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Capítulo 7: Se llama rescate


Una vez llegados al recinto Jungkook no para de volver su cabeza a todos los espacios que sus ojos alcanzan. Ya tienen el coche aparcado en una de las líneas del medio ocupando el extremo izquierdo de la fila. La pantalla se ve perfectamente -difícil sería no verla teniendo en cuenta su enorme tamaño- y los demás chicos no parecen nervioso. Tras aparcar el coche de espaldas todos cogieron un lugar dentro de la cabina de mercancía. Jin incluso trajo un saco de dormir y snacks.

Namjoon está analizando las críticas que ha tenido la película y contando su opinión sobre el libro en el que está basada. Jin come sin hacerle ni un mínimo caso y Jimin finge escucharle cuando realmente está pendiente de la comida del mayor del grupo.

- ¿Quieres un poco Jungkookie? —el pelinegro se sobresalta al encontrarse unos palillos agarrando un pedazo de gimbap a centímetros de su cara. Nada más abre la boca para responder, ya le están metiendo la comida dentro.— ¿A qué está rico?

- Solo yo le llamo Jungkookie... —interviene Jimin. Inmediatamente Jin pone un pedazo frente a sus ojos y el pelirrojo se relame hasta que inminentemente cae entre sus brillantes labios. le habría sido imposible haberse relamido más veces.— Yialale momo ieraz.

- ¿Quieres más Jungkookie? —Jimin frunce el ceño pero decide no decir nada y fingir seguir escuchando al pobre Namjoon. Aún está masticando. Jin sonríe victorioso y mira al menor.— También traje donkatsu.

- Estoy bien, hyung —tiene el estómago cerrado por los nervios. Aún así recuerda que debe ser amable y sonríe de oreja a oreja.— Estaba muy rico. Luego probaré un poco.

En verdad tiene hambre. Sus tripas rugen silenciosamente de una manera que ni él mismo se da cuenta. Solo tiene atención para las tres colinas que les rodean. Al contrario que Jimin quien presta más atención a la comida que cualquier otra cosa en el universo, él no puede parar de pensar en las palabras de Taehyung.

Pasan los minutos y el horizonte permanece intacto. Tampoco hay ninguna señal del tatuador por ninguna parte y Jimin no le ofrece ninguna respuesta servible. Con el paso del tiempo incluso se anima a terminar atacando los snacks junto a todos los demás.

Ya casi es la hora de que comience la película. Las luces cogen más intensidad y la música de ambiente se cambia por unos tambores típicos del comienzo de película. Jin y Jimin, quien se ha apropiado un sitio en el saco de dormir del mayor, se arrejuntan y miran expectantes la pantalla. Namjoon come palomitas con un brazo apoyado sobre el borde de la placa metálica. Está sentado junto al más joven.

- Termínatelas tú —Namjoon le coloca encima una bolsa de palomitas a medio terminar. Jungkook se limita a meter la mano y agarrar un puñado.

- Oye hyung.

- ¿Ah? —el mayor le mira sorprendido. Como si no se creyera que Jungkook pudiera habla. Más aún que estuviera dirigiendo su voz hacia él. — ¿Qué ocurre?

- Antes Taehyung dijo algo de una colina —nada más escuchar la palabra, el pelirrosa sonríe. Jungkook siente como su pecho se ilumina por dentro. Podrá saber qué significa.— ¿Tú sabes qué quiere decir con eso?

- Es una tontería —a pesar de que segundos antes le ha dado la bolsa de palomitas, la mano del mayor no tarda en abrirse paso de nuevo entre las palomitas.— pero no se lo digas a Jin o se enfadará.

- ¿Por qué iba a enfadarse?

- Porque no le hace ninguna gracia que Taehyung intente hacer locuras con su moto. Y menos en medio del autocine. —mira al nombrado de reojo y ríe en voz baja— La vez anterior bromeé con que si atropellaba a alguien sería más emocionante de ver que cualquier película y estuvo tres días sin dirigirme la palabra.

- Pero no piensa atropellar a nadie... —Namjoon no responde y el pelinegro se impacienta— ¿no?

- Esperemos que no.

Está a punto de volver a preguntar, pero un sonido estremecedor le interrumpe. La película ha comenzado. Todas las luces se han apagado y únicamente está iluminada la pantalla con los primeros segundos del film. Jungkook mira a Jimin y sonríe con ternura. Puede apreciar como su amigo ya está empezando a inquietarse.

Él por el contrario casi tiene que esforzarse en querer ver la película. Ni aún siendo de terror, su género preferido, siente emoción al ver la pantalla. Está distraído. Pero de cualquier manera, ¿qué otra cosa mejor tiene para hacer en ese instante? Nada. Por lo no tarda en terminar acomodándose sobre el duro suelo de metal y observar fijamente la pantalla a la espera de que suceda algo impresionante.

Y suceden cosas impresionantes, pero ninguna le consigue atrapar tanto como la que se desarrolla fuera de la pantalla después de que el teléfono de Namjoon se ponga a sonar. Jin, quien está completamente abrazado a Jimin, ambos aterrados, mira al dueño del ruidoso teléfono con el ceño fruncido.

- Es Taehyung —le explica el pelirrosa. Jin tuerce aún más el gesto y le señala con el dedo para que apague esa música que está empezando a incordiar a todos los presentes. Sobretodo a Jungkook, quien después de haber escuchado el nombre de Taehyung solo está deseando que descuelgue el maldito aparato.

- ¿Pasa algo? —pregunta el pelinegro casi en un susurro.

- No lo sé —Namjoon se encoge de hombros y finalmente descuelga la llamada— ¿Qué pasa? Estamos viendo la película... e-espera espera... repitelo desde el principio... —Jungkook mira el móvil junto a la oreja de Namjoon cada vez más interesado.— ¿cómo? Joder Taehyung... ¿ahora? —el pelinegro tiene los puños apretados con impaciencia. Quiere hacer algo pero únicamente puede permanecer de la forma más pasiva posible a la situación.— ¿nada de nada? bueno... sí, claro... pero si me marcho Jin se enterará... sería la primera vez que uso los aseos —ríe con voz ronca y Jungkook se plantea internamente pegar su oreja al teléfono. Tampoco sería el comportamiento más raro visto en un ser humano desde el principio de los tiempos hasta la actualidad.

- ¿N-necesitas algo hyung? —consigue preguntar en un hilo de voz. Namjoon le mira sorprendido pero no tarda ni un segundo en formar una sonrisa de oreja a oreja.

- Un momento Tae —inmediatamente cubre el micrófono con la palma de su mano y se inclina sobre el menor. Jungkook se sorprende pero no se aparta.— ¿A ti te importaría hacerme un favor?

- Claro que no hyung.

- Tienes que llevarle este dinero a Taehyung —muestra un pequeño fajo de billetes y se lo mete al pelinegro en el bolsillo de la sudadera. El pulso del receptor empieza a acelerarse. Se siente como si estuviera haciendo algo ilegal. ¿Está haciendo algo ilegal? En absoluto. Espera que no.— está en la entrada. Vas y se lo das. Él te explicará todo lo demás.

- Eh...

- Y finge que vas al baño o cuenta cualquier otra excusa. No queremos que cierta persona... —Jungkook sabía perfectamente a quién se refería con esas dos palabras. Tenía un ojo cerrado y el otro cubierto por los dedos de su propia mano. Y no, no era su mejor amigo.—... se entere.

- ...

- Taehyung —vuelve a colocar el teléfono junto a su oreja —te mando al pequeño. Sí sí, ese... creo. Yo que sé. Bastante que te ayudo. —Jungkook traga saliva. Ahora sí que ha perdido el completo interés en la película.— ¿En la entrada entonces? Perfecto. Ya va para allá... — el mayor levanta el pulgar y Jungkook siente cómo todo su cuerpo se revuelve por dentro.


Empieza a ponerse en pie con completa desconfianza. Por algún motivo no le gusta ocultarle cosas a Jimin. No teme que le pase algo malo pero tampoco se siente completamente seguro entre esta gente, al fin y al cabo son practicamente desconocidos para él.

Por ello cuando su mejor amigo le pregunta que a dónde está yendo y Jungkook responde que al baño, su voz se rompe al final de la frase. Intenta disimularlo con una sonrisa pero Jimin frunce el ceño. Insiste en acompañarle y Jungkook niega. Termina incluso interviniendo Namjoon con una ocurrida frase acerca de la libertad y dejar respirar a la gente cuando quiere marcharse a cagar. Jungkook se pone rojo y enfatiza que unicamente pretende expulsar pis. Todo el mundo se ríe. Todo el mundo menos Jin. Les manda callar silencio y la conversación termina al instante.

Jimin se ve forzado a aceptar entre dientes y deja que su mejor amigo se marche del auto con un destacable salto.

Cuando los pies de Jungkook tocan la arena del suelo, lo primero que hace es meter su mano en el bolsillo de la sudadera para comprobar que aún sigan ahí los billetes que le dio Namjoon. No puede perder esos billetes por nada del mundo. Ni siquiera sabe para qué son, pero sí que sabe algo infinitamente más importante.

Para quien son.

Empieza a caminar entre los autos. Muchos cristales empañados y escenas difíciles de identificar hacen que sus pasos se aceleren hacia ningún lugar en concreto. Es de noche. La música de tensión de la película empieza a hacer notar la adrenalina de su cuerpo. Se muerde el labio inferior con fuerza y empuja a sí mismo a seguir avanzado. La mano todo el rato en el bolsillo agarrando los trozos de papel.

No encuentra la salida. Sencillamente no la encuentra. No es su culpa, es culpa del recinto y las deplorables indicaciones, o más bien la falta de estas. Eso sí, el camino a los baños se diferencia perfectamente por la cantidad de restos de papel que ha dejado la gente por el camino. Suspira y se detiene en una zona ligeramente apartada.

Abre el móvil y piensa escribirle un mensaje a Jimin. Está a punto de entrar en la conversación de su mejor amigo cuando de repente una voz ronca se abre paso junto a su oreja.

- Bú —literalmente es capaz de sentir el aliento de esa persona. Abre la boca para gritar. Ni siquiera lo piensa puesto que es puro instinto. Pero no le da ni tiempo antes de que una mano enorme se la cubra y le impida soltar sonido.— No te asustes. Soy Taehyung.


El corazón de Jungkook aún funciona con dificultad. Juraría que se ha reiniciado. La mano sobre sus labios no tarda en deslizarse hasta liberarlos y solo en ese momento se gira de cara a la persona provocadora de un infarto digno de hospital.

- ... —permanece en silencio. No sabe qué decir. Aún le falta el aliento. Y lo que termina de desconcertarle por completo es la carcajada que suelta el castaño al cabo de unos segundos. Aprieta los dientes y su cuerpo comienza actuar por sí solo.— ¡No vuelvas a hacer eso en tu vida idiota! —le da un empujón al mayor al mismo tiempo que fulmina con sus ojos. Unos ojos completamente envueltos por furia.


La sonrisa del mayor va decayendo a cámara lenta hasta quedar boquiabierto. Su expresión es de pura sorpresa. El pecho de Jungkook sube y baja al mismo tiempo que su pulso se estabiliza. Taehyung se pasa una mano por el pelo. No sabe qué decir.

- No tenía idea de que te asustaras tan fácilmente...

- Y no lo hago —aunque el castaño no le crea, realmente Jungkook no es de susto fácil. De cualquier manera en ese momento le da exactamente igual. El menor se avergüenza de su reacción pero no piensa disculparse. Aún está molesto.— Toma —le tiende el fajo de billetes con brusquedad y guarda las manos en el bolsillo ahora vacío.


Jungkook se gira y comienza a andar en dirección contraria. Está enfadado pero toda esa sensación comienza a disminuir con cada paso. No ha avanzado ni un metro y ya siente que quiere disculparse.

- ¡Eh! ¡Espera! —ni medio segundo tarda en volverse hacia el tatuador. Agacha la cabeza ligeramente avergonzado y espera con los pies plantados y completamente rígidos sobre el suelo.— Quería preguntarte... —un cosquilleo vuelve a invadir el pecho del menor. Incluso termina levantando el rostro y se queda embobado viendo los grandes ojos del contrario.— ¿no te habrás quedado algún billete?

- ... —Jungkook tarda en asimilar lo que acaba de escuchar. Ni siquiera se plantea revisar su bolsillo antes de responder.— ¡Claro que no!

- Era broma —Taehyung vuelve a reírse y Jungkook se sonroja. No sabe cómo reaccionar pero al menos se siente más tranquilo.— Por cierto... —el ambiente se ha calmado en cuestión de segundos. Tanto el enfado como los nervios del pelinegro han desaparecido. Ya no tiene ningún cometido en ese lugar, pero aún así permanece hablando con el tatuador.— ¿Cómo va el tatuaje?

- ¿Ah? —la mano de Taehyung se dirige a su nuca y Jungkook se bloquea por unos segundos. Agradece a los cielos que sea de noche y sus mejillas completamente rojas se camuflen con la oscuridad.— B-bien...

- No esperaba menos —siente los dedos del mayor rozar su cuello de arriba a abajo. Trazan las perfectas líneas del tatuaje tal y cómo hizo la aguja en su día. Sus piernas se tambalean en el segundo justo que Taehyung aparta la mano.— Jimin no habría dejado que se te infectara. Te tiene en un pedestal.

- ¡JIMIN! —el menor se lleva las manos a su rostro y sus ojos se abren como platos. Acaba de recordar que le contó a su amigo que iba al baño. Hace un buen rato que debería estar de vuelta.— se va a preocupar si no vuelvo ahora mismo.

- ¿Volver a dónde? ¿A ver la película?

- ¡Se pensará que estoy cagando! —niega varias veces y se apresura a dirigirse de vuelta al camión junto a todos los demás. Intenta caminar hacia delante pero se termina bloqueando. No sabe cual es el camino correcto.—... —inspira hondo y se pasa la mano por el pelo con agobio.

- Jimin también hace eso, lo del pelo... —habla Taehyung e imita el gesto con un poco de burla. Su sonrisa muestra unos colmillos afilados.— No sabes como volver — y estos, brillantes, se iluminan con el faro de un coche que pasa junto a la pareja de chicos en ese momento.— ¿cierto?

- ¿Tú no necesitabas el dinero para algo? —pregunta inquisitivo ignorando la cuestión del contrario.

- ¿Eh? —el castaño alza el fajo de billetes — Eran para pagarme la entrada al recinto — Jungkook se desconcierta aún más al escuchar esa respuesta y eso se refleja por completo en su cara.— Me pararon los de seguridad y me quitaron la moto... —rueda los ojos al tiempo que vuelve a guardar los billetes en su bolsillo— de hecho aún la tienen.

- ¿Cómo?

- Al parecer ese vehículo no tiene su entrada permitida en el recinto —alza los dedos imitando unas comillas cuando recita esa frase.— Son unos racistas de los vehículos a dos ruedas.

- Pero hyung...

- ¿Mh? —alza la vista con desinterés. — ¿Qué pasa?

- Estás aquí... dentro... dentro del recinto quiero decir.

- Ah —se sube la cremallera de su chaqueta negra de cuero — me colé.

Jungkook traga saliva. Por raro que parezca no se siente sorprendido. Toda esta información ya le parece habitual viniendo de Taehyung. No conoce al tatuador pero sabe que esto es típico de él.

- Genial... —fuerza una sonrisa educada y se vuelve a colocar la capucha de su sudadera.— Entonces viendo que no me necesitas, yo creo que me voy a ir marchando...

- ¿Sabrás volver tú solo? —pregunta el mayor burlón. Jungkook suelta un bufido y comienza a caminar, pero no tarda en ser alcanzado por el contrario.— No te enfades...

- No estoy enfadado —responde con completa sinceridad.— pero tienes razón. No sé volver y no tengo ganas de pasarme toda la película dando vueltas hasta encontrar el coche... —suspira desanimado y da una suave patada a una piedrecita que se cruza en su camino.— creo que debería llamar a Jimin...

- También puedes no llamarle —el pelinegro le mira alzando una ceja y Taehyung se encoge de hombros.— y venirte conmigo.

- ¿Contigo a dónde?

- A recuperar mi moto obviamente —le rodea con un brazo y de la nada con esa misma mano muestra el fajo de billetes —y a gastar todo este dinero en comida y tabaco.

- Yo no fumo.

- Yo sí —Jungkook se planta en seco y se queda mirándole en silencio con una ceja alzada. Taehyung tras andar un par de pasos solo también se detiene y se gira para seguidamente alzar los brazos.— ¿Qué? —el menor niega con la cabeza y vuelve a retomar su camino a ningún lado en concreto.— ¿Qué? ¡Vale, vale! ¡Nada de tabaco! —acelera el paso para volver a alcanzar al pelinegro encapuchado.— Tengo dos cajas llenas de cualquier manera...

- No creo que sea buena idea...

- ¿Cómo no va a ser buena idea comer?

- No me refiero a eso —otra piedra se cruza en el camino de los pies del menor.— No quiero que Jimin se preocupe. Debería haber vuelto hace un buen rato... —finalmente se decide a sacar su móvil y marca el número de su mejor amigo.— Voy a llamarle.

Y eso mismo hace. Llamarle.

El teléfono y su correspondiente pitido resuenan durante varios segundos pero nadie contesta al otro lado de la línea. Jungkook está parado con el móvil en la mano mientras Taehyung, apoyado en un árbol, le observa fijamente.

- No lo va a escuchar.

- ...

- Estás perdiendo el tiempo —insiste el mayor. Jungkook no dice nada y se limita a marcar de nuevo.— No va a escucharlo hasta que termine la película, te lo estoy diciendo.

- ¿Tienes el número de Namjoon? —termina rindiéndose el menor y guardando su teléfono de vuelta al pantalón.

- No voy a llamar a Namjoon.

- ¿Por qué? —un gesto de preocupación cruza su rostro y el tatuador no tiene más remedio que sonreír con diversión. Se incorpora y acerca con lentos pasos hasta el menor.— Sé que lo tienes...

- No voy a llamar a Namjoon porque quiero que vengas a comer contigo.

Jungkook mira al tatuador en silencio durante varios segundos. Una parte le dice que debería volver con los demás al coche pero sin haberlo notado la voz que le empuja a marcharse con Taehyung ha ido cogiendo cada vez más fuerza.

Y parece que el susodicho lo sabe.

El castaño se acerca a él sabiendo que Jungkook solo necesita un empujón para ceder. Un pequeño empujón. Taehyung se inclina sobre el menor y sin que este se lo espere le agarra el móvil del bolsillo trasero de su pantalón. Jungkook se queda petrificado.

- ¿Me dejas mandarle un mensaje de voz? —no dice nada pero termina asientiendo debilmente. Alza el dedo para desbloquear el móvil y Taehyung sonríe.— No te preocupes, Jimin me adora... —Jungkook pone una mueca dudosa pero no le detiene.— ¡Jiminnie! ¿Adivina con quien estoy? —le acerca el móvil al menor y mira fijamente esperando unas palabras por parte de este.

- Hola hyung —inconscientemente se le asemeja a una llamada de secuestro y una leve sonrisa aparece en su rostro por esa ocurrencia.

- No te preocupes que lo estoy cuidando. De hecho pensaba llevarle a cenar ahora mismo. No nos esperes despierto. Soy Taehyung por cierto. —y corta el audio. Jungkook se queda con la boca abierta cuando le devuelve el móvil.— Y ahora vamos a por mi moto.

- Hola hyung... soy Jungkook... espero que no estés enfadado.

- ¿En serio le estás mandando otro audio?

- Solo quería avisarte de que me voy con Taehyung a cenar. Me lo encontré mientras buscaba vuestro coche y tampoco quería molestart-

Y el audio se envía sin que siquiera termine de pronunciar la palabra. El dedo de Taehyung se ha tomado la libertad de toquetear la pantalla del móvil y salir de la conversación. Jungkook afila la mirada pero el contrario ni se inmuta, de hecho retoma rapidamente su paso.

¿Y Jungkook?

Jungkook le sigue sin estar completamente seguro de haber tomado la opción acertada. Muy probablemente no lo sea. Y tampoco le importa demasiado, porque lo que si sabe con absoluta certeza, es que es la opción que más interés le causaba.

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