Capítulo 1
El escolta del Capitolio usaba un traje color azul intenso y tenía mechas del mismo color en su cabello castaño.
—¡Bienvenidos a la Cosecha de los 50 Juegos del Hambre y el Segundo Vasallaje de los Veinticinco! — dijo el escolta cuyo nombre no quería memorizar.
Maude Ivory Everdeen miró hacia el edificio de Justicia, sabiendo que en una de las pequeñas salas de la residencia del Alcalde estaba Lucy Gray esperando a los cuatro desafortunados de este año.
Doble de tributos, doble luto este año en el Doce.
—La primera tributo femenina es ... — el escolta leyó el papel en sus manos — Dara Underwood.
Una niña de no más de trece salió de la multitud, sus manos colgaban de los lados y camino lentamente escoltada por los agentes de la Paz. Una vez en el escenario, se secó las lágrimas que se le escapaban de las mejillas.
Una cosa flacucha con las rodillas huesudas, pequeña de piel oliva y ojos marrones con un cabello oscuro muy liso, una niña de la Veta.
—La segunda tributo es Maysilee Donner— anunció el hombre del Capitolio.
Sollozos más fuertes se escucharon de la formación. Las gemelas Donner se abrazaron, como si quisieran fundirse una con la otra, y la hija de los farmacéuticos también se había unido al lloroso abrazó.
Luego de segundos las tres fueron separadas, Maysilee Donner subió a la tarima con la nariz roja por el llanto y sus manos aferradas a su falda beige. Una niña de la zona de comerciantes contrastaba con la niña de la Veta, en apariencia.
Una lindura de cabello rubio maíz y con un rostro suave, sus ojos verdes eran tan claros que parecían grises en las pantallas del Doce.
En la zona de padres, pudo ver a los señores Dorne tomados de las manos mientras la señora Donner sollozaba. Los Creed, los boticarios, suspiraron aliviados, su hija Sara estaba libre.
Dieciocho años, su nombre nunca más estaría para ser cosechado.
Luego llamaron a los niños; Sky Flich y Haymitch Abernathy.
Maude Ivory se cubrió la mano sollozando.
Libre, su preciado hijo menor al fin es libre.
Los dos chicos, de la Veta subieron al escenario, donde el presentador los presentó a las cámaras que transmitían directamente al Capitolio.
Los Agentes de la Paz se llevaron a los cuatro chicos al tren, y Maude Ivory se ajustó el chal descolorido sobre sus hombros.
—¿No vas a intentar ver a tu prima? — preguntó su segundo hijo.
—Hace años que dejé de intentar hablar con Lucy Gray — contestó Maude palmeando el hombro de su hijo, en eso llegó su hijo Dean.
—Soy libre — dijo tranquilo para luego abrazarla. Maude Ivory besó el cabello oscuro de hijo.
Miró el tren partir sabiendo que Lucy Gray regresaba al Capitolio.
Casi cuarenta años desde que Lucy Gray regresó misteriosamente al Capitolio siguiendo a Snow cuando ella les dijo que se irían al norte, lejos de Panem.
Aún no sabe el porqué. Pero las interacciones que tuvieron los años posteriores a su boda e hijos le parecía sospechoso, había algo en la mirada de Lucy Gray que estaba mal.
Al principio les mandaba cada tres meses comidas al Covey junto a cartas contándoles su vida en la capital, cuando ya no llegaron cartas o ayuda, el Covey sabía que debía ser obra de Snow, ya que Lucy Gray jamás le habría dado la espalda.
En el primer vasallaje se encontraron, hablaron unos minutos donde le enseño fotos de sus hijos. Todos Snow, nada de Lucy Gray o el Covey. Le dio algo de dinero pidiendo perdón.
"Coriolanus pensó que era mejor cortar el contacto, lo lamento mucho" se disculpó Lucy Gray
Para los juegos 30 ella no vino, el que la reemplazó ese año le dio una carta diciendo que Madame Snow no pudo asistir porque el mes anterior había tenido a su cuarto hijo.
Para el año siguiente, ya no era Lucy Gray o Madame Snow, era la primera Dama de Panem. No estuvo en el escenario y cuando Maude Ivory quería ir a hablar con ella un agente de la paz dijo que tenía órdenes del presidente a que nadie del Doce, menos el alcalde, se acercara a la primera dama.
Los cinco años que siguieron, Maude trató de verla en persona, pero siempre era bloqueada por los agentes de la paz.
—Vamos a casa — dijo Maude — Hay que celebrar que al fin el nombre de Dean nunca más estará en la Cosecha.
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Fueron escoltados por los vagones hasta la elegante sala.
Había un agente de la Paz en cada entrada y salida, con sus armas preparadas. Haymitch trago en seco cuando Flavius Folch, el escolta del Capitolio, les presentó a la primera dama.
Haymitch la veía cada año, justo detrás del presidente Snow. Siempre bien vestida y con una expresión seria, pero aquí... parecía una anciana más.
Con el cabello gris recogido en un recogido sencillo, vistiendo una falda café y blusa blanca que dejaba ver su collar de perlas, y sobre sus hombros un chal naranja oscuro.
—Es un gusto conocerlos, chicos — dijo Madame Snow.
Para Haymitch era difícil asociar a la anciana frente a él como una mujer que sobrevivió a otros veintitrés en una arena y ser declarada victoriosa hace cuarenta años.
Dos Avox llegaron con bandejas y tazas. Algunos bocadillos.
—¿Por qué no tomamos el té para conocernos mejor? — les sonrío Madame Snow.
Haymitch se preguntaba cómo podía hablar con tanta naturalidad sabiendo que era posible que ellos cuatro regresaran a casa en un ataúd. O tal vez era que tantos años haciendo lo mismo se había convertido en una rutina para ella.
Dara Underwood se encogió de hombros, y se llevó la mano a la boca cuando el tren empezó a moverse. Madame Snow pidió un cuenco vacío y un Avox lo colocó en el regazo de Dara.
La pobre niña empezó a vomitar, Maysilee Donner se alejó de ella asqueada, pero sorpresivamente Madame Snow se sentó en el lugar de Maysilee, recogiendo el cabello oscuro de Dara.
—Tranquila, tranquila — la primera Dama de Panem le frotaba la espalda — Respira, respira. — la mujer alzó la mirada hacia una chica que tenía una tableta en sus brazos — Tráeme un poco de agua para la niña, Kore.
La mujer dejó de lado la tableta digital y avanzó hasta el pequeño bar donde sirvió agua en un vaso de cristal. Luego que Underwood vaciara su estómago, Madame Snow le pasó una servilleta de tela y luego le brindó el vaso con agua.
Un Avox se llevó el cuenco y Madame Snow miró a la señorita Kore.
—Lleva a la señorita Underwood a su camarote para que se descanse — ordenó en un tono de voz suave a la que aprecia la asistente de la Primera Dama. Luego miró con delicadeza a la niña — ¿Por qué no descansas hasta la cena querida? Ha sido un día largo.
Dara asintió con la cabeza.
Nadie en este tren podía negarse a la orden de Madame Snow, era la primera Primera Dama de Panem, incluso mirarla mal podía significar una sentencia de muerte.
Kore se llevó a Dara y regresó a los minutos. Madame Snow sirvió cuatro tazas de té y se las entregó a cada uno, también les dijo que podía agarrar cualquier postres de la mesa.
Sky engulló cada bollo azucarado como si no hubiera un mañana. Aunque probablemente ninguno de los cuatro sobreviva a los Juegos.
Maysilee Donner cruzó sus tobillos y con los mejores modales bebió delicadamente el té rechazando abiertamente los postres.
—¿Y ahora que pasara? — preguntó Maysilee.
—Kore está preparando las cosechas de los demás distritos — dijo Madame con la taza en su mano su mano derecha mientras que la izquierda sostenía el pequeño plato de porcelana.
Dos anillos brillaban en su mano izquierda, primero una sencilla banda de oro, una alianza matrimonial y luego un anillo de diamantes.
—Necesitamos ver quienes son sus contrincantes — continuó hablando Madame Snow — Cuando lleguemos al Capitolio empezará el trabajo duro. Entrenamientos, preparar todo para lo que implica los juegos.
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Luego de la cena y rodar por la cama amplia de su camarote, Haymitch se preguntó si podía robarse un trago del mini bar que había en el tren.
Con paso silencioso y descalzo se levantó de la cama, caminó sigilosamente hasta la puerta y la abrió un poco.
—... cinco gotas en el agua de Madame Snow — se escuchó la voz de Kore por los pasillos —¿Solo eso, señora Snow?
Haymitch se asomó un poco por la puerta para ver a la asistente de la Primera Dama con un bandeja de plata donde había un jarra de cristal y un vaso. La mujer tenía un comunicador en su oreja, hablando con alguien en la otra línea.
—Entiendo — la mujer asintió con la cabeza agachada — Le mantendré informada de cualquier cosa, señora Snow.
La mujer cerró la comunicación y luego maniobrando sacó un vial con un líquido violáceo. Sacó el gotero y colocó cinco gotas en el agua de la jarra, luego cerró el vial y lo guardo en el bolsillo de su abrigo.
—Madame Snow — tocó la puerta de uno de los camarotes — Le traigo su agua.
La mujer abrió la puerta y Haymitch se colocó contra la pared del camarote.
¿Quién era la señora Snow con la que hablaba? ¿Y qué era lo que le puso en la bebida de la Primera Dama?
N/a: Soy una mujer debil y no pude esperar hasta mazo, pero no se preocupen, la tesis será mi principal prioridad, los fic ( este y Timeless serán actualizados cuando tenga tiempo)
En el canon no se menciona el nombre del padre de Katniss o el nombre de la mamá o el apellido de soltera. Así que aquí son Dean Everdeen y Sara Creed. También esta la teoría ( afirmada por el director de las dos partes de Sinsajo y Balada, que Maude Ivory, la prima pequeña de Lucy Gray es abuela de Katniss y Prim)
El anillo que menciona Haymitch es el anillo de la madre de Snow ( algo que nunca vendió en sus tiempos pobres por orgullo)
Y viendo la película, el apartamento de los Snow tiene estilo al Art Deco, así que el anillo de la anterior señora Snow tiene ese estilo.
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