¿DE QUIÉN ES EL CUMPLEAÑOS?
Hola bandita lockytastika, aquí su dios nórdico favorito, trayendo les el segundo capítulo de esta historia experimental, además de avisarles que si quieren leer el siguiente capítulo de esta y otras historias algunos días antes de su publicación, estoy aceptando donaciones, para así poder ayudarme en mi económico, y por ende a tener tiempo libre para escribir capitulos mas seguido, sin nada más que decir, espero y les guste este capítulo.
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La noche ya hacía presente en la casa Loud, la cena había concluido hace apenas unos minutos, el matrimonio de once hijos ya hacía en su habitación, la madre miraba fijamente una foto de su hijo junto a ella, la cual conmemoraba su cumpleaños no. 4, el último cumpleaños que recordaba haber pasado junto al peli blanco.
Mientras el padre salía del baño, su mojada cabellera, acompañada de una toalla daba a entender que recién había tomado una ducha, algo normal debido a que no podía hacerlo apenas llegar de su trabajo.
El esposo solo miro a su esposa, la cual seguía concentrada, viendo aquella imagen del pasado con una expresión triste en su rostro, como ya llevaba 3 días haciéndolo, el esposo solo nego con la cabeza dió un suspiro y se acostó a un lado de su mujer, la cual al notar a su marido dejo el cuadro en su mesita de noche y procedió a verle.
Ambas miradas se cruzaron, y sin intercambiar palabras cerraron sus ojos para así descansar.
Ya habían pasado 4 días desde que notaron la ausencia de su hijo, desde la primera noche la madre no logro conciliar el sueño, y eso se notaba en sus ojeras, que aunque lograba ocultar las con su maquillaje, su torpeza durante la mañana revelaba su falta de sueño.
La mañana siguiente al descubrir la ausencia de su único hijo, la madre desperto antes que su marido, con una completamente carente alegría, y un gran cansancio sobre su cuerpo.
La madre se puso de pie, intentando no despertar a su marido, fue al baño y tomo la ducha más fría de su vida para así despertarse, al terminar solo se coloco su pijama nuevamente, junto a la bata que solía usar sobre está, para así recuperar algo de calor en el cuerpo.
Salió del baño, se sentó en la cama, vio nuevamente la foto de su único hijo, el cual sonreía felizmente mientras abrazaba a su madre, la cual observó la noche anterior hasta quedarse dormida, se coloco sus pantuflas, se puso de pie nuevamente y salió de su habitación, rumbo a la cocina para así hacerse un café.
La madre paso por la sala, y antes de llegar al comedor observó la puerta que ya hacía frente a ella, la puerta de enfrente, la cual llevaba al patio.
Por un momento se vio tentada a abrirla, salir al patio rumbo a la cochera eh ir a ver a su hijo, pedirle que desayuné junto a toda la familia, y así tal vez poder ser nuevamente la familia unida que alguna vez fueron, o por lo menos la que ella siempre creyó que era .
La madre se dirigió a la puerta, tomo la perilla y cuando estuvo a punto de girarla, una voz detrás de ella detuvo.
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Lori: Lincoln no está
Rita: -observando hacía el sofa- ¿Como sabías que...? Espera, eso no puede ser, ¿A dónde estaría a esta hora?
Lori: creo que en su trabajo, solo se que Lincoln sale a las seis de la mañana.
Rita: ¿Lincoln tiene trabajo?
Lori: ¿Si?
Rita: -molesta- ¿Y por qué nunca me lo dijeron?
Lori: creí que lo sabías, ya que el te pidió permiso enfrente de todas, -suspira- además no suele desayunar con nosotros.
Rita: bueno yo...
Lori: -se cruza de brazos- se honesta conmigo mamá, por qué enserio las chicas y yo estamos preocupadas.
Rita: -baja el rostro- Lori yo...
Lori: mamá... ¿Te has olvidado de Lincoln durante estos cinco años? ¿Si no es que más?
Rita: no lo sé.
Lori: mamá anoche no sabías que Lincoln no come con nosotros, o que se había mudado a la cochera si quiera, así que por favor dime la verdad, ¿Se olvidaron de nuestro hermano?
Rita:...
Lori: ¿Te olvidaste de tu único hijo?
Rita:... -aprrtaba los puños-
Lori: tu silencio lo dice todo... Tendré que decirle a las chicas.
Rita: Ellas... Ellas no tiene que saberlo, solo olvide un par de cosas.
Lori: no mamá, no son solo un par de cosas.
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En ese momento la hija mayor fue rumbo a la cocina, seguida por su madre, la cual solo la miraba con confusión, la hija abrió el refrigerador, tomo unos platillos, fue a la mesa y los coloco sobre está, la madre no tardó en reconocerlos, pues eran los platillos que correspondían al desayuno de su hijo, con el cual se prometió a hablar sobre la importancia de desayunar, promesa que había estando olvidando hasta hoy.
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Lori: ¿Acaso Lincoln te importa tan poco? Que te olvidas todos los días de que siquiera existe.
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Después de ese amargo momento la hija mayor partió nuevamente hacia su habitación, mientras la madre solamente se sentó en el comedor mientras meditaba las palabras de su hija.
La mañana siguió su curso normal, el padre se despertó, sorprendido de no encontrar a su esposa, solo para terminar encontrandola en el comedor, pero recordando la noche anterior decidió darle su espacio.
El hombre al igual que el resto de la familia decidió seguir con su día a día, llevando a sus hijas a la escuela, para después ir a su trabajo, mientras la hija mayor se fue por su cuenta, y la madre, solo se quedó en el comedor, sentada en su lugar de siempre, mientras frente a ella, se posaba un plato servido que correspondería a su único hijo.
La madre en total soledad decidió desahogarse a lágrima viva, pues se había dado cuenta de algo, y es que si no hubiera hecho esa pregunta la noche anterior, su rutina sería la misma, sin recordar a ese "niño" de cabello blanco, posiblemente hasta su muerte.
La tarde llego, la madre sin muchos ánimos de hacer nada decidió sacar viejos álbumes de fotos, los cuales contenían los mejores recuerdos de una familia unida... O eso creía.
La fotos comenzaron con el inicio de la feliz pareja, hasta la llegada de su primera hija, foto tras foto solo hacían que la ligera sonrisa que comenzaba a marcarse en su rostro, se hiciera más radiante.
Y con cada nuevo álbum se incluía una nueva hija en las fotografías, ver los recuerdos de sus hijas crecer armoniosamente en una familia unida le regresaba la alegría pérdida... hasta que llegó a un pequeño álbum.
Este era de color naranja, y a comparación de todos los demás este era sumamente delgado, al abrirlo su sonrisa antes menguate volvío a pronunciarse, pues la primera foto era un recuerdo muy especial, uno que logro sentir desde su corazón hasta su vientre, pues era una foto de ella cargando a su único hijo, apenas terminó el labor de parto.
Y con una nueva calides en ella paso a las siguientes fotos, y en ese momento la calides desapareció, la siguiente foto era una de su hijo junto a ella y su esposo en la fiesta de un año del pequeño, la tercera era una foto de el en su segundo año, la cuarta foto... Fue la que terminó por helar su cuerpo.
En ella se encontraba una mujer con un vientre abultado, en espera de su siguiente hija, y a su lado, un pequeño de 3 años recién cumplidos, que torpemente trataba de ocultar su tristeza con una sonrisa.
La sensación de vacío que sentía en estos momentos era indestructible, pero su curiosidad por saber en qué momento cambio su hijo hizo que se moviera para ver las siguientes fotografías.
En la quinta fotografía la madre no pudo contener las lágrimas, pues en medio de aquella imagen se encontraban dos padres extasiados de felicidad, mientras que en un abrazo sostenían a su sexta hija, mientras que a un costado de la foto, su hijo solo comía un pedazo de pastel, con un rostro completamente triste, observando aquel momento de unión familiar, en el que debía ser su día especial.
La tarde llego, la madre solo guardo los álbumes nuevamente, sus hijas comenzaron a llegar de la escuela, y eso significaba que su hijo también, así que se dió un baño para poder salir a hablar con el, tal vez disculparse por la forma que lo hicieron de lado por años y tal vez empezar de nuevo.
La madre recién terminada de arreglarse salió por la puerta de enfrente, cruzo por el patio y llegó a la cochera, tomo el pomo de la puerta y trato de abrirla, pero no funcionó, la puerta no se abrió, solo supuso que su hijo quería privacidad, así que tocó la puerta, pero no hubo respuesta, tocó en repetidas ocasiones pero todas terminaron con el mismo resultado.
Observó por la ventana de la puerta pero... Nada... vacío, la habitación de su hijo estaba completamente vacía la madre con dudas y tristeza regreso a su casa, cerro la puerta y antes de hacer cualquier otra cosa noto a una pequeña niña de cabello rubio, con vestimenta lila, la cual esperaba pacientemente mientras veía por la ventana, y con dudas sobre su actuar la madre decidió preguntar.
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Rita: Lily... ¿Que haces?
Lily: espero a Lincoln.
Rita: ¿Lo esperas por algo en especial cariño?
Lily: no mami, solo me gusta pasar tiempo con el.
Rita: ya veo... Lily... Cariño, -sobando su brazo- ¿Sabes a qué hora regresa tu hermano?
Lily: -negando con la cabeza- no lo sé, solo lo espero aquí hasta que llegue.
Rita: ¿y... -observando la mochila junto a la niña- no tienes tarea que hacer?
Lily: la hago con Lincoln, siempre me ayuda, y es mejor explicándome que Lisa.
Rita: ya veo... Me alegra saber que Lincoln aún pasa tiempo con la familia... Aunque sea contigo.
Lily: a mi también me gusta pasar tiempo con mi hermano mayor, aunque... Me gustaría que fuéramos una familia unida como antes, es triste verlo solo.
Rita: también yo Lily... -abrazando a su hija- También yo.
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Las horas transcurrieron sin nada interesante que decir, la madre se dedicó a hacer el almuerzo para sus hijas que estaban presentes, y la pequeña niña desapareció en algún lapso de la tarde, por lo que la madre concluyó que su hijo había regresado.
Por lo que salió de su hogar rumbo a la cochera, donde al otro lado de la puerta escucho una voz desconocida, la voz de un hombre, el cual conversaba felizmente con su hija menor.
La madre tomo la perilla de la puerta para así poder entrar y hablar con su hijo, pero apenas la tocó, no pudo evitar recordar las fotos que había visto apenas hace unas horas, lo que la hizo sentir una tristeza y un vacío en su pecho, pues sabía que si entraba, aquella imagen de un niño alegre que albergaba en sus memorias se perdería para siempre, por lo que decidió regresar a la casa Loud con lágrimas en los ojos.
A la llegada de la noche la cena fue servida, la madre no pudo evitar notar el asiento vacío, por lo que antes de que sus hijas o esposo comenzarán a comer, mando a llamar al único hijo varón, solo para recibir la misma respuesta que la noche anterior.
Esa noche fue la comida más silenciosa de todas, pues ninguna hija se atrevió a hablar, la madre se retiró antes de la mesa, dejando el platillo a medio comer, la familia solo termino de cenar, la hija mayor se encargó de la limpieza mientras las demás hijas fueron a sus habitaciones, y el esposo acompañaba a su mujer, la cual ya hacía dormida, lagrimeando mientras abrazaba una vieja foto de ella con su hijo.
Los días posteriores a aquella noche fueron casi exactamente iguales, la madre no dejaba de ver los álbumes familiares, a pesar de que lágrimas salían de sus ojos apenas tomara el primero, una a una, comenzó a notar que las fotos del álbum naranja concluían con su hijo de cuatro años, dejando lo que restaba en un completo y tortura te color blanco.
Pues después del nacimiento de la sexta hija, los padres dejaron de festejar el cumpleaños de su único hijo, y lo peor no acabo ahí, reviso casa álbum, uno por uno, foto por foto, con una precisión telescópica, solo para descubrir como sus hijo comenzaba a alejarse de la familia lentamente, hasta que en una fotografía familiar... Desapareció.
Desesperadamente busco a su hijo en aquella foto, donde se encontraba "toda" la familia, sentada en las escaleras de la casa, todos con radiantes sonrisas pero... Nada.
La madre no dejaba de preguntarse el como había sucedido esto, el como o el por qué de la separación de su hijo, ¿Cómo había Sido tan distraída para no notarlo siquiera?
Es que no podría ser más obvio, pues en las fotos se mostraba a su hijo, el que ella recordaba, apoyando a sus hermanas, como siempre creyó que lo había hecho, y lentamente, se mostraba a ese pequeño niño, perdiendo su sonrisa, dándoles las espalda y alejándose lentamente de su familia, solo para terminar desapareciendo de sus vidas y sus memorias hasta estos días.
Ya habían pasado 4 días desde que notaron la ausencia de su hijo, el cansancio comenzaba a notarse en la madre, pero las hijas al igual que el esposo decidieron no intervenir, pues según ella era algo que tenía que afrontar sola.
La mañana se repitió como todos los días, dejando en completa soledad a la madre, soledad que no había sentido hasta ahora, pues incluso su pequeño hogar le parecía enorme, tanto que sentía que la familia nunca podría acercarse a pesar de estar todos en la misma habitación.
Ya cansada de llorar y del amargo sabor de boca la madre decidió guardar los álbumes, los coloco con cuidado en su armario, y antes de cerrarlo noto algo, pues una hoja sobre salía de uno de ellos, la tomo con cuidado y decidió sacarlo, notando que era un calendario.
Y no uno cualquiera, uno de hace seis años, curiosa la madre decidió revisarlo, y no tardó mucho en notar que tenía marcadas fechas importantes, pues tan solo en enero tenía marcado el cumpleaños de su novena hija.
Hoja tras hoja la madre reviso cada día marcado, resaltando los cumpleaños de sus hijas, y una nota aderida en un día de este mes, hace seis años, la cual decía "fecha de publicación" , la madre no pudo evitar sonreír al recordar la fiesta que se celebró ese día, pues fue el día que se publicó su primer libro, el día que se convirtió en un parte aguas para sus hijas, pues antes por cuestiones económicas, solo podían permitirse celebrar los cumpleaños hasta que naciera la siguiente hija, pero después de ese día se celebraban los cumpleaños de cada hija sin falta con una modesta fiesta.
La madre reviso el resto del calendario con una sonrisa, en cuanto lo termino lo cerro, y lo guardo junto a los álbumes, tomo la puerta del armario y lo cerro lentamente... Antes de que la puerta se cerrará en su totalidad, está fue abierta abruptamente, la madre tomo el calendario y comenzó a revisarlo desesperada, mes a mes, día a día, uno a uno los días marcados fueron revisados por ella, pero no estaba.
Cada cumpleaños estaba marcado en ese calendario, su esposo, sus hijas de la mayor a la menor, incluso ella, pero el no estaba, su único hijo no estaba, reviso más de una vez, esperando que mágicamente su nombre apareciera, no importa que día fuera solo quería saber que en ese entonces no se había olvidado de su único hijo.
La madre entro en desesperación y llanto, tomo el calendario y lo arrojó a la pared, solo para terminar en el suelo, abierto, en este mismo mes, hace seis años, la madre se acercó lentamente para recogerlo, pero noto algo que llamo poderosamente su atención, la nota que marcaba la fecha que se publicó su primer libro.
La madre al principio quería negarlo, se acercó lentamente al calendario, lo tomo con una mano, mientras que la otra tomo la nota aderida, y la arranco de un tirón.
[ LINCOLN ]
La mujer solo dejo caer el calendario se acostó en su cama y no salió de ahí por el resto del día, las hijas y el esposo preocupados, trataron de hablar con ella, pero está solo los ignoró.
Al día siguiente la madre se despertó, tomo el calendario que seguía en el suelo, y la nota adhesiva, la coloco sobre el nombre de su hijo nuevamente, dejo el calendario en su mecita de noche y espero a que su esposo despertara para hablar con el.
Los minutos pasaron, el esposo lentamente comenzó a abrir los ojos, dió un gran bostezo, se estiró un poco y volteo a ver a su esposa, la cual observaba melancólica el calendario actual.
–
Lynn p: -tomandola del hombro- cariño... ¿Estás bien?
Rita: -apretando el calendario- no, Lynn... ¿Hay alguna fecha importante este mes?
Lynn p: no que yo recuerde, pero podemos revisar el calendario.
Rita: -entregandole en calendario- toma, revisalo por favor, tal vez tú lo encuentres.
Lynn p: bueno, no se que estás buscando, pero todas las fechas importantes están marcadas, los cumpleaños de las chicas... 1, 2, 3... 8, 9, definitivamente están todos, no parece que haya algo este mes.
Rita: Lynn... -dandole el calendario viejo- Mira esté.
Lynn o: -observandolo- este ya es muy viejo, -abriendolo- no se que esperas que... Ya veo...
Rita: -tomando el brazo de su esposo- Lynn...
Lynn p: -con una sonrisa- este mes fue el que publicaste tu primer libro, si querías una fiesta para conmemorarlo debiste decirlo, seguro así te sentirás mejor después de lo que ha pasado estos di...
Rita: -llorando- Lynn... No está.
Lynn p: ¿De que estas hablando?
Rita: -apretando su brazo- Lincoln... no... está.
Lynn p: vamos, eso no es verdad, -revisando el calendario- seguro está por aquí, -hoja a hoja- seguro... -mes a mes- Está... -dia a dia- Por... -nombre por nombre- Aquí... -nada- No está... No está... Observando a su esposa- ¿Por qué no está?
Rita: Lynn... ¿Que tanto nos hemos olvidado de él?
–
En ese momento la madre levantó la nota adhesiva, mostrando el nombre oculto que se allava detrás de esta, el padre reviso el calendario actual, pero el nombre de su hijo no estaba donde correspondería el día de su cumpleaños, de hecho no estaba en todo el calendario.
La mujer abrazo a su esposo, desahogandose en su hombro, mientras el hombre solo trataba calmar a su esposa.
Los minutos pasaron y la pareja comenzó a conversar sobre lo que harían a partir de ahora, pues aún tenían unos días antes de llegar a la fecha marcada, por lo que tal vez podrían hacerle una fiesta de cumpleaños a su único hijo, y a partir de ahí comenzar a integrarlo nuevamente a la familia, para así ser una familia unida nuevamente.
Los días pasaron, los padres anunciaron la fiesta sorpresa para el único hijo varón, sorprendiendo a sus hijas, las cuales no recordaban el cumpleaños de su hermano, y en el caso de algunas, no recordando cuando fue la última vez que su hermano había tenido una fiesta de cumpleaños.
El día llegó, la madre había Sido muy clara con sus hijas, ese día no harían planes de salir, y en caso de tenerlos los cancelarían, para así poder estar el día especial de su hermano, o si no serían castigadas durante mucho, mucho tiempo.
Las hijas y el esposo partieron ese día a sus escuelas y trabajos, mientras que la madre limpiaba la sala, la cocina y el comedor, y al terminar partió al centro comercial para comprar lo necesario para este gran día.
Al regresar dejo las en la sala, tomo una hoja y un bolígrafo, escribió una nota para su hijo, pidiéndole que fuera a casa en cuanto llegará, y una vez termino de escribirla la deslizó por debajo de la puerta del garaje.
Y una vez hecho eso comenzó a decorar, ese día el padre regreso temprano para poder preparar el festín para el festejo, además de un pastel para coronar la comida, del sabor preferido de sus hijas, chocolate, y con eso creyó que el éxito de la fiesta sorpresa estaba asegurado.
Durante la tarde el padre salió a recoger a sus hijas menores, mientras la madre esperaba pacientemente la llegada de sus hijas mayores y su único hijo.
El padre regreso, y una a una las hijas mayores comenzaron a llegar, siendo la última la hija mayor, la familia espero con impaciencia la llegada del único hijo... Lo cual nunca ocurrió.
Las horas pasaron, más de una de las hijas tenía hambre, pero tras una mirada amenazante de su madre, dejaron de intentar robar comida, pues ella alegaba que no comerían hasta la llegada del único hijo.
La comida se enfrió, el pastel fue guardado, los faros de la calle comenzaban a alumbrar, y la noche, la luna y las estrellas hacían acto de presencia.
Los estómagos de todos rugían, pero aún seguían en espera, al cabo de unos minutos el sonido de un auto afuera de la casa llamo su atención, pues este se había detenido enfrente, escucharon una puerta cerrarse y después de esto el auto partió nuevamente, los pasos sonaban afuera de la puerta, los cuales eran acompañados de un silbido, el cual se dirigía al garage, después de eso se escucho una puerta abrirse, y a los pocos minutos cerrarse nuevamente, los pasos volvieron a ser escuchados, solo que estos iban a la dirección de la puerta, los pasos dejaron de ser escuchados, la parrilla fue tomada y la puerta abierta ante la espectante mirada de la madre, y una vez abierta en su totalidad, se asomó una cabellera blanca que juraría conocer de toda la vida, pero algo no cuadraba, pues ante ella no se encontraba el niño alegre que tanto preservaba en sus recuerdos, en su lugar se encontraba un muchacho, un poco alto, y delgado, con camisa manga larga azul, playera naranja, pantalón de mezclilla, tenis rojos, y lo que más la confundió... lentes, la madre al no saber cómo reaccionar se quedó estática, o eso fue hasta que escucho a su hijo hablar.
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Lincoln: -leyendo la hoja- mamá encontré tu nota, ¿Que necesitas?
Rita: Lin... ¿Lincoln?
Lincoln: -baja la hoja- ¿Si?... -leyendo el cartel de feliz cumpleaños- Wow, felicidades... -ve que todos lo observan con duda- ¿De... -rascabdoce la nuca mientras ríe nerviosamente- De quién es el cumpleaños?
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En ese momento ningún miembro de la familia supo como reaccionar, pues los padres estaban impactados por la apariencia de su hijo, las hermanas no sabían si era una broma de su hermano o si realmente no recordaba que era su cumpleaños, y el hijo solo reía nerviosamente, pues ya llevaban varios minutos sin moverse y no recibía respuesta a su pregunta.
Mientras que una pequeña niña se acercó a el, y frente a todos abrazo al desconocido, pues el día de hoy era su día especial, el cumpleaños de... Un tal Lincoln Loud
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