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Capítulo 6


Jasmine:

Luego de darme un baño de 20 minutos, me maquillé muy natural. Saqué de mi armario un vestido casual y fresco, me hice una coleta alta y cogí las llaves de mi coche, sabía que mis padres habían ido de compras, así que no les tuve que decir que iba a salir.

Llegué al aparcamiento y entré en mi auto, salí de la casa y me dirigí al parque para poder recoger a Lucas, en seguida lo vi, estaba esperándome en uno de los banquillos de la entrada, por lo que no le fue muy difícil reconocerme.

--Wao, menudo modelito tienes.

--Muy original.

--En serio, está precioso este coche, me gusta más que el mío. -Decía mientras se ponía el cinturón de seguridad.

--Eres un mentiroso. -Le dije ubicando la dirección de la Tienda para Perros en el GPS.

--Espero que no seas una chica que conduce a la velocidad de una tortuga.

--Eres un odioso pato Lucas. -¿Qué fue eso?, de seguro que no le agradará la idea.

--Me parece espantoso que me digas algo así. -Me dijo fingiendo como si le hubiera dolido, llevándose su menos al pecho.

--Jaja ¿te parece espantoso que te diga pato Lucas? jajaja.

--Me parece muy bien, a partir de ahora estamos en guerra Chica gruñona.

--Jaja pato Lucas.

***

Todo el viaje nos lo pasamos así riéndonos, insultandonos. Pero tengo que reconocer que Lucas me pone nerviosa, detrás de mi risa se escondía mi nervio, porque por tan sólo el simple hecho de que en unas pocas horas se haya vuelto el dueño de mis pensamientos, me asusta.

***

--Primero vamos a comprarle la camita, la ropita, y los recipientes para la comida, después compraremos el perrito. ¿Ok?. -Le dije mientras entrábamos por la enorme puerta de la tienda.

<<Vaya nunca había venido a éste sitio, se puede decir fácilmente que es un paraíso para todos los perros del mundo.>>

--Me parece perfecto, pero compremos las cosas juntos, no me gustaría comprar algo que no le guste a mi hermana.

--Me parece bien. -Dije ofreciéndole una sonrisa.

--¿Nunca te han dicho que tienes una sonrisa encantadora?.

--Muchas gracias. -Sentía como mis mejillas cogían color. --Comenzemos con las compras.

--Ok.

Cogimos un carrito para que se nos hiciera más fácil hacer la compra.

--¿Qué dibujos animados ve tú hermana?. -Dije parando el carrito enfrente de una repisa llena de camitas para perros.

--Pues digamos que ve los animados que ven las niñas a los 5 años. Ve Barbie, las Bratz, Princesas de Disney, todos los animados que tengan que ver con cosas parecidas.

--Entonces ésto le gustará. -Dije sacando de la estantería una camita dorada, con el logo de las Bratz en un color negro brilloso.

--¿Bromeas?, eso le encantará. -Dijo dándome un gran abrazo. --Eres la mejor. -Me dijo, apartándome un mechón de pelo rebelde de la cara.

Nunca lo había podido ver tan de cerca, tiene unos ojos que fácilmente te pueden llegar a hipnotizar.

--¿Te han dicho que tiene unos ojos que hipnotizan?. -¿Acaso éste chico leerá mis pensamientos?.

--Pues la verdad es que eres él primero. -Le dije en un susurro.

--Me estás poniendo nervioso. -Dijo brindándome una sonrisilla.

Enseguida sentimos un flash de una cámara, causando la separación de nuestras miradas.

--No quería molestarlos, pero se veían tan lindos, se nota que están enamorados. -Dijo una señora con el celular en la mano.

Lucas y yo nos miramos y lo único que hicimos fue sonreírnos.

--No, no, no, no somos pareja, somos... -Lo miré esperando una respuesta de su parte.

--Somos...se puede decir que amigos, ¿no crees gruñona?

--Unos buenos amigos, diría yo.

--Entonces, chicos disculpenme, es que verlos así me hizo recordar los bellos momentos que pasé junto a mi marido. Éramos así como ustedes, y creo que los demás podían sentir el amor tan grande que había entre nosotros, no quiero molestarlos, han de pensar que soy  una vieja loca. Que tengan un hermoso día. -Dijo la señora, despidiéndose de nosotros.

--Vaya.

--¿Crees que nosotros desprendamos ese amor?

--Emm, aún nos falta comprarle los recipientes al perrito. -Quería desviar el tema de cualquier manera, aún no estoy muy preparada para tocar ese asunto con Lucas.

***

--¿Si tú fueras una niña pequeña que perro escogerías? -Me dijo él.

--Pues yo no sé si escoger un chihuahua o un pug. -Dije

--¡Que lástima!, yo quería regalarle un bulldog.

--Lucas, ¿qué persona en su sano juicio le regalaría a su hermana menor un perro como ese?.

--Cierto.

--¡Ya se cuál le compraremos!. -Saqué del contenedor para perros a una cachorrita Pug, de color negro y algunas manchitas blancas. --¿No está hermosa ésta bebé?

--Pues la verdad es que sí, pero no tanto como tú. -Sentía como mis mejillas nuevamente cogían color. --Ya quiero verle la cara a mi hermana.

--Muchas gracias por el halago, y pues creo que nuestra misión ya terminó aquí. -Dije señalando a mi alrededor.

--Entonces vamos a pagar.

***

--¿En serio vives aquí?. -Le pregunté. --No puedo creer que a unos metros de mi casa. -Le dije sorprendida.

--El día que te llevé a tu casa también me llevé esa satisfactoria sorpresa. -Dijo brindándome una gran sonrisa.

--Pero tengo una duda, ¿cómo es que nunca te he visto?

--Es fácil, no sales mucho.

--Tal vez, pero aún así nunca te he visto.

--Es una historia larga, pronto te la contaré. -Me dijo serio.

<<A este chico debió de pasarle algo, porque en el poco tiempo que lo conozco nuca lo había visto así, en la noche anterior se podía llegar apreciar un toque de humor, pero no es el caso en este instante.>>

--Ok, descuida, emm... ojalá y a tu hermana le guste el regalito. -Dije mirando a la pequeña que tiene Lucas en sus brazos.

--Que lástima que este día no duró más, me hubiera gustado seguir compartiendo contigo. -Me dijo apartándome el mechón de pelo rebelde.

--No te preocupes, ya vendrán otras oportunidades. -Le sonreí.

--Gruñona, no me sonrías más de ese modo.

--¿Por qué?

--Olvídalo. -Me besó en la mejilla, cogió las bolsas de la compra, salió del auto y me dejó sola con mis pensamientos.

***

--Ya llegué. -Dije entrando por la enorme puerta de mi casa.

--Nena, tu padre y yo necesitamos hablar contigo de algo importante. -Me dijo mi madre bajando por las escaleras junto a papá.

--Me estás asustando, ¿qué sucede?. -Mi madre me hizo un gesto para que me sentara en el sofá de color blanco que está en el salón principal.

--Tu padre y yo queremos darte una noticia, que de seguro no te agradará. -Miré a mi padre, con la ilusión de que me hiciera algún gesto para no preocuparme, pero no fue el caso.

--¡Por favor hablen ya!. --En estos instantes, me están pasando muchas cosas por la mente, pero la que más me preocupa es la idea "Divorcio".

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