18
El matrimonio ahora estaba cómodamente en los asientos de su avión privado, comiendo y bebiendo luego de haber finalizado sus vacaciones.
El desliz de la esquelética del yoga fue simplemente eso, un desliz, afortunadamente no los corrieron o cualquier otra sanción.
Y ahora estaban rumbo a su hogar, Mew podía decir que era un hombre bastante feliz en ese instante.
Todo lo que había pedido para su nuevo sistema de seguridad estaba más que listo y ahora podía estar más tranquilo con respecto a la seguridad de su doncel.
—Tienes esa aura psicópata que me perturba —fue el comentario casual de Gulf, que leía un libro y se veía bastante tranquilo.
— ¿Aura, psicópata? —le cuestionó Mew esperando realmente una respuesta para ello.
—Sí, esa que dice que hiciste algo y te saliste bien librado —no entendía cómo Gulf podría decir tal cosa, pero no tendría que decirle que está en lo cierto.
— ¿Es lo que crees que he hecho? —le preguntó Mew con tono serio.
—No lo creo, lo sé —al decir esas palabras cerró su libro y observó atentamente a su marido.
Mew nunca se había sentido tan juzgado como en ese momento. Era como si Gulf conociera todos sus pecados y los que había cometido en sus vidas pasadas. Eso sí era algo perturbador.
— ¿Entonces qué fue lo que hice para que estés tan seguro de que me he salido con la mía? — Gulf le sonrió y quizás solo se hubiera equivocado con estar seguro de tener en la oscuridad a su precioso esposo.
—No lo sé, ¿quieres llevarme a unas vacaciones? —Me solo levanto una ceja.
— ¿Desde cuándo querer llevar a mi amado esposo de vacaciones es algo de aura psicópata? — Gulf lo pensaba raro en algunos momentos.
—Desde que me llevas de vacaciones para instalar un sistema de seguridad que me verá hasta los poros. —Mew se tensó y su cuerpo se enfrió.
Era imposible que Gulf lo supiera porque se había asegurado de que no sospechara nada y que tampoco encontraba motivos para sospechar.
— ¿Cómo sabes eso? —De nada servía negarlo ahora que ya era claro que Gulf lo sabía.
—Solo me enteré —el doncel alzó sus hombros.
Claro que no le diría a Mew que había enviado a Mild a espiar, el detalle de las vacaciones era lindo y se lo hubiera creído por completo si no hubieran estado en plena demanda.
Había visto cómo Mew actuaba con el incidente de una de sus petroleras, que se haya ido hasta el final del maldito mar por un accidente y estuvo ahí tanto tiempo. Le decía algo.
Se podría decir que le importaban sus empleados y era claro que sí, pero al final se acabó quedando incluso más tiempo de lo que necesitaba para que sus empleados sintieran que eran valiosos dentro de su trabajo.
Era más que claro que a su marido no le gustaba dejar nada al azar, por lo cual era difícil que estando en medio de demandas tan complicadas decidiera que era mejor salir del país a tomar vacaciones en medio de la selva.
Si bien eran ciertos todos los argumentos que le había brindado, era también muy evidente que Mew no se sentía cómodo dejando asuntos tan complicados en manos de otros.
En alguna ocasión lo había oído decir que para que las cosas salieran bien se temían hacer por uno mismo o al menos supervisarlo.
Por lo cual que dejara que los abogados se quedaran al frente solo con instrucciones era algo que no lo haría a menos que hubiera algo más importante.
Mew podía resolver cualquier situación y el hecho de que lo quisiera a él en otro país quería decir que lo que tenía que resolver debía hacerse en el único lugar en donde no podría hacerlo a sus espadas.
No fue difícil decidir en dónde él estaba más y en dónde podía tener acceso a cualquier lugar.
Cuando lo sacó de la casa con la excusa de las vacaciones fue obvio, así que envió a Mild a que investigara y bueno, se enteró de lo sucedido.
—Asumo que esperas una explicación —Gulf solo levantó una ceja.
— ¿Quieres dármela? —le cuestionó.
—No precisamente —Gulf bufo, pero no dijo nada más.
Fueron minutos largos y llenos de tensión los que llenaron el ambiente que se había dado entre ellos luego de la respuesta de Mew, quien en algún momento soltó un suspiro agotado.
—Iniciaron a llegar paquetes a casa —por el tono de voz con el cual se lo dijo dedujo que no fueron paquetes comunes, pero antes de preguntar, Mew continuó hablando.
—Me asustaron —Gulf levantó una ceja ante ello —Los paquetes eran perturbadores, Gulf, todos tenían referencias de cuando estuviste privado de libertad. —Gulf no dijo nada ante la revelación, solo se quedó ahí observando a Mew sin decir ninguna palabra.
— ¿Desde cuándo sabías? — Mew lucio un poco culpable desde la pregunta.
—Hace algún tiempo, no quise decirte nada porque no quería traerte viejos recuerdos y tampoco te forzaría a hablar porque lo harías cuando estuvieras listo —Gulf estuvo unos minutos observando cualquier punto que no fuera Mew hasta que pareció encontrar de nuevo su voz.
— ¿Sabes lo que significa? —fue casi un susurro que contenía solo la elevación de voz para que Mew escuchara la pregunta.
— ¿Que tu raptor ha regresado? —Gulf negó ante ello.
—Significa que hay una gran posibilidad de que esté sucio —ante la declaración Mew frunció el ceño, no comprendiendo bien lo que eso significaba.
— ¿Sucio? No tengo idea de a qué te refieres —Gulf pareció quedarse estático otros minutos e internamente Mew se dijo que probablemente eso sucedería mucho durante la mantuvieran la conversación sobre el tema en cuestión.
—Tengo muchas probabilidades de haber sido violado. ¿Cómo estarás al corriente? No recuerdo y tampoco es como si hubieran encontrado algo que indicara un sí o tal vez un no. Por cómo había empleado un tono un poco lastimero, sabía que el ritmo de la conversación no le gustaría porque su doncel lucía mal.
— ¿Y cuál es el punto? No quiero sonar grosero o cruel, pero no entiendo tu punto, cariño. —Gulf continuó mirando la ventana, pero eso cambió cuando Mew lo tomó por la barbilla para poderlo ver a los ojos.
— ¿Puedo estar manchado? Mew, sucio y no soportaría que te quedaras conmigo, pero tampoco soportarías que me dejaras por no ser suficiente para ti —los ojos del doncel estaban vidriosos y Mew maldijo internamente sabiendo que dentro de muy poco las lágrimas se desbordarían de los hermosos ojos de su esposo.
—Quiero que te quede en claro algo, Gulf, no me importa tu pasado y no quiero nadar en el a menos que sea algo que necesitas o si algo pasado te molesta. Si fuiste abusado, no te vuelve una persona sucia, tampoco te cambia a mis ojos. Las lágrimas del doncel se desbordaron y Mew las limpió con sus dedos, pero aun así no dejaban de fluir.
—Eres precioso a mis ojos, te amo sin importar nada. Literalmente podrías decirme que eres un asesino y te ayudaría a esconder los cadáveres, podrías pedirme que busque y asesine a tu raptor y lo haría encantado. Parece que piensas que cualquier cosa me alejaría de ti y eso no es así. Eres mío totalmente mío y no pienso renunciar a lo que tenemos por cualquier motivo. Ante esas palabras, Gulf sintió cómo su pecho se llenaba de un cálido sentimiento que no sabía que necesitaba en un momento así.
—Te protegeré a cualquier costo, incluso de mi libertad o de mi vida. Desde el momento que puse ese anillo en tu dedo y aceptaste llevarlo, te volviste mi tesoro, el cual amaré, protegeré y adoraré como un dragón. Estoy en tus manos porque soy tuyo, mi cuerpo tiene grabado tu nombre y mi corazón palpita acorde a tus latidos. Ante las palabras, Gulf entendió que se había enamorado de Mew completamente.
¿Cómo no enamorarse si le profesaba tanto amor? Mew no era un hombre perfecto, pero para él lo era.
Y lo amaba realmente, lo hacía.
—Te amo.
Mew se quedó paralizado ante la declaración y Gulf observó cómo pestañeo varias veces antes de que se abalanzara sobre él para darle otro de esos besos devastadores.
Se besaron por un largo tiempo hasta que el beso se volvió perezoso y terminaron solo, tomados de la mano, en un estado de tranquilidad.
El vuelo había llegado a su fin y ahora estaban en el auto rumbo a su hogar.
Hogar.
Siempre anhelaba decir eso y ahora, al parecer con Mew en verdad podría tenerlo, lo cual lo llenaba de alegría: el poder decir que tiene un hogar con su marido.
Podría decir que iniciaban su matrimonio, pero era agradable el saber que Mew no tendrá problemas con su dudoso pasado y a pesar de todo lo amaba justo con todos sus perfectos e imperfecciones.
Esperaba que ahora que sus miedos con respecto a formar una relación con Mew y después dejarla por culpa de su pasado, ahora por fin había superado esa etapa.
Antes no lo veía tan fácil, sin embargo, ahora que había escuchado las palabras de Mew estaba confiado y en las horas de vuelo mentalmente ya había planeado la vida que posiblemente prodiga tener con su marido.
Espera al menos poder disfrutar unos dos o tres años de su matrimonio antes de tener hijos, sobre los hijos había pensado que fueran dos o tres como máximo. Si Mew quería más de tres, existía la adopción porque no planeaba tener más de tres embarazos y, si en alguno de ellos resultaba tener por azares de la vida gemelos, estaba perfectamente bien.
Sumido en sus pensamientos anteriores, no notó como el auto en el cual iban acelero, así como tampoco notó los dos autos que lo iban siguiendo.
Cuando el auto dio un giro brusco en sentido contrario, la conmoción fue demasiado fuerte para no notarla. Fue cuando noté cómo el conductor lucía en pocas palabras aterrorizado y Mew tenía una mueca en los labios y hablaba frenético por el celular.
— ¡Necesito seguridad ahora! —fue lo último que Mew dijo antes de cortar la llamada.
Quizás fue una suerte que encontraran un punto para girar porque teniendo en cuenta que las autopistas estaban separadas por grandes bloques de concreto, hacía difícil el cursarlas.
No estaban en la hora pico del tránsito, por lo cual fue relativamente fácil que el conductor los llevara a través del sentido contrario, notando cómo los autos se movían para dar paso a su auto, notando cómo detrás de ellos había dos autos aun persiguiéndolos.
Estaban volviendo sobre sus pasos y Gulf se asustó cuando notó cómo por donde ellos habían pasado había un choque enorme, en donde notó que los autores eran sus propios guardaespaldas que habían cruzado el auto en medio de la carretera para bloquear el paso.
Sabiendo esto, tuvo pánico estando consciente de que seguramente había más de los autos que actualmente los perseguían.
Cuando intentó preguntarle algo a Mew notó cómo este estaba tenso, así como también tenía el ceño fruncido ante la situación, por lo cual decidió que era mejor cerrar la boca ante cualquier interrogante.
Notó por fin cómo la mano de Mew sostenía fuertemente la suya y, en medio de todo ese lío, escuchó cómo el celular de Mew volvía a recibir una llamada a la que respondió rápidamente y cuanto más duraba, este se volvía más tenso.
— ¿Mew qué sucede? —El mencionado solo le dio un suave beso en la mano en un silencioso mensaje de que todo estaría bien.
Gulf estaba muriendo de miedo porque cada vez el auto iba con más velocidad y podía observar cómo el conductor estaba frenético por la alta velocidad, así como también por esquivar los autos que venían hacia ellos.
Mew miraba cada cierto segundo hacia atrás para comprobar que tan lejos estaban los autos que los venían siguiendo; era una situación horrible.
Gulf hubiera querido gritar o hacer cualquier cosa, pero no podía hacer nada.
El conductor se encargaba de llevarlos lo más seguro posible por el sentido contrario que llevaba, Mew se aseguraba de saber que tan lejos estaban sus perseguidores para que el conductor no se preocupara en mirar hacia atrás y arriesgarse a tener un accidente.
Y él estaba ahí preso del pánico por la situación, sabiendo que lo más seguro era que estuvieran ahí por él. Era horrible pensar que su secuestrador era quien estaba detrás de lo que sucedía.
Lo que significaba que se volvía más audaz y decidido, lo cual lo aterraba. Además, saber que por ello estaba poniendo en peligro a Mew le revolvió el estómago.
Pensar que su hombre saliera herido era algo inaudito para él y tan solo de saber que sería por su culpa le estruja el corazón con todas las posibilidades que podría tener.
Apretando con más fuerza la mano de Mew llego a la resolución de que si tenía que ponerse al frente para evitar que lastimaran a su marido, lo haría. Mew era alguien invaluable para él.
Lo amaba y hacía todo para que estuviera bien, además no se espantó con la terrible familia política que le trajo el matrimonio, lo que era un logro que debía recalcar.
El auto siguió su camino, aunque rápidamente salió de sentido contrario, logrando que Gulf temblara al ver cómo se desviaron hacia un lugar lo bastante desierto, como para ser el escenario de una mala película o la escena de un violento crimen o quizás de un secuestro.
Fueron lo suficientemente rápidos como para dejar los autos atrás a una distancia lo suficientemente razonable. Fue algo como un borrón el tiempo que les tomó llegar a la comisaría más cercana.
Solo recuerda el movimiento del auto y la calidez de la mano de Mew así como el borrón que eran los edificios o bodegas por los cual pasaban, no era raro teniendo en cuenta que están en la zona aeroportuaria en donde se tenían muchas bodegas de almacenamiento.
Fue tan rápido que cuando reacciono, Mew le estaba quitando el cinturón de seguridad para luego sacarlo rápidamente del auto y luego estaba dentro de una pequeña comisaría en donde no entendía lo que le decían porque solo podía ver cómo sus bocas se movían.
Sus gestos y todo lo demás los miraba en cámara lenta, pero no los escuchaba. Estaba tan aterrado que no podía ni siquiera moverse y, aunque estaba en la comisaria, nada haría que no ingresaran ahí e intentaran llevarles haciéndole daño a Mew.
Sus miedos duraron hasta que Mew se colocó frente a él y veía cómo sus labios se movían, pero no escuchaba nada realmente.
No fue que el miedo se fuera o que al menos bajara un poco, sino que fue la enorme necesidad de asegurarse de que Mew no estaba herido.
Las manos de Gulf rápidamente se movieron hacia la cara de Mew en donde la giro a la derecha y luego a la izquierda, para luego bajar hasta el torso, en donde lo toco y observo muy de cerca, incluso rompiendo algunos botones de la camisa.
Le palpó los brazos y luego tocó rápidamente las piernas. Cuando estivo satisfecho, lo observó de pies a cabeza para asegurarse de que en verdad estuviera bien, pero al final no fue algo satisfactorio para el miedo de que tenía que su marido estuviera herido.
— ¿Estás bien? —le cuestionó Gulf a Mew quien lo observaba fijamente y asintió despacio para que su doncel entendiera que estaba bien y detuviera lo que estaba pasando con su chico.
— ¿Estás seguro? — Mew solo atrajo a sus brazos dándole un fuerte abrazo.
—Estoy bien, cariño, no tienen que preocuparte por mí ¿Pero tú estás bien? — Gulf asintió sin salir de los brazos de su marido.
Mew solo suspiró y observó alrededor, donde los policías los veían sin comprender, y la verdad era normal, porque habían ingresado a la pequeña comisaría como si el diablo los persiguiera, y ni siquiera habían logrado decir una palabra cuando las piernas de Gulf no resistieron.
Había caído al piso en donde no se había movido y estaba como en shock, y cuando pareció salir de ello entró en un estado maniaco en donde lo revisó de pies a cabeza y por un momento pensó que lo desnudaría en medio de la comisaría.
Afortunadamente no sucedió, aunque esa reacción no era normal, se sentía como un egoísta por estar feliz de que Gulf estuviera preocupado por él.
Eso le demostraba los sentimientos que el doncel sentía y puede que estuviera un poco traumado con que le mintiera acerca de amarlo y sabía que era un sentimiento injustificado, pero al parecer el suceso del abandono seguía en su conciencia un poco muy fresca aún.
— ¿Se encuentran bien? —uno de los policías les cuestionó y Mew asintió.
—Mi esposo no se encuentra muy bien y no creo que sea prudente dejarlo solo. Mi conductor le dirá qué sucedió y espero que dentro de poco nuestra seguridad esté aquí —el oficial observó a Gulf, quien seguía aferrado a Mew, y decidió que era mejor dejarlos un momento.
En un momento, Gulf se soltó bruscamente de los brazos de Mew para observarlo fijamente, con reconocimiento, horror y no sabe qué sensaciones más.
Fue tan repentino que Mew temió lo que sucederá sin embargo nada realmente nada lo preparó para lo que salió de la boca de su doncel.
—Te conocí antes de mi secuestro —Mew creyó que tal vez Gulf lo intuía, sin embargo, la continuación de la oración lo dejó mal.
—Te recuerdo.
Las palabras hubieran sido hace algún tiempo perfectas, pero ahora no lo son.
Su significado había cambiado y ahora temía lo que significan porque eso significaría que podría perder su matrimonio y lo que era peor era que podía perder a Gulf.
Nunca había ansiado con tantas ganas que esas palabras permanecieran fuera de la boca de su doncel, pero ahora tenía que enfrentarse a esa realidad, así como también a confesarle el origen de su boca y estaba renuente a hacerlo, pero sabía que no tenía otra opción.
—Solo recuerda que te amo.
Creado: 28/04/2024
Publicado: 25/06/2024
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