Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 30

Después de quedarnos un rato en el jardín, regresamos al salón principal para no levantar sospechas por nuestra desaparición.
Entramos por lugares separados y nos reuniríamos con ellos en tiempos diferentes.

Llegué a la mesa de aperitivos y me dirigí hacia nuestros padres que seguían hablando muy cómodamente.

Papá ni se dio cuenta de el tiempo que estuve ausente, pero Angie si.

- ¿Dónde estabas? - me preguntó bajito.
En respuesta le mostré el pastelillo que estaba comiendo. No se lo creyó del todo, obviamente.

León llegó con nosotros un rato después. Angie me tiro una mirada cómplice pero trate de evitarla dándole una mordida al pastelito. En verdad estaba muy bueno.
Pude sentir la mirada de León encima mío, cuando lo vi, noté la diversión en sus ojos.

La velada estaba pasando de maravilla, a decir verdad. Mis suegros eran personas muy carismáticas y no dejaron de hablar con mi papá ni con Angie en ningún momento. Eran simpáticos.
Por cierto, mi pastelito se terminó pero León al ver el hambre que tenía se encargó de conseguirme otro. Todo un amor. Después se lo agradecería.

- Cuéntenos ustedes ¿Son compañeros de aula? - salí de mis pensamientos cuando mi papá nos preguntó a mí y a León.

- Sí, en este momento somos pareja -
abrí los ojos como plato y miré alarmada a León - de un proyecto que presentaremos la próxima semana - volví a respirar con normalidad. ¿Por qué tengo que ser una adelantada?

- Oh, algo de eso sabía, pero no tenía idea que fueran a hacerlo en duetos - dijo mi papá mirándome. Upss, olvide ese pequeño detalle.

- Pero que mejor que lo hagan juntos ¿no? Ya se conocen de años, ambos son talentosos. Estoy seguro de que lo harán excelente - comentó el papá de León con una sonrisa muy parecida a la de su hijo.

- Espero que sí - susurré más para mí que para ellos, pero me escucharon.

- Ya verás que sí. Todo saldrá bien - ahora fue León el que respondió.

Poco antes de que la fiesta terminará, decidimos que era hora de irnos porque, bueno, era tarde y necesitaba dormir.

La siguiente semana sería la complicada.

(...)

- Nos vemos en un rato entonces - León me dio un beso y salió del salón de danza.
Iba para su siguiente clase. Nos veríamos en un rato para poder irnos a mi casa.

Sí. Lo llevaría a mi casa. Solo a ensayar, nada más. Aún no era el momento para decírselo a mi papá. Ahora que lo pienso, creo que nunca hay un momento para eso.

Un toque en la puerta hizo que dejará de arreglar mi mochila. León la había dejado abierta así que el que estuviera tocando solo tenía que entrar.

- Hola - era Diego. Tenía tiempo sin verlo.

- Hey, hasta que apareces

- Si... Bueno, tenía cosas que hacer - me colgué la mochila al hombro para dirigirme a la salida. Pero al ver que Diego entraba al salón y que su cara no era nada agradable, pare.

- ¿Te pasa algo? ¿Estás bien?

- ¿Podemos hablar? - Esto no era nada bueno.

- ¿Qué sucede? Diego me estás asustando.

- Sé que dije que todo estaba bien, que me alegraba que estuvieras con él - oh, de eso se trata. Se estaba tardando - Traté de ser un buen amigo y apoyarte en esto. Traté de que no me doliera verte con él, de sacar una relación adelante sin pensar en ti, pero en verdad no puedo Violetta. Me cuesta demasiado.

- Diego, yo...

- No, tú no tienes la culpa, sé que no sientes lo mismo por mí. Y no voy a obligarte a que sientas lo mismo, eso no es lo que pretendo hacer al venir a decirte esto, no quiero tu lástima ni que sientas pena por mí. Sólo tenía que decírtelo.

- Lo siento tanto, yo no quería que algo así pasará, te lo juro Diego.

- Lo sé. No te preocupes, estaré bien - la sonrisa que me dedicó no llego a sus ojos, era como una sonrisa triste - Necesito poner distancia entre nosotros

- ¿Qué? - No. Yo no quería eso, él era mi mejor amigo. No me podía dejar.

- Sólo por un tiempo. Tal vez hasta después de la presentación. Estaba tratando de hacerlo en estos días, pero me pareció justo decírtelo. Se trata de dejarnos de hablar por un tiempo. No quiere decir que me vaya a cambiar de país o algo así. Esto es solo pasajero.

- ¿En verdad lo crees?

- Espero que sí.

- Yo... No sé que decir - en verdad no sabía que decir - Yo no quiero que la pases mal por mí - él iba a protestar pero lo calle - Aunque digas que no, es cierto. Si alejarte de mí va a ser lo mejor para ti, no me gusta para nada, pero voy a dejar que lo hagas.

- Gracias - se acercó a mí lo suficiente para poder abrazarme. Lo rodeé con mis brazos escondiendo mi cabeza en el hueco de su cuello, como tantas veces lo hice antes.

- Te voy a extrañar - susurré sobre su cuello.

- Y yo a ti.

- No tardes tanto, por favor.

- Trataré que no - me dio un beso en la frente al separarse de mí.

León estaba de pie en la puerta viendo todo. No se veía ni enojado, molesto, ni nada por el estilo. No sabía si sentirme incómoda pero lo único que sentía era una inmensa tristeza.
Diego notó a León, así que se separó aún más de mí.

- Nos vemos - asentí con la cabeza. El abrazo de hace un rato era suficiente para su despedida - Cuídala - le dijo a León cuando estuvo cerca de él.

- No tienes ni que pedírmelo. Ten por seguro que lo haré.

- Más te vale - le dio una palmada en el hombro, como un acto de amistad, apoyo, no de agresividad, y salió por el pasillo.

- ¿Estás bien? - me preguntó León acercándose a mí. Asentí.

No, no estaba bien. ¿Cómo se supone que debo sentirme? Mi mejor amigo no podía estar cerca de mí porque sufría. Esto estaba mal. Me sentía mal.

Sentí que las lágrimas iban a salir en cualquier momento.

- No estás bien - Justo cuando lo dijo, me lancé a sus brazos. Él me recibió caluroso. Me abracé a su cintura y enterré mi cara en su pecho. Lloré. Lloré porque iba a extrañar a Diego, porque nunca me gusto que se enamorará de mí. Porque no era justo que estuviera mal. Porque simplemente tenía ganas de llorar.

- No quiero que se vaya - dije entre sollozos. Él bezo mi cabello.

- Supongo que él piensa que es lo mejor. Deja que lo haga, estará bien.

- Lo sé, pero es difícil. Y duele - lo apreté un poco más. No pude evitar pensar que León pudiera dejarme.

- Está bien que duela, pequeña, significa que lo quieres y es alguien importante para ti.

- Lo es - levanté mi cabeza de su pecho para poder mirarlo - Tú también lo eres.

- Lo sé, pero yo no pienso dejarte - me puse de puntillas para poder alcanzarlo mejor y besarlo. Un simple y delicado roce.

- Gracias por estar cuando más te necesito.

- Siempre.

(...)

Llegamos a mi casa una vez que terminaron las clases.

Estaba nerviosa. Un poco triste por lo de Diego, pero con León todo mejoraba. Tenía que estar bien, por él, por mí y por Diego. Que al menos valiera la pena la distancia.

León y yo prometimos guardar la distancia. Después de darnos un efusivo beso en su coche, nos dirigimos a la puerta. Para cuando la abrí ya estábamos hablando sobre un tema nada interesante.

Papá como siempre estaba en la casa. Prácticamente trabajaba desde ahí. Y también estaba en la sala, con su tablet del trabajo. Cuando lo vimos y él nos vio, los tres dejamos de hacer lo que estábamos haciendo.
Papá se puso de pie.

- León, que sorpresa que vengas a casa.

- Buenas tardes, señor Castillo. Ya ve, su hija nunca quiso invitarme por más que le insistí - miré a León incrédula. Admiraba la forma en la que podía dirigirse a mi papá sin estar intimidado.

- Eso no es cierto - me defendí.

- Violetta, que maleducada - papá le siguió el juego a León.

- Eso es lo que yo digo, señor, quien sabe de quien lo aprendió, de seguro lo leyó en algún libro.

- Fue eso o lo aprendió de Angie.

- Ya basta ustedes dos, dejen de conspirar en mí contra - no estaba enojada, me divertía la situación y me relajaba que pudiera llevarse tan bien. Punto a favor de León - Papá, ¿Recuerdas el proyecto del que hablábamos la otra noche en la fiesta? Bueno, León vino para ensayar. Ya es éste viernes y tenemos que hacerlo.

- ¿Vas a cantar algo fuera de tu habitación?

- Lo he hecho antes

- Pues en otro lado, porque en esta casa no

- Bueno, si me permite señor Castillo, he escuchado cantar a su hija y créame cuando le digo que canta increíble.

- Eso lo sé, he escuchado todos estos años detrás de la puerta

- Ambos saben de mi problema al cantar frente a las personas - dije ya un tanto incómoda - no es novedad ¿Está bien? Voy a hacerlo en esta ocasión porque tengo que hacerlo. Así que papá, siéntete honrado de escucharme ahora.

- Ya estoy ansioso.

León y yo nos sentamos frente al piano, sin ninguna distancia entre nosotros, hombro con hombro y piernas juntas, sin importarnos que papá o quien fuera estuviera viéndonos. Necesitaba su cercanía para poder sentirme segura.

Ya habíamos cantado otras veces juntos, pero solos. Ahora estábamos en casa con gente que pudiera escucharnos. Creía que iba a costarme trabajo pero no, a la primera pude hacerlo bien.

Papá tuvo que irse un rato después, no sin antes encargarle a Olga que nos vigilara. Cuando llegó Angie nos pidió que la cantáramos para ella,porque bueno, al ser la maestra de canto del Studio podía ayudarnos.

Un par de horas más tarde, fui a rellenar nuestros vasos de jugo a la cocina mientras León afinaba detalles.
Angie se encontraba en la cocina.

- ¿Estás bien, Vilu? - había dejado de preparase su café para estudiarme. A veces odiaba que me conocieran tanto - Te veo feliz con León y con todo lo que están logrando pero veo algo que anda mal ¿Me quieres contar?

Tuve que contarle todo lo que había pasado con Diego. Ella sabía todo desde el principio. No era fácil ocultarle algo.

- ¿Y que piensas hacer? ¿Vas a dejar a León? Es claro que Diego se siente mal por tu relación con él. - La mire asustada.

No había pensado en esa posibilidad. Dejar a León. No. No la había pensado porque no había nada que pensar. Me costo cuatro años tenerlo a mi lado como para dejarlo ahora. No, eso no.

- Sé que es por eso, pero no voy a dejar a León. Porque tampoco pienso estar con Diego. ¿De qué serviría? De nada.

- ¿Haz sido honesta con Diego? Me refiero a decirle las cosas de frente, directo, no con rodeos.

- Creo que sí. Él siempre tuvo claro lo que sentía por él.

- Ya sabes lo que pienso sobre la honestidad, a veces un poco de incomodidad es mejor que el dolor después. Deberías hablar con él. Pero ahora pienso que lo mejor y más sensato es la distancia que él quiere.

- Nunca quise confundirlo ni que se alejará de mí

- No se va a alejar de ti. Él dijo que es por un tiempo, confía en que así será. Necesita tener todo claro, debes dejar que así sea. Confía en él.

Cuando estuve tranquila de nuevo y con los dos vasos llenos de jugo, volví al piano junto con León.

- ¿Seguimos? - propuse. Estaba pensativo. Ni siquiera se había dado cuenta de que había llegado de nuevo junto a él - ¿Qué pasa?

- Escuche lo que Angie te decía respecto a Diego. ¿Quieres que me alejé? - Demonios. Todo estaba revolviéndose. Esto era lo que menos quería que pensara León.

- No, por supuesto que no. Jamás pensé en eso, te lo juro.

- Violetta, sé que llegué después que él, a lo mejor él tiene más derecho a estar contigo que yo, no quiero que estés incómoda conmigo...

Lo besé. Lo besé sin importarme que alguien nos viera y descubriera que éramos novios. Lo besé porque no podía soportar seguir escuchando lo que decía. Pegué mi frente a la suya.

- Esto no tiene nada que ver contigo ¿Entiendes? Diego estaría mal si yo estuviera con quien sea. Créeme que jamás estaré incómoda contigo. No quiero que digas otra cosa así - separé nuestras frentes para verlo a los ojos - ¡Por Dios! He estado enamorada de ti desde hace tanto tiempo que no creo ser capaz de dejarte.

La haz cagado.

Se lo dije. Le dije que estaba enamorada de él y no pensaba hacharme para atrás porque simplemente era cierto.

No sabía cuales eras las emociones que pasaban por su rostro. ¿Y si se asustó? ¡No por favor!

Lo único que hizo fue atraerme hacía él para besarme, después abrazarme y quedarnos así durante un rato.

¡Que no huya, por favor!

Era lo único que podía pensar.

(...)

- Te tengo - dijo León agarrándome por la cintura y levantándome. Rodeé el cuello de León con mis brazos para sujetarme.

- Me encanta - digo. Los brazos de León siguen alrededor mío y yo entierro una de mis manos en su cabello.

- No tienes nada de que preocuparte. La presentación va a salir bien.

Mañana es el gran día. O el peor día. No lo sé.

Estamos en la sala del departamento de León. Él solo lleva unos shorts y zapatillas deportivas. Está sin camisa. Y yo sigo sin saber porque no me he desmayado. Tal vez porque si lo hago me perderé la gran vista que tengo ahora.

Cuando llegamos a su departamento, él me indicó un baño para que me pudiera cambiar por una ropa más cómoda. Mientras que León fue a su habitación a hacer lo mismo. Pero jamás pensé que saldría así.

Su torso estaba muy bien trabajado, como lo había imaginado. Se veía fuerte, potente. Sexy, mucho. Tenía un pequeño tatuaje de un ancla cerca de la pelvis.

Tomó la consideración de preguntarme si me sentía incómoda. Le dije que no. Estaba mejor que nunca.

Tenía la maldita tentación de pasar mis manos por su pecho desnudo, su torso. Aunque fuera con las yemas de los dedos. Un simple tacto. Pero tenía que contenerme. Por mi bien, era lo mejor.

Tampoco podía olvidar que él no había dicho nada en toda la semana sobre lo que le dije, que estaba enamorada. Y lo entendía. Era muy pronto para que él me dijera algo, pero no podía olvidar mi imprudencia. 

- Siento que vas a tener que sostenerme todo el tiempo para que no caiga. Justo como ahora lo estás haciendo.

- Eres demasiado fuerte para hacerlo por ti misma, lo sé.

- A veces no puedo creer que seas tan lindo y sobre todo que estés conmigo

- Sin importar nada

- ¿Ves? A eso me refiero. Eres increíble. - él se rió.

- Tú me haces ser así. Todo cursi y empalagoso.

- Así es como me gustas - comencé a acercarme a él sin poder evitarlo. En momentos como estos ni me reconocía. Era algo atrevida.

- Es bueno saberlo - lamí mis labios para humedecerlos un poco. Eso terminó con la cordura de León y me besó. Tan cálido y suave como siempre. El beso se intensificó y prolongo mucho más. Baje mis manos dudosa e impaciente hasta posarlas en su pecho. Se sentía cálido y fuerte. Me besó bajo la mandíbula, por encima de la clavícula. Me quedé quieta; temo moverme por si cometo alguna estupidez o a él no le gusta.

Entonces, sus labios se posan de nuevo en los míos. Me aprieto más contra él. Mis manos ansiosas van hacia su espalda, la acarician suavemente, mientras siento que su lengua se abre paso a mi boca. Su respiración se acelera, al igual que la mía.

León pone sus manos en mis caderas y me empuja con cariño contra una de las paredes. Deja de besarme y veo sus ojos; claros y ansiosos. Me inclinó lo suficiente para saborear su aliento. Engancho mis dedos en las trabillas de sus shorts y lo jaló hacia mí, así que tiene que apoyarse con los antebrazos en la pared. Intento besarlo, pero él mueve la cara para esquivarme y besa justo bajo la oreja. Me estremezco.

Finalmente, volvemos a besarnos. León me levanta del suelo, de modo que la pared soporte casi todo mi peso. Rodeo su cintura con las piernas. Las puntas de sus dedos me rozan la piel desnuda que ha quedado expuesta, ya que mí playera se ha levantado por el impulso de colgarme a él. León me aprieta contra él, enterrando su cara en mi cuello para poder besarlo. He perdido la cordura.

- Me encantas - su voz ronca susurrando en mi oído me produce cosquillas.

- Y tú a mí - Entierro mis dedos en la cabellera de su nuca tratando de tranquilizar mi respiración.

Aunque estemos ansiosos e impacientes. Deseosos también. Los dos sabemos que este no es momento para pasar a algo más que simples roces y momentos intensos como estos.

Aún no estoy lista para pasar a segunda base. Y lo mejor de todo es que él lo sabe.

(...)

Si el movimiento en el Studio durante la semana era mucho, hoy hay más que nunca.

Podía asegurar que dentro mío había igual o más movimiento. Estaba tratando de que la letra de la canción no se me olvidara. De que los nervios no acabaran tan rápido conmigo. De no desmayarme.

Y León no aparecía por ningún lado.

Había muchos camiones en el estacionamiento, desde el día de ayer había empezado a llegar la gente de otros Studios. Por lo mismo decidí no ir a buscar a León ahí o me perdería. Para todos lados donde mirara había gente con vestuarios, equipos, afinando, etc. Era un caos.

Una mano me jaló desde atrás. Asustada me giré para encontrarme con Fran.

- ¡Al fin te encuentro! Vamos, tienes que ir a cambiarte. León te ha estado buscando - literalmente Franchesca me arrastró hasta el salón que equiparon para ser el de vestuario y maquillaje. Había otros chicos ahí del Studio, Camila y León. Aún vestía casual. Tampoco estaba listo para la presentación.

Las chicas sacaron a los demás chicos con la excusa de que iban a cambiarse. Me pareció tonto que no sacarán a León, sospecharían. Pero nada de eso importaba ahora. Los nervios y ansias me carcomían.

- Hagan lo que tengan que hacer rápido. Ya no hay tiempo - dijo Camila. Ambas se giraron a preparar todo para sus respectivos vestuarios dándonos a León y a mí algo de privacidad.

- ¿Cómo te sientes? - me preguntó.

- ¿La verdad? - asintió - No voy a poder. Ya me esta faltando el aire.

- Y eso que no me has visto con el smoking - bromeó.

- No ayudas - rió - Ya te he visto con smoking

- Y casi inundas el salón de la fiesta con tu baba - me estaba relajando - Si esa vez casi me da un paro cuando te vi con ese vestido, no sé que vaya a pasar ahora - reí. Increíblemente me relajé. León se acerco a mí para abrazarme. Me escondí en su pecho, como acostumbraba - Tranquila, todo va a salir bien. Confía en mí. Confía en ti ¿Si? Sé que puedes hacerlo. Y pase lo que pase voy a estar contigo, caeremos juntos ¿Está bien? Mejor aún, saldremos bien juntos. Así se supone que debe ser.

- Gracias - levanté un poco la cabeza, lo suficiente para que me pudiera besar y así lo hizo. Suspiré un tanto aliviada.

- Si van a seguir con su miel díganme para no vomitarme aquí mismo - dijo Camila. Nos separamos para verla.

- Yo no te digo lo mismo cuando estás con Fede - respondió mi novio. Camila le sacó la lengua y León rió.

- Te veo en un rato, pequeña - se inclinó para besarme nuevamente - Te quiero.

- Y yo a ti - me guiño un ojo antes de salir.

- En vez de suspirar, ahora mismo deberías estar poniéndote ese vestido - me regaño Fran.

Las chicas me ayudaron a retocar el peina y maquillaje porque yo era un asco es eso.

Me tocó ver sus presentaciones desde atrás del escenario. Nosotros éramos de los últimos. También vi a Diego cantar su canción solista. Cuando bajo del escenario paso frente a mí. Y para mi alivio se detuvo.

- Suerte - fue lo que dijo.

- Gracias.

La voy a necesitar.

Poco después León llegó a mi lado. Lucía un elegante smoking negro, una camisa blanca y zapatos negros perfectamente limpio. El cabello lo llevaba como siempre. Arreglado pero no elegante. Yo llevaba un vestido blanco, por arriba de las rodillas, escote corazón y zapatillas con tacón, no muy altos. Las chicas habían dejado mi cabello suelto pero arreglado.

León entrelazo su mano con la mía disimuladamente. Los dos mirábamos hacía el frente. Igual que la vez de ese concierto y nuestro primer beso.

- Si dejo de cantar será tu culpa - me susurró al oído.

- Pensamos igual.

Llegó el momento en que Pablo nos presento. Las palmas de mis manos sudaban. Mi corazón martilleaba fuertemente contra mi pecho. Sentía que lo que había desayunado iba a dejar mi cuerpo en algún momento. Mis piernas no las sentía. Tuve que respirar por la boca. Iba a morir.

- Pequeña - León tomo mi rostro entre sus manos muy cerca de su rostro. Su mirada penetro la mía - Quiero que salgas y les demuestres todo lo que haz trabajado. Quiero que les demuestres quien eres - Asentí - Tú puedes hacerlo - Volví a asentir perturbada.

Tomándome de la mano, me acerco hasta el escenario. Las luces se habían apagado.

- ¿Lista? - me pregunto cuando estuvimos en mi posición. Asentí aunque dudaba que él pudiera verme.
León se fue hasta el otro extremo del escenario, dejándome sola.

La música reino por encima del silencio que había en el Sum.

Era la hora.

Tú puedes hacerlo, Violetta.

Respiré profundo.

La música dio la señal de que era mi parte de empezar a cantar. Sabía que en cuanto lo hiciera las luces se prenderían para alumbrarnos a los dos sobre el escenario. Apreté la mano en un puño.

Take my hand
Empecé. Estire mi mano hacia León. Él con una sonrisa, la tomó. Como habíamos ensayado. Las luces iluminaban su perfil.

Take a breathe
Respiró profundo sin dejar de verme a los ojos.

Pull me close
Me jaló hacia él

And take one step.
Él dio un paso hacía adelante y yo uno hacia atrás.

Keep your eyes locked on mine
Toqué su barbilla y mi mano se dirigió hacia su cabello.

And let the music be your guide
Tomé su mano libre y la dirigí hacía mi espalda. Esa misma mano fue hacía su hombro. Nuestras manos que ya estaban tomadas, se elevaron. León empezó con los pequeños pasos para hacer el tipo "vals"

Want you promise me
Él canto. Dejó de importarme que había gente presente.

Now want you promise me that you never forger
Ya estábamos bailando.

We'll keep dancing

To keep dancing

Wherever we go next
Empezamos a cantar los dos.

It's like catching lighting
León me elevó, levanté mi pierna y la doble, como tantas veces habíamos ensayado, mientras iba dando vueltas

The chances of finding someone like you
Repetimos lo mismo.

It's one in a million the chances of feeling the way we do and with every step together
We just keep on getting better.
León me dio una vuelta.

So can I have this dance?
Canté yo.

Can I have this dance?
Cantó él.

Can I have this dance?
Los dos.

Take my hand
Tomé su mano.

And take the lead
Me acercó a él

And every turn will be safe with me.
Primero me dio una vuelta despacio. Después me tomó por la cintura con una de sus manos.

Don't be afraid, afraid to fall.
Mis brazos fueron hacia su cuello.

You know I catch you through it all
Su mano subió a mi espalda. Se inclinó hacia adelante y yo tuve que hacer un arco. Me guío para hacer un semicírculo. Y después volvió a elevarme.

You can't keep us apart.
Even a thousand miles can't keep us apart.
León empezó con el vals, despacio.

Cause my heart is

Cause my heart is wherever you are

It's like catching lighting
Con los pasos del vals, empezamos a hacer vueltas.
The chances of felling someone like you
It's one in a million the chances of feeling the way we do and with every step together
We just keep on getting better

So can I have this dance?

Can I have this dance?

Can I have this dance?
León me dio una vuelta. Tomando un poco de impulso el me cargo pasando un brazo por mis piernas para yo sujetarme de su cuello.

Ooooooooooh
No mountains to high enough
Dio una vuelta conmigo en brazos. Después me bajo.

Oceans to wide
Cause together or not
Our dance won't stop
Let it rain, let it poor
What we have is worth fighting for
I know I believe that we were meant to be

Oooooooooooooh

It's like catching lighting the chances of finding someone like you
It's one in a million the chances of feeling the way we do and with every step together
We just keep on getting better

So can I have this dance?
Me dio una última vuelta

Can I have this dance?

Can I have this dance?
Can I have this dance?
Mi mano esta en la nuca de León, mientras que su mano estaba en mi cintura. Girábamos.

Can I have this dance?
Mi otra mano se poso en su cuello y terminamos uno frente al otro. Cerré los ojos. Había terminado. Lo hicimos bien.
O eso creo.

Él recargo su frente sobre la mía. Abrí los ojos. León me miraba intensamente. Me acercó más a él. Dejé que un suspiro saliera de mí, entonces, sin verlo venir, León me besó. Enfrente de todos.
Abrí mis ojos por la sorpresa, pero inmediatamente los cerré y me deje llevar por el beso cuando León empezó a mover sus labios.

Que se vayan al demonio todos.

Había cantado enfrente de todos. Por fin lo había hecho. Con León apoyándome todo el tiempo. Lo único que necesitaba para que todo estuviera mejor era un beso de mi novio. Y lo estaba teniendo. No importaba nada más. Lo necesitaba.

Nos separamos hasta que fuimos conscientes de todos los gritos, chiflidos, aplausos y demás cosas por parte del público.

Bajamos del escenario, tomados de las manos. Sin importarnos nada. No teníamos que dar explicaciones y ambos estábamos satisfechos con lo que habíamos hecho. No habría mejor forma de que todos se enterarán que éramos pareja.

Las chicas se acercaron a felicitarnos. Ellas, Fede y varios compañeros más. Tanto por nuestra presentación como por nuestra relación. Una parte del proyecto estaba hecho. Y estaba feliz.

Aún así, no podía evitar sentir la mirada penetrante de alguien detrás de mí.
Karla estaba junto a sus amigas "Las víboras" viéndome como jamás creí que alguien podría ver a alguien.

No sé si debo pensar que estoy en problemas, mejor dicho, que habrá problemas.

--------------------
¡Hola! Después de mil años aquí esta el capítulo 30.

Les traje muchas cosas en este capítulo. La dichosa presentación, por lo que empezó todo. Aún falta el baile.

¿Qué les pareció? Me ha costado algo escribirlo. Tuvimos un momento íntimo Leonetta. ¿Les gustaría que aparecieran más momentos así? Claro, todo sin morbo y romántico. Escribir eso será un reto para mí jaja.

Espero que les haya gustado, dejen sus comentarios, votos, etc.
Hasta el prox. Capítulo ;)

P.d. No me odien por tardar tanto.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro