Capítulo 27
[ Antes de los Quincuagésimos octavos Juegos del Hambre ]
La bebé lloraba fuertemente en los brazos de Haymitch.
—Mejor regresame a Katniss — pidió Sara recostada en su cama.
Haymitch extendió a la recién nacida a los brazos de su amigo, el llanto incesante de la bebé se calmó en los brazos de Dean Everdeen.
En la cama se podía percibir el aroma de un estofado de ciervo.
Dean con su habilidad de cacería había atrapado a un considerable ciervo, que lo repartió entre el Covey y algunos de La Veta, también dándole un poco a Haymitch a escondidas de los Pacificadores.
Soltando hipos sollozantes, la bebé Katniss regresó a los brazos de su madre.
Lo que quedaba del Covey le dieron sus felicitaciones mientras la esposa del señor CC, Sofía, estaba en la cocina con el estofado.
—Ese ciervo fue una buena señal — sonrió Dean, pero Haymitch notó el temblor en sus labios.
Los dos dejaron a Sara para que alimentara a Katniss que nuevamente empezó a llorar. Cuando salieron de la habitación, Dean tenía una expresión de tristeza.
—¿Estás bien, amigo? — pregunto Haymitch.
—Si, solo extraño a mi madre — contestó Dean —Ella se habría enamorado por completo de Katniss.
Haymitch asintió sabiendo que la señora Maude Ivory habría cantado canciones a la bebé Katniss.
En casi dos meses serían la cosecha y los Juegos, tendría que volver a ver a Madame Snow y no sabia como darle la noticia que su pequeña prima había muerto por Pulmón Negro.
—¿Y planeas decirle a la Primera Dama?
—Aún no lo sé — dijo Haymitch frotándose la nariz — Se que Madame Snow se pondrá mal, pero no quiero causarle mucha angustia.
Dean asintió con la cabeza.
La señora Sofía les sirvió estofado con hogazas de pan. Haymitch sabía el motivo por el cual Dean y Sara esperaron tiempo para tener hijos era que estaban ahorrando dinero para comida y cosas necesarias.
Haymitch gustoso les habría dado un poco, pero Dean rechazó. Así que Haymitch empezó a comprarle las presas que Dean cazaba, claro, también compraba en el pueblo para no levantar sospechas entre los Pacificadores.
—¿Y cuando regresas a trabajar en las minas? — pregunta Haymitch
—La próxima semana — contestó Dean —El jefe Haines me dio algunos días para ayudar a Sara con la bebé.
—Es una linda niña — volvió a decir Haymitch en forma de felicitaciones.
—Gracias — sonrió Dean — ¿Y tú? ¿No piensas sentar cabeza y llenar esa elegante casa con niños?
Haymitch resopló.
Hace años ya pudo hacer las paces con la memoria de Celia, pero no tendría una familia que fácilmente se convertiría en objeto de extorsión para el Capitolio. Haymitch escuchó por Plutarch que el gobierno vendía la compañía de los Vencedores que el Capitolio consideraba atractivo y los Vencedores eran amenazados con sus familias si no accedían.
Haymitch se erizó ante la idea.
Por supuesto, el presidente Snow lo hacía todo a espaldas de su amable y encerrada esposa.
Por supuesto, Lucy Gray Baird fue un primer precedente a la venta de Vencedores, solo que ella fue entregada con un obsequio con un único "cliente", quien le había puesto un anillo de matrimonio mientras los demás estaban alcance de los demás Capitalinos.
Ademas, tenia a alguien mas que era inalcanzable.
Venus Rubí Cardew.
La nieta de su Mentora se colocó en su mente y alma como las enredaderas de un rosal durante estos ocho años. En un momento luego de no verla meses, hace dos años la vio junto a Madame Snow.
Tenía un suave rostro y un cabello que se rizaba sobre sus hombros.
Claro, ella ya tenía veinte años y asistía a la universidad siguiendo una carrera en economía, era la heredera del banco más importante del Capitolio.
Su relación se basaba en buscar liberar a Madame Snow pero poco a poco se miraban o se sonrían. Eran amantes, claro a los ojos del presidente Haymitch Abernathy no era más que el juguete favorito de su nieta mayor.
Eventualmente le buscarían un matrimonio para Venus.
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[ Antes de los Sexagésimo Juegos del Hambre ]
Los diarios del Señor Baird fueron una especie de daga de doble filo por las conexiones que hacía.
Coriolanus leyó el contenido de los tres, y sonrió al recordar las palabras de su pájaro cantor hace cincuenta años atrás en el Distrito Doce.
" Tu y yo estamos escritos en las estrellas"
Y estaban destinados a encontrarse. La entrada del diario del Señor Baird y los señores Graham sobre acoger a Lucy Gray en el capitolio porque los señores Graham habían estado en negociaciones con Crassus Snow.
Un compromiso entre ambos cuando llegara el momento y la negativa del señor Baird a ese acuerdo.
"... sobre mi cadáver mi hija se casara con un Snow"
Y fiel a su palabra, el señor Gene Heist Baird estaba muerto cuando Coriolanus y Lucy Gray se encontraron. No era más que huesos enterrados en el suelo cuando Lucy Gray se convirtió en su esposa.
Por supuesto, Lucy Gray leyó el diario de su padre y negó con la cabeza cuando leyó ese fragmento. Diciendo que su padre solo se preocupaba por ella, y que si lo hubiera conocido él sin duda habría dado su aprobación para su compromiso y posterior matrimonio.
Los diarios además de una ventana al pasado, se convirtieron en una especie de bomba.
Primero Andros dijo que encontraba a Lucy Gray algo distraída.
Después Calliope preocupada de que Lucy Gray se había olvidado de llevar a Neron a casa luego de cuidarlo todo el día.
Luego Tigris de que Rhiannon había dormido todo el día debido a que Lucy Gray le suministro un poco más de medicamento para la tos.
Fue Karone, que con el historial de los Graham, sobre todo de Eloise, insistió en que debía ir a una consulta.
Alzheimer
Eloise Graham había muerto sola en un asilo por Alzheimer.
—... el examen muestra que la Primera Dama posee marcadores genéticos de Alzheimer — dijo el Dr. Moniz
Ella lo tomó de la mano estando silenciosa, Coriolanus frotó sus nudillos.
—Lo bueno es que está en una etapa inicial — agregó Karone — Podemos iniciar el tratamiento en esta etapa. Si bien no hay cura, el hecho que madre aun no este en una etapa avanzada nos va a permitir que ella puede vivir lo que quede de tiempo de manera más normal y sin presentar signos más avanzados.
—¿Entonces, no hay cura? — preguntó Coriolanus a su hija y al Dr. Moniz .
Sintió a su esposa apretar un poco más su agarre.
—No, pero podemos iniciar un tratamiento con medicinas para evitar que progrese —continuó el Dr. Moniz — Tenemos el genoma extraído de la prueba de líquido cefalorraquídeo. El medicamento será elaborado bajo las necesidades de la Primera Dama.
—¿Entonces podré vivir con normalidad con ese medicamento? — preguntó Lucy Gray con seriedad
—Sí, madre — contestó Karone.
—También sugirió que todos los hijos y nietos se hagan un mapa genético — sugirió el Dr. Moniz — Como nos contó, la abuela de Madame Snow sufrió la enfermedad y el padre murió antes de saber si poseía o no los marcadores, tenemos que ver si han heredado los genes de manera activa.
—La familia se hará los exámenes — dijo Coriolanus.
Los tres salieron del consultorio directo a casa, Karone en todo el camino no paró de hablar de que era bueno que detectó la enfermedad a tiempo. Hablando de pacientes que viven con normalidad gracias al médicamente diseñado para ellos.
En la noche Lucy Gray aun permanecia callada.
— Quiero entrar a ese tratamiento, Coriolanus — dijo firme ella. — Quiero ver a mi nietos crecer. No quiero acabar como mi abuela, no quiero.
Coriolanus le beso los labios y prometido: —Estarás bien.
N/a: Y ya hizo acto de presencia el Sinsajo awwwwwwwwwww
Vamos a jugar un juego.
Creen que el Alzheimer de Lucy Gray se dio de manera natural como a su abuela o es una consecuencia del medicamento lavacerebros. Ya que si bien una persona puede tener marcadores genéticos para Alzheimer no llegan a desarrollar la enfermedad.
Y la mención de Rhiannon y el medicamento para la tos la saque de una anécdota familiar donde a una prima cuando era bebé le dieron una especie de jarabe para la tos que la mantuvo todo el día dormida.
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