Alex

Los chicos y yo estamos en mi casa. Han pasado cuatro días desde que Mila ha desaparecido.

Danny, Eva, Natt y Alin están desconsoladas. Encontramos su teléfono y estaban todos los mensajes que las chicas enviaron.

Tres días y no sabemos nada de ella.

No hemos contactado a Lucrecia, pues eso podría ponerla mal, pero ya no hay excusas. Teníamos esperanzas de encontrarla, pero hemos barrido todo Madrid, hospitales, hoteles... y absolutamente nada.

-Alex- me llama Danny con voz ronca-, hay que hacerlo, no podemos proponerlo más.

Suspiro, tomó el teléfono de la mesa y marco el número de mi padre. Al segundo timbre lo coge.

-Meu ninho- responde-. Como vai?

-Papá necesito hablar con Lucrecia, y si es posible que mamá esté con ustedes.

-¿Pasa algo?

-Haz lo que te pido, por favor.

Espero unos segundos hasta que la dulce voz de la mamá de Mila responde.

-Alex, ¿qué pasa?

Trató de buscar las palabras más adecuadas para esto.

-¿Alex?- insiste.

-Lucrecia- la voz se me quiebra-, Mila está desaparecida.

Un grito agudo me hace casi soltar el teléfono. Eduardo lo levanta y pone el altavoz mientras yo sólo me paso las manos por el pelo.

-No, no, no, no- el llanto de Lucrecia me parte el corazón-. Mi bebé, no puede ser...

>>Soy una madre terrible, no debí dejarla sola...

-Lucrecia, toda esta mierda no es tu culpa- grita Danny-. Ella estaba sola en casa, se fue de casa de Alex por un malentendido, no fue a la escuela. Ya han pasado tres días y...

-¿¡Cómo mierda mi hija está perdida hace tres días y nadie me dice!? ¿¡Son gilipollas o qué cojones!?

-Schieße!- chilla mi madre-, ¡Lucrecia, despierta!

-Alex, vamos a España ahora- es lo último que dice mi padre antes de colgar.

Respiro una y otra vez. La situación me consume, no puedo con esto.

-Necesito aire- me siento ahogado-, lo necesito.

Me alejo y voy directo al piano. Me siento y empiezo a tocar...

What would I do without your smart mouth?
Drawing me in, and you kicking me out
You've got my head spinning, no kidding,
I can't pin you down...

What's going on in that beautiful mind?
I'm on your magical mystery ride...
And I'm so dizzy, don't know what hit me, bit I'll be alright

My head's underwater but I'm breathing fine, you're crazy and I'm out of my mind.

No puedo evitar que la voz se me quiebre en el estribillo.

'Cause all of me, loves all of you,
Love your curves and all you edges, all your perfect imperfections.

Las lágrimas me corren por el rostro, pero sigo tocando, y cada recuerdo con ella...

El primer beso...

La borrachera...

El sexo...

Las canciones, Heaven, Amante Não Tem Lar, La noche de anoche...

El piano...

Los debates sobre libros...

Las noches estudiando...

Las rosas negras, Mortensen, que he sufrido demasiado por ese cachorro que era como nuestro hijo...

Cada puta cosa me recuerda a ella, es como si mi mundo y el de ella estuvieran fusionados de la manera más hermosa que existe.

-Te amo, Mila- grito como si de alguna manera pudiera oírme.
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Mila

-¿Cantamos o qué?- río por las cosquillas que me hace Alex.

-¿Qué cantamos?- pregunto sin parar de reír.

-No lo sé...

Me inspiro un poco, busco en mi mente una canción y comienzo a cantar...

Breathe the air again, it's a beautiful day
I wish this moment would stay with the Earth
Some primal paradise
But there you go again, saying everything ends
Saying you can't depend on anything, or anyone...

Rápidamente me sonríe y me sigue en el estribillo.

If the end of the world was near,
Where would you choose to be?
If there was five more minutes of air...
Would you panic and hide,
Or run for your life,
Or stand it and spend it with me,
If we had five more minutes
Would I, could I, make you happy?

Pega su frente a la mía, pero cuando acaricio su mejilla, se deshace, como si fuera de polvo.

-¿Alex? No te vayas, por favor- ruego.

Se va, y todo se queda oscuro. Las voces comienzan a hacer eco. Los acordes de un piano distorsionados se escuchan

<<Zorra>>

Aparece Alex...

-Cariño, no...- intento decir, pero aparece Danny, Alin, Natt y Eva.

<<Eres como Pamela>>

-¡No, no, no, no, no!- chillo una y otra vez, tapándome los oídos.

<<Zorra>>
<<Zorra>>
<<Zorra>>
<<Zorra>>
<<Zorra>>
<<Zorra>>
<<Zorra>>

Se repite una y otra vez...

-¡No!

-¡Princesa!

Despierto bruscamente, en una habitación que no es la mía, ni la de Alex, ni la de ninguna de las chicas.

Unos ojos verdes están clavados en mi, y me cubro con las sábanas.

-¿Pesadillas?- pregunta el desconocido, y no respondo.

-Mila- insiste el hombre, pero sigo indiferente-. ¿Princesa?

-No me llames así, imbécil- le grito-. No soy tu princesa, ni una mierda. Así que mueve tu culo pedófilo y obsesionado de aquí, y déjame volver a mi puta casa.

-Mmmm- se saborea-. Carácter fuerte, como los Heine.

Me quedo extrañada. ¿Heine? Sin duda el apellido me suena como campanilla de Navidad.

-¿Heine?- pregunto.

-Perdón- sacude la cabeza-. No me he presentado. Soy Adolph Heine, tu padre.

Mierda. ¿Padre?

-Yo no tengo padre- espeto.

-Oh, sí lo tienes, cariño. No naciste sola.

-Pues en todo caso eres el bastardo que le metió la puta polla a mi madre, se corrió dentro de ella, y que a los dos meses, cuando le fue con una prueba de embarazo positiva, te acojonaste porque tenías diecisiete años y volaste como Matías Pérez- digo, citando una de las frases de mi abuela.

-Sin duda tienes el carácter de los Heine. Es freut mich.

-Y una mierda. No tengo nada de ti. Me secuestras, me mantienes aquí ¿y crees que te voy a dar el premio del padrazo del año? Lamento informarte, muñequito, que llegas dieciséis años tarde.

-No tienes el carácter de tu madre- se ríe-. Lucrecia jamás tuvo carácter...- no lo dejó terminar, porque brinco de la cama, sin importar el pijama que deja poco a la imaginación, y le doy una bofetada, que le pone la cabeza a girar como la niña del Exorcista.

-¡Lávate la puta boca para hablar de mi madre! ¿Que no.tiene carácter?- grito mientras se soba la cara, y sus ojos verde comienzan a tener una mirada que me eriza la piel, pero no me amilano-. No tiene carácter la mujer que a los quince años cargó con un embarazo de riesgo, poniendo su vida en peligro por ser tan joven. Que trabajó día y noche, porque asumió que tenía una hija que sacar adelante, que resistió miradas de odio de todos en Berlín, cuando a los dieciocho años iba conmigo de la mano a la universidad.

>>La que trabajó de mesera, limpiando casas, baños, cuidando adultos mayores. No abortó, como lo sugeriste, ni tomó el dinero que le diste. Se peleó con su familia, con su madre, con su padre y su hermano, por tenerme a mí. No tuvo quien la acompañara en la graduación de la secundaria, ni de la preparatoria. Demoré tres años en conocer a mis abuelos, y ella jamás tuvo que pedir ni un mísero euro de la fortuna de ellos.

>>Estuvo sola en el hospital la primera vez que me enfermé, y mientras yo estaba durmiendo, ella estaba estudiando para sus exámenes o para su puta tesis.

>>Así que te recomiendo que jamás, en tu puta vida menciones el nombre de Lucrecia Schneider, para decir que no tiene carácter.

-A mí nunca me lo demostró- dice enojado-. Consigo lo que quiero, Mila, y si lo que quiero no se quiere dejar conseguir, simplemente hago que se doblegue. Puedo ser tu padre, pero no permito tus faltas de respeto, ni tu insolencia, ni tu...

-Tú no eres mi padre, imbécil. Sólo eres el que puso el esperma en el útero de la única persona que ha sido madre y padre para mí. Tú te aprovechaste de la inocencia de una chica de quince años, que sucumbió a los encantos de un chico malo mayor que ella.

-Vas a quererme Mila, porque lo digo.

-Nunca voy a querer a un bastardo como tú- le escupo la cara.

Su mano impacta mi rostro con tal fuerza que me derriba y caigo en la cama.

-Te lo has buscado- me dice, y me aterrorizo al ver como se desabrocha el cinturón de cuero-. Aprendes a respetarme porque aprendes, no me importa si tengo que castigarte, golpearte o hacer que Mark te haga entrar en razón- se sube a la cama y rompe la blusa de mi pijama.

El primer impacto del cuero me pica y los ojos se me humedecen. El segundo es peor, el tercero, el cuarto, y pierdo la cuenta. Lloro, chillo, sollozo.

-Pide que pare- me dice, cuando siento la hebilla impactar contra mi espalda, me retuerzo-. Di <<papá, para, por favor>>

-Sigue delirando, imbécil- es lo que digo, aunque mi mente quiera pedirle a gritos que pare.

-Ni así, Mila- me dice-. He sido amable contigo, pero veo que llevas mano dura. Mark te hará entrar en razón, porque se va a hundir en ti, hasta que me pidas piedad.

-No, no, no, no- chillo horrorizada.

Yo estoy embarazada. Llevó días sin comer y sin beber.

Me acaban de dar azotes...

No puede ser que me haga esto...

El gorila que se supone que es Mark entra y yo me giro. Las sábanas quedan llenas de sangre y yo me retuerzo del dolor.

Adolph sale de la habitación, y yo sigo negando. El gorila se quita la ropa, saca su polla y se toca. La imagen me revuelve el estómago. Me toma por los brazos y yo trato de resistirme, pero es demasiado fuerte.

-Suéltame, imbécil- grito.

Él no habla, sólo se pone encima de mi, y yo me desmayo en ese instante.

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Cabrón de mierda que es el donante de esperma...

Estas enfermo, tío, realmente necesitas un médico...

Sabemos que esto va a traer serias consecuencias para todo el mundo...

No me gusta escribir estos capítulos pero de verdad que lloro.

Los dejo...

Besos con Nutella...
Nelh C.