Capítulo 37
- ¿Desde cuándo? - él suspira.
- En realidad es una historia larga, pero quiero mi beso - gruño pero inmediatamente le doy un beso lento y delicado, como a él le gusta. Se lo merece. Antes de que se ponga intenso como sólo el sabe serlo, me alejo un poco. Estoy ansiosa por escucharlo.
Soy de las que piensa que puedes llegar a enamorarte de una persona aunque no tengas tanto tiempo de conocerlo, el tiempo no es lo que realmente importa. Creo que en más de dos meses se puede llegar a sentir amor hacia una persona pero pensar que alguien como León se enamorará de mí en tan poco tiempo me descolocó y tomó por desprevenida. Llámenme incrédula porque lo soy. Me da curiosidad saber como pasó lo que yo llamaba "sueño".
- Entonces... ¿Cómo fue? - pregunto.
- No lo vas a dejar ir ¿cierto? - alza una ceja. Me frustra que yo apenas puedo alzar las dos sin verme rara.
- Es sólo que quiero saber. Nadie antes se había enamorado de mí.
- Eres una persona curiosa
- Muy curiosa - beso su barbilla - ¿Vas a decirme? - él solo se limita a tomar mi mano. Me lleva a un sillón mecedor en donde cabemos los dos. Pasa un brazo por mis hombros llevándome a su pecho en donde recargo mi cabeza.
- La primera vez que te vi, estabas sentada en el último asiento del Sum, con un libro en tus manos y con la vista clavada en el texto, inmersa a todo lo que pasaba a tu alrededor. Tan concentrada. No pude evitar verte, eras la primera en llegar. Pero lo que más me hizo fijarme en ti fue la calidez que proyectabas a pesar de que el salón estuviera vacío, una calidez que hasta ese momento desconocía... Que nunca había visto en nadie. Te observé andar por varios días, estabas nerviosa, pero sin embargo cada vez que sacabas un libro te veías segura y cómoda - Lo escuché olvidando que mis pulmones necesitaban oxígeno - Cuando empezaste a hablar con Franchesca y Camila fue un alivió, no quería que estuvieras sola, nadie tiene porque estar solo y siempre es bueno tener amigos, además me gusta verte hablar y reír. Desde ese día supe que ellas serían las mejores amigas para ti y también que verte sonreír iba a ser una obsesión para mí, una necesidad.
<<Me di cuenta de que parecía un estúpido observándote de esa forma - ríe - Decidí ignorar el hecho de que alguien así estuviera a unos metros de mí, de que una persona, por primera vez en mi vida logrará que dejara de pensar por un segundo en cosas banales y sin sentido, que dejará de pensar en mí mismo, en cosas sin importancia. - Gira su cabeza viéndome - El día que te conocí, sentí que algo dentro en mi interior se derretía. Te veía a lo lejos, siempre cuidando que nadie lo notará; reías tan dulcemente... - Eleva una mano acariciando mi rostro - Tu boca fue una de las primeras cosas que me noquearon ¿Sabes? Angosta pero carnosa y de ese color sonrosado tan asombroso - pasa su pulgar por mi labio inferior con la mirada fija ahí - Aunque también tu cabello; en serio moría por saber cómo se sentía enredar una mano en él - para dar fe a sus palabras, una de sus manos se desliza por mi cabello - La manera en la que te manejabas, en la que te vestías, en la que mirabas.
<<Todo me atrajo desde el primer momento... Sin embargo, logré mantenerme ajeno, indiferente en cierta manera, ya sabes, estaba todo el asunto de Karla y yo juntos pero no tenía ni idea de que un proyecto sería la mejor sorpresa de mi vida. Cuando te vi hablando con Pablo tratando de cambiar de pareja, debo confesarte que me sentí desilusionado, yo quería trabajar contigo y así poder conocerte un poco mejor, aunque en ese momento creía que no era lo mejor, pero ahora me doy cuenta que no pude estar más equivocado.
<<Cada cosa me intrigaba más de ti. Tu forma de hablarme, de verme, tu inteligencia... Fue a partir de ese momento que ya no pude sacarte de mi cabeza y después de lo que pasó con Karla, contigo ayudándome y salvándome en mi borrachera y de haberte escuchado cantar por primera vez... Decidí que... te quería en mi vida, que no permitiría que fueras de nadie, que haría todo para que te enamoraras de mí... que esa boca... sería solo mía. - cada palabra que dijo, cada hermosa confesión me iba dejando marcas que estaba convencida, mi corazón nunca borraría.
- León... - susurró atónita, llorando sin remedio. Me toma por la nuca y estampa sus labios contra los míos mientras que rodeo su cuello y respondo a su beso. El roce se intensifica. Respirar comienza a costar demasiado trabajo. Recarga su frente de la mía cortando el beso.
- Yo sólo fui descubriendo cada pequeña cosa de ti, cada detalle. Me encontré poniendo más atención de la de antes a todo lo que hacías, a cada uno de tus movimientos. Llámame acosador, porque yo realmente fui uno contigo. Luego conseguí esa primera cita y joder, yo estaba completamente feliz y extasiado. Cuando logré besarte por primera vez supe que no quería dejar de hacerlo nunca, aunque tu dijeras que eras una inexperta. Yo no sé si eso era cierto en ese momento, pero princesa, déjame decirte que lo haces increíble y siempre me tienes como tonto deseando más - eso consigue hacerme reír y claro, sonrojarme - Luego de eso, simplemente no pude mantener mis manos para mí. Tocarte y sentirte se ha vuelto una necesidad para mí y lo siento si esto logra incomodarte, pero es cierto y estoy siendo totalmente honesto contigo respecto a todo lo que estoy diciéndote.
<<Recuerdo perfectamente bien todo lo que sucedió cuando me emborrache. Ahora me siento un estúpido porque aunque creas que yo lo olvide, no es así. Recuerdo haber dicho mi primer "Te quiero" para ti y me odio por haberlo hecho de esa manera. Ese día me sentía jodido, pero ahora sé que no por haber terminado la relación con Karla. Dolió que ella me engañara, dolió que mis amigos lo hicieran pero lo que más me dolió fue el hecho de darme cuenta todo el tiempo que estaba desperdiciando a su lado. Ese tiempo que yo pude aprovechar para poder estar contigo.
<<En ese momento yo ya sabía que te quería. Sólo necesitaste un poco de tiempo para tenerme totalmente enamorado y rendido a tus pies. Me di cuenta tiempo atrás, pero no sabía si tú estabas realmente preparada para escucharme decírtelo. Jamás me hubiera perdonado que huyeras por culpa mía y de mis sentimientos.
- ¿En serio crees que yo en algún momento huiría de ti? Creo que te amo con más intensidad de lo que tú me amas a mí.
- No lo creo - ríe
- Cuatro años sabiéndolo deben decirte algo - él me mira sorprendido
- ¿Qué? - su impresión me causa gracia. Es tan lindo. Y yo estoy tan pero tan enamorada de él.
- Al parecer el día que entré al studio tú no fuiste el único impresionado. Te vi ese día, a través del libro e incluso en el transcurso del día. No había visto a chico tan atractivo, pero tal vez lo que más me atrajo de ti fue el hecho de que, a pesar de que todo mundo parecía querer acercarte a ti, tener a tu alrededor a los alumnos más impresionantes del studio, tú no rechazaste a nadie. Ahí me di cuenta que podrías ser el típico chico galán y popular pero tú no eras uno creído ni presumido. Eras un chico lindo, humilde y amable con todos. Eso hizo la diferencia.
<<Aunque no hablamos o siquiera tuvimos algún acercamiento por años, yo no podía sacarte de mí cabeza. También me sorprendía viéndote. Siempre rodeado de Karla. Fue cuando me di cuenta que serías imposible para mí, y después me encontré soñando contigo. Mi sueño imposible. Pero ya vez lo que dicen "Lo imposible atrae más" y así fue. Estabas en mi cabeza, pero en poco tiempo estuviste en mi corazón. Cuando estuvimos en el mismo salón pero sentados juntos, fue de los primeros acercamientos que tuvimos y yo casi muero. Te juro que hiperventilaba tan solo con tu cercanía. Siempre me ponía nerviosa contigo a mi alrededor. Luego estuvo esa vez en el antro que me invitaste un trago y supe que podía mantener una charla contigo sin desmayarme.
<<No tienes idea de cuanto tiempo estuve en la sombra guardándome mis sentimientos. Apenas si podía hablar contigo. Siempre me creí patética por estar enamorada de ti siendo que pensaba que nunca te fijarías en mí. Todo lo que ha pasado sin duda me tomó por sorpresa. Nunca imaginé que tú y yo estaríamos juntos y menos teniendo esta conversación. De verdad se siente como un sueño y odiaría que no fuera real. - Me estrecha entre sus brazos acercándome todo lo que es posible a su cuerpo.
- Entiendo eso porque me siento de la misma manera, pero te juro que no es un sueño. O bueno, es un sueño casi imposible. Lo estamos volviendo realidad.
- Y gracias por eso. Estoy comprobando que mi idea inicial sobre ti es cierta - tomándolo desprevenido, le robó un pequeño beso.
- Umh no... tú no puedes hacer eso. ¿Qué clase de beso es ese? - dice contra mis labios - Si vas a robarme uno debe ser largo - aprieta su agarre en mí pero esta vez arrastrándome hasta estar sobre su regazo a horcajadas - Tienes unos labios irresistibles y lo mejor de todo es que puedo aprovecharme de ellos - atrapa mi labio inferior entres sus dientes para después succionarlo.
- Que posesivo...
- Shh... Sólo bésame - riendo hago lo que me pide. Mordisquea ambos de mis labios de manera juguetona chupándolos en el proceso. No puedo evitar llevar mis manos hasta su cabello enredando mis dedos en sus hebras castañas. Esa es una parte de su cuerpo que me encanta, porque al igual que él, siempre imaginé a mis manos enredadas en su suave cabello. Pronto siento como su lengua acaricia mi labio inferior, ansiosa de que le permita la entrada a mi boca, lo cual hago. Suaves roces y exploraciones. Lo único que se escucha son nuestras bocas unidas. Besar a León definitivamente es una de mis cosas favoritas para hacer.
Sé cuando tenemos mucho tiempo besándonos porque siento mis labios un poco hinchados y adoloridos. Por eso es que decido ser un poco atrevida así que trasladó mis besos hasta su barbilla descendiendo a su cuello. Un lugar que huele increíble y que me encanta ¿Hay acaso algo que no me guste y encante de él? No lo creo.
León con una mano acaricia mi cabello y con la otra mi espalda. De su boca salen sonidos placenteros. Sé que esta disfrutando esto. Y mi conciencia constantemente me dice que pare antes de que las cosas se suban de tono y empiece a hacer más calor, debo recordar el lugar en el que nos encontramos. Pero me siento tan contenta que sólo quiero pasar un buen momento con León.
La mano que antes se encontraba acariciando mi espalda se cuela bajo mi blusa. Ya no me intimida tanto porque él ya me vio en ropa interior. Su tacto es caliente y suave sobre mi piel. Tomando mi nuca regresa mis labios sobre los suyos y pronto volvemos a ese juego de exploración de bocas. Siento un cosquilleo, no sólo en el estómago, si no en mi parte más íntima por lo que ansiosa me remuevo un poco sobre él ocasionando que gruña. Miento si digo que algo debajo de mí no se esta poniendo feliz. Esa es mi señal de que debemos parar y al parecer también es la de León. Libera mis labios y saca su mano de debajo de mi blusa. Recargo mi frente en la suya tratando de recuperar mi respiración.
- Joder... yo... mierda - dice entre jadeos - Princesa, tú... Demonios... ¿Podrías levantarte de encima mío y sentarte ahí? - señala el espacio libre del sillón. Lo hago - No encuentro el motivo de tu diversión.
- La situación...
- Tú eres una incitadora... Yo... necesito caminar un poco, despejarme - se pone de pie - Puedes quedarte aquí a esperarme unos minutos o regresar con mi familia, como gustes.
- Te espero - asiente con la cabeza y se va caminando. Un poco raro puedo decir, suelto una carcajada ocasionando que volteé a darme una mala mirada. Sólo me hace reír más. Es verdad que yo también necesito despejarme. Sé que es el comienzo de momentos intensos entre nosotros y que los que se aproximan serán mucho peores... o mejores, no lo sé pero lo que si sé es que amo a León. Eso es todo lo que esta bien.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro