☠️' 02
No sé lo podía creer.
Parecía irreal y muy estúpido que los estudios arrojaran todo eso ¿Por qué? Si siempre había sido una persona saludable, jamás bebió o fumó cosas indebidas.
¿Cómo era posible que ahora tuviera tan solo tres días de vida?
Entender la magnitud de todo eso, era sumamente horrible y aunque tuviera esa extraña enfermedad, no era motivo suficiente como para acabar con su vida tan así. Quería llorar y gritar, pero no podía. Simplemente ahora todo lo veía de una manera diferente.
Todo era más real, sin censura y claro que le dolía, porque pasó mucho tiempo viviendo en la perfección y ahora que tenía contados los días para su muerte, le resultaba hasta gracioso en un muy mal sentido.
¿Ahora cómo iba a afrontar el peso de absolutamente todo?
Ya no se trataba solo de su vida. Todo iba más allá de eso, incluso si jamás fue una persona sociable o carismática, existían personas que lo querían y que ahora debían verlo deshacerse poco a poco.
—Yo no puedo…— murmuró para sí mismo.
Entendía su sentimiento y lo sentía con el alma, Krystal no se merecía pasar por todo eso. Y aunque no fuera culpa de los dos, entendía que debía empezar a cambiar su manera de ver las cosas.
A tratar de despedirse de quién más amaba, arruinar los sueños de una boda y por supuesto de una vida a su lado. Incluso verla desmoronarse entre sus brazos le afectaba demasiado.
—Tienes que calmarte.— murmuró. —No es el fin del mundo.— intentó ser gracioso, pero lo único que logró, fue que la contraria llorara incluso más.
Sus gritos los podía sentir en el alma, la desestabilización de su cuerpo se podía notar y más por la falta de aire, si seguía así, iba a desmayarse y ahora nada de eso era bueno, tenían que hablar seriamente. Y quizá planear sus últimos días juntos.
—Cállate.— le pegó en el pecho. —¡Tú no puedes dejarme solo así!— le gritó. —¡Íbamos a formar una familia feliz!— se ahogó con sus palabras, cosa que le provocó que empezará a toser fuertemente. —¡Prometiste quedarte a mi lado para siempre!
—Krystal, cálmate.— la abrazó más fuerte. —Vas a hacerte mucho daño.— cerró sus ojos para no llorar de la impotencia.
No le importaba del todo que ahora se fuera a morir, al contrario, le afectaba más ver así a Krystal, no sé lo merecía e incluso se sentía como un idiota por no poder consolarla cómo se lo merecía.
—¡Tú no entiendes!— empezó a hipar.
—Yo soy el que voy a morir, no tú.— con dureza le recordó, que aunque no lo hubiera querido, tenía que hacerlo, Krystal solo se estaba dejando llevar por sus sentimientos y no notaba que también le estaba haciendo daño.
Jongin lo sintió, e incluso pudo asegurar que Krystal también, porque su cuerpo empezó a perder la dureza, poco a poco fue dejando que su cuerpo perdiera toda la estabilidad que solía poseer y ahí fue donde Jongin reaccionó para poder cargarla como pudo.
Krystal se había desmayado.
[•••]
Las horas habían pasado como si fuera un tsunami a punto de arrasar con todo a su paso.
Tan mal se habían puesto las cosas, que incluso prefirió irse del que solía llamar hogar y dónde claramente había compartido sus últimos meses de novio con Krystal.
Llevaban tres años de relación y aunque su historia no fue la más romántica, podía aceptar con una sonrisa que si se enamoró de ella, por su característica forma de ser. Sin querer Krystal se ganó su corazón limpiamente y jamás se alejó, por lo que aceptó su derrota y dejó que todos sus sentimientos salieran a flote también, ambos se convirtieron en dos enamorados empedernidos y no estaba mal, Krystal siempre supo cómo llegarle y hacerlo feliz.
Solo que ahora, tendría que pasar por un momento más difícil, Jongin iba a morir en tres días y no sabía cómo hacerle entender a su corazón que tenía que dejarla en libertad.
Iba a ser imposible, Krystal amaba a Jongin, el sentimiento era mutuo, pero, ahora las circunstancias eran muy diferentes y aunque quisiera regalarle su corazón en un frasco, sabía que no se podía.
Tendría que vivir con todos los recuerdos y las promesas que se hicieron.
—¿Gusta algo más?
Levantó la vista, ahí estaba el barman esperando a que quizá empezará con algo fuerte. Había dejado a Krystal descansado, sabía que había pasado por mucho, por lo que la dejaría tranquila hasta el día siguiente.
No tenía a dónde ir y regresar no era una opción, así que sin más decidió probar suerte en un bar. Al final ya estaba muriendo, si empezaba a tomar como loco, nada cambiaría, así que ahí estaba mirando al barman como si fuera un delincuente, cosa que estaba mal, pero ya realmente no le importaba. Así que suspiro solo un poco.
—Que sean dos tequilas, por favor.
Jongin volteo a su derecha, pues se sentía sumamente raro, al escuchar esa dulce y suave voz, no era conocida para nada, pero, sí lo suficientemente atrayente como para mantenerlo embobado.
—Gracias.— le sonrió al barman cuando este le trajo su pedido. Después tomó el segundo trago y se lo extendió a Jongin. —Brindemos por la vida y la muerte.— espero a que lo tomara y cuando lo hizo, le sonrió más grande hasta el punto de enseñarle su dentadura puntiaguda.
—¿Qué eres?— cuestionó Jongin con tranquilidad, mientras chocaba su trago con él.
—Aah, es sumamente complicado para cada persona.— se encogió de hombros, luego se bebió hasta la última gota de su trago, hizo una mueca y al final suspiro. —Sin embargo, ahora soy como una especie de ángel.
—¿Un ángel?— arqueó su ceja derecha, eso sí que era nuevo, y aunque no le pareciera raro, se sentía medio tranquilo.
Era como si estuviera esperando a que se lo llevarán de una vez por todas.
—Sí.— asintió pidiendo de pasó otra ronda de tragos. —Un ángel de la muerte.— agradeció cuando el barman le entregó dos vasos más grandes. —Y he venido por ti, te me has escapado mucho, es como si fueras un ratón muy escurridizo.— soltó una risita, para después beber todo el contenido de ese líquido de un solo trago. —Mi nombre es Do Kyungsoo y soy tu ángel de la muerte Jongin.— chasqueo sus dedos de la mano izquierda haciendo que todo a su alrededor se congelará.
Ante eso el contrario quedó sumamente sorprendido, ya no era la belleza que poseía Kyungsoo o que hubiera sentido cosas por él. Después de la noticia tan devastadora, ya no sabía qué pensar realmente.
Era solamente un simple alfa con buena estabilidad económica y pues se suponía que pronto se iba a casar, pero, cómo todo. El lado bueno se había terminado y ahora que veía a los demás completamente estáticos, se sentía sumamente tranquilo, cosa que era más extraña.
—¿Por qué?— se animó a preguntar. —No fui malo en ningún momento, he incluso tuve una vida buena, todo me lo gané a base de mis esfuerzos, no bebía para nada y fumar no me gusta, de hecho me da asco.— se sincero. —Jamás sufrí de alguna enfermedad, siempre fuí alguien sano…
—Sí, pero, no todo tiene que ser perfecto ¿Sabes?— lo miro seriamente. —Jongin.— lo llamó para que le diera toda su atención. —Tú cometiste un error.— sonrió de lado. —Te enamoraste de un espejismo que tú mismo creaste ¿Con qué fin? Realmente no lo sé y hasta puedo decir que es un enigma muy raro.
Jongin negó, y aunque quisiera dejar todo eso de lado, no sé podía. Kyungsoo tenía razón y tampoco podía ocultarlo, cuando entendía que él lo sabía a la perfección.
Se enamoró de Kyungsoo, aquel chico que había conocido en la estación de trenes, el chico con el que solo se comunicaba mediante una sonrisa. Aquel niño que no conocía y aunque estuviera con Krystal, jamás dejo de pensarlo.
Nunca la engañó de forma carnal, pero, sí lo hizo con el simple pensamiento, lo deseaba demasiado y aunque las cosas de alfas no existieran cómo tal, pudo sentir por una leve fracción de tiempo que Kyungsoo le pertenecía y aunque jamás iba a tener la oportunidad de conocerlo al menos, se expresaba por medio de cartas que jamás mandó.
Sus sentimientos solo se habían quedado impregnados en papel, nadie jamás iba a saber sobre eso y sí, quizá cometió un error, pero, ahora iba a pagarlo.
—Tu vida jamás fue perfecta, porque deseaste a alguien que no era tu prometida he incluso estabas dispuesto a engañarla, con tal de saciar tus más bajos instintos.— se levantó del taburete. —Y eso es pecado en mi mundo Jongin.— su mano derecha desapareció detrás de su espalda. —Debiste pensar bien antes de actuar, y así no lo recuerdes, Krystal está embarazada.— una enorme guadaña se asomó por detrás de su cuerpo, su mano derecha la sostenía fuertemente debido a la molestia que le causaba a Kyungsoo todo eso. —Te enamoraste de mí hasta el punto más bajo. Dejaste de vivir para buscarme, creaste un mundo donde eres perfecto y ahora estás muriendo como un maldito vagabundo lleno de locura.— sonrió de lado mientras alzaba su mano para que la guadaña se viera más impresionante. —Ese mundo perfecto jamás existió, Krystal está embarazada y ya no te recuerda, la vida bella que tenias, murió desde el momento en que decidiste dejarla abandonada.— soltó una risita, la cual era bastante horrible. —El peor pecado que has cometido es: Enamorarte de un espejismo que tú mismo creaste, porque no fuiste capaz de negarte a lo que claramente no te hacía feliz, viviste tú vida a base de lo que los demás querían y eso, fue lo peor que pudiste hacer. Te quitaste la libertad hasta el punto de la locura, la muerte es solo un castigo extra, porque vivirás en lo más profundo del infierno y todo por no tomar tus propias decisiones.
Jongin cerró los ojos esperando a que Kyungsoo le diera el final que tanto le había dicho, y quizá pudo verlo si no fuera porque era demasiado cobarde como para siquiera respirar una segunda vez.
La guadaña hizo un ruido horrible al momento de moverse, luego simplemente lo sintió: el corte exacto en todo su cuello, la sangre comenzó a derramarse he incluso cuando abrió los ojos pudo ver cómo el mundo empezaba a moverse debido a que su cabeza ya no estaba sujeta a su cuerpo, sus oídos captaron la risa maligna de Kyungsoo para después abrirle paso al olor horrible del azufre.
Quería gritarle que parará, pero, sabía que ya no podía, su cerebro poco a poco se apagó y lo último que pudo ver fue su cuerpo siendo cargado por Kyungsoo, después de eso nada, la completa y fría oscuridad que lo arrastró hasta el más allá.
[•••]
El sudor y su cuerpo siendo estrujado lo obligó a saltar en su lugar preso del pánico ¿Qué había sido eso? ¿Por qué se sentía como si de verdad estuviera esperando su muerte?
Miro a todos lados tratando de encontrar un punto de luz así fuera artificial.
—¿Krystal?— preguntó para ver si podía verla o incluso escucharla.
—Jongin aquí no hay nadie que se llame de esa manera ¿Qué pasa? ¿Estás bien?
Miró a su izquierda consciente de que esa voz la conocía perfectamente, no podía ser que él estuviera ahí, después de lo que había pasado. El miedo estaba empezando a llenarle por todos lados e incluso el temblor que de la nada lo atacó, fue lo suficientemente fuerte como para salir de esa cama lo más rápido que pudo.
—¿Qué haces tú aquí?— cuestionó dando varios pasos hacia atrás y si no fuera por la pared que sintió en su espalda ya habría corrido lejos. —¿Y dónde está Krystal?— miró a todos lados como si se tratara de un loco en un manicomio.
—Jongin, amor, me estás asustado ¿Qué te pasa?— la voz se le estaba quebrando debido al susto que Jongin le estaba provocando.
—¡No me llames así, se lo que eres Kyungsoo, no es necesario que me mates de nuevo para entender!— negó varias veces, estaba empezando a sudar y eso no era bueno, levantar la voz tampoco era buena idea, sin embargo, estaba sintiéndose muy mal.
—Mami ¿Qué pasa? ¿Por qué grita papi así?
Aquel niño tan pequeño lo hizo dudar, parecía un sueño muy retorcido y ahora que podía ver bien a su alrededor se dió cuenta de todos los cuadros que colgaban en las paredes, en algunos se podía ver él sonriendo y abrazando a ese pequeño que llegó. Ambos se veían felices, en otra estaba él y Kyungsoo sonrientes, parecía una foto de boda y en otra estaban ellos dos en una especie de oficina brindando por algo.
Sus ojos de la nada empezaron a llenarse de agua, no entendía que era todo eso, y tampoco quería saber que estaban jugando de nuevo con su mente.
—¿Papi estás bien?— el pequeño preguntó.
A lo que Jongin negó, se dejó caer poco a poco al piso para después abrazar sus propias piernas, y así esconder su rostro entre sus rodillas, se sentía muy confundido, ya no sabía que era verdad y que no.
—¿Qué es esto?— cuestionó entre lágrimas. —¿Es una especie de sueño o algo así?— inhaló un poco para después ahogarse con su propia saliva.
—Jongin, amor.— Kyungsoo al verlo tan mal, se acercó a dónde estaba, tomó en brazos a su pequeño y ambos se acercaron al contrario. —¿Fue un mal sueño?— preguntó inseguro. —Somos reales amor, incluso puedo asegurarte que nosotros no somos malos.— se sentó a un lado de Jongin con su pequeño entre sus piernas.
—Papi, míranos, estamos aquí y somos muy felices.— su vocecita lleno el corazón de los dos adultos.
Hasta el punto en el cual Jongin se sintió como un estúpido, así que dejo de esconderse y levantó su rostro para poder observar a los contrarios llenos de felicidad y sobre todo tranquilidad.
—¿Quieres contarnos qué soñaste?— le preguntó despacio Kyungsoo, pues lo veía bastante mal.
—Tú estabas ahí, pero, tenías un novio celoso que estaba apagando tú brillo, no nos conocíamos. Lo único que podíamos darnos eran sonrisas desde lejos cada mañana, yo trabajaba y tú realmente no se…— frotó su nariz debido a la mucosa nasal por el llanto. —Yo me iba a casar en unos meses con Krystal, ella era una omega bastante dulce, hiperactiva y llena de felicidad. Solo que la estaba engañando de forma mental, porque yo siempre pensaba en ti he incluso te escribía cartas que jamás te mandé…
Y así fue como comenzó a contarle con lujo de detalle lo que había soñado, había sido demasiado real y ahora tenía miedo de que todo lo que estaba sintiendo por Kyungsoo y su hijo se acabará de nuevo. Tenía pánico de que Kyungsoo se convirtiera de nuevo en ese ángel de la muerte y lo degollara con su guadaña.
—Yo cometí un pecado al engañarla y engañarme a mí mismo.— limpió sus propias mejillas.
—Creaste una ilusión.— Kyungsoo concluyó muy pensativo. —Pero, no entiendo por qué ibas a morir en tres días, si se supone que esa enfermedad ya se erradicó por completo y nadie de tu familia la padece.— ladeó su cabeza.
—No lo sé.— frotó sus ojos ya cansado. —Agradezco infinitamente que haya sido solo un sueño.— suspiro.
—¿Jamás me engañarías de esa manera verdad?— cuestionó con una sonrisa siniestra.
Y Jongin lo vio de nuevo, esos dientes puntiagudos llenos de sangre. El pequeño se había convertido en una enorme guadaña filosa, las fotos felices ya no estaban pues habían sido sustituidas por cuerpos ensangrentados y descuartizados.
—La mente humana es capaz de crear miles de escenarios.— gruñó las palabras Kyungsoo. —Es una pena que ya no tengas nuevas oportunidades.— sonrió de lado.
Pero, ya no tenía más remedio, así que lloro de nuevo, entender a ese ángel era sumamente complicado, ahora todo se estaba distorsionado de una manera horrible, el piso estaba deshaciéndose hasta quedar en forma de agua negra, con olor a azufre, cosa que lo hizo vomitar.
—Bienvenido a tu propio infierno Jongin.— comenzó a reírse fuertemente mientras alzaba su guadaña nuevamente, después con un movimiento súper rápido degolló al contrario.
Ver su cabeza rebotar en el piso le causó una satisfacción enorme, su trabajo había sido concluido con éxito. Ya no valía la pena recogerlo si al final el azufre se lo iba a terminar por completo.
—Los pecados que la humanidad comenté a veces suelen ser los más estúpidos, sin embargo, siempre existiremos para erradicarlos completamente.— sonrió de lado mientras observaba su reflejo ensangrentado en la enorme guadaña.
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