillido de asombro al ver allí a alguien que hace nada no estaba—. Y causas lo mismo de siempre, Tetsu.
—Por favor Aomine-kun, ya le dije que no era gracioso. —Kuroko frunció levemente el ceño, utilizando un tono de habla de "usted" para así acallar las risas del peliazul, cosa que funcionó a la perfección—. Soy Kuroko Tetsuya, es un placer conocerles —se presentó educadamente el más bajo.
—¿Dónde se encuentra? —preguntó nada más entrar al salón del club un algo irritado asistente de entrenador al solamente ver a dos de los tres jugadores que habían quedado del año anterior en el equipo.
—Al parecer su lesión era demasiado grave... No podrá volver a jugar hasta el próximo año —respondió Nijimura entre preocupado y molesto.
—Tsk, tal parece que tenemos buena, pero a la vez mala suerte... —susurró el ayudante con una clara expresión de enfado, acomodándose las gafas de tapón de botella en el proceso.
—Esto... perdone mi interrupción pero, ¿de quién están hablando? —cuestionó un curioso rubio.
—Hablamos del vice-capitán del equipo, podríamos decir que es un genio tanto en los estudios como en el deporte, por lo que está adelantado un curso y este sería su último año cuando debería de cursar segundo de secundaria —explicó el capitán tranquilamente—. Pero en nuestro último partido de práctica tuvimos la mala suerte de que el equipo al que nos enfrentamos tenía un par de jugadores que se la pasaban lastimando al equipo. Casi al final del último cuarto lo dañaron de gravedad ya que ese par había notado cómo este hacía todo lo posible para amortiguar el daño a sus compañeros de equipo. Ganamos 110 a 100, pero él colapsó al finalizar debido al sobreesfuerzo físico que hizo ya que le habían fracturado uno de los huesos de la pierna y lograron que le diera un desgarre en el gemelo derecho. Nos había engañado hasta ahora diciendo que fue un simple esguince en el tobillo por sobrecargarlo, pero cuando lo fui a visitar esta mañana y vi que no era así... De no haber estado lesionado habría terminado con un par de golpes de mi parte, pero dejando eso de lado al parecer no podrá jugar hasta el próximo año debido a que tiene que ir a rehabilitación y todo eso cuando se cure, así que volverá a la cancha en preparatoria —dijo Nijimura con tranquilidad mientras que en su mente no dejaba de preocuparse por su amigo de la infancia.
—... Nunca había oído sobre nadie que se sacrificara de esa manera por su equipo —pensó Kise en voz alta, emocionado por conocer a esa persona.
—El idiota de Inf es así —habló un molesto Haizaki al no tener a su compañero más competitivo en el equipo este año.
—¿Podríamos saber su nombre? —cuestionó Akashi con curiosidad.
—Por supuesto. Aunque lo hayan puesto en tercero por su intelecto, se podría decir que es el menor de los de segundo y, a pesar de ello, es un gran jugador y mi mejor amigo de la infancia. Su nombre es Infernus Eagle, probablemente el alero más bajo que he visto jugar, pero a pesar de su tsunderismo se preocupa por el bien de sus compañeros —lo presentó el capitán—. Aunque él no pueda jugar lo más probable es que alguna vez lo veamos por aquí observando el entrenamiento y analizándolos a los nuevos. —Sonrió con leve crueldad oculta ya que conocía muy bien a su mejor amigo y sabía cómo era él al analizar a fondo a una persona con potencial.
La futura Generación de los Milagros se sentían recibidos en el pequeño pero a la vez gran equipo, por lo que estaban felices allí y eso que solamente era el primer día de muchos que tendrían por delante.
* * *
Los días pasaron, habiendo superado ya dos meses de rigurosos entrenamiento en el club de basket. Toda la futura Generación de los Milagros se habían vuelto buenos amigos —a pesar de estar divididos en dos clases— y no había momento en el que se les viera separados —a excepción de en clase.
Ese día iban a tener un partido de práctica en la que iban a poner a prueba a los alumnos de primero. Nijimura había traído a Haizaki a rastras y algo golpeado por no querer asistir a ver a los novatos, pero Haizaki prefería esos pequeños golpes antes que la paliza que se hubiera llevado por no haber asistido a ese partido solamente por pereza.
Mientras en la banca había una discusión entre el pelinegro y el peliplata, un chico de cabellos rojizos algo largos atados en una coleta baja y ojos de un color cobrizo tirando más al rojo observaba desde la puerta al equipo de la secundaria Teiko con una sonrisa apoyándose sobre las muletas que debía de usar para caminar. Se había escapado del reposo absoluto para ir a ver a su equipo porque ya no aguantaba más el tener que estar en cama por esa estúpida lesión que le impedía caminar y jugar al deporte que le apasiona desde que tiene memoria.
Con todo el sigilo que una persona con muletas puede hacer, se acercó a sus dos amigos en silencio por detrás y, en el momento más inesperado, les habló:
—Ya estás queriendo que Shū-tan te de duro contra el muro... ¿no es así, Shō-tan? —cuestionó el pelirrojo con una sonrisa inocente causando un gran sonrojo en el peliplata mientras solamente provocaba un leve rubor en el capitán.
—¡¡Infernus Eagle!! ¡¡Eres pasiva muerta!! —exclamó el peliplata sonrojado hasta las orejas intentando darle un golpe al pelirrojo, el cuál solamente lo esquivó mientras se burlaba de su amigo, compañero y rival en el basket.
—Nunca cambiarás, ¿verdad Inf? —cuestionó el capitán entre avergonzado, divertido y alegre por ver a su amigo pelirrojo en perfecto estado a pesar de su lesión.
—Claro que no cambiaré Shū-tan, solo con la gente de confianza me comporto así y lo sabes —habló tranquilamente el pelirrojo.
—Bueno, déjame presentarte a los nuevos integrantes —mencionó Nijimura con una leve sonrisa—. Ellos son Akashi Seijuro, Aomine Daiki, Midorima Shintaro, Murasakibara Atsushi, Kise Ryota y Kuroko Tetsuya —presentó el capitán a los, como Haizaki a veces les decía, "chicos arcoíris".
—Mucho gusto —dijeron los seis al unísono.
—Bueno, como se habrán dado cuenta yo soy Infernus Eagle, anteriormente el vice-capitán del equipo de Teiko, pero nada de llamarme por mi apellido ni por mi nombre completo, solo díganme Inf y si quieren añadirle un honorífico bien, y si no pues también —comentó el pelirrojo mayor algo serio—. Veo que todos tienen habilidades excepcionales con solamente sentir su presencia... en especial el más pequeño, su poca presencia es tal que puede ser su mayor ventaja —razonó observando detenidamente a las seis personas frente a él.
Los futuros milagros estaban impresionados: él era la primera persona que había sido capaz de notar a Kuroko desde el primer momento sin que nadie le tuviera que decir que el peliceleste se encontraba en ese lugar en ese momento.
Nijimura simplemente tenía una diminuta sonrisa, nadie tenía una visión mejor que la de su pelirrojo amigo para notar los talentos de la persona con solamente una fugaz mirada, él no necesitaba ningún partido de prueba o siquiera observar el juego de la persona en cuestión, una sencilla mirada de refilón y ya tenía toda la información sobre ti y tus habilidades pasadas, presentes y las futuras más cercanas siempre y cuando fuera relacionado con el baloncesto.
«Es una habilidad innata, supongo.» Fue lo que le dijo Inf a Nijimura cuando le preguntó cómo era capaz de saber todos aquellos datos solo con un simple primer vistazo.
El asistente del entrenador regañó a Inf por no haberse presentado hasta ahora mientras él se disculpaba a regañadientes —ya que era algo tsundere en varios aspectos— y, tras el regaño, se sentó en la banca para observar el partido junto a sus amigos y al peliceleste —al cual no meterían hasta la segunda mitad por petición del pelirrojo mayor.
Aquellos chicos habían llamado por completo la atención del pelirrojo, quien conoce a Nijimura y a Haizaki desde pequeño debido a una casualidad que formó aquella extraña amistad que poseían en la cual Inf intentaba que tanto el pelinegro como el peliplata se dieran cuenta del amor mutuo que se profesaban de manera inconsciente.
Maldecía internamente a «Hanamiya no-me-acuerdo» e «Imayoshi yo-qué-sé» ya que gracias a ellos no podía ejercer su pasatiempo favorito en la secundaria que era el basket, su segundo pasatiempo favorito era molestar a Shū-tan —como le decía a Nijimura— y a Shō-tan —el apodo de Haizaki— e intentar emparejarlos. Inf ya dejaría su venganza contra «Imayoshi Cara de Zorro» y «Hanamiya la Maldita Tarántula» para otro día, de momento sus mayores preocupaciones eran sus hermanas y que Nijimura se encontraba en la fase «niego lo evidente» en cuanto a sus sentimientos hacia Haizaki se referían.
Sus pensamientos volvieron al partido cuando escuchó el silbato que marcaba el inicio, a lo que Inf calculó rápidamente que tenía exactamente dos minutos para observar a cada jugador durante cada cuarto y analizar su desempeño en el partido contra aquella secundaria, la cual era una de los mayores rivales de Teiko en la Junior High cada año.
«Aún recuerdo el partido que tuvimos el año pasado, de no ser por Shū-tan y Shō-tan no habríamos podido ganarles, pero claro, ningún "senpai" quiso admitirlo nunca», pensó el pelirrojo analizando todo lo que sucedía.
Solo habían conseguido el balón para ellos e Inf ya estaba más que seguro que aquellos seis chicos tenían talento natural para el baloncesto, el cual saldría a relucir a más tardar entre finales de primero e inicios de segundo.
Según el Nijihai —como llamaba al "shipp" entre Nijimura y Haizaki— sus ojos eran especiales, pero aquello era una vil mentira ya que aquellos orbes solo captaban las imágenes y era su cerebro el que las procesaba y razonaba a gran velocidad: simplemente tenía un intelecto bastante alto y por ello era capaz de saber el potencial oculto de cada jugador.
Su primera víctima de análisis fue Kise Ryota. El rubio se notaba y era bastante alegre y competitivo, además que tenía un talento innato para hacer a la perfección cualquier cosa que se propusiera y, debido a esto, era que no encontraba nada que le agradara demasiado a pesar de amar el deporte en general. Por su contextura, aspecto y forma de hablar y de moverse pudo deducir que era modelo, sin olvidar claramente aquella «sonrisa de mil watts» típica de la gente dedicada al modelaje.
«Le falta algo de técnica básica, pero posee el Copy Cat y eso es una ventaja. Si lo trabaja bien puede superar al vago de Shō-tan que no se empeña en mejorar su habilidad de robo —pensó, cerrando los ojos un momento para concentrarse—. Por su habilidad, movimientos y capacidad de aprendizaje, claro, sin contar la altura ni la experiencia... la posición de alero es la ideal para él y sería uno excepcional, incluso me da rabia admitir que sería mejor que yo en esa posición. Cuando despierte en preparatoria el Copy Cat al completo... será un rival terrorífico.»
Murasakibara Atsushi era su segunda víctima de observación. Su actitud era despreocupada, pero Inf pudo notar a la perfección que no le gustaba perder. Tenía bastante agilidad y coordinación a pesar de su gran tamaño, cosa que a veces era difícil de conseguir ya que la altura puede ser una ventaja pero al mismo tiempo una debilidad si uno no aprendía a moverse siendo consciente al completo de la envergadura de su cuerpo, pero en el caso del pelilila podía detener fácilmente a cualquiera que se atreviera a atacar, contraatacar o tirar a canasta. De momento su defensa era buena, pero tenía alguna que otra apertura que con la práctica se pueden mejorar hasta hacer de él «un muro inexpugnable.»
«Puede que sea perezoso y que por ello de momento no suba a atacar, pero si lo hiciera... Mein Gott, será casi imposible detenerlo si se pone a jugar en serio —pensó llevándose una mano a la barbilla—. Un gigante pelilila con una gran defensa y un poderoso ataque. Definitivamente será un pívot con mucho poder ofensivo-defensivo y un gran talento.»
Aomine Daiki —el tercero en ser analizado— tenía todos los boletos de poseer el Espíritu Salvaje de una pantera, solo que se notaba y el moreno aún no era conocedor de ese hecho.
Se movía de forma peculiar debido a sus juegos contra adultos en el Street Basket, además de poseer una gran agilidad y una capacidad para tirar de manera ortodoxa en desarrollo que llegaría a ser de temer una vez y perfeccionara aquello. Sonreía al jugar, demostrando así su amor por ese deporte y lo mucho que disfrutaba cada segundo en la cancha. Aún estaba desarrollando todo su potencial, pero para Inf era el novato que más había avanzado hasta el momento, catalogándolo como un talentoso ala-pívot.
«Será el primero en poder entrar en la zona, sus tiros sin forma que desarrollará cada vez a mejor y sumándole su velocidad lo harán alguien temible. Será importante que lo apoyen cuando el rival que tanto espera aún no aparece o sino causará la disolución del equipo. Pero eso no sucederá, no mientras la luz posea una sombra y la derrota le de un golpe de realidad», razonó con una sonrisa, emocionádose cada vez más por todo el talento reunido en una misma generación.
Su cuarta víctima era Midorima Shintaro quien, al parecer, también era seguidor de Oha-Asa al igual que Inf, solo que el pelirrojo intentaba conseguir los Lucky Items más pequeños o que pudieran pasar siempre desapercibidos.
Notaba la gran confianza que el peliverde tenía no solo en sus tiros, sin también en él mismo. Estimaba que sus triples serían temibles en un futuro, pero sabía que para Midorima iba a ser imposible alcanzar su máximo potencial si no llegaba a colaborar con el resto del equipo, después de todo habían secundarias que participaban en la Junior High que poseían temibles Double Team en defensa.
«Será un escolta muy interesante», pensó conteniendo sus ganas de ponerse en pie y salir al campo a jugar también.
El quinto en ser analizado era Akashi Seijuro, quien poseía todas las aptitudes para llegar a ser ek capitán del equipo. Inf estaba seguro que Nijimura había notado el mismo potencial como líder que él estaba viendo en esos momentos en aquel pelirrojo, más que nada porque el pelinegro había estado dos meses observando al menor en los entrenamientos.
«Será interesante cuando desarrolle el Ojo de Emperador, me gustaría poder enfrentarme a él en un uno a uno en cuanto lo haga, pero no es a mí a quien le corresponde lograr su despertar», pensó mientras movía la pierna izquierda completamente inquieto.
Puede que Akashi no poseyera el Espíritu Salvaje, pero su presencia se asemejaba a la de un león: esa fiereza con la que miraba a sus oponentes era como la de un león cuando caza a su presa. Al menos así es como Inf veía a Akashi.
Kise, Murasakibara, Aomine, Midorima y Akashi serían los cinco jugadores principales de esa generación, con buenas bases y con la capacidad de desarrollar habilidades milagrosas. Sí, eso era verdad, pero el pelirrojo sabía perfectamente que no empezarían a descubrir todo de lo que son capaces sin su «sexto jugador fantasma», después de todo Kuroko sería la clave para potenciar todo lo que esos chicos poseían.
«Definitivamente son una generación milagrosa... La Generación de los Milagros», pensó al ver cómo terminaba el partido, cerrando los ojos y sonriendo de forma altanera.
Los seis serían unos grandes jugadores y de eso Inf estaba seguro en su totalidad. Puede que Kuroko no jugara en una posición nombrable al igual que los otros cinco, pero con sus pases abrumadores y la manera en la que paso a paso va creando su habilidad sería el pilar mediante el cual se sostendría el resto de los jugadores milagrosos.
«Él será quien les levante la moral en su primera derrota, lo sé perfectamente. Él es el más excepcional de todos aunque su talento no pueda ser visto y catalogado como el de sus amigos y compañeros.»
—¡¡Fórmense!! —exclamó el árbitro al acabar el partido—. Con un resultado de 120 a 78, gana la secundaria Teiko. ¡¡Saluden!!
—¡¡Gracias por todo!! —exclamaron los diez jugadores presentes en el campo.
—¿Y bien Inf? ¿Qué has visto? ¿Tienes algo en mente? —cuestionó el capitán observando a su pelirrojo amigo mientras Kise corría a hablar con sus compañeros y amigos.
—Tienen un gran potencial, no puedo esperar por que inicie la Junior High... será muy interesante —comentó el de cabellos largos con una sonrisa sincera, abriendo sus ojos para ver directamente a su mejor amigo y capitán del equipo.
—¿Qué fue l...?
—No te apresures Shō-tan —comentó el pelirrojo interrumpiendo al peliplata—. Esos seis son gente muy interesante, no puedo revelar todo lo que he visto o la sorpresa no tendrá sentido.
—Si la pasiva máxima dice que será interesante es que de verdad lo será, así que esperaré —habló tranquilamente Haizaki aún sabiendo lo mucho que le molestaba a Inf el que Shōgo le llamara «pasiva máxima.»
—Shō-tan~ si no fuera por mi pierna rota y escayolada créeme que deberías correr... —comentó el pelirrojo con un aura y una sonrisa amenazante, causando un escalofrío en el peliplata.
Así pasaron los meses y la secundaria Teiko arrasó en la Junior High gracias al increíble trabajo en equipo que poseían: una coordinación única que ningún otro equipo habría logrado en tan poco tiempo. Todo eran celebraciones por el campeonato ganado y por los increíbles jugadores que había en este, ahí empezaron a ser llamados la Generación de los Milagros, aunque, a pesar de ello, nadie aún había notado la presencia del sexto jugador fantasma.
O, por lo menos, de momento.
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¿Cómo es posible que editado quede unas 1.000 palabras más largo que el original? Cinna ya no entiende nada xD
No pos, ¡hasta aquí el primer capítulo editado!
Cinna espera que les haya gustado y que disfrutaran el capítulo tanto como Cinna disfrutó el escribirlo uwu
Version original publicada en julio/agosto de 2017
Edición publicada el 08/02/2020 a las 18:30pm (hora española)
~Cinna fuera~
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