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Ayudando a Tony.

Pov's Natasha's.

¡Pero qué ladilla!

Hay que ver, que hay que ser tan idiota, cómo para no saber que darle a un anciano en cuerpo de joven en esta fecha.

La respuesta era simple.

Miles de condones y de lubricantes, contigo en una cama llena de chocolates y fresas para que te folle completamente.

Si, era lo más fácil, lógico y estratégico.

Como si al final, no fuesen a terminar follando como conejos esta noche.

Pero no, Tony, quería algo más... ¿Cómo decirlo? ¿Cursi? ¿Romántico? Esa misma cosa.

Quería hacerle una cena especial y propia viniendo de el mismo, y me tenia acá como esclava probando sus platillos, o mejor dicho, las cosas quemadas, insípidas y crudas, que ya llevaba media hora cocinando.

Joder, moriré intoxicada.

Fin's Pov's Natasha's.

Narración Normal.

-¡Sabe a mierda, ya te lo dije joder!- exclamó asqueada la espía.

-¡Dijiste eso de cada platillo que te he dado a probar!- gritó Tony.

-¡Porque todos saben horrible, y no lo entiendes coño!- refutó.

-¡Listo, me rindo!- dijo tirando el cucharón al suelo y quitándose el delantal.

La pelirroja suspiro con fastidio.

Ya llevaban más de hora y media en la cocina, Tony insistía en cocinarle algo el mismo al capitán por el día de San Valentín, pero si hasta el agua se le quemaba, jamás podría preparar algo lo remotamente comestible antes de que el día se acabase.

Suerte que el capitán llegaba hasta la noche, de lo contrario estaría jodido.

Pidió ayuda a su amiga pelirroja, y aunque está sólo dio una opción que, aunque no lo admitiría en voz alta, era buena, pero esta era la típica que ya venía usando desde siempre.

Este año quería hacer algo más original, y una cena romántica casera era lo que se le ocurría.

Sabia que a su rubio las cosas simples le gustaban más y que a pesar de ser el un excéntrico total, esta vez quería complacer a su soldado.

-Ya no se que hacer Natasha... Las opciones de comida casera que tengo son escasas, y no quiero pedir un delivery, sería muy falso y bajo de mi parte.

Natasha, luego de lavarse la boca para quitar el mal sabor, miró a su amigo con algo de pena, por lo que se sentó a su lado, reconfortándolo.

-Ya cariño, ya pensaremos en algo.- exclamó acariciando su espalda y sacudiendo la harina pegada a su camisa. -Dime,  ¿qué sabes preparar sin envenenar a alguien ni quemar la cocina?

Tony lo pensó por un largo tiempo y concluyó que lo único que sabía cocinar, eran sándwiches.

-Bueno... Se hacer sándwiches de mantequilla de maní y mermelada... Y chocolatada con malvaviscos.

Natasha calló por un momento.

-JAJAJAJAJAJAJA...-

Tony enrojeció por la vergüenza. El era un genio, no un chef, pero admitía que era un asco con cuestiones relacionada con la cocina.

-¡Ya callate Natasha!- le exigió a la mujer, la cual seguía riéndose a más no poder.

-Jajaja... Discúlpame, pero es increíble que una comida tan infantil sea lo único que puedas preparar jajaja...- reía.

-Pedir tú ayuda fue un error totalmente- dijo poniéndose de pie para ir a limpiar el desastre andante que era.

-¡Hey, al menos yo, si se cocinar algo decente!- le replicó.

-Tsk...

-Como sea, hazle eso.

-¿Estás loca? El se merece algo realmente especial de mi parte no algo tan soso como eso.

-Dime Tony, ¿qué podría ser más especial que eso?

El pelinegro detuvo su andar y volteó a verla, desconcertado.

-Solo digo...-dijo mirándole atenta- Que al Capitán de agradaría mucho algo tan tierno y sencillo viniendo de ti Tony.

El genio pensó lo que acababan de decirle y sonrió.

-Tienes razón Natasha, de verdad que la tienes.

Regresó al sofá le dio un beso en la mejilla a la espía y regresó a la cocina a iniciar nuevamente su tarea de preparar algo para su Steve, sólo que está vez, lo haría de la forma correcta.

Una vez todo hecho con ayuda de la espía colocó la mesa, y dejándola a cargo del chocolate fue a cambiarse.

Al ver que su amigo, se iba por el pasillo Natasha aprovechó de darle "sazón" al chocolate y a los sándwiches de Steve, con una espolvoreada de "Azúcar"

Sonrió para si misma y acomodó todo. Para cuando volvió el pelinegro, se fue de allí deseándole suerte y una velada amena.

Salió de la Torre Stark con una sonrisa maliciosa, sabía que Tony lo pasaría divinamente y, se lo agradecería después.


......................






Ya por la noche, un cansado Capitán arribaba en la Torre Stark, con ganas de solamente cenar, besar a su Tony y dormir a su lado tranquilamente toda la noche abrazado a su cintura.

Fue recibido en una cálida bienvenida, su pelinegro estaba hermoso como siempre, sonreía radiante y orgulloso, le mostró la simple pero rica cena que le preparó, y el rubio sonrió enternecido.

Besó sus labios y le abrazó en agradecimiento, ambos se sentaron juntos a la mesa, y comenzaron a comer tranquilos. Una vez acabaron, charlaron juntos sentados en el sofá de la sala.

-Tony...- le llamó.

-¿Si, Steve?

-¿La calefacción está encendida?- inquirió sudando un poco.

-No, al contrario, el ambiente está fresco, ¿por qué lo dices cariño?

-Siento mucho calor...

-¿Habrá sido el chocolate...?- dijo dudoso, mientras tocaba el rostro de su amado, el cual gimió al contacto.

-Mhg...

-Steve,  ¿qué...?

De un momento a otro, Tony se encontraba sentado encima de su rubio el cual, tenía los ojos brillosos, le veía con lujuria y deleite.

-¿Steve, qué...? Oh...

Stark lo entendió entonces, cuando su rubio, acercó su cuerno hacia su ingle y notó claramente como estaba de "contento" su Capitán.

-Ah... Tony...

El genio, no comprendía muy bien que sucedía, por lo general luego de una pequeña ronda de besos, era que su capitán solía ponerse contento y no por algo de la nada, pero, ¿Quién era el para decirle que no a su amado?

Por lo que comenzó moviéndose encima del miembro de Steve, restregando su trasero en su ingle, deleitándose por su dureza.

Steve gemía deliciosamente mientras apretaba con sus manos el trasero de Tony, el cuál mientras continuaba moviéndose, aprovechó de quitar ambas camisas.

¿Eran ideas suyas, o sí que había calor en la sala?

Sea como sea, no se resistió más y menos cuando un Steve ansioso atacó vorazmente su boca con dientes y lengua, succionando y explorando su cavidad, mezclando sus fluidos con gula.

Ambos gemían en ese beso como fieras deseosas de carne fresca.

Mientras se devoraban, sus manos se descubrían mutuamente, y los movimientos se hicieron más constantes.

Los pantalones comenzaron a ser una molestia por lo que, haciendo un gran esfuerzo separaron sus bocas.

Tony se levantó gruñendo de impaciencia, ya quería ser follado por su rubio, el cual veloz como el viento se despojó a si mismo y a él, de esas molestas prendas.

Una vez desnudos, volvieron a su posición inicial sólo que esta vez, juntaron sus miembros, masturbandolos mutuamente mientras compartían otro beso ardiente.

El sudor brillaba en sus pieles y sus vellos se erizaban por las corrientes de placer y deseo que les recorrían.

Sin pensar ni tardar más, Tony mordió el labio inferior de Steve y se levantó un poco, dándole acceso a su amado, que con sus manos separó sus firmes pero apetitosos glúteos, para darle paso a su venoso y erguido miembro en la pequeña, rosada, húmeda y palpitante entrada de Tony.

Sin necesidad de lubricación, el pene del rubio se introdujo totalmente en el interior de Tony el cual jadeo de gusto al sentir semejante falo en su interior.

¿Le habría crecido más?

No lo sabía, pero lo que si sabía era que amaba el sentir como estaba totalmente lleno, poco a poco comenzó a subir y a bajar encima de ese falo, auto penetrándose, dándose estocadas leves pero profundas que le hacían enloquecer de gusto.

Ambos gemían, gruñían, maldecían, temblaban y jadeaban de gusto, mientras se movían al compás de un ritmo delicioso y candente.

Pero Steve, extasiado como estaba no soportó la lentitud de las movidas, por lo que tomando firmemente las piernas de Tony, las llevó hacia arriba, y comenzó a bajar y subirlo sin ningún decoro dando una vista exquisita y deliciosa de su amado totalmente expuesto y abierto sólo para recibirle a el.

Ver como su entrada se tragaba a su miembro era una vista que le proporcionaba gran morbo.

-¡Ah...! ¡Steve..! ¡Más... Fuerte..!

Sin dudarlo complació a su amado, dándole tan duro como quería.

El sonido de carne al sonar, por el choque continuo de pieles era embriagante.

Los gemidos ya eran gritos de gozo, que retumbaban en toda la estancia, sin ningún pudor, chillaban y gruñían sus nombres en cada movimiento de pasión en que tocaban las estrellas de tanto placer.

-Tony... Ya casi, uff.. Que delicia... ¡Ah..!

-¡Capi...! ¡Ah...! ¡Dios, umm, ahí...! ¡Más...!

Los movimientos se volvieron frenéticos, y con un grito intenso y un gemido ante tanta estimulación en referencia a lo apretado que estaba el miembro de Steve en ese interior caliente y húmedo, más el constante golpeteo en la próstata de Tony, el orgasmo no se hizo esperar.


...................


Justo ahora se encontraban en la bañera, decidieron darse un merecido baño luego de haber hecho tanto ejercicio en la sala.

Se mimaban y besaban con dulzura, demostrándose amor y cariño con gestos simples.

Así eran ellos, simples enamorados.

-¿Entonces Natasha te ayudó hoy?

-A si es, y de verdad creo que debo agradecerle. Sin su ayuda la cocina estaría quemada ahora mismo.

Steve rio y besó su cuello con dulzura. Como amaba a ese genio.

-Oye de verdad que me gustó mucho la cena, sobretodo el chocolate, que le añadieras azúcar espolvoreada en polvo fue muy rico-

Tony jugaba con las burbujas, y se detuvo al oír aquello.

-¿Azúcar espolvoreada, dices?

-Sip

-Yo no le coloqué eso, ya de por sí, me había quedado dulce el chocolate...

-Oh, entonces, ¿qué sería eso que tenía mi taza encima?

Tony calló en cuenta de eso.

El había dejado a Natasha sola por un momento mientras se alistaba.

-¡Esa maldita le echó algo a tú taza, te drogó!

-Oh...

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En otro lado de la ciudad...

-Tener algo de "Éxtasis" con un poco de chocolate, no hace infeliz a nadie, ¿cierto?


Fin.

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