
La habitación
Después de un día agitado, Damian, Lotte, Sucy y Anya caminaban por el pasillo de la academia cuando Lotte preguntó:
—Oigan, Damian, Anya... ¿saben dónde está su habitación?
Ambos negaron con la cabeza.
—Bueno, tendremos que preguntarle a la señorita Úrsula. Síganme... Y tú también, Sucy. Ya sabes que te ha estado buscando.
—Sí, sí, lo que sea —respondió Sucy con su habitual tono indiferente.
Los cuatro se dirigieron al despacho de la profesora Úrsula, quien los recibió con una sonrisa, pero también con cierta preocupación.
—Oh, ya veo... Pero lo siento, no preparé sus habitaciones. Pensé que llegarían la próxima semana.
—¿También en Luna Nova esperaban estudiantes nuevos esta semana? Qué coincidencia... —murmuró Lotte.
—¿Entonces dónde dormirá Anya? —preguntó Damian.
—Bueno... —Úrsula se quedó pensando.
—¡Anya puede quedarse con nosotras! —dijo Lotte de inmediato—. Akko sigue desaparecida, así que tenemos una cama extra.
—¡Salvaste a Anya! —exclamó la pequeña, abrazando a Lotte con entusiasmo.
—¡Me salvaste! —repitió Úrsula, aliviada por la solución.
Lotte rió mientras correspondía el abrazo de Anya.
Damian tosió para llamar la atención.
—¿Y yo qué?
—Bueno, yo... —Úrsula parecía preocupada.
—También puedes dormir con nosotras —dijo Lotte.
—¡¿Qué?! —exclamó Damian, visiblemente alterado.
Sucy chasqueó la lengua y, con su característico aire misterioso, murmuró:
—Vamos a discutirlo.
Formaron un pequeño círculo y comenzaron a susurrar.
—Bueno... el chico no sabe nada —dijo Sucy.
—Oh, es cierto —asintió Lotte.
—¡Damian no sabe nada del mundo! —añadió Anya divertida.
—Además, podríamos usarlo como sujeto de pruebas —dijo Sucy con una sonrisa maliciosa.
Las tres asintieron al mismo tiempo.
—Bien, acordamos que sí puede quedarse —anunció Lotte.
—Ya veo. Pero... ¿qué opina Damian?
El niño de cabello oscuro cruzó los brazos, aún sonrojado.
—¡Yo no voy a dormir con chicas!
Claro, Damian había crecido centrado en su educación, sin preocuparse por esas cosas. Pero la idea de compartir una habitación con chicas mayores lo avergonzaba demasiado.
—Bien, entonces duerme con las escobas —dijo Sucy con una sonrisa tenebrosa.
Damian tragó saliva.
—Solo será por una semana —intentó convencerlo Úrsula.
—¡Sucy! Ven aquí ahora mismo. Tenemos que hablar sobre las arañas venenosas que pusiste en todos los calderos —llamó de repente otra profesora.
—Ja, ja, ja. Bueno, ya pueden irse —dijo Sucy, escapando rápidamente.
Anya miró a Damian con su clásica cara de póker que tanto lo fastidiaba.
—Heh.
Y así, en plena medianoche, Damian terminó durmiendo en el sofá de la habitación de Lotte, Sucy y la desaparecida Akko.
Muchas gracias por leer otro capítulo, díganme en los comentarios si les gusto y vístame en mi canal de YouTube: dal-chan
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