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003: Beso.

Me encontraba sentada en la sala de espera, en el hospital, revisando mi celular mientras mamá firmaba unos papeles del hospital.

Nada. Ni un mensaje, llamada perdida. Nada. Debe ser que a ninguno de mis amigos les intereso. Suspiré.
Pasaban un montón de pacientes, doctores, enfermeras, enfermos, ya sabes. Miré hacia la escalera y vi al hombre de anoche. Me levanté rápido de la silla.

—Hey! Ajusshi¹!— le grité y le hice señas con la mano pero no escuchó y simplemente salió hacia el jardín.

Salí en busca de él. Estaba perdida, no conocía muy bien el hospital. Había varios pacientes hablando con sus parientes. Doctores hablando con otros doctores y enfermeras.

—Ven Mariposa— esa voz la he escuchado antes —. Aquí— busqué de donde provenía esa voz —. Mariposa— era el chico de anoche, sonreí —. Es hora de comer— llamaba a un gatito. Él estaba en cuclillas. Me acerqué corriendo.

—¡Es Yang!— dije sonriendo —No puede conseguir que el gato venga a usted de esa manera— dije ya al lado de él.

—Entonces ¿Cómo lo haces tu?— me agaché.

Él puso el platito con la comida en el pasto, delante mío, miré al gatito fijamente a los ojos. Cerré los ojos y los volví a abrir, lentamente, y así unas tres veces más. Miré al gatito y sonreí. Este se acercó corriendo, lo acaricié mientras comía su alimento.

—¿Cómo hiciste eso?— preguntó él, sentado al lado mío en el pasto —Hemos estado jugando una competencia de miradas los últimos días— dijo riendo.

—Es un secreto— sonreí —. No lo vi por la mañana, ¿Dónde es que va todas las mañanas?— lo miré y él también dirigió su mirada a mi.

—Es un secreto— dijo riendo y volvió su mirada al gatito mientras lo acariciaba.

—Copión— bufé.

—Mariposa, nunca venías a mi en todas las veces que he dicho tu nombre ¿Pero vienes corriendo cuando una chica bonita te llama?— reí.

—Supongo que.... soy muy bonita— dije siendo chistosa. Reí —. De acuerdo, estoy de buen animo ahora. Le voy a enseñar mi secretito— me miró —En lugar de participar en una competencia de miradas, tiene que dar besos.

—¿Besos?— dijo confundido.

—Sí, besos de gato. Es una manera para que le diga al gato que le gusta— asintió con la cabeza —. Mire fijamente los ojos del gato, luego, lentamente, empiece a parpadear. Siga asiendo eso hasta que el gato venga a usted— asintió y me miró.

Cerró los ojos y los volvió a abrir con lentitud. Nuevamente cerró los ojos. Sonrió. Lo miré atentamente pestañeando rápidamente, un tic nervioso. Tragué saliva. Repitió el acto embelesandome con la mirada, su sonrisa seguía ahí.

—¿Así?— preguntó mirándome fijamente y sonriendo, estaba demasiado nerviosa.

—No, no a mi. ¡Hágalo con el gato!— dije desviando mi mirada de la suya y mirándolo de reojo con nerviosismo.

—Ah...— sonrió mirándome y se agacho hacia el gato, lo mire nerviosa.

—Mariposa— dijo llamando al gatito, pestañeo lentamente —. Mariposa— pestañeo devuelta. Sonreí mirándolo —. Mariposa— se acercó mucho y el gatito salió corriendo —. Mariposa— decía mientras gateaba para alcanzarlo, reí —. No viene a mi— dijo quejándose.

—Hizo que huyera— respondí riendo

(...)

—Tu eres realmente alto... Yo soy bastante alta, así que me van mejor los hombres altos— dije sonriendo —¿Cómo sabias que Yang estaba allí?— pregunté dándome vuelta hacia él.

—Lo encontré por casualidad el otro día... Creo que lo encontré justo el día que te internaron en el hospital— asentí —¿Pero "Yang" es lo que llaman a un gato estos días?

—Sí, Yang... pero usted le llama "Mariposa", ¿no es así?... Eso demuestra la diferencia de edad entre nosotros...— él asintió —Usted está solo, ¿Verdad? Es por eso que juega con Yang, ¿no?— no respondió —¿Quiere que sea su amiga?

—¿De que te sirve ser amiga de un tipo con una una gran diferencia de edad?

—No tiene nada de malo.

—No es por eso, tendrías que ir a divertirte con tus amigos de tu misma edad.

—Todos están ocupados con sus exámenes parciales en estos momentos. Ni siquiera tengo que tomar los exámenes, así que es bien agradable.

—Supongo que sí... Apuesto que tus amigos deben estar bien celosos— asentí.

—Mmm... ¿La chica en la cama junto a la mía es su novia?— pregunté mirándolo, no dijo nada.

—Ella es alguien que amo— dijo mirando hacia el cielo.

Hice un gesto raro con la cara, reí

—"Ella es alguien que amo"— imité su voz grave, reí —. Qué cursi— solté otra risita —. "Alguien que amo"— lo volví a imitar.

Él al principio me miró serio pero luego sonrió y rió junto conmigo.

—Espera, ven aquí un momento— sonrió con maldad —. Déjame darte unas cosquillas— dijo acercándose con su mano en alto.

Comenzó a hacerme cosquillas en el cuello, reí, pero recordé algo y me alejé.

—Mi mamá— dije. Ella estaba en la sala de espera firmando unos papeles levente mi vista hacia él —Tengo que irme— me despedí con la mano.

Camine rápido, prácticamente corrí, adentro del hospital.

Cuando entré mamá ya no estaba. Me puse a pensar dudosa. Miré para todos lados mientras caminaba buscándola.

Caminaba por el pasillo hacia mi habitación sonriendo, pero cuando estuve en el marco de la puerta para entrar mi rostro cambio por completo.

Él estaba a centímetros del rostro de su novia. Miré atentamente y la beso.

Mis ojos se abrieron desmesuradamente por la sorpresa. Me moví de la puerta rápidamente y me quedé de espaldas a la pared. Asombrada y apenada. Caminé unos cuantos pasos por el pasillo y vi a mi mamá que venia hacia mi dirección. Detuve mi andar de golpe y caminé en dirección a la habitación devuelta. Una vez en el marco cerré mis ojos y caminé sin mirar, solamente dos pasos. Miré de reojo y él se estaba separando de ella. Al verme, rápidamente, se sentó y yo caminé en dirección a mi camilla. Me senté y miré las sabanas triste.

—¡Mamá!— exclamé al verla entrar —Volviste rápido— él giró su vista hacia mi, al notarlo me removí nerviosa y dirigí mi vista hacia mi mamá —¿Qué dijo el doctor?— pregunté mirándola, ya que estaba parada frente a mi. Agarró las sabanas.

—Él dijo qué una vez que hayas terminado de recibir tu tratamiento deberías estar mejor en poco tiempo— acarició mi rostro.

—¿Ves? te dije que no había nada de que preocuparse— le dije sonriendo.

Él se levantó de la silla y se giró hacia nosotras.

—Es genial— dijo él sonriendo, le sonreí por amabilidad.

—Gracias— cambié mi expresión rápida y notoriamente.

Me recosté, me cubrí con las sabanas e ignoré su mirada mirando hacia otro lado. Me di vuelta hacia la ventana haciendo muecas por estar molesta. Lo que mis ojos vieron me disgustó demasiado. Me mordí los labios molesta.

(...)

Era de noche y estaba afuera, sentada en un banco con Yang a mi lado. Dándole de comer de mi mano.

—No puedo quedarme dormida— dirigí mi vista hacia este —Alguna vez has besado a alguien?— me miró —No estoy hablando de besos sobre los ojos, sino un verdadero beso en la boca. Un beso de verdad. Me pregunto como se siente eso— corrí mi mano rápidamente, riendo —Da cosquillas— y el volvió a comer la comida de mi mano, lo acaricié —¿Crees que... yo también voy a poder... compartir un beso con la persona que amo?

[...]

1. En Corea es la manera adecuada de dirigirse a un Hombre mayor (que supere los 40) al que no conoces o con quien no tienes confianza.
En el caso de Tae está entre los 28-30, pero SuJeong igualmente al ser mayor que ella lo llama de esta manera.

N/A: cuando hablan de "Mariposa" y "Yang" hacen referencia a dialectos coreanos. La juventud llama "Yang" a los gatos. Sin embargo él le llama "mariposa", por lo que se nota la gran diferencia de edad entre los dos.

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