Capítulo 49
–Entonces...
–¿Entonces?
–Ya va a ser el cumpleaños de alguien – ruedo los ojos.
–¿Acaso ese alguien podrías ser tú Camila? –pregunto divertida.
–¡Sí! –aplaude emocionada. Fran ríe.
–¿Qué haremos este año para celebrarlo?
–Lo que hacemos todos los años, obviamente
–¿Y Fede qué? Él seguramente querrá estar contigo –pregunta Fran
–Lo sé–sonríe–Y por eso es que llevaremos a los chicos esta vez.
–¿Qué chicos?
–Fede, obviamente. Vilu puedes decirle a León y tú Fran podrías llevar a...
–No–dice
–Ni si quiera sabes a quien voy a decir–Fran la mira mal
–¿A quién ibas a decir? –Camila sonríe.
–A Diego–Fran rueda los ojos
–Y por eso dije no
–Pero ¿Por qué no?
–Porque ustedes llevan a sus novios y Diego y yo no somos nada
–Son amigos –intervengo obteniendo una mala mirada de parte de Fran
–No le digas eso, es peor –murmura Camila bastante alto, claramente con la intención de que Fran la escuche.
–Son tan graciosas–noto la ironía de Fran
–Bueno, si no lo invitas tú, lo haré yo. También es mi amigo y quiero que vaya
–Que casualidad que nunca antes lo habías invitado. Sólo lo haces para molestarme –Camila se encoge de hombros.
–Me lo agradecerás después. Vilu ¿Esa no es tu mochila? –eso capta mi atención. Volteo a ver hacia dónde me apunta.
Dylan entra al Sum con mi mochila colgando de su hombro. Me intimida un poco su mirada sobre mí.
–Por fin–digo cuando me la extiende. Eso hace que ruede sus ojos.
–Exagerada
–Espero que no le falte nada
–Sólo tome unas cuantas de tus cremas de belleza, espero que no te moleste
–Acordamos que no lo ibas a volver a hacer ¿Qué fue lo que paso? –le sigo la broma.
–Chistosa–veo como una de las comisuras de su boca se alza en una media sonrisa y luego se retira. Lo sigo con mi mirada hasta que se sienta en el mismo lugar durante las clases de Pablo.
–¿Qué fue todo eso? –pregunta Fran.
–¡Que caliente es! –regreso mi atención a ellas –Nos ignoró por completo. No voy a indignarme sólo por lo caliente que es. Eso como que le da un poco de derecho a hacerlo–rio. Camila siempre será Camila.
–¿Hay algo pasando entre ustedes? –miro a Fran
–¡Está pensándolo! –grita Camila
–¡Dios! No grites así –volteo alrededor para comprobar que nadie nos esté escuchando. Parece que llamamos la atención de Dylan, pero cuando nuestras miradas chocan, se voltea a seguir con lo suyo –¡No, claro que no! –Exclamo bajando la voz–Ustedes mejor que nadie saben lo que siento por León.
–Cierto, estuviste loquita por él durante años–dice Fran
–Sí, y luego cuando obtuve lo que tanto soñé, sólo sirvió para enamorarme más. No sean ridículas, Dylan y yo sólo somos compañeros.
–Que están pasando mucho tiempo juntos –apunta Cami–Para empezar ¿Qué hacía él con tu mochila? –enarca una de sus cejas. Suspiro.
–Ayer la secuestro en su casillero para poder secuestrarme a mí en su moto.
–¿Qué?
–No hagan tanto drama. Lo plantee mal. La guardo porque fuimos a cenar después de pasar horas trabajando en su proyecto. No me vean así. Sólo fuimos a cenar como amigos –aunque no lo somos– Tú Fran, vas a cenar con Diego ¿no? Y son amigos
–Sí, pero es diferente porque de algún modo sabemos que estamos yendo rumbo a "ser más que amigos" –hace las comillas con las manos
–¡Lo sabía! –grita Camila
–Hasta que lo aceptas
–Es algo que todos saben, ya cálmense.
–Bueno, como sea. Son amigos y sí puedes estar muy enamorada de León, Vilu, pero no puedes negar que Dylan tiene lo suyo
–No lo niego, ya les había dicho que me parece atractivo, pero no está pasando nada. Peleamos todo el tiempo, chocamos demasiado.
–¿Y?
–¿Tú podrías tener una relación así? Yo no
–Ya lo has pensado, entonces–Camila enarca una ceja hacia mí.
–Por supuesto que no. Ya les dije, estoy súper bien con León y nada que ver con Dylan
–Pues eso dirás tú, pero yo no creo que piense igual Dylan.
–¿De qué hablas?
–Estoy de acuerdo con Fran. Tú le gustas–me carcajeo.
–Están delirando. ¿Cómo voy a gustarle si apenas me soporta? Ni si quiera le agrado un poco. En serio no. Olviden ese disparate. Sólo estamos esperando a que termine esto del proyecto para que por fin podamos librarnos el uno del otro.
–Haya tú si nos crees o no
–¿Podemos seguir hablando del cumpleaños de Camila? –pregunto.
La mencionada inmediatamente se emociona y comienza a decirnos exactamente los detalles de su cumpleaños. Estamos en eso de ponernos de acuerdo hasta que llega Pablo al sum y las chicas tienen que irse porque no están en esta clase.
Cualquiera pensaría que al tener prácticamente dos semanas trabajando juntos, cuando llega la hora de esta clase, Dylan y yo estamos juntos como todas las demás parejas mientras Pablo da instrucciones o aclara dudas, pero no es así. Él siempre permanece en su lugar y yo en el mío hasta que forzosamente tenemos que juntarnos para empezar a trabajar.
Me rio mentalmente de las locas de mis amigas.
¿En serio? ¿Yo gustarle a Dylan?
Es lo más gracioso que me han dicho.
–Chicos– empieza Pablo –debido a que muchos de ustedes se han acercado a pedirme más tiempo para trabajar–oh no– aplazaré el día de la presentación. Originalmente sería este lunes, pero voy a darles una semana más – no puede ser –Así que espero que los trabajos sean mucho mejores por el tiempo extra. Tienen tiempo para perfeccionarlos. A trabajar, entonces.
Parece que a todos los demás les entusiasma la idea. Cuando veo la cara de Dylan, sé que ambos tenemos una mueca.
(...)
–Hola guapo –susurro abrazando a León desde atrás. Dejo un beso en su espalda.
–Gracias por el alago pero creo que te equivocaste de chico–rio
–Buen intento de cambiar la voz. Te vi cuando ibas entrando–se gira a verme– además este es el locker de mi chico ¿Qué haría un desconocido revisándolo?
–Buscando la fórmula para obtener una chica como la mía–hago un mohín.
–Cursi–sonríe antes de bajar su rostro y presionar su boca sobre la mía. No es un beso realmente largo, pero si lo suficiente para dejarme queriendo más. Yo nunca obtendré suficiente de León.
–¿A que debo esta visita tan inesperada? –pasa sus brazos por mis caderas.
–¿Acaso esas son tus manos sobre mi trasero? –enarco una ceja.
–Parece que ese lugar les gusta mucho. Están cómodas–se encoge de hombros. Envuelvo mis brazos alrededor de su cuello acercándome mucho más a él.
–Haré como que no me molesta
–No te va a costar mucho–sonríe.
–¡Lo sé! –ríe dejando un beso en mi mejilla. Acaricia con su nariz mi mandíbula
–¿Entonces? –deja un beso en la comisura derecha de mi boca.
–Entonces... Detente, me distraes –presiona por última vez su boca sobre la mía y me mira.
–Te escucho
–Tengo una invitación que hacerte
–¿Es para algo indecoroso? –me mira pícaro.
–¡No! –rio –Por cierto... Ya deja a mi trasero libre
–No
–Bueno...
–Vaya, princesa, tu persistencia me asombra. Casi logras convencerme –rio divertida.
–No voy a resistirme a algo que nos gusta a ambos– él silba –¿Qué vas a hacer este fin de semana?
–¿Todo el fin de semana? –asiento. Parece que piensa –Voy a ir al viaje que está organizando Camila por su cumpleaños ¿Por qué? ¿También vas a ir tú? –abro los ojos y me suelto de su agarre alejándome de él. León se ríe –Fede me lo dijo.
–¡No! Eso no se vale, yo era quien iba a decirte.
–Lo curioso aquí es que la cumpleañera debería ser quien me invitase y no ustedes
–Pero ella me mando a mí. No puedo creer que Federico se me haya adelantado. Voy a pellizcarlo –León intenta abrazarme de nuevo, pero me alejo –No, estoy indignada de que hayas aceptado su invitación y arruinaras la mía.
–Voy a rechazar su invitación y aceptaré la tuya. De ninguna manera yo quiero una novia enojada
–Que listo eres
–Siempre puedo decirle que he cambiado de planes porque los de mi novia son mejores
–Son los mismos planes
–No, porque a Fede no voy a hacerle lo que voy a hacerte a ti esos días
–Qué declaración tan interesante –León logra aprisionar mi cuerpo contra los casilleros –Casi logras convencerme –veo como humedece sus labios.
–¿Casi? – murmura. Asiento. Vuelve a besar la comisura de mis labios. Me enloquece un poco el hecho de que no llega a besarme realmente. Es una tortura.
Lleva un reguero de pequeños besos por mi barbilla hasta llegar a mi cuello en donde desliza su nariz acariciándome. Suspiro. Sus manos acunan mi trasero de nuevo.
–Definitivamente mis manos aman esa zona ¿Ya te convencí?
–Tal vez–murmuro. Besa el centro de mi garganta y finalmente atrapa mis labios entre los suyos. No tarda mucho para que su lengua delinee mi labio superior para poder abrirse paso a mi boca.
–Yo creo que ni siquiera había mucho de lo que convencerte. –murmura sobre mis labios.
–Sólo bésame–pido. Él ríe antes de volverme a besar. Mis dedos se enredan en las hebras de su cabello atrayendo su rostro un poco más cerca de mí. Sus manos aprietan mi trasero impulsándome, de modo que pronto León está sosteniendo mi peso contra los casilleros y yo enredo mis piernas alrededor de sus caderas.
No me preocupa el hecho de que alguien nos vea porque ya es tarde y no hay muchas personas en el studio. Además de estar siendo distraída por León. Estamos en eso de besarnos por varios minutos, sin intensiones de algo más. Sólo una buena sesión de besuqueo.
Nos sobresaltamos por un sonido estruendoso.
Dylan tiene su mano presionada sobre el casillero que está al lado de mi cabeza.
¿Él acaso lo golpeo?
–Tu espalda está sobre mi casillero –es lo que me dice. Su rostro es imperceptible. Sin ninguna emoción aparente. Se siente tenso el aire.
León sólo camina llevándome sobre él.
–Eso fue un poco grosero Soto –es lo que dice León.
–Eso fue un poco obsceno Vargas–Dylan señala el espacio en donde nos encontrábamos y a nosotros.
Un poco incomoda dejo mi posición sobre León y es hasta que estoy sobre mis pies que Dylan deja de mirarnos y se gira hacia su casillero.
Miro a León. Tiene el ceño fruncido viendo a Dylan. Tomo su barbilla captando su atención.
–Entonces vas a aceptar mi invitación ¿cierto? – obviamente ya quedo claro que sí, pero sólo lo hago para que olvide lo que acaba de pasar.
Lo último que quiero es que León, el que siempre ha sido sensato con todo mundo, tenga una riña por algo que realmente no tiene importancia. Después de todo sólo se trata de Dylan y su carácter poco tratable.
Parece que León capta lo que intento hacer porque suspira y me sonríe.
–Sólo si tú aceptas una mía.
–Dime, a ver si me interesa–bromeo
–Quiero llevarte al cine –enarco una ceja– No seas pervertida –ríe –quiero que veamos la película. Después –entrelaza nuestros dedos –quiero llevarte a cenar tacos. Sé que aún no los has probado –escucho detrás de mí como Dylan aguanta su risa. El maldito está escuchando nuestra conversación. León lo mira extrañado, pero no le toma mucha importancia. Pasa sus dedos por mi mejilla – Y quizás, después podamos pasar el rato en mi departamento.
–Esos suenan como unos planes grandiosos. Obviamente no puedo rechazar esa invitación.
–Entonces vamos.
Cierra su casillero que hasta este momento había estado abierto. Volteo a ver a Dylan de reojo y noto el rastro de una sonrisa divertida.
Yo simplemente no puedo romperle la ilusión a León y menos en este momento. No puedo decirle que ya he probado los tacos y que justamente Dylan, con el que acaba de tener un momento bastante tenso, fue el causante de que viviera esa primera experiencia.
Si él quiere llevarme a probarlos por primera vez, entonces yo estaré probándolos por primera vez.
Obviamente me siento mal. Se siente como que estoy traicionando a León. No es realmente una traición o una gran mentira, pero es como si de alguna manera estuviera rompiendo con la confianza que hemos formado hasta ahora. La primera vez que le oculto algo y quiero que se quede en eso, sólo una vez.
León entrelaza nuestras manos y nos guía hacia la salida.
*********
Sólo un pequeño aviso jeje
Se acabaron mis vacaciones, de vuelta a clases :( Eso no quiere decir que desapareceré de nuevo, sólo que me demoraré en actualizar. No se desesperen.
Nos leeremos pronto ;)
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro