- ¿Así que soy tu primer novio?

- Así es - dije posando mi mano en su pecho.

- ¿Es en serio? - León levanto un poco la cabeza del césped, mirándome. Mi mirada se dirigió a él sin despegarme de su pecho.

- Sí. Eres el primero formalmente.

- ¿Formalmente? - arqueó una ceja.

- Eres el primero que no tiene siete años - reí. Decirlo en voz alta es aún más patético. Él me miró sorprendido.

- Estás jugando conmigo - negué con la cabeza volviendo a prestar atención a los botones de su camisa. Sentí como León se acostaba nuevamente en el césped. - Guau

- ¿Qué? - volvió a rodear mi cintura con sus dos brazos.

- No puedo creer que soy el primero

- Eres el primero en muchas cosas - susurré.

Estábamos acostados bajo un árbol en un parque cercano del Studio esperando por nuestra siguiente clase. En cuanto León encontró una sombra lo bastante generosa para cubrirnos a los dos, se tiró en el jardín e inmediatamente me llevo hacia su pecho para poder descansar mi cabeza en él.

León se puso tensó debajo de mí. Me alejó de él y pronto sentí como mi espalda tocaba el césped. Él colocó ambos brazos a los lados de mi cabeza viéndome desde arriba.

- ¿Estás tratando de decir que tu primer beso te lo di yo? - sus ojos estaban dilatados y brillantes.

- Eso es justo lo que trato de decir.

- No lo puedo creer - ¿Qué había de increíble en eso?

- ¿Por qué no? - Siendo yo en realidad era muy creíble.

- No creo que alguien haya podido resistirse a besarte - paso su pulgar sobre mi labio inferior.

- Créeme que muchos lo hicieron. En realidad tampoco yo quería besarme con cualquiera

- ¿Estabas esperando por mí? - Claramente así fue. Asentí. Con su típica sonrisa egocéntrica se fue acercando aún más a mí hasta presionar sus labios contra los míos. Una suave presión. - Sonará egoísta pero me alegro ser el primero.

- Me gusta que seas el primero.

- A mi igual - volvió a besarme.

- Tienes que enseñarme a hacer eso

- ¿Hacer que? - la sonrisa que me dio me dejo claro que él sabía de lo que hablaba. Quería que se lo dijera.

- A besar así - enarco una ceja - No hagas eso, me intimidas - soltó una carcajada

- ¿Ahora te intimido?

- Siempre lo haz hecho - Totalmente cierto. - Pero en serio. Debes enseñarme a besar así. Con un solo beso te juro que se me entumen las piernas - otra carcajada salió de él, provocando que yo riera.

- ¿Quieres entumirle las piernas a la gente? Debo decir que la idea de ti besando a alguien más me desagrada completamente - una de sus manos se encontraba acariciando mi cabello.

- No quiero besar a alguien más. Es sólo que quiero ocasionar lo mismo en ti. Que sea recíproca la sensación de recibir un buen beso - enrede mis brazos alrededor de su cuello jugando con el cabello de su nuca.

- Pero a mí me encantan tus besos ¿Estás segura de no haber besado a alguien más? Porque puedo asegurarte que lo haces increíble

- Segura - besé su barbilla. Suspiró.

- Sigue acariciando así mi cabello y juro que voy a dormirme. No quiero aplastarte pero tampoco quiero que dejes de hacerlo, me gusta.

- Estás muy cansado ¿Cierto? - dejo caer su cabeza en mi pecho para después asentir.

- Han sido muchas cosas esta semana. Estoy agradecido de que ya mañana termine todo el asunto del festival.

Yo también me sentía agotada. Fueron muchas semanas de trabajo para que todo saliera bien. León, además de tener que ensayar conmigo, tuvo que ayudar a fondo para la preparación de las presentaciones. En cierta forma, abusaron del pobre.

- ¿Sabes que tenemos que volver en unos minutos, no?

- Sólo quiero estar un momento más así contigo. Te extrañaba - besé su cabeza al momento en que sentí que uno de sus brazos rodeaba mi cintura, apretándose más a mí. Seguí pasando mis dedos por su cabello.

Yo también lo había extrañado. Habían pasado dos días desde nuestra presentación y exhibición de nosotros como pareja ante el Studio. No nos habíamos visto porque León tuvo que hacer varias tareas que Pablo le había asignado. Hoy en cuanto tuvimos un receso, León prácticamente me había secuestrado hasta llegar a este parque.

Empecé a sentir que su respiración se relajaba un poco indicándome que se estaba quedando dormido. Quería que descansara y odiaba la idea de no dejarlo dormir pero teníamos que ir al Studio.

- León - hizo un sonido extraño - Cariño, tenemos que irnos.

- ¿Acabas de decirme cariño? - dijo sobre mi pecho. Sonreí.

- Acabo de llamarte así y sirvió para despertarte.

- No lo creo, intenta con algo más. - Que maldito.

- Sólo quieres que te ponga pronombres bonitos

- Puede ser... Como que me esta dando más sueño - reí.

- ¡León!

- Mmm no, eso no sirve

- ¿Bebé?

- ¿Si?

- ¿Puedes levantarte de encima mío para que nos podamos ir?

- Estoy considerando eso

- ¿Es enserio? - pregunte incrédula

- Es malditamente enserio, nena

- ¿Estás cómodo corazón? Cielo, no quiero llegar tarde - Dios mío.

- Estoy despertando

- Mi amor - vaya - En serio tenemos que ir al Studio - Su cabeza se levantó de golpe de mi pecho. Me miró directamente a los ojos antes de plantar un beso húmedo sobre mis labios.

- Listo. Como que mí cuerpo tiene más energía que nunca - reí.

- ¿Te diste cuenta de todo lo que me hiciste decir? Fui demasiado melosa en un parque - fruncí los labios. Obviamente no me desagrado para nada decirle de esas maneras a León, pero ya saben, hay que exagerar.

- Los parques son buenos para decir cosas bonitas - dejó un beso en mi nariz

- Te odio - Claramente no lo hago.

- No, no lo haces - Besó mi barbilla

- No, definitivamente no lo hago - Presionó mis labios contra los suyos. Una de sus manos se posicionó en uno de mis costados mientras que la otra se recargo en el césped evitando que todo el peso de su cuerpo recaiga en mí. Siento sus labios moverse lentamente. Suspiro de satisfacción sintiendo la invasión de su lengua en mi boca mientras me besa de manera profunda. Enredo aún más mis manos en su cabello, disfrutando de su beso, como si fuera el primero.

Siempre se siente como el primero.

- ¡Consíganse una habitación! - Escuchamos que alguien grita. Riendo dejamos de besarnos.

- ¿A caso no se saben otra cosa? - Digo divertida. Él niega con la cabeza.

- Te has sonrojado - dice divertido.

- Por supuesto que lo hice - me besa levemente.

- Vámonos. Quiero entrar al Studio tomando la mano de esta princesa. - se pone de pie para después ayudarme a hacerlo.

- Eres tan lindo - toma nuestras mochilas y estira su mano entrelazando nuestros dedos.

- A mí no me cuesta decirte cosas bonitas - dice receloso.

- Tampoco a mí, lo sabes, solo que querías molestarme y así no funciona.

- Conseguí que me dijeras 'Mi amor'

- Touché

(...)

En cuanto cruzamos la puerta de entrada del Studio, me siento nerviosa y ansiosa.

No es como que algún día imaginé entrar tomada de la mano de mi platónico, además de ser el chico más guapo, talentoso y popular del Studio, que ahora llamo novio, siendo observados por todos. Agreguemos el hecho de que jamás me habían visto de pareja con alguien. Simplemente me siento expuesta.

En cualquier sitio con adolescentes, ya sea universidad, escuela de lo que sea por poner ejemplos, cuando hay una pareja nueva se habla de ellos. Pero esto no es cualquier cosa. Han dicho de todo sobre nosotros, claramente porque nadie pensó que el chico popular se fijaría en el ratón de biblioteca (Esa soy yo, obviamente) y menos con tan poco tiempo de haber terminado con la flamante Karla Aniston.

Sí, hasta su apellido es flamante.

- Muñeca, vas a tronar mis dedos si sigues apretándome así - Susurró muy cerca de mi oído.

- Lo siento, estoy nerviosa - aflojé el agarre de mi mano en la suya.

- Ya lo noté - León se detuvo, tomo mi otra mano haciendo que quedáramos frente a frente - Tranquila, no dejes que te intimiden. Quiero que tengamos una relación normal, no quiero seguir escondiéndonos como si estuviéramos haciendo algo malo porque no lo estamos haciendo ¿O si?

- No estamos haciendo nada malo - sonríe

- Bien. Necesitas saber que no dejaran de hablar de nosotros en mucho tiempo - asentí. Eso ya lo sabía - Pero quiero que si te sientes incómoda con algo me lo hagas saber, por favor. No quiero que te guardes nada, al contrario, quiero que tengas la confianza de decirme cualquier cosa.

- Confió en ti.

- Y yo en ti - sus dos manos se posan en mi rostro acortando la distancia entre nosotros - ¿Puedo besarte aquí? Si no quieres, no hay problema, lo entiendo - En respuesta, me acerco a él y lo besó. Lo siento suspirar contra mis labios. Cuando nos separamos él me sonríe. - Gracias. Ahora tengo que ir a mi clase - asiento. Su pulgar acaricia mi labio inferior - Nos vemos en un rato ¿Sí? Te quiero

- Yo también te quiero - me da un pequeño beso antes de marcharse. Un poco desorientada me dirijo hacía los lockers. Es más para refugiarme ante la exposición que para buscar algo. Francesca y Camila se encuentran ahí. Algo que agradezco inmensamente.

- ¡Mira quien llego! La tórtola número dos - expresa Fran - La número uno es Camila pero estoy pensando seriamente en cambiar el orden. Ustedes van rápido.

- Ni que lo digas

- ¿Cómo fue eso de llegar juntos por primera vez? - cuestiona Camila

- ¡Dios! Necesitaba un respiro. Pero como siempre León se encargo de aligerar la situación. Casi le rompo los dedos.

- Tendrás que acostumbrarte por un buen tiempo - Camila cerro su casillero - Aún es un poco extraño estar con Fede, pero lo de ustedes es extremo

- Lo sé. No me importa que hablen o que nos miren, es incómodo, pero sé que pasara en algún momento. Lo que me preocupa es Karla. Tendrían que haber visto como me miro cuando salió a la luz el asunto de León y yo saliendo.

- Bueno, es muy probable que quiera hablar contigo, no sé, para intimidarte o decirte lo muy perra que eres por quitarle a su novio. - Francesca recarga su espalda en los casilleros viéndome - Estamos hablando de Karla Aniston, ella obviamente no tiene dignidad y la muy bruta dirá que tú eres la culpable del fracaso de su relación con León. Para no aceptar que es una zorra que se metió con todos - Estoy sorprendida de la manera en que se expresa Fran.

- Eso ciertamente suena como algo que ella haría - digo con los ojos muy abiertos.

- Y se esta tardando en venir con sus secuaces - apunta Cami.

- Demonios - es lo único que puedo decir.

- Pero tú tienes que estar tranquila. León ya sabe de lo que ella es capaz. Créeme que nada de lo que ella diga ahora le importa - Cami pasa un brazo por mis hombros

- Lo sé

- Y tú no tienes que dejar que lo que digan los demás te afecte. Es difícil Vilu, pero tú puedes.

- Creo que lo he hecho bien hasta ahora ¿No? Digo, nunca me importo que me dijeran la niña rara de nuestra generación - Me encojo de hombros.

Un chico, que reconozco como David pasa cerca de nosotras observándome de pies a cabeza dándome una sonrisa que hace que me remueva incómoda. Cuando se va, observo que Fran me mira entrecerrando los ojos. Después los abre como platos.

- ¡Oh, ya entiendo! Es increíble

- ¿Qué?

- ¿Te has dado cuenta que en los dos últimos días cada chico que pasa cerca de ti te analiza, como buscando algo en ti? - vuelvo a encogerme de hombros - Yo lo he notado ¿Tú Camila? - Ella asiente - Bueno, ellos están buscando que vio León en ti. Para ellos tuvo que haber sido algo muy bueno para que lo tengas tan amarrado. ¡Cielos! Van a empezar a acapararte

- Vaya, que cerdos - expresa Camila

- Repito, Demonios

¿Qué más cosas podrían suceder? Siento que esto a penas comienza y no sé como debo sentirme al respecto.

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Estoy lista para cualquier comentario acerca de mi tardanza. Lo siento tanto, en verdad. Pasaron como tres meses desde la ultima vez que actualice pero YA. Por fin les traigo el capítulo número 31.

Una buena noticia es que ya estoy de vacaciones lo que quiere decir que subiré capítulo cada semana. Puede ser sábado o domingo.

Quiero que sepan que ya tengo pensado el final y epílogo de la historia :D pero aún no sé cuantos capítulos tendrá, pero puedo decirles que aún queda mucha historia.

No puedo dejar de agradecerles el apoyo que me están dando para que la historia crezca. También debo agradecerles por la espera, comentarios y votos. De verdad, muchas gracias.

Hasta el próximo capítulo ;)