Desperté por la mañana.

Estaba entretenida con mi celular.
A mi lado estaba la chica de siempre, pero había dos señoras al lado de ella hablando. No sé qué toque que sin querer puse llamar a BabySoul, me senté rápidamente mientras tocaba repetidas veces el celular para que se cortara la llamada y así fue, pero giré mi rostro hacia mi derecha y miré nerviosamente al darme cuenta de que lo que hice fue de mala educación, ya que las señoras estaban rezando. Ellas no se percataron de la situación porque estaban con los ojos cerrados.

—Pedimos en el nombre de Jesús. Amén— las miré disimuladamente recostándome de vuelta y volviendo la vista a mi celular para que no notaran lo que sin querer había hecho.

—Lo siento— le dijo una de las señoras a la chica que estaba en coma —Siento que no haya visitado más a menudo...— miró a la señora de a su lado con tristeza —Soy su madre y solo vengo cada dos días— la miré disimuladamente —Ya que mi hijo mayor es el único que trabaja para pagar todas las facturas, lo mínimo que puedo hacer es quedarme en su casa y cuidarle los niños.

—Si ella se despertara, entonces se casarían esta primavera— le dijo la otra señora a la madre de la chica.

—Me siento tan indiferente hacia Dios últimamente y culpo a Taehyung también— bajé la mirada —Si nunca se hubieran conocido— suspiró frustrada —Entonces esto nunca le habría sucedido— levanté la vista hacia las mujeres y lo pude ver a él en el marco de la puerta, mirando al suelo con un sentimiento raro desbordando de sus ojos. Me conmovió. Miró a las mujeres y se fue del lugar.

(...)

Me encontraba caminado en el pasillo, con las manos en los bolsillos, observando atentamente. La gente que pasaba por el lugar. Lo buscaba con la mirada.

—¡Muévanse! ¡Muévanse por favor!— gritaban unos médicos mientras corrían con un hombre en una camilla —¡Muévanse!¡Necesitamos que se quiten!— abrí los ojos grandes por la situación.

Un hombre todo ensangrentado paso sobre la camilla a un lado mío, abrió sus ojos y boca exageradamente al verme pero no pudo articular palabra alguna. Me asusté, al igual que el hombre, y la camilla siguió avanzando rápidamente hacia el pasillo de emergencias.

Los gritos y fuertes sollozos de la mujer que estaba a un lado de la camilla estuvieron presentes en todo el momento, me di vuelta para salir de ese lugar.

—¡No! ¡Mi hijo no!— escuché los gritos de la mujer que aparentemente era su madre. Detuve mi paso y me giré hacia el pasillo por donde había pasado.

—¡No, mi hijo no!— los gritos y sollozos de la misma eran más fuertes, haciéndome desesperar.

Caminé por el pasillo y me acerqué a la habitación de donde provenían los gritos, pude escuchar el ruido del pulsómetro en un solo tono, los gritos y desesperación de la mujer eran graves. Estaba asustada al ver aquella escena, los médicos taparon al cuerpo del hombre con una sabana blanca mientras dos enfermeras agarraban a la desesperada mujer.

Comencé a alejarme del lugar temblando pero sin dejar de ver la situación. Me di vuelta y tape mis oídos mientras caminaba con desesperación. Ese sonido de un solo tono retumbaba mi cabeza, el maldito sonido me aturdía. Miraba repetidas veces para todos lados. Mi respiración se agitó. Caminaba mientras seguía mirando para todos lados, aun tapándome los oídos. Vi la puerta de salida y simplemente corrí.

(...)

Estaba en el baño. Mojaba repetidamente mi rostro. Apoyé mis manos en el lavabo y me miré en el espejo. Ya estaba tranquila.
Tragué saliva angustiada y noté que no tenía mi prendedor. Salí del baño buscándolo en el pasillo mientras caminaba. Levanté mi vista y lo vi delante mío. Me puse nerviosa y toque mi cabeza dirigiendo mi vista al suelo y después dirigiéndola a él.

—El ala se ha quebrado, así que no creo que será capaz de volar— me sonrió y me tendió el prendedor, lo agarre con cuidado. (N.A: Es el prendedor del principio de la historia)

—No es que tiene a donde ir de todos modos...— suspiré —Ajusshi... ¿Puede llevarme lejos de aquí? Hay demasiado ruido.

(...)

Caminábamos por un camino de piedras desconocido para mi. Estaba lleno de plantas y arbustos al rededor, pero había un pequeño detalle, el lugar estaba cerrado. Paré en seco, lo mire y volví a mirar hacía la reja que tenia un cartel que decía "Closed".

—Deben haber cerrado hoy— dije haciendo un puchero, me sonrió.

—Por general no abren los Lunes. Debido a la conservación ecológica.

—¿Así que sabías que el lugar estaría cerrado?

(...)

Ya dentro del lugar, caminamos al rededor de un laberinto de arbustos.

—¿Cómo es que nos metió aquí?

—Es porque trabajo aquí, es decir, dentro de poco estaré trabajado aquí.

—¿Así que este es el lugar donde trabajas? ¡Eso es genial!

—He completado mi entrenamiento, pero no he empezado oficialmente mi trabajo todavía.

—¿Por que no?

—Porque el día antes de que tenia que empezar mi trabajo tuvimos un accidente.

—¿Ha traído a su novia aquí antes?

—No. Trabajó muy duro para apoyarme mientras yo me preparaba para mis exámenes... pero no hay nada que yo he hecho por ella. Tal vez hubiera sido mejor si nunca hubiéramos empezado a salir— el siguió caminado y yo me quede parada en ese lugar.

—Cada vez que tenia que someterme a otra cirugía, solía pensar que tal vez sería mejor si nunca despertara de ella— él dejó de caminar y se giró hacia mi, miré el suelo —Mi madre trabaja tan duro durante el día y regresa al hospital para cuidar de mi cada noche— levanté mi vista y di dos pasos —Si nunca despertara de mi cirugía, ella no tendría que sufrir más— sonreí mientras caminaba hacia él.

—Dudo que tu mamá piense de esa manera.

—¿Cómo puede saber lo que mi mamá siente? No hay nada que pueda hacer por ella, y todo lo que hago es hacerla sufrir— dije frustrada, mis ojos se cristalizaron un poco.

—Lo sé porque los que aman a otro sienten lo mismo acerca de la persona que aman. Mientras estas con la persona que amas, entonces eso es lo que importa.

—Entonces... Estoy segura de que así es como debe haberse sentido su novia también— su rostro cambio a uno serio apenas la nombre —Estoy segura de que no le importó hacer lo que tuvo que hacer ya que ella lo tenía a su lado— le sonreí. Él me miro y me sonrió sin mostrar sus dientes. Un sonrisa cálida, reconfortante. —¿Qué?— fruncí levemente el ceño.

—Nada. Tal vez me equivoque al pensar que no eras más que una niñita— me ofendí.

—Tengo 17 años. Yo sé lo que es el amor— lo miré enojada. El asintió con la cabeza, burlón, y siguió caminando. Yo me quedé quieta en el lugar —¿Todavía no me crees? Un amor estúpido como ese...— me quedé callada pensando que decir —lo he hecho también— él asintió sonriendo, obviamente no me creía —Lo digo en serio— dije poniendo mis manos en mi cintura. Él siguió caminado, mirando el cielo.

—¿Quién ha dicho lo contrario? Te creo.

—Estoy diciendo que lo digo en serio— dije molesta.

—Estoy diciendo que te creo— dijo mirándome y asintiendo mientras abría los ojos molestándome.

—Pues no parece que me crees.

Nos encontrábamos caminado por el vivero.

—¿Qué es esto?— pregunté curiosa.

—Ese es un arbusto de azalea, significa sanador de amor.

—¿Esto?

—Mmm esos son lirios de pistilo amarillo, este significa portador de buenas noticias.

—Mmm buscaré algo más difícil...— caminé un poco y divisé una planta pequeña con una flor amarilla —¡Esta!

—Esa es hierba mala tierna. Es una mala hierba común.

—Pero ¿las malas hierbas tienen significado?

—Claro que lo tienen, esta significa amor secreto.

—Ajusshi, usted es como el ángel de las flores, Lulu.

—¿Qué es eso?

—Es un personaje de historietas popular que sabe todo sobre las flores.

—Sólo llegue a saber los significados mientras estudiaba para los exámenes.

—¿Entonces sabe que tipo de significado tienen las flores arco iris?

—¿Existen ese tipo de flores?

—¿No sabe que son las flores arco iris?— me levanté de mi lugar, estaba agachada junto con él. Empecé a cantar aquella canción que formaba parte de mi infancia —Buscamos la flor arco iris ¿Donde está? Buscáremos por el mundo haber si la encontramos Tuturururururu — sonreír al ver la hermosa sonrisa plasmada en su rostro —Es la flor milagrosa por la cuál Lulu viaja por todo el mundo, con su gato, para encontrarla. Yo solía ver la versión animada de esa historieta en la TV cuando pequeña e imaginaba viajar por todo el mundo buscando la flor arco iris si pudiera ser dada de alta en el hospital. Eso es lo que solía pensar todo el tiempo— dije sonriendo.

—¿Entonces por qué no te mejoras rápido y vas en busca de tu flor?

—¿Cómo puedo buscar una flor que ni siquiera existe? A menos que algún tipo de milagro ocurra— miró el suelo —Esa es la fragancia de las lilas ¿no?

—Sí, tienes razón— asintió él. Caminé buscando aquella planta, guiándome por el aroma.

—Ajusshi ¿Qué clase de significado tienen las lilas?— cortó dos hojas de la planta.

—Pon esto en tu boca y trata de masticarlo. Entonces serás capaz de averiguarlo— lo tomé y lo puse en mi boca para masticarlo, a lo primero tenía un gusto dulce pero después se tornó ácido, horrible. Lo escupí y él comenzó a reírse.

(...)

Caminamos por todo el lugar, había un árbol con una estatua de una jirafa.

—¿Puedes tomarme una foto?— le entregué mi celular y me paré al lado de la jirafa haciendo muecas, "imitando a una jirafa". Él se rió y tomó la foto.

Cruzamos un arroyo pequeño. Él me tendió la mano para cruzar, pero cuando la quise tomar la quitó. Casi me caigo al agua. Se rió y por eso le pegué jugando repetidas veces.

También soplamos una flor que parece una pelusa. Según Ajusshi se llama diente de león. Sí, tiene nombre raro.

Estábamos sentados en una banca.

—Es tan pacífico aquí. Estar aquí hace que parezca que somos las dos únicas personas en este mundo— él me miro y sonrió —Cuando estoy en el hospital... sigo escuchando sonidos extraños...

—¿Sonidos extraños?— asentí con la cabeza, estaba asustada.

—Los sonidos se vuelven más y más fuertes y más... y más claros— tartamudeé. Tenía miedo. Tenía miedo de que lo que pasaba era realmente lo que yo creía —Pero no creo que alguien oiga lo que yo oigo.

—Eso es probablemente porque tu cuerpo esta en un estado debilitado. Vas a estar bien una vez que hayas vuelto a sentirte saludable— hubo un pequeño momento de silencio —¿Deberíamos volver?

—¿Ya? Hay un lugar lugar más que todavía quiero ir a ver

—La próxima vez.

—La próxima vez— sonreí ¿habría próxima vez? —¿Cuándo?

—La próxima...— me quedé pensando.

—Vamos hoy ¡Vamos hoy!— lo jalé del brazo.