Peeta y Katniss fueron llevados al Centro de Entrenamiento en el subsuelo del Edificio.

Haymitch y Madame Snow les sugirieron que podrían encontrar alianzas pero sobre todo, que no consiguieran enemigos.

—Mantengan vigilados a los profesionales del Uno y Dos — les dijo Haymitch en el ascensor — Katniss, no practiques con tu arco.

—¿Por qué? — preguntó ella con seriedad.

—Guarda todo para la Arena — explicó Haymitch — Así tendrás una ventaja sobre los demás. Y Peeta... cual sea tu fuerte no lo hagas ver.

Katniss se tocó la trenza.

Madame Snow le trenzó el cabello diciendo : "Las trenzas atrapan toda la negatividad y al soltarse al final del día simplemente desaparecen"

Katniss se mordió el labio recordando que su padre siempre decía lo mismo. A él le encantaba trenzar el cabello de Prim y ella, siempre silbaba imitando el sonido de pajaritos.

Al llegar ya estaban los demás tributos. Los chicos con el Uno y Dos estaban agrupados en una esquina, susurrando entre ellos, alzaron sus vistas para verla a ella y luego a Peeta, un segundo después regresaron a lo suyo.

Katniss miró hacia el palco, muchas personas estaban reunidas. Su vista se fijó rápidamente en un chico joven con traje de militar, tenía los brazos cruzados sobre su pecho, por alguna extraña razón pensó en él como un chico de La Veta por su tez morena y ojos oscuros, a su vez le recordó a Madame Snow.

La instructora les dio las pautas.

Tendrán ejercicios programados obligatorios y el tiempo restante podrían entrenar por su cuenta.

Katniss se arrinconó a un lado tejiendo redes, con doble nudo como su padre le enseñó. Recordando las palabras de Haymitch ni siquiera se acercó a la sección de tiro con arco, en su lugar estaban Glimmer, la profesional del Uno, haciendo alarde su puntería con el arco.

De los cincos blancos, la rubia solo le dio a dos en el centro de la diana.

Katniss vio a todos, con su vista de cazadora. Los profesionales del Uno y Dos hacían alarde de sus años de entrenamiento mientras que la pelirroja del Cinco estaba en la sala clasificando las plantas.

En estos momentos agradecía los paseos en el bosque con su padre, siempre explicando que tipo de plantas eran seguras y cuales eran mortales.

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Crassus vio el mensaje de su teléfono.

"Entre Everdeen y Mellark, ella tiene más posibilidades en la Arena. Tiene la orden no demostrar su potencial en el entrenamiento"

Abernathy le escribió, Crassus meditó si debía quedarse viendo el entrenamiento o ir al piso Doce para estar con su abuela y Neron.

Alguien tocó su hombro, Crassus se giró para ver a su primo Thadeus y su novia Stevie.

—¿Qué tal todo? — preguntó Thadeus viendo a los tributos de la abuela.

—Ella haciendo redes y él mirando todo a su alrededor — contestó Crassus.

Thadeus tarareó una melodía a su lado observando a Mellark y Everdeen. Desde la cosecha desde las sombras los rebeldes tenían su vista puesta en Katniss Everdeen, su consola vieja de videojuegos captaba señales desde el Trece.

Crassus miró hacia el techo, la tributo del Once estaba oculta en las redes colgada viendo a todo mundo con una pequeña sonrisa.

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Thadeus dijo en casa que se quedaría en la residencia Heavensbee estudiante con Stevie los apuntes de la clase de laboratorio.

A sus padres les gustaba Stephanie, decían que era una chica con buenos modales e inteligente. Aunque a mamá no le agradaba mucho el estilo sombrío de moda de Stevie, pero a Thadeus le encantaba, parecía la protagonista de un cuento sombrío o una especie de seductora vampiresa.

Stevie estaba tirada en el piso, con su laptop en su regazo y audífonos de casco en su cabeza. El señor Plutarch les envió el modelo de la arena que se utilizaría en esta edición, incluyendo a los mutos que se estarían rondando en el lugar.

Su novia codificó cada información en diversas partituras musicales para luego ser enviadas por la consola de videojuegos de Thadeus.

—¿Quieres comer helado? — preguntó Stevie quitándose los cascos.

—Claro — sonrió Thadeus.

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Haymitch prendió un incienso y le pasó el encendedor a Katniss.

Todos estaban nerviosos por la sesión privada con los Vigilantes, como de costumbre, Madame Snow y él prendían un incienso para la buena suerte de los chicos.

—No sabía que aún seguía las costumbres del Doce, Madame Snow — dijo Peeta.

—Me crié en mayor parte en el Doce — contestó Madame con una sonrisa suave — Así que es normal que adoptara parte de sus costumbres. Suelo prender un incienso en el cumpleaños de mis hijos y nietos.

—Mi madre lo hace igual — dijo Katniss.

—Bueno, querida — Madame Snow miró a Katniss — El deber de una madre es siempre desear el bienestar de nuestros hijos, por grandes que estén.

Peeta jamás había visto a su madre prender un incienso por él.

Antes de bajar hacia la sala, Madame Snow abrazo a cada uno deseándoles suerte en sus sesiones privadas.

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Octavian observó a cada tributo, siendo los Profesionales del Uno y del Dos lo que captaron la atención de los Vigilantes, ya que eran los primeros, el resto de la jordana, algunos vigilantes decidieron prestarle más atención a sus copas y comidas que a los tributos.

Crassus a su lado solo había aceptado una taza de café atento a la demostración de Mellark y su habilidad de camuflaje. Luego siguió Katniss Everdeen, la chica se presentó con voz firme y luego caminó hacia donde estaban el arco y las flechas.

Ella observó por unos momentos el arma en sus manos y luego tomó una flecha ante la mirada atenta de los Vigilantes. Falló en su primer tiro y casi todos dirigieron su vista hacia la comida y la bebida.

Ella intentó un segundo tiro que esta vez dio al blanco, Everdeen giró su rostro solo para darse cuenta que Octavian y su hijo eran los únicos que la veían.

Octavian vio su mirada de enojo, un escalofrío recorrió su espalda al darse cuenta que esa mirada la había visto muchos años atrás, cuando era un adolescente, en su madre cuando tenía sus ataques de ansiedad e ira siempre estaba dirigida a su padre.

Ella tomó una tercera flecha, pero en vez de apuntar a los blancos, la flecha fue al palco de los Vigilantes. Octavian reaccionó rápido y tomó el brazo de su primogénito para jalarlo cerca de él.

Todos en la sala jadearon cuando la manzana en la boca del cerdo estaba incrustada en la pared, sus ojos asombrados se posaron en Katniss Everdeen.

—Gracias, por su consideración — dijo Everdeen reverenciándose para luego irse.

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Katniss tuvo que bloquear de su cabeza los chillidos de Effie Trinket que no paraba de regañarla por lo sucedido en su sesión privada.

Vio al nieto de Madame Snow, Neron riéndose junto a su abuela.

—¡Estás loca! — chilló Effie.

—Estaba molesta —se defendió Katniss.

—¿Molesta?— le recriminó Effie señalando con su abanico — ¿Te das cuenta que tus acciones nos afecta mucho a todos nosotros? — señaló a toda la sala con su abanico — No solo a ti.

—Quieren una función, está bien — la defendió Cinna.

—¿Qué hay de sus malos modales, Cinna? — preguntó Effie — ¿Qué hay de eso? Vaya, al fin llegas. — miró a Haymitch —Espero que notaras que hay una situación grave aquí.

Haymitch no contestó a Effie, solo sonrió y alzó su pulgar diciendo: —Excelente tiro, cielito.

Katniss sonrió.

Haymitch parecía regocijarse ante su acción en la sesión privada. Effie nuevamente se mostró indignada.

—¡Effie! — Madame Snow dejó de lado su taza de café y se colocó a lado de Katniss tomándola de la mano — Si bien Katniss hizo mal en lanza esa flecha a los Vigilantes, ellos fueron groseros desde un principio en poner más atención a la comida frente a ellos que a Katniss en su sesión privada.

Katniss giró levemente su cabeza al notar que la Primera Dama la estaba defendiendo.

—Muy groseros — asintió con la cabeza Neron Snow aun riendo.

Pasaron algunas horas hasta que dieron los resultados de la sesión de entrenamiento. Haymitch se sirvió una copa de brandy mientras Madame Snow se tomó una tercera taza de café.

—Del distrito Doce, Peeta Mellark — dijo Caesar en la pantalla. Peeta se puso hacia adelante al escuchar su nombre — Puntuación de Ocho..

La sala festejó el puntaje de Peeta.

—Y finalmente, del distrito Doce, Katniss Everdeen — Katniss miró fijamente a la pantalla, Madame Snow la tomó de la mano y le frotó los nudillos — Ella tiene una puntuación... —Caesar izo una pausa mirando la hoja en sus manos — De Once.

Todos en la sala jadearon, pero Madame Snow aplaudió contenta.

—Katniss Sienna, lo sabia, lo sabia — Madame Snow la abrazó mientras los demás brindaban, acercó su rostro al de Katniss— Sabía que tenías ese espíritu del Covey. Te lo dije, somos resilientes.

Madame Snow se separó sonriéndole y Peeta la felicitó.

—Creí que me odiaban — le susurró a Haymitch

—Debió encantarles lo que hiciste — le sonrió Haymitch apretándole una mejilla, lo mismo que hacía siempre que le llevaba presas.

—¡Por Katniss Everdeen! —Cinna alzó su vaso lleno de licor — La chica en Llamas.

Katniss miró a Neron Snow, que parecía tener un brillo de emoción en sus ojos.

N/a: En caso que wattpad se ponga delicadito me pueden encontrar el fic al día en Ao3: Aly_moon y subiendose en Inkitt como alynivelo

Katniss le lanza una flecha a los Vigilantes. *

Lucy Gray: