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Capítulo 46

–En esta parte, ella puede aparecer

–¿Quieres que sea como un fantasma?

–Sí, para darle algo de fantasía y que no todo sea tu drama –ruedo lo ojos.

–Eso sólo hace que yo quiera más drama

–Como sea. Entonces ella aparece, pero sólo él puede verla

–Me gusta –doy unos pequeños aplausos ocasionando que él me vea mal

–Calma tu emoción, tampoco es para tanto–me calmo y vuelvo a rodar los ojos

–Bueno, ¿Después qué?

–Después ellos... –comienza a decirme su idea, yo intervengo en ocasiones para agregar cosas que a mí me gustarían, y así es como estamos contradiciéndonos, discutiendo y rodando los ojos y bufando mucho. A pesar de eso, estamos avanzando con el proyecto. Las ideas están y no son realmente malas, aunque chocamos la mayoría del tiempo. Quizás lo más complicado está siendo trasladar esas ideas a papel, escribir el guion. Eso como que es mucho trabajo y muchas horas invertidas.

Es hasta que León entra al salón que me doy cuenta que ha pasado el tiempo y el Studio está más lleno que cuando llegue. Ya van a iniciar las clases. Le sonrió, quisiera brincar sobre él y abrazarlo, pero me contengo porque no estamos solos y no quiero incomodidades.

Dylan está dándole la espalda por lo que no nota su presencia y sigue hablando. Realmente no estoy escuchándolo. Estoy más entretenida viendo como León se acerca a nosotros.

–Tomaré tu silencio como un sí y me vale si después no te parece –León toma asiento a mi lado sin decir nada, sólo viéndonos– Oh ya veo–dice Dylan recogiendo sus bolígrafos.

–No, no. Sigan por favor, no quería interrumpir

–Bueno, interrumpiste la concentración de tu novia porque tal parece que no puede despegar la vista de ti

–Lo siento, podemos continuar. Aún tenemos diez minutos.

–Acabo de decidir que quiero un descanso –se encoge de hombros– Será luego. Después te aviso cuando puedo retomarlo. –toma su mochila y se va.

–¿Es que nunca va a despedirse? –pregunto viendo como desaparece. Cuando está fuera de mi campo de visión me giro emocionada hacia León y prácticamente salto sobre su regazo apretándolo muy fuerte con mis brazos y besando todo su rostro –Te extrañé demasiado – él ríe encantado.

–Yo también te extrañé mucho, princesa–me aprieta contra él y esconde su rostro en mi cuello, inhala y deja un beso –Pero quiero un beso de bienvenida. He pasado estos días extrañando mucho tus labios –le sonrió.

Tomo su rostro con mis manos y me detengo a observar sus ojos verdes, sus cejas, su nariz, sus labios. Que hermoso es mi novio. Acaricio con mi nariz la suya, delineo sus cejas con mi pulgar y luego paso mi mano por su cabello. Como me gusta su cabello. Me inclino y presiono mi boca de la suya viendo como cierra sus ojos, deja salir un suspiro exagerado por lo que me encuentro riendo sobre su boca antes de atrapar su labio superior entre los míos. Lo acaricio con mi lengua, así como muchas veces lo ha hecho él conmigo, su lengua conocida por ser juguetona se encuentra con la mía. El beso termina cuando necesito un respiro porque si no las cosas se subirán de tono. Dejo cortos besos.

–Ese sí que ha sido un buen beso de bienvenida–besa mi barbilla.

–¿Cómo te ha ido? ¿Todo bien?

–Excelente. Echándote de menos, pero de ahí en más todo bien. ¿Y a ti? Pude notar un poco menos de tensión entre ustedes –suspiro. Bajo de su regazo y comienzo a recoger mis pertenencias.

–¿En serio? Porque yo no

–¿Tan malo es? –me lo pienso.

–No realmente. Al menos hemos avanzado. Pero chocamos todo el tiempo. Creo que no termino de agradarle –hago una mueca–Sigo un poco rencorosa por el desplante que me hizo. No tuvimos un buen comienzo. Pero está bien –me encojo de hombros–Estamos haciendo lo que tenemos que hacer, el proyecto, eso es lo importante ¿cierto? –León asiente– entonces eso es suficiente para mí. Ya no me importa si me tolera, sólo quiero acabar el trabajo.

–Yo no creo que sea tan malo, al menos por lo que vi. Sí, es un poco indiferente, pero no pienso que le caigas mal–arrebata mi mochila y se la cuelga sobro el hombro. Que caballero. Casi podría suspirar en este momento.

–Dices eso porque no ves nada malo en mí

–Exacto. Pero es porque no hay nada. Todos los que estamos cerca de ti, lo sabemos.

–Él no

–Yo creo que sí. –entrelaza nuestros dedos.

–A ti te tiene respeto

–No lo creo, no tendría porqué

–Hay muchas razones. Lo que pasa es que hoy no sé qué te pico, pero tu lado ególatra "Soy el mejor" no está entre nosotros –León ríe.

–Está descansando, ahora sólo se presentó mi lado idiota enamorado "Amo a mi novia y quiero pasar tiempo con ella"

–Uy, ese lado me encanta

–Yo sé que sí.

(...)

–¿Qué demonios? –frunce el ceño– definitivamente no vamos a hacer eso.

–¿Por qué no?

–Es demasiado rosa. ¿Quieres hacer a nuestro protagonista un maricón? –como odio esa palabra.

–¿En serio dijiste maricón? ¿Qué? ¿Estás en la era de piedra, cavernícola? –me cruzo de brazos– Eso no lo hace ni un poco menos hombre, machista.

–La hace ver débil

–¡Joder! Por supuesto que no. Sólo va a vivir lo que es perder a un ser querido. Es un ser humano con sentimientos y está sufriendo por perder al amor de su vida ¿Qué pasa contigo? ¿Nunca has perdido a alguien, cabrón insensible?

–Eso no te incumbe –rasca su barbilla y entrecierra sus ojos viéndome– Es tan entretenido hacerte enojar –capto lo que quiere decir. Estoy indignada. Lo hace a propósito.

–Maldito estúpido

–Y es aún mejor porque parece que todo lo que puedes decir son groserías –sonríe.

–Sé lo que tratas de hacer, no va a funcionar.

–Está bien, hagamos a nuestro protagonista un llorón sufrido, abandonado en su miseria y deprimido.

–No quiero que sea miserable, sólo que muestre ese lado sensible que todos tenemos, incluso tú –enarca una de sus cejas. Me encojo de hombros.

–¿Qué te hace pensar que no tengo sentimientos?

–Acabas de llamar al personaje maricón. Eso te hace cruel.

–Como sea. Entonces Alejandro va a nadar en su mierda. ¿Después qué? –quiero protestar, pero lo dejo pasar.

–Después el fantasma de su novia puede volver a aparecer.

–Eso ya lo hizo.

–Si me dejarás terminar sabrías que hay de diferente esta vez–permanece en silencio. Como odio que sea tan inexpresivo. ¡Dios! –Ella aparece, pero también lo hará un amigo. El amigo tratará de animarlo y sacarlo de su "mierda" como dices tú. Pero entonces él ve a Alondra y todo se jode

–¿Y qué más?

–Bueno, es tu turno de aportar ¿quieres que las ideas sólo salgan de mí o qué? –rueda sus ojos.

Cuando estamos saliendo del salón ya es tarde. El studio está prácticamente solo.

Otro día sin ver a León.

Dylan apaga las luces del salón y me apresura para salir, pero me detengo abruptamente. Su pecho choca contra mi espalda.

–¿Ahora qué te pasa?

–Calla

–Loca –musita. Tomo su mano y me acerco un poco más a mi objetivo, aún en la oscuridad para no ser descubiertos –¿Qué se supone qué estamos viendo? –susurra.

Diego y Fran están en el pasillo hablando. Vi justo el momento en el que salieron de un salón. Sé que está mal que los esté espiando, pero no lo puedo evitar. Necesito saber que las cosas entre ellos se van a arreglar.

–Acosadora–susurra Dylan a mi espalda.

Intento escuchar que es lo que dicen, pero no puedo.

–¿Quieres dejar de respirar tan cerca de mis oídos? No me dejas escuchar.

–Lo haría preciosa, si tan sólo soltarás mi mano y dejarás de acorralarme.

Lo ignoro porque Fran comienza a reír. ¿¡De qué se ríe!? Diego la abraza y cuando se separan, cada uno camina por lados diferentes. ¿Qué? ¿Eso es todo?

–¿Ya puedes soltarme? –susurra. Me doy cuenta que está peligrosamente cerca de mí. Su respiración está en mi cuello y su pecho pegado a mi espalda. Sostengo su mano con fuerza. Lo suelto y me separo de él rápidamente. Salgo del salón y él me sigue. Tiene una sonrisa bobalicona –¿Nunca te dijeron qué es de mala educación escuchar conversaciones ajenas?

–Si te hubieses mantenido en silencio, habría podido escuchar algo. Gracias por eso–digo sarcásticamente. Se encoge de hombros.

–Mañana a la misma hora –comienza a salir del studio.

–¿Nunca te dijeron que es de mala educación dejar a la gente con la palabra en la boca? –escucho que ríe, pero no se detiene.

Un mensaje llega a mi celular.

"Hemos hablado. Todo bien. No sé qué va a pasar con nosotros, pero hemos hecho las paces"

Contengo mi vena chismosa. Quiero saber más, pero eso es todo lo que va a decirnos Fran por ahora.

(...)

Estoy concentrada haciendo algunas anotaciones en el guion que hasta ahora es un borrador, después hay que transcribirlo. Espero a que Dylan llegué. No me ha dejado plantada desde esa vez y de hecho es puntual. Sólo que está vez yo llegué antes.

Me asusto cuando alguien deja sus manos en mis hombros y besa mi cabeza. Su olor llega hasta a mí y entonces me relajo.

–Hola novia–sonrío

–Hola novio

–Mira, si te acuerdas de que tienes un novio–deja una silla a mi lado y se sienta.

–Lo siento

Ha sido una semana algo complicada. No hemos logrado vernos mucho. Y cuando lo hacemos, es algo rápido porque luego cada uno tiene que ir a clases diferentes. Tampoco hemos tenido oportunidad de vernos fuera del studio.

Lo peor de todo, es que estoy sacrificando mi tiempo con León para terminar cuanto antes el trabajo con Dylan, cosa que al parecer no funciona. Avanzamos, pero aún nos falta mucho.

–Sólo estoy bromeando. Sé que estás muy ocupada y estresada.

–No entiendo porque aún no hemos terminado.

–Los proyectos siempre se llevan más tiempo del pensado –se encoge de hombros.

–Al menos ya llevamos la mitad.

–Eso es bueno –besa mi mano.

–Juro que voy a compensar todo este tiempo que no hemos podido estar juntos.

–Por supuesto que vas a compensarlo. Te he traído algo –mete una mano en su bolsillo.

–¿Ah sí?

–Sí. No es la gran cosa, pero ten –deja en mi mano unas llaves.

–¿Estás regalándome un auto? –bromeo

–Podría costearte un auto, pero luego recuerdo que tienes un padre asquerosamente rico. Así que ese pídeselo a él –río –Son la copia de las llaves de mi departamento– lo miro sorprendida.

–¿Y dices que no es la gran cosa?

–Estuve pensando en estos días que no hemos pasado mucho tiempo juntos–ignora mi pregunta–Y el que tú tengas las llaves significa que puedes ir a visitarme cuando quieras, sin esperar a que salgas del studio, que ha sido algo tarde estos días, y luego a que yo pase por ti o cosas de ese estilo. Además de que mi departamento está más cerca del studio que tu casa. No lo sé, pueden servirte en algún momento.

–¿Qué pasa si voy y tú no estás?

–Pues entras, comes algo, ves una película, duermes, no sé. No necesito estar yo para que puedas entrar. Mi casa es tu casa–dice con una sonrisa

–¿No te parece que es un poco pronto?

–Tú sólo disfruta mujer y no hagas preguntas–sostiene mi rostro con sus manos –Confió en ti y te amo ¿Qué es más importante que eso? El tiempo no determina nada. Tampoco vayas a asustarte. No es como que estemos yéndonos a vivir juntos. Por supuesto que quiero llegar a eso contigo, incluso a más, pero, aunque desee eso ahora, sé que tenemos que esperar. El que te dé las llaves significa que confió en ti y en lo que tenemos, sé que no es cualquier cosa, es algo importante, pero para este punto de nuestra relación me parece algo correcto. Es bueno. ¿Estás asustada? Porque yo no.

–No, estoy sorprendida.

–Yo estoy feliz de hacer esto.

–No puedo darte las llaves de mi casa, papá me mataría –León ríe dejando un beso en mi boca.

–No espero eso, princesa. Con mi departamento tenemos suficiente para hacerlo nuestro lugar.

Guardo las llaves en el bolsillo de mi pantalón bajo su atenta mirada y lo abrazo.

–Gracias por esto. Por confiar en mí. Prometo no incendiar o inundar tu departamento cuando tú no estés –eso lo hace reír.

–Estoy rezando para que eso no ocurra. También lo hago porque te he extrañado mucho estos días. De todas las maneras posibles –Sé a lo que se refiere cuando deja un beso en mi cuello. Me estremezco –Me tienes en abstinencia princesa –me dice al oído– Estoy como un adolescente que acaba de descubrir lo que es el sexo. Cachondo y con las bolas azules –no puedo evitar soltar una carcajada. Riendo el cubre mi boca con su mano.

–No puedo creer que dijeras eso. Te amo incluso con esas cosas que dices.

–Eso hace que me ames más, no lo niegues.

–No lo niego–río– También te extraño.

–¿Vas a decirme algo sucio como que también estás cachonda y te duelen los pezones? –lo dice lo suficientemente bajo para que nadie pueda oírlo. Vuelvo a reír.

–¡León!

–Tenía que intentarlo –se encoge de hombros antes de presionar su boca contra la mía. Me da un beso que no es lento ni suave. Con este beso ambos demostramos lo necesitados que estamos y cuanto nos hemos extrañado. Es un beso profundo, húmedo, pero también urgente y apasionado. Está robándome el aliento. Sus manos se enredan en mi cabello acercándome más a él, como puedo abandono mi silla y me siento a horcajadas sobre él. Enredo mis brazos alrededor de su cuello y una de sus manos abandona mi cabello para dejarse caer en mi trasero. Tal vez esta demostración de amor no es la más adecuada para estar en el studio. Pero siempre que estamos juntos lo demás deja de importar y nosotros dejamos de pensar. Eso está comprobado.

Nos separamos cuando alguien deja caer sus cuadernos con nada de delicadeza sobre un escritorio.

–Lo siento ¿Los interrumpí? –ruedo los ojos. Es un descarado siempre. Estoy aprendiendo a conocerlo.

–No le hagas caso–veo a León– Es un idiota.

–Te escuché –dice Dylan

–Eso quería–paso mis dedos por el cabello de León despeinándolo. León sonríe divertido.

–Uh, yo debería irme de cualquier modo. Tengo una clase en –ve su reloj– cinco minutos–bufando me pongo de pie para dejarlo ir–Te veo después. Espero que uses tu regalo pronto. Te amo –me da un último beso y se va.

–Cierra la boca o se te meterán las moscas. Qué asco, tienes baba por ahí –señala su barbilla

–Idiota

–¿Debo esperar a que dejes de suspirar para poder continuar con el trabajo?

–Sólo cállate. Estuve haciendo unas anotaciones antes de que llegarás.

–Hasta que por fin trabaja la holgazana –entrecierro los ojos.

–Hoy traes un humor

–Sólo dame las anotaciones –se las entrego y así comenzamos otro día de trabajo.

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¡¡Feliz navidad!! Les deseo lo mejor en estas fechas. Que lo pasen lindo.

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