CAPÍTULO 5
Lo sucedido en la gala, origina un gran revuelo. La gente muy asustada y corre despavorida para tratar de escapar de allí, aunque algunos curiosos se quedan rezagados mirando la escena del crimen, como si fuese la escena de una película de acción y no algo real.
No huyen del recinto, pero tampoco ayudan.
Lo único que hacen es que estorbar, hasta que alguien de seguridad los saca de allí.
Michael en el escenario no deja de mirar a Nisa.
—¿Por qué lo has hecho? ¿Por qué arriesgar tu vida por alguien que ni siquiera conoces? —le pregunta Michael en voz baja, casi en un susurro a Nisa que no puede escucharle porque está inconsciente.
Cuando los encargados de seguridad de la gala desalojan el recinto, el jefe del equipo se reúne de manera breve con ellos para tratar de averiguar porque ha ocurrido lo que ha ocurrido.
—La verdad es que no tengo ni idea. La seguridad es algo que se suele tener bastante controlado estos eventos. —dice uno de ellos.
—Pues al parecer no lo estuvo tanto cuando permitistéis que algo así ocurriera. —les reprocha el jefe de seguridad de muy malas maneras. —Quizás esto le cueste la vida a alguien. Ahora marchamos a tratar de remediar lo que habéis hecho. —les reprocha el hombre de unos cincuenta años, cabello gris y complexión normal.
Los empleados de seguridad se alejan del lugar. Uno de ellos, de unos treinta años, corpulento y de cabello negro, largo y engominado, tiene un rictus serio en su rostro.
Su compañero, aquel que camina junto a él, unos años mayor que el individuo y de cabello cobrizo, dice.
—Pensando en las palabras del jefe, supongo.
—En eso y algo más. —se sincera él.
—¿Algo más? —pregunta su amigo.
—Sí. Esto es algo más. En estos eventos, siempre se extreman las medidas de seguridad.
—Pues es evidente que algo ha fallado. —responde el más mayor de los dos.
Una ambulancia se presenta en el lugar de la gala y se llevan a Nisa minutos después en una camilla con suero en una botella que lleva uno de los paramédicos.
—Michael ven aquí, ¿dónde vas? —le pregunta Frank Dileo a su representado mientras lo sujeta por un brazo.
—A acompañarla al hospital y nada de lo que me digas me va a convencer de lo contrario. Se lo debo. —responde el artista soltándose.
—¿Cómo que se lo debes? —pregunta un malhumorado Dileo.
—Ese foco iba a caerme encima a mi. Ella me apartó para evitarlo. De no ser así, habría caído sobre mi y no sé que consecuencias habría tenido. Sabes que siempre suelo hacerte caso en todo, Frank, pero esta vez no será así. —contesta él marchándose con Nisa y el equipo médico,dejando a Frank sin palabras.
Lleva años gestionando su carrera y es la primera vez que el chico de ojos café hace algo parecido sin tener que contar con su opinión, ni con su permiso. Esa chica tiene que tener algo especial, aunque lo cierto es que el cantante suele ser así con la gente que lo necesita.
Entretanto lejos de allí, la mejor amiga de Nisa que ha presenciado lo sucedido comienza a llorar preocupada por su amiga, mientras su novio intenta consolarla.
—Nuestra amiga es una heroína. Acaba de salvarle la vida a Michael Jackson. Va a ser famosa en todo el mundo. —le dice su novio.
Ella se escandaliza.
—¡Por Dios, Peter,mi amiga no lo ha hecho con esa intención! Ha estado a punto de morir por ello! —responde Samantha tomando su bolso para acercarse al hospital.
—Lo sé cariño. No lo decía en ese sentido. Pero todo lo que rodea a ese artista se hace famoso. Vete a saber lo que inventan. —responde él siguiéndola.
En televisión, la prensa, en especial los tabloides, conocida por ser prensa amarilla y sensacionalista, informan sobre lo acontecido en la gala. Mientras la prensa profesional y seria se limita a informar de lo ocurrido sin añadir nada más, los tabloides y prensa sensacionalista añaden cosas para adornar la noticia y hacerla más jugosa y morbosa.
"Una joven bailarina a punto de morir por culpa de Michael Jackson"
Lejos de allí los responsables de seguridad de la gala siguen tratando de investigar que no causó la caída del foco.
Media hora más tarde, la ambulancia llega al hospital. En cuanto los paramédicos entran por la puerta informan a los médicos del centro hospitalario.
—Traumatismo de una pierna por el golpe de un foco. —dice uno de ellos.
—Un gran foco del escenario cayó sobre su pierna y la golpeó cuando salió para apartarme de su trayectoria. Ella me salvó la vida. —responde el artista mirando con pena a la bailarina.
Una de las doctoras del centro hospitalario levanta un poco la sábana que cubre el cuerpo de Nisa y mira su pierna.
«Esta pierna tiene muy mal aspecto» piensa la doctora.
—Cualquier cosa que necesites ella necesite dígame por favor. —le suplica el artista.
La mujer le mira unos segundos y después se llevan de allí enseguida a la bailarina para atenderla.
En los alrededores del centro de lugar donde se celebró la gala, una sombra negra se mueve con rapidez alejándose de allí hasta un callejón en el que parece esperar por alguien.
Cuando esa persona llega se dirige a la figura oscura.
—Bueno, ¿que tienes que decirme? —le pregunta su interlocutor.
—Hecho. —responde aquel que tiene enfrente mintiendo.
—Perfecto. —responde la otra persona mientras sonríe mostrando una dentadura blanca, aunque de dientes no alineados del todo.
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