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Un dolor abundante.

¿Tanto era odiada en aquel lugar? Tampoco era la madrastra malvada que odia a su hijastra.

Mis piernas me temblaban y mi corazón tamborileaba en mi pecho con fuerza.

Dudaba que podría mantenerme en pie mucho más tiempo, al fin y al cabo sólo tenía que dar media vuelta e irme. No lo conocía mucho, pero parece que mi cerebro no quiere dar la orden para que me mueva.

-¡He dicho que te vayas Kira! No quiero ponerte en peligro... Vete, por favor...- susurró con debilidad.

-Pero...- dije de forma suave.

-Ahora- me interrumpió con brusquedad, su voz era débil pero daba lugar a parecerse una daga cortando un pedazo de carne.

Me llegó otra punzada al corazón, esta vez me dolía profundamente.

-¡Corre!- gritó, pero no sin antes dos hombres fortachones agarrarme de los brazos y arrastrarme hacia quién sabe dónde.

Forcejeaba e intentaba escapar, pero me tapaban la boca con fuerza.

Daba patadas, pero no les hacía ningún efecto.

-¿¡Así es como tratáis a una dama!?- grité cuando me dejaron en el suelo, pero no soltándome por completo.

Uno de ellos tuvo el coraje y valentía para hablar.

-Obviamente, vos dejó claro que no era una dama, así que... andando- dijo el más alto y "apuesto" con brusquedad, la molestia inundaba su ser y me agarró fuertemente del brazo.

Solté otro chillido, si estaba a punto de romperme los huesos, que eso parecía, al menos que lo haga rapidito.

-¿Qué os he dicho sobre tocarla así?

Los rostros de los dos hombres se volvieron pálidos, pero el que se volvió más pálido fue el que me soltó de inmediato al ver al joven chico de ojos verdes.

-Ya sabéis lo que os toca- le dirigió una mirada a los dos señores y se dirigió de nuevo hacia mí-¿sabes que no voy a estar detrás de tí todo el tiempo?¿verdad? Esto no es un cuento de hadas, Kiara. Es la realidad, y no puedes escapar de ella, es la cruda y cruel realidad.

-¿Qué hacía Axiel allí?- pregunté con un tono que no parecía amable en absoluto.
Curvó la boca en una línea que supuestamente era una sonrisa. Era brillante, sin duda, como siempre, sus ojos no brillaban.

Los ojos eran el espejo del alma ¿No? ¿Y por qué no conseguía captar ninguna prueba de falsedad?

-No le haremos nada malo, tranquila- intentó tranquilizarme, no sirvió de nada, porque en aquel momento mi mente se había nublado de rabia, no me podían simplemente hacer esto y esperar a que esté de brazos cruzados. Apretaba los labios hasta que se formó una línea recta. Mis rosas nasales se hincharon y apreté los puños, tratando de controlar la profunda ira que manaba de mi ser. Seguramente mi cara se habría vuelto de un rojo escarlata.

-Quiero ir a casa- le dije, las palabras salieron involuntariamente de mi boca; estaba enfadada, sí, pero sorprendentemente no había tartamudeado.

-Es que... verás, no puedes ¿Sabes?- su voz sonaba nerviosa y añadió al poco rato- no sé si será posible que vuelva a ver a su familia de nuevo.

Lo miré con incredulidad, sentí otro arrebato de oxígeno; por una parte quería saber qué era lo que pasaba exactamente y, otra parte de mí decidía esconderse y vivir rodeada de mentiras y engaños. Después de todo, cada cual se engaña con la mentira de su preferencia.

Simplemente no creía nada de esto, mi mente no lo procesaba en absoluto; fue como si me hablarán en otro idioma, no lo podía entender; o simplemente no lo quería creer.

Solté una clase de risa ahogada con ironía involuntariamente, las lágrimas invadían mis ojos, haciendo que me ardan dolorosamente; hacía todo lo posible para no llorar, odiaba que alguien me viera llorando y que sintiera pena, lástima.

El hecho de pensar que nunca volvería a ver a mis familiares me destrozaba el alma, me rompía el corazón a trocitos y los echaba al fuego, quemándolo.

Me sentía fatal y mi cabeza me daba vueltas, como si estuviera a punto de desmayarme.

Respiraba con dificultad creciente y no parecía captar con exactitud nada, como si mi mente se hubiera puesto en blanco.

El vestido que me habían entregado el día anterior era una bonita prenda de color rosa pálido que se adhería a la cintura con un corsé ceñido, llevaba una cinta que formaba un elegante lazo en la espalda baja; justo al final del corsé, el atuendo formaba una larga falda que me rozaba los tobillos. Las largas mangas anchas fluían con gracia y los bonitos tacones tenían una afilada punta.

Ahora el vestido ya no me parecía tan bonito, el castillo ya no me parecía tan fascinante y por lo tanto, aprendí por las malas que no siempre llega la resolución deseada.

El mundo me parecía cruel, las personas me parecían despiadadas, los libros ya no emitían la misma chispa que antes, sus portadas yacían tristes y sus colores, apagados.

El mundo se desmoronaba encima de mí, como grandes escombros en la destrucción de edificios.

-¿Vos me está diciendo que acabo de perder todo?- la voz se me rompió en un sollozo ahogado.

Luchaba con todas mis fuerzas por no derramar ni una lágrima, lo necesitaba; después podría desahogarme, pero ahora no, no era el momento perfecto.

-Mire...- empezó y se acercó a mí y me puso una mano en el hombro-Todo va a estar bien.

¿Todo va a estar bien? ¿Eso es lo que se le ocurre decir? Oh no, nada está bien, todo lo que está pasando es únicamente por mi culpa, ¿Y qué hago yo? Agazaparme y llorar, comportarme como la niña pequeña y frágil que soy. Como si volviera a tener siete años en vez de dieciséis. Como si no supiera las consecuencias que constituye cada acto, oh, claro que sabía que absolutamente todos los actos tienen sus consecuencias; otra cosa es que sean de una forma negativa o positiva.

Sin poder evitarlo un segundo más, lágrimas brotaron de mis ojos como dos ríos caudalosos.

Me maldecí a mí misma en silencio y me mordí el labio con fuerza, haciendo que sangre de forma reducida. Me llevé la mano a la boca, presionando suavemente el pulgar en el labio; sintiendo el sabor metálico y contemplando el característico color de este fluido.

Rezaba una y otra vez que parara de llorar, me imprecaba una y otra vez; ordenando a mi cerebro que se detuviese.

N/a: Ya iré agradeciendo a personas a medida que progrese el libro, este capítulo va dedicado a... (Redoble de tambores) PhantomD00!!

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