[Día 1]

La sala donde los mentores de los Distritos compartían era amplia, Draco sería el que se quedaría con madre el primer día de los Juegos.

Cuando madre llegó, todos voltearon a verla y saludarla cordialmente. Wiress Plummer, la ganadora del año pasado, saludó nerviosamente .

—Hola querida — sonrió madre tomando las manos de la chica que no pasaba de los diecisiete — ¿Cómo has estado?

—Bien, Madame Snow — contestó Plummer — Nerviosa por los chicos.

—Entiendo — asintió madre para luego verlo — Ya conoce a mi hijo Draconis.

—Un gusto — saludó nerviosa Plummer.

—El gusto es mío, señorita Plummer — saludó Draco.

Luego se acercó Beetee Latier saludando a madre, ella le sonrió y preguntó cómo ha estado. Él empezó a contarle algo de quedarse en el Capitolio trabajando en unos inventos que el gobierno necesitaba.

Saludaron a otros Vencedores hasta que llegaron al asiento donde estaba la señora Mags.

—Mags querida — saludó madre con besos al aire a su amiga. Luego Draco saludó a la señora Mags quien le sonrió.

Los tres se sentaron en el sillón que daba frente a una gran pantalla donde estaba Caesar y su compañero hablando de las sesiones privadas de los tributos

—Ya pedí el té para nosotras — sonrió la señora Mags — En quince minutos comienzan los Juegos.

Un Avox llegó con una gran charola de plata con tazas de té, cubitos de azúcar y una tetera de porcelana blanca, al lado estaba otro Avox con una bandeja con bocadillos salados y dulces.

—Gracias — dijo madre a los Avox.

Draco siempre se preguntó porque su madre les agradecía cuando los Avox no eran más que esclavos del Capitolio.

Madre y la señora Mags se sirvieron el té para luego preguntarle si él quería una taza, Draco negó ya que no le gustaba mucho el té, pero sí le encantaba los bocadillos.

Cuando los quince minutos terminaron, los cuarenta y ocho tributos subieron por las escotillas, mostrando un paisaje amplio, verde y floreciente. El contador empezó desde quince hacia atrás.

—Es demasiado hermoso ese campo — dijo un Mentor del Cinco.

—Debe ser alguna clase de trampa — agregó la Mentora del Dos.

Draco sintió una suave mano tomar la suya, bajó un poco la mirada para ver cómo su madre había entrelazado su mano con la suya, un hábito que tenía desde que él la empezó a acompañar en el primer día de los Juegos.

El Gong que marcaba inicio a los Juegos sonó pero los tributos se quedaron en sus puestos viendo todo alrededor, pero el tributo de su madre, Haymitch Abernathy no se maravilló por el paisaje y corrió rápido a la Cornucopia, agarrando una mochila y un cuchillo, segundos después todos los tributos corrieron hacia el lugar por suministros y armas.

Abernathy rápidamente se adentro a los bosques mientras el baño de sangre comenzó.

Draco miró como su madre baja la mirada, evitando ver la pantalla, con su vista puesta en las manos de ambos, para reconfortar le acarició los nudillos.

El sonido de varios cañones se escucharon a la par que los tributos caían en la matanza que siempre se daba en la Cornucopia.

Cuando todo acabó, de los Cuarenta y ocho tributos, dieciocho murieron en los primeros minutos.

—Todos tus tributos salieron, madre — le susurró Draco a su madre.

Maysilee Donner había golpeado en los bajos a un tributo masculino para robarle la mochila y una cerbatana con muchos dardos mientras los más pequeños simplemente corrieron hacia el bosque y no arriesgarse a tomar nada de la Cornucopia.

Ella regresó su mirada a la pantalla.

—Perdí a un chico — dijo la señora Mags viendo la pantalla. — John, que el mar guíe tu alma a las profundidades del Océano para tu descanso eterno.

Madre soltó la mano de Draco para tomar la mano de la señora Mags.

Draco agarró una magdalena y justo Kore entró a la sala. Vestida de azul claro y su cabello trenzado en plata se acercó a madre.

—Madame Snow — dijo Kore casi susurrando cerca de madre.

—¿Si?

—La señorita Crane quiere enviar un patrocinio a Dara y Sky, ya no lograron alcanzar nada en la Cornucopia — contestó Kore — Quiero enviar un suministro de barras de proteínas para que tengan algo que alimentarse.

—Que envíen primero uno a Dara y media hora después a Sky — dijo madre — Conoces las reglas, no podemos enviar dos patrocinios a la vez.

—Lo haré enseguida, Madame Snow — asintió con la cabeza Kore.

Draco observó cómo muchos de los Mentores se levantaron de sus asientos. Los Cuatro del Nueve se pusieron de pie y salieron de la sala hacia donde estaba el gran salón donde se reunían las personas del Capitolio.

Tres de los cuatros tributos del Nueve murieron en el baño de sangre inicial, dejando solo a una tributo femenina.

—Iré a charlar con los patrocinadores — dijo la señora Mags. — ¿Vienes, Lucy Gray?

—Vamos — contestó madre terminando su té.

—Iré con ustedes — comentó Draco abrochándose los botones de su saco.

—Vaya, tendremos escolta privada — bromeó la señora Mags, madre río a su lado.

—¿Qué haría yo sin mis hijos? — sonrió madre apretandole una mejilla como si fuera un niño pequeño.

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[Día 2]

Mags vio a Lucy Gray llegar con su asistente y su hija.

Algo que siempre notó Mags, desde que conoció a Lucy Gray , era que su amiga nunca estaba sola.

Desde la edad de trece años, Karone Snow se había convertido en la sombra de su madre cada vez que tenía tiempo. Luego fue el joven Octavian, Andros y ahora el joven Draco que ocupaba ese cargo.

O era la asistente de Lucy Gray, esa joven secretario de piel morena y ojos negros.

Y cuando la primera era solo una bebé en brazos, Snow se alzaba detrás de Lucy Gray como un vigilante constante. Como una serpiente enrollándose en una presa indefensa.

Casi cuarenta años de amistad la hizo testigo de primera mano que el amor y obsesión que Snow tenía en Lucy Gray.

Mags conoció el amor, su amado Fred. Recordaba sus ojos cálidos y los hoyuelos que se le formaban cuando sonrían. Ella conocía cómo era el amor en los ojos de un esposo.

Había algo de eso en la mirada de Coriolanus Snow, pero ese brilló de un depredador era aún más fuerte.

—Un gusto hacer un trato con usted, Madame Snow — dijo un patrocinador a Lucy Gray.

—El gusto es mío, señor Deer — sonrió Lucy Gray — Será una delicia escuchar a su hija tocar el chelo luego de los juegos.

El señor Deer se fue y Mags se acercó a su amiga.

—¿A quien le enviaran algo?

—Agua a Haymitch y logré conseguir que Maryse Duarte enviara comida a Maysilee — dijo Lucy Gray.

La asistente Mayfield les trajo limonada a ambas y una copa de vino blanca para Karone.

El sonido del Gong sonó y todos giraron su vista para ver hacia la pantalla. La tributo femenina del Ocho que quedaba murió al tomar agua del río.

Fue fácil para todos el primer día saber que casi todo en esa arena era venenoso. Desde el agua hasta algunas frutas que crecían.

El sonido de una copa rompiéndose se escuchó en el lugar, Woof Casino ,el Vencedor de los Juegos Diecisiete, dejó caer su copa al ver el cuerpo de la chica.

Él se retiró del lugar en silencio dejando solo a Indigo Weaver con los patrocinadores.

Lucy Gray y ella se acercaron hacia Indigo que parecía desconcertado ante la vista del cuerpo de la tributo femenina del Ocho era recogido por el Aerodeslizador.

—¿Qué le sucede a Woof? — preguntó Mags.

—Gloria — dijo Indigo — La tributo. Era su sobrina.

—Oh, pobre Woof — dijo Lucy Gray claramente preocupada.

Mags cerró los ojos recordando el dolor de perder a Jeff hace trece años en los Juegos.

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[Día 3]

Coriolanus observó a su esposa prender un incienso mientras.

Lucy gray observó el humo aromático danzar en el aire. Pequeñas curvaturas esparciéndose en el aire.

Ella siempre ha prendido incienso en cada día de los Juegos siempre que hubiera un tributo del Doce de pie.

"El humo viaja por el aire con los deseos" fueron las palabras de Lucy Gray en su primer año de mentora

Una tradición del Distrito Doce, encender incienso por el bien de la familia. Lucy Gray tenía esa costumbre, siempre prendía uno en los cumpleaños de los chicos.

Prendió uno cuando Draconis estuvo en el hospital con una terrible varicela por cuatro días.

Ella se despidió de él con un beso antes de regresar al Gran Salón con los demás Mentores esperando patrocinadores. Para mérito de los Doce, aun estaban los cuatro con vida, usualmente siempre perdía uno o ambos en la lucha de la Cornucopia.

—Llegare para la cena — dijo Lucy Gray arreglándole la rosa blanca en el pecho de él.

Coriolanus observó junto a Venus, Karone estaba de turno en el historial y Sebastian estaba observando los Juegos con los socios del banco.

En el principio cayeron muertos las tributos femeninas del Cinco y del Tres por unas bayas que estaban en un prado.

Luego, casi al medio día observó como los dos tributos más jóvenes fueron interceptados por cuatros profesionales del Uno.

El chico sacó sus barras de comida y las ofreció como pago para que los dejaran ir. Pero los Profesionales del Uno se rieron, y entre dos separaron a los chicos para luego partirles el cuello.

Dos cañones sonaron y la pantalla fue pasado a otro plano.

—Oh no, los tributos de la abuela — se lamentó Venus — Dara era un amable. Le encantaba dibujar.

—Una verdadera pena — dijo Coriolanus.

Rápidamente sacó su teléfono y escribió a Draco preguntando si Lucy Gray tuvo un ataque de ansiedad.

"No te preocupes padre" escribió Draco como respuesta "Ella está bien. Cualquier cosa, la sacó de aquí"

En la noche, Lucy Gray y Draco llegaron a la casa. Cenaron en familia, pero ella permaneció callada, con la mirada baja, en un momento se escuchó la muerte de una tributo del Distrito Once y un tributo masculino del Diez.

—¿Estás bien, querida? — preguntó a su esposa.

—Estoy bien — contestó, pero su voz la delataba.

Acabada la cena, Karone, Octavian y Draco se despidieron cada uno para sus hogares. Venus abrazo fuerte a Lucy Gray, ella le devolvió un beso en la frente.

Para la hora de dormir, mientras ella se lavaba el rostro , Coriolanus colocó la medicina en el agua de Lucy Gray. Ella salió del baño con un largo camisón crema y se sentó en el pequeño escritorio que había en la habitación.

Se acercó a ella y vio cómo formaba dos cheques por mil dólares, a su nombre y para la familia Underwood y Flich.

—Tu agua, Lucy Gray — dijo Coriolanus entregándole el vaso con la medicina.

—Gracias

Ella sacó dos hojas de su papelería privada.

"Estimada familia Underwood...

Cada año que perdía a sus tributos escribió una carta personalmente a las familias de sus caídos junto a un cheque a modo de indemnización de su cuenta privada donde ella recibía su paga como vencedora y mentora.

Junto a la carta y cheque, había una carta de él, advirtiendo a las familias que no podían mencionar nada del cheque a nadie del Distrito o sufrirán la consecuencias, aunque claro, Lucy Gray jamás sabía nada de esa carta extra. 

N/a: Como mentora, Lucy Gray cuándo pierde tributos envía una carta de condolencias y un cheque por mil dólares ( no se que moneda usa Panem, no lo dice internet), pero claro Snow envía otra carta/amenaza, ya que se vería como favoritismo. 

Otra cosa es que me di cuenta es que Panem no tiene religión, y tiene lógica ya que la fe lleva a la esperanza, algo que no favorece al Capitolio. Pero eso no me quita que en los Distritos tengan sus creencias. 

Así que el Doce ( en mi fic) es prender incienso para pedir por la salud y la buena suerte. Así que no es raro que Lucy Gray haya prendido incienso para sus hijos y tributos.