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Capítulo 28

Faltaba una semana para la presentación y cancelaron los ensayos generales porque estaban organizando todo para el dichoso festival. Incluso se cancelaron varias clases de la semana ya que había mucha gente en el estudio transportando aparatos, colocando letreros, estilizando el escenario, sum, patios, en fin, preparando al Studio.

Y yo me sentía profundamente alegre de que se cancelarán los ensayos. No quería que nadie me viera arriba del escenario antes de tiempo.

- Bien, solo falta el último arco y esta terminada - como siempre, desde hace ya varias semanas, León y yo nos encontrábamos en el salón de baile.

- Tranquila, relájate - León se acercó a mí y tomó mis manos. Últimamente estaba muy ansiosa. Hacía todo para poder terminar y tener suficiente tiempo para después poder ensayar. Y estaba arrojando a León a lo mismo.

- Falta sólo una semana León, va a ser mi primera presentación y no puedo estar tranquila y esperar que todo salga mal, yo no... - unos labios sobre los míos fueron los causantes de mi interrupción. Sin pretenderlo, me relajé.

Eso provocaba cada beso, caricia, abrazo, inclusive las palabras, que León me daba. Me hacían sentir en paz. Pareciera que todo lo que necesitaba estaba ahí, con él. Y yo no quería querer otra cosa.

- ¿Mejor? - preguntó cuando se separó de mí pero aún tomando mis manos. Asentí con la cabeza. - Necesitas distraerte un momento y olvidar todo esto por un segundo. No te presiones. Todo va a salir bien, Princesa - me sonrojé un poco al escuchar ese apodo que me había puesto hace unos días. No me cansaba de escucharlo.

Me acerqué un poco más a él. Quite mis manos de las suyas para rodear su cuello con mis brazos. Él poso sus manos en mi cintura sutilmente.

- Es que de verdad no quiero arruinarlo - él iba a protestar contra aquello pero lo calle poniendo un dedo sobre sus labios - no digas nada, tengo miedo ¿Sí? Entiéndeme - acaricié su mejilla - esto es nuevo para mí y no quiero arruinarlo - subí la misma mano acariciando su sien. Pasé un dedo sobre su poblada ceja. Él cerro los ojos ante mis caricias - temo no estar lo suficientemente preparada - mi mano siguió subiendo hasta su cabello, ese que tantas veces quise tocar, enterrar mi mano en él. León abrió los ojos, tenían un brillo especial - para ti. Y no quiero desilusionarte.

Siempre quise mimar a León. Era algo que anhelaba. Tratarlo como se merecía y como Karla nunca lo hizo. Y ahora que lo hacía, era una sensación mucho mejor de lo que esperaba.

No solo hablaba sobre la presentación, si no sobre nuestra especie de relación.
Estaba insegura, muy insegura en realidad. Sé que él esta conmigo y no sería capaz de dejarme por alguien más, pero no quería desilusionarlo, que se diera cuenta que en realidad yo no era nadie y se disgustará, me daba pánico.

- Creo que ya no sólo hablas de la presentación ¿cierto? Sabía que esto llegaría y no sé cuando dejes de tener esas dudas y miedos. Y lo entiendo, pero escúchame una cosa - acuno mis mejillas con sus dos manos. Sus ojos miel claro me miraban fijamente - Eres todo lo que necesito. Por eso estoy aquí, contigo y no con nadie más. No me importa ni interesa nadie más que no seas tú. Me haz enseñado más que nadie. Sé quien eres y por eso te quiero Violetta.

Terminé la distancia que nos separaba y lo besé. Era la primera vez que yo hacía eso. ¿Y como no hacerlo después de esas palabras? Mi corazón estaba a punto de explotar. Las familiares mariposas en el estómago estaban más presentes que nunca. Mi mano que antes estaba en su cabello fue hacia su nuca buscando pegarme más a él. Su abrazo a mi cintura se apretó aún más.
Me estremecí al sentir sus labios moverse lentamente, pidiendo la entrada de su lengua. Lo dejé pasar y nuestros labios se movieron sincronizadamente. La textura de sus labios era suave y el sabor de su boca era exquisito. Era la primera vez que algo así pasaba, pero la necesidad que teníamos el uno por el otro era, en verdad, sofocante. Me sentía osada y atrevida, también algo acalorada. Sintiendo que la falta de oxígeno crecía, me separé de él no sin antes darle pequeños roces a esos labios que tanto me gustaban.

- Lo bueno era que solo tenía que escucharte una cosa - León soltó una carcajada mientras yo también reía - Yo también te quiero - con una sonrisa León rozó mis labios.

- ¿Sabes? Creo que te mereces una cita conmigo - lo decía con un tono burlón

- ¿Me merezco?

- Sí, te mereces

- Ah, pero que considerado eres

- Quiero una cita contigo, nuestra primera cita formal. Haremos lo que tú desees, yo me encargo. Sólo quiero que te relajes y nos demos un tiempo para nosotros lejos de todo esto ¿Qué dices?

- Digo que entonces tienes trabajo que hacer, yo también quiero esa cita.

(...)

Como siempre hacíamos, yo salí antes del salón de baile, todo por petición mía y lo sé, soy una exagerada. A nadie se le pasaría por la cabeza que estábamos juntos, claro, siempre y cuando mantuviéramos las manos lejos del otro, cosa que se me hacía casi imposible.

Fui a mi locker por el cambio de ropa para poder regresar a casa. Solo estábamos en el Studio para ensayar y después cada quien era libre, nada de clases.

Ni siquiera me moleste en buscar a Francesca y Camila para ir a los vestidores por diferentes motivos: primero porque estaba tan feliz y ajena a todo por la cita con León y segundo porque sabía que seguramente ellas ya estarían allí.

- ¿Y esa sonrisilla? - habló la que me conoce mejor que nadie en cuanto llegué a los vestidores.

- ¿Qué dices, Fran? Desde que anda con el susodicho siempre la trae - no pude evitar reírme

- No Cami, esta es especial, es diferente ¿Qué paso? - termine de quitarme la playera que antes traía puesta. Busqué en mi bolso la que iba a ponerme para después mirar a mis amigas que me miraban curiosas.

- León me invitó a una cita - dije lo más bajito que pude ya que aún había más chicas ahí. Inmediatamente Camila empezó a aplaudir con emoción y Fran me abrazó apretándome un poco más de lo necesario.

- ¿A dónde van a ir? ¿Qué van a hacer? Te ayudamos a arreglarte - chilló Camila eufórica

- No sé a donde va a llevarme ni que haremos, supongo que al rato me lo dirá - pase sobre mi cabeza la playera que había sacado segundos antes y que por la noticia no me dejaron ponerme. Me quite el pants que traía para ponerme el jean.

- Estoy tan feliz por ti Vilu, por las dos - Fran hablaba haciendo referencia a que Camila y yo pudiéramos estar con alguien.

- ¿Y tú Fran? ¿Alguien a quien quieras conquistar? - me senté en la banca para sacarme las zapatillas deportivas y calzarme los vans, prestándole atención a Fran para que contestara la pregunta de Camila.

- No, ya ven, los codiciados del Studio ya están ocupados - su respuesta nos hizo reír

- Pero debe haber alguien que te guste ahora ¿no? - indagué. Tenía que gustarle alguien.

- No, la verdad es que no - me contestó mientras se agachaba para amarrar las agujetas de sus botas cafés. Con esa acción entendí que algo estaba ocultando. Yo también la conocía mejor que nadie. No por nada éramos mejores amigas. Ya le preguntaría luego.

Cuando terminamos de arreglarnos fuimos hacía los casilleros para guardar las cosas. Estaba muy impaciente. No podía evitar buscar a León con la mirada.

Cuando lo encontré, casi se me cae la baba. Se veía increíble en ese pantalón de mezclilla con su playera blanca que se le pegaba increíblemente a los brazos y al torso haciendo que se notaran sus músculos. Vestía casual como siempre pero no por eso dejaba de ser tan guapo y sí, ¿Por qué no? Sexy.

Al percatarse de que lo miraba como una tarada, él me miro con una sonrisa evidentemente dejando de hacerle caso a la plática que mantenía con Fede y otro chico.

Un golpe en el brazo hizo que dejará de mirarlo por un momento.

- ¿Quieren dejar de ser tan obvios? - Camila tenía razón. Regresé mi mirada a él y le dedique una media sonrisa. Me giré hacía las chicas prestando atención en lo que hablaban.

- Lo siento - les murmuré.

- Bueno, como sea, estamos para salvarte cuando te quedes congelada viéndolo - me dijo Francesca.

- ¿De que hablaban? - pregunté mientras volvía a la tarea de acomodar mis cosas dentro de ese reducido espacio llamado casillero.

- De que de verdad todo esto del festival va a estar en grande - respondió Camila

- Lo sé - entonces otra vez los nervios volvieron a mí.

- ¿Y? ¿Con León como van? ¿Ya terminaron? - me preguntó Fran

- Vamos bien, supongo, casi terminamos.

- ¿Y tú? ¿Como estás? - ahora fue el turno de preguntar de Camila

- Bueno, aparte de los nervios y del miedo que tengo de tropezarme en pleno escenario o caerme como otras veces, me siento bien - dije con un poco de sarcasmo. No era un secreto mi pánico escénico. - ¿Saben sobre Diego? - él iba a presentar un tema solista ya que ya tenía una empezado.

- Creo que iba bien. Ya había terminado y la semana pasada Pablo se lo revisó y le dio el visto bueno o algo así - cuando Fran término de decirme, mi móvil sonó anunciándome que tenía un nuevo mensaje. Uno de León.

L:

Princesa, te estoy esperando en el estacionamiento. No tardes. Te quiero.

Una sonrisa apareció en mi rostro sin poder evitarlo.

- Chicas, lo siento, me tengo que ir, León ya me esta esperando. Sobre lo de Diego, ya quiero escuchar ese tema que nunca nos quiso mostrar y también a ustedes. Nos vemos - cerré el casillero, me despedí lo más rápido que pude y me eche a correr hacia el estacionamiento. León ahora me llevaba a casa ya hora había un poco más deprisa en llegar ahí para poder alistarme y que él preparara todo para la cita.

Cuando llegué al estacionamiento, me encontré con un León apoyado sobre el frente de su auto con su móvil en las manos entretenido. Seguramente estaba jugando.

- ¡Hey! - grité para llamar su atención. Levantó la vista de su móvil para sonreírme. Guardo el aparato en un bolsillo de su pantalón y caminó hacia mí, como yo también caminaba hacia él. Cuando nos encontramos me dio un beso en la mejilla. No podíamos olvidar en donde nos encontrábamos.

Caminamos hacia su auto. Me abrió la puerta del copiloto como un caballero y como siempre. Nos alejamos del Studio unas cuadras cuando León paro el auto. Lo mire extrañada.

- ¿Qué pasa?

León se desabrochó el cinturón, se acercó a mí y me besó así sin más. Cerré los ojos algo sorprendida de su arranqué y le contesté el beso.

- Ahora sí - dijo cuando se separó de mí - Ya no pasa nada y todo esta bien - tenía su típica sonrisa. Dio un pequeño rocé a mis labios. Se acomodó de nuevo el cinturón y arrancó el coche. Ese beso fue por el que no pudo darme en el estacionamiento.

Llegamos a mi casa entre una conversación despreocupante, llena de cosas triviales, como siempre.

- ¿Entonces paso por ti a las seis? - León me desabrochó el cinturón de seguridad.

- Sí

- Entonces, a las seis me tendrás aquí. Te quiero.

- Y yo a ti - nos dimos un último beso. Baje del auto. Cuando estuve enfrente de la puerta me gire a verlo, me despedí con la mano lo que sirvió como señal de que ya podía irse.

- Que bueno que ya llegaste - al entrar mi papá estaba bajando las escaleras - Necesito que estés lista antes de las siete de la noche, nos invitaron a una fiesta unos amigos míos arquitectos. Al parecer habrá mucha gente de la élite, ya sabes como es eso. Angie te está esperando aya arriba para ver lo que te pondrás y si es necesario tendrán que ir a comprar un vestido - todo se fue al caño. La sonrisa que tenía unos segundos antes desapareció en el momento en que mi papá me dio la noticia - ¿Qué esperas hija? Anda, sube - me dio un leve empujoncito animándome a subir las escaleras.

No le podía decir a mi papá que hoy tenía una cita con León porque él no sabía nada de nuestra relación. Por lo mismo tampoco podía invitar a León a la fiesta.

Demonios.

Tenía que cancelarle a León. Ahora ya tenía ganas de llorar. No podía hacer eso. Los dos estábamos tan entusiasmados con la cita y ahora esto lo arruinaba todo. Me sentía mal. Desilusionada.

Sin ver otras opciones, tomé mi móvil. Iba a hacer lo que jamás creí hacer, ahora odiaba a todos, me dolía tener que hacerlo.

¿Por qué cuando todo siempre estaba mejor que nunca algo tenía que ensombrecer mi felicidad?

Maldita mala suerte.

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Primer capítulo del año.

Espero que este capítulo recompensé el no haber subido la semana pasada.

Ojalá que hayan empezado su año muy bien. Que este 2016 sea bueno para ustedes.

Violetta tiene motivos para estar insegura, es lógico y normal. Y ¿León no puede ser más lindo? Todo entre ellos esta tan bien a pesar de que al parecer su cita se ha cancelado. Están derrochando miel.

Espero que les haya gustado tanto como a mí escribirlo. Voten, comenten, que cada vez los numeritos suben y me hacen feliz. Gracias.

Hasta el prox. Capítulo.

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