11
Es la víspera de Navidad, pero yo ya había recibido mi regalo, descansa a mi lado en la cama, desnuda y agotada. Acaricio su espalda viendo su piel erizarse, se remueve y sigue durmiendo. Después de haber llorado casi toda la noche por la señora Klaus, logré tranquilizarla, cenamos y luego le hice el amor haciéndola olvidarse de lo que había descubierto. Llamé a Grace y después de ponerla al día de lo sucedido, la convencí de marcharse con su novio y retomar sus planes, prometiéndole que cuidaría de Tillie, y que la mantendría informada de cualquier cosa. Me alegro que tenga a Grace en su vida, es una buena influencia y sé que ama a Tillie como si fuera su hermana. Saber que, al menos no estuvo sola después de que su madre falleciera me hace sentir un poco más tranquilo.
Beso su hombro y me levanto de la cama, me visto con un pantalón deportivo y bajo a la cocina para preparar el desayuno para mi chica y para mí. Mientras bato los huevos comprendo que no podré volver a vivir sin tenerla siempre a mi lado, y aunque aún no le he pedido que sea mi novia, organizaré algo especial para esta noche y le pediré que se mude conmigo, después de todo, en cuanto la vi esa noche en mi restaurante, al lado de "Kenmundo" como ella lo había bautizado, empecé a buscar un lugar para vivir, algo dentro de mi decía que era así como debía ser, este había sido nuestro hogar desde el día en que firmé el contrato de compra.
A las siete de la noche entramos por la puerta de la casa de mi hermana. Las risas de mis sobrinos retumban por encima de las canciones navideñas, contagiándonos de su alegría.
-Ven, te voy a presentar a mis hijos -dije, burlándome de las mentiras de Maddie-, estoy seguro de que te van a adorar.
Tillie intenta golpearme en el brazo, antes de recibir el impacto, atrapo su mano y le doy un beso.
Abro la puerta de la cocina y ahí está mi hermana cocinando, con Dan y los niños ayudándola a preparar el postre mientras gritan y ríen de las tonterías que su padre hace.
-¡¿Dónde están mis sobrinos favoritos?! -grito atrayendo la atención de todos, Annie y Louis saltan de sus asientos y se lanzan sobre mi como dos pequeños monos.
Eran mellizos y con seis años habían logrado que Dan y Jane cerraran la fábrica, eran un torbellino incansable, sobre todo Annie y su amor por Taylor Swift.
-¡Tío! -gritan al unisonó. Annie se cuelga de mi cuello y Louis se aferra a mi pierna como garrapata.
-Mis pequeñas sabandijas. -murmuro, intentando atraparlos entre mis brazos.
Camino con dificultad hasta acercarme a mi hermana para dejar un beso en su cabeza, Dan, compadeciéndose de mí, llega para ayudarme a zafarme de mis sobrinos.
-¿Quién es ella, tío? -pregunta Annie, pegando su boca en mi oído, evitando que nos escuchen.
De la misma forma me acerco a ella y le respondo.
-Es mi novia.
Annie se ríe algo tímida y luego estira los brazos hacia Tillie.
-Eres muy bonita. -dice entre risitas nerviosas y dulces.
-Tú también lo eres. -responde Tillie, ganándose el favor de mi sobrina de inmediato.
-Lo sé, por eso soy la favorita de mi tío -dice con orgullo, y si, tiene razón, es mi favorita, pero que podía hacer, es mi única sobrina, y Louis mi único sobrino, así que son mis favoritos.
-Yo creo que la favorita de tu tío es una chica con nombre de duendecillo travieso -interviene Dan, llevándose a Annie con él-. Ven aquí, mocosa.
Miro a Tillie y tiene las mejillas enrojecidas, la atrapo entre mis brazos después de que Dan y Jane la saludan y beso sus labios de frambuesa. La libero y me acerco a Jane para ver de cerca lo que hace con la salsa de arándanos, la aparto del fuego y me apodero de los fogones para terminar de preparar la cena junto a mi cuñado mientras nuestras mujeres charlan y se ponen al día. Poco a poco, Tillie empieza a entrar en confianza. Se siente bien estar así. Encaja a la perfección con nosotros.
Después de cenar, Annie insiste en que debemos poner las canciones navideñas de Taylor, busco el álbum en el Spotify, sin darme cuenta empiezo a cantar viendo a Annie bailar.
-¿Te gusta Taylor Swift? -pregunta Tillie sonriendo, alternando su mirada entre mi sobrina y yo.
-Cariño -digo, poniendo mis manos en mi cintura, sacudiendo mi cadera-, soy swiftie.
Annie y yo empezamos a bailar al ritmo de Shake it off, imitando el video que grabé con mi sobrina. Tillie comienza a reír.
-¡Por Santa! No se lo digas a Grace o perderé a mi mejor amiga.
Annie viene corriendo con su Tablet, y luego la pone en la cara de Tillie, que la toma, con una bendita paciencia que juro que me hace amarla aún más. Mi pequeña revoltosa le da a reproducir al famoso video. Tillie me mira con tanto amor que siento que mi pecho reventará en cualquier momento.
-Mi tío me llevó al concierto para mi cumpleaños y después del concierto grabamos un video bailando y luego Taylor lo compartió y nos dejó un mensaje ¡¿No es Taylor la mejor?! -Annie grita emocionada, enseñándole el mensaje que le dedicó su cantante favorita.
-¡Por Santa! Que suerte tienes, por supuesto que Taylor es la mejor. Tienes que conocer a mi mejor amiga, se llama Grace y también ama a Taylor Swift, y ¿quieres saber un secreto? -Annie asiente subiéndose a las piernas de Tillie en completa confianza-, se parece muchísimo a ella y también canta.
-¡Oh! Mami, quiero conocer a la amiga de Tillie, ¿Cuándo podemos ir a verla?
-Pronto, cariño. Vamos. -dice Jane, tomando de la mano a mi sobrina y llevándola con ella.
Agradezco a mi hermana por la ayuda, y una vez a solas, la llevo a la sala para tener intimidad.
-Entonces, ¿volverás a sacudir las caderas para mí? -pregunta, subiendo y bajando sus cejas de forma sugerente.
-Cuando quieras, nena, esta noche si te apetece, o ahora mismo, solo pídelo y cumpliré tus deseos.
-Cuida tus palabras, no vaya a ser que decida aprovecharme. -¿Estamos hablando de bailar las canciones de Taylor o de sexo?
-Aprovéchate de mí, mujer -murmuro en su oído. La acorralo contra una pared cercana poniendo mi mano sobre su cabeza. Mezo mis caderas y le dejo saber lo duro que estoy por ella-. Tu solo dime lo que quieres y te prometo que haré lo que sea por complacerte.
Me apodero de sus labios y siento como se relaja entre mis brazos. Separo nuestros labios y la miro, preparado para hacer la pregunta.
-Múdate conmigo.
-¿Qué?
-Que te mudes conmigo. Dime que si, por favor. Después de tenerte en mi cama, en mi casa, no puedo volver a vivir en paz si no es contigo a mi lado.
-Solo si me prometes que sacudirás las caderas al menos una vez al día.
-Te lo prometo, te sacudiré las caderas y todo lo que quieras.
-Bien, una vez cerrado el trato, ve aquí, te voy a besar otra vez.
☆゜・。。・゜゜・。。・゜★
Pasada la medianoche entramos a nuestra casa, dejamos un reguero de ropa en el suelo hasta llegar a nuestra habitación. Tiro a Tille sobre la cama haciéndola reír.
-¡Voy a sacudir las caderas para ti, nena! -grito moviendo las caderas mientras la canción suena en el móvil.
-Ven a sacudirlas aquí -Tillie abre sus piernas dejándome ver su completa desnudez. Levanto las manos al cielo dando gracias por la vista y la compañía.
-Seré sincero contigo -dije acomodándome sobre ella-, no necesitas compensar nada, tus tetas son perfectas de este tamaño.
Beso sus pezones endurecidos, y luego la miro.
-¿Qué tanto me miras?
-Solo pienso en lo afortunado que soy y en lo mucho que te amo.
Sus ojos se enrojecen al instante, esta es la primera vez que se lo digo. Me regala la sonrisa más hermosa que le había visto, acaricia mi mejilla y me acerca a ella.
-Yo también te amo.
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