8 AM

Abrí los ojos, era un nuevo día. Me levanté de la cama y bajé a la cocina, donde mi madre y mi padre me esperaban.

Buen día, ma - le dije, y luego me senté en la silla.

Buen día, David - me dijo mi mamá.

¿Qué hora son, ma?

Son las 12 del mediodía
- respondió mi papá.

¡¿LAS 12?! - grité asustado.

Es obvio que son las 8, ¿no ves? pelotudo - me dijo mi padre mirándome con cara de... bueno una cara de culo

Qué buena broma...

Unas horas después, escuché el ruido de un vehículo.

Ya es hora de que te vayas - dijo mi papá.

Salimos al patio, me giré y abracé a mi madre, a mi padre no, porque el viejo no quiso. Ese hombre, ni aunque te estés muriendo, te daría un abrazo...
Antes de irme, mi mamá se acercó y me dio una foto nuestra de cuando era más chico (donde salí horrible). Guardé la foto y me subí al carro.

Horas después, llegamos a un gran campamento, bueno, no recuerdo cómo se llamaba. Allí nos enseñaron a disparar y movilizarnos, eso duró algunos meses.

Semanas después, todos los pelotones fueron en numerosos camiones hacia un aeropuerto, donde esperaban varios aviones de transporte. En ese momento, las puertas traseras del avión se abrieron, revelando un lugar bastante espacioso por dentro con muchos asientos.

Me senté en uno de los asientos del fondo. Más soldados entraron, muchos tenían caras conocidas, ya sea de la escuela o simplemente me los había cruzado por la calle. Todo tranquilo hasta que algunos comenzaron a gritar por miedo a las alturas o se pusieron a pelear y molestar.

4 horas más tarde

El teniente se paró al frente de todos nosotros.
"Presten atención, soldados. Estamos a 20 minutos de pisar el suelo de nuestras queridas Malvinas. Preparen sus armas y prepárense para salir, que ya vamos a aterrizar."

" Y por último, que Dios    los acompañe."