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6

Se balancearon juntos al ritmo de la hermosa pieza, antes de que el acariciara lentamente la piel de su brazo. Ese contacto hizo que ella se sintiera incomoda.

—Estoy seguro de que así será.

De un momento a otro la pista se había llenado, los coloridos vestidos de las mujeres se balanceaban en sincronía, los hombres solteros cortejaban a las damas casaderas y unos pocos esperaban sentados en las mesas.

El cambio de pareja llego pronto y se encontró con su suegro.

—Sr. Kim

La conversación entre ellos abordó varios temas que incluyeron los negocios familiares, la caridad, las sociedades más convenientes para sus próximos negocios. El tema del asesino en serie nació de una forma tan espontanea que Haneul se sintió asfixiada al recordar a Siyeon y a Seulgi.

En un intento por cambiar el hilo de la conversación todo se había tornado mucho más incómodo cuando el hombre empezó a hablar de su heredero.

—¿Cuándo podre ver a mis nietos?

—Señor Kim yo...

Fue interrumpida por el anuncio de cambio de parejas y ahora se encontraba en brazos del menor de los Kim. La mano derecha de su cuñado se situó en su cintura y su mano izquierda sobre la de ella. El solo contacto la hacía sentir ese extraño cosquilleo en su pecho.

—Seokjin.

Su apuesto cuñado dirigió cada paso invitándola a moverse con gracia. Su intensa mirada no se despegaba de ella y aunque no era bajita, Seokjin frente a ella aún era más que intimidante con su altura.

—Felicidades Haneul—Seokjin se movió de una forma tan elegante y confiada que podía escuchar los chillidos de las mujeres sobre la melodía.—Ya eres parte de nuestra familia. ¿Qué se siente?

Claramente esto desvió sus pensamientos haciendo que Haneul se mordiera el labio y bajara la mirada. Era la segunda vez que se lo preguntaban y todavía dudaba.

—Puedo asegurarte que no tan bien como todos parecen pensar—ella observó las parejas que los rodeaban mientras suspiraba y trataba de seguirle el ritmo al menor de los Kim—Esto se siente tan surreal, como un mal sueño. ¿Sabes?

—¿Hubieras preferido casarte con alguien más?

—¡Seokjin!

—Entiendo, no debería hacerte este tipo de preguntas el dia de tu boda —Seokjin frunció sus gruesos labios al mismo tiempo que Haneul sentía su corazón dar un salto al verlo. ¿Era incluso posible que se sintiera de esa forma solo por mirarlo? —Pero no sé, tal vez casarte conmigo hubiera sido mucho más agradable.

—¡Seokjin! —Haneul giró la cabeza buscando la expresión horrorizada de algún invitado que pudiera haberlo escuchado, cuando no encontró ninguna volvió a mirarlo con reproche. —No puedes ir soltando cosas así, cualquiera podría escucharte.

Su apuesto cuñado no pudo contener la carcajada que provocó su reacción.

No iba a negar que su risa era diferente a cualquier otra que hubiera escuchado, a su parecer se acercaba mucho al sonido que hacían las ventanas cuando eran limpiadas. Observándolo pudo observar la forma en la que sus mejillas se llenaron y las pequeñas arrugas que se crearon bajo sus ojos cuando dejo escapar su singular pero agradable risa.

¿Como era posible que con solo escucharlo reírse su pecho se inundara de una calidez tan ligera y refrescante que parecía llevar de energía cada parte de su cuerpo, y hacerla olvidarse de todo lo demás?

Porque a pesar que el sonido de la música de la orquesta, las risas y murmullos llenaban el salón de baile, todo era silenciado por su voz.

—Vamos Haneul, no podrían escucharnos aunque quisieran y al menos pude sacarte una sonrisa.

Solo con ese comentario Haneul pudo ser consciente que estaba sonriendo sin darse cuenta. A velocidad del rayo se mordió el labio y sintiendo sus orejas calientes trató de evitar su mirada.—Te encanta molestarme, y se que de ahora en adelante no vas a parar, estoy segura.

De repente como si hubiera recordado algo oscuro sintió que el ambiente entre ellos se tensaba, el silencio que vino después de eso solo hizo que ella se sintiera nerviosa y solo tuvo que mirarlo para confirmarlo.

—Haneul yo...solo quiero animarte un poco, después de hoy todo va a cambiar y sabes que no tienes que hacerlo solo porque te sientes obligada. —Seokjin apretó los labios y su mirada llena de preocupación no la abandonó. Las forma en la que le dolía el pecho al escucharlo decir eso, sus ganas de llorar se intensificaron haciéndole más difícil seguir los pasos. —Si quieres detener esto solo tienes que decírmelo.

Haneul solo pudo mirarlo, esperando transmitirle con la mirada su respuesta.

—No lo sé. —Haneul se desconcentró por un momento y casi pisa a Seokjin quién frunció el ceño ante su respuesta. —Ahora no me vengas con esa cara, debería haberme preparado mentalmente para esto lo sé, pero es algo que tengo que hacer. Ya no te preocupes eso, Seokjin.

Él apretó la mandíbula antes de asentir. —Confió en ti Haneul lo sabes, pero eso nunca va a evitar que me preocupe por ti.

—Lo sé y te lo agradezco, pero-

Antes de que ella pudiera continuar la hizo girar y ambos se rieron por la forma en la que ella aterrizó en sus brazos.

—¡Seokjin!

Vestidos de diferentes colores se movieron al son de la música en ese gran salón. Y aunque sus diseños no eran muy distintos siempre había uno más bonito que otro.

Diferentes grupos de hombres de las grandes casas discutían sobre negocios. Y otros solo disfrutaban el ambiente festivo, no todos los días se casaban los herederos de las casas más importantes del reino. Solo les faltaba una vida real y el año se cerraría con broche de oro.

Hyunsok bailaba con una mujer mayor, que parecía comérselo con los ojos y no lo había soltado desde el primer baile. Las jóvenes casaderas que estaban esperando bailar con él ya estaban aburridas.

Los pocos niños que también habían ido con sus padres se encontraban en alguna habitación de la casa Kim al cuidado de alguna empleada.

Mía bailaba con un muchacho muy elegante mientras su hermana Kura se encontraba amargada en una de las mesas observándola, preguntándose porque nadie la había invitado a bailar mientras se comía un pastelito. Sus ojos brillaron cuando un muchacho muy apuesto se acercó a ella.

Yura no perdía de vista a Hyunsok ni a la mujer con que bailaba.

El príncipe heredero había desaparecido después de presenciar el baile de los novios. Y la madre de Haneul fruncía el ceño ante la interacción de su hija con el hijo menor de los Kim. Era extraño verla sonreír más con su cuñado que con su esposo.

—¿Recuerdas cuando Hoseok se enfadó con Hyunsok al enterarse que era mi prometido y lo obligó hacer muchas cosas estúpidas para demostrar su valía?

—En esa época Hoseok era muy intimidante, hasta Jungkook le tenia miedo—murmuró Seokjin con nostalgia mirando sus manos unidas con una emoción indescifrable. Se veía tan guapo que Haneul inconscientemente soltó un suspiro.—Y Jungkook nunca le tiene miedo a nada, pero solo éramos niños.

Un silencio se hizo entre ellos, y ambos se movieron al ritmo de la música clásica que tanto amaba Siyeon.

Haneul apretó los labios ante los recuerdos que parpadearon en su mente y su atención permaneció en las demás parejas bailando y disfrutando.— A veces siento como si el estuviera aquí conmigo, como si nunca se hubiera ido.

El la hizo girar de nuevo acariciando su espalda de forma reconfortante. Su vestido giro con la misma fuerza al ritmo de las

—Yo también lo hago, cada día. Pero ambos sabemos que nunca se irá, siempre nos acompañará. Y su sonrisa...—Seokjin parpadeó varias veces y tomo aire bajando por primera vez su mirada —, esa sonrisa deberá ser nuestro motivo para sonreír, por los momentos que vivimos con él, por las alegrías que nos dio y por la persona que fue. Así que nunca dudes de eso, Hoseok siempre será parte de nuestras vidas.

—Se que donde quiera que esté Hoseok se habría sonrojado por lo que acabas de decir. —Haneuo trató de levantar los ánimos y al parecer funcionó porque él esbozó una pequeña pero significativa sonrisa, ella misma había estado ignorando la picadura en sus ojos.

—Y seguramente sus orejas se hubieran puesto tan rojas como su rostro. Igual que tú. —Seokjin pellizcó su oreja y ella solo se encogió tratando de no confundir los pasos.

—Por favor, esto no...—ella se detuvo cuando su atención fue captada por algo a unos pocos metros de ellos.

Seokjin siguio la mirada de Haneul y vio a la pareja. Hyunsok parecía discutir acaloradamente con Yura y el señor Kim se acercaba para tratar de calmarlos.—A pesar de todo Yura parece amarlo con locura.

Ella asintió conociendo el doble sentido del comentario de su cuñado.

—Lo hace, pero yo no.

Él agarró su cintura con firmeza e hizo que ambos bailaran moviéndose por la pista a un lugar más discreto en medio de las parejas más animadas, donde apenas les prestarían atención. Era casi increíble la forma en la que el guiaba sus pasos y la hacía sentirse más ligera, parecía incluso buena haciéndolo, como si hubiera nacido para bailar.

—Lo se—Seokjin se encogió de hombros con burla.—Es mi hermano pero tampoco lo haría si fuera tú.

—No se si puedo hacerlo Seokjin.—Haneul no se sentía lo suficientemente fuerte. —Esta noche, yo tengo que....

Su cuñado se lamió los labios y se inclinó hacia ella apartando un pequeño mechón de su cabello haciendo que se estremeciera. —entonces no lo hagas. Podemos encontrar otra forma.

Haneul tragó saliva ante la cercanía, sus narices casi se tocaban pero trato de mantener la compostura y retrocedió tratando seguir el ritmo.

—Pero debo.

Seokjin la levantó y la hizo girar sorprendiéndola por el movimiento inesperado, las parejas a su alrededor eran ajenas a su cercanía, concentradas en su propio negocio.

—No te dejare sola en esto, solo quiero recordarte que Hoseok siempre estuvo orgulloso de ti y yo también, aunque seas un poco terca —Las lágrimas picaron en los ojos de Haneul y él acarició su mejilla.— Vamos no llores mujer, te veras fea.

Haneul le dio una palmada suave en el pecho haciendo que el se riera. —Eres un tonto.

—Y tu eres demasiado valiente para insultarme sin conocer las consecuencias, pero lo dejaré pasar por ahora. —Seokjin volvió a mirar sus manos está vez prestándole atención a un anillo que estaba junto a su anillo de alianza, la hermosa amatista sobre la banda de plata con un grabado de flores entrecruzadas lo hizo preguntarse cuanto tiempo debería haberle llevado al joyero grabar los detalles y levantó su mano para observarlo mejor.—Una hermosa joya, conociéndote debo preguntar ¿quién fue el afortunado en regalarte algo tan exquisito sin ser rechazado?

Haneul no pudo ocultar su sonrisa y ella también miró el anillo en cuestión, mientras el esperaba una respuesta.

—Es algo para que yo lo sepa y tu te mueras por descubrir.

Él la miró levantando una ceja, pero ella no parpadeó, entonces su cuñado no dudo al inclinarse de nuevo con esa mirada ligeramente seductora provocando que ella temblara ligeramente, algo que lo hizo sonreír con satisfacción.

—La curiosidad es uno de los sentimientos mas insoportables que existen, pero ante tu negativa no insistiré.—pronto la intensa mirada de Seokjin se suavizó un poco y frotó con delicadeza el dorso de su mano, ralentizando sus pasos.—¿Estas lista para lo que viene a partir de ahora?

La garganta de Haneul se apretó pero dejo escapar un suave si.

—Has tomado la decisión así que no puedo hacerte cambiar de opinión. Se que puedes hacerlo, lo veo en ti.—aseguró con una mirada comprensiva antes de inclinarse en su oído y decirle algo, otro escalofrío recorrió su nuca.

Ambos se separaron rápidamente cuando vieron al señor Jung acercarse a ellos con molestia. La melodía había cambiado, ahora era más suave. Su padre siempre había detestado verla con cualquier otro hombre que no fuera Hoseok o Hyunsok.

El fue su siguiente pareja de baile. Seokjin ahora bailaba con una de las hermanas Choi, pero no había despegado sus ojos de ella.

El momento no pudo ser más incomodo. Su padre erguido y con elegancia tomaba la delantera de los pasos. Su expresión molesta solo la hacían querer huir, pero sabia que no podía hacer eso.

No delante de toda esa gente. 

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