Me hipnotizo en tus cambios, en tus resaltaciones, elegancias.
En todo el nuevo tú.

Trato de contenerme y no llevar mi cámara en alto porque sé, en lo profundo de mi ser, que tengo que dejar de llenar mi galería con tus fotos.

Y es que, por más que quiera olvidarte, jamás podré hacerlo, porque tu silueta siempre me acompañará a todos lados mediante la bendita tecnologia que me permite acosarte.

Aún así, mi mente me martilla por no haber seguido mis impulsos de grabarte en fotografía para poder estarte viendo junto ahora, calmando las ansias que tengo de verte y analizarte con una mirada profunda y necesitada.