Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

El libro rojo.

Eyrina suspiraba de vez en cuando, fruncía el ceño, cruzaba los brazos, en conclusión, estaba que echaba humo.

Estaba segurísima de que mis decisiones un poco precipitadas no me ayudarían para nada, pero solo tenía diecisiete años, ni que hubiera ya madurado y vuelto como Eyrina, es decir, tomar una taza de café agrio mientras observo a los pájaros trinar, y pensar. Pensar demasiado.

Esta vez no estaba segura que si en realidad mi mejor amiga era una chica normal y corriente o una viejecita en el cuerpo de una perfumista guapísima.

No abrió la boca hasta la cena, donde ella tuvo el honor de traérmela a la habitación. Comimos juntas puesto que ella por lo visto tampoco había probado bocado.

—O hablas o tendré que recurrir a métodos un poco más severos —me fulminó con la mirada—. No quiero que esa porción de papel te exprima y saque a la luz esa amargura que llevas dentro y secuestre a tu lado bueno y alegre. Y menos si la convierte en oscuridad.

No me estaba regañando, lo sabía de sobra, quizás no lo estaba haciendo con las mismas intenciones de siempre pero seguía siendo ella misma.

Tomé un pequeño bocado de la tartaleta rellena de mermelada.

Seguía esperando sin duda una respuesta, cosa que no sabía con exactitud si le iba a dar.

—No sé de qué me hablas.

—Sí lo sabes, Kiara, y de sobra.

No sabía exactamente qué quería decir hasta ahora la nota, pero me dejó sin pegar ojo durante dos noches, con pesadillas frecuentes.

Saqué el mensaje de su escondrijo y lo puse delante de nosotras.

45. 0° N, 200. 0° E.

La expresión que se adueñó fugazmente de el rostro de Eyrina, sus facciones se marcaron y pude distinguir por un segundo su expresión de: «soy- inteligente- pero- no- entiendo- lo- que- quiere- decir- esto».

Yo tampoco lograba darle sentido, pero me esforzaba en encontrar algún signo oculto, probé a tomarlo por las esquinas y alzarlo, para que la luz del sol lo atravesara. Seguía sin aparecer ningún milagro.

Un silencio sepulcral acallaba el lugar, omitiendo algún que otro silbido del viento.

—Quizás si… —empezó Eyrina, pero se autosilenció, dejando que su frase inacabada quedara colgada en el aire.

Yo no me vi obligada a pronunciar ninguna palabra, pero, en cambio, Eyrina ahogó un gritito, como si acabase de descubrir un hecho histórico que podría dar un giro de trescientos sesenta grados.

Me giré hacia ella repentinamente, sin duda, aguantaba la respiración y la palma de su mano tapaba la mitad de su cara inferior, amordazando cualquier palabra que pudiese salir de esos labios. Su mano temblaba y su cuerpo tiritaba, algo me decía que no era por el frío.

—¿Qué te pasa? —pregunté clavando la mirada en ella.

—Ya… ya te dije que no deberíamos estar aquí —titubeó con un hilillo de voz.

Que yo pudiera recordar, no me había avisado de nada ni de nadie, ni siquiera se había negado a venir conmigo y eso sin contar que no me quería decir lo que pasaba o lo que le pasaba.

—Una… una… ¡Bruja! —señaló un arbusto.

Estaba a punto de reírme si no me hubiera contenido.

—No digas tonterías, Eyrina —le dije.

Ella suspiró con frustración, casi sin poder ponerse en pie, estaba claro que le molestaba que no la creía.

Yo lo veía como una superstición falsa mientras ella confiaba ciegamente en que existían.

≪•◦ ❈ ◦•≫

Pasamos la mayoría de la noción del tiempo leyendo y releyendo información en la amplia zona rodeada de libros.

La biblioteca era un área de tamaño colosal infestado de volúmenes de una gran variedad de dimensiones. Sus paredes estaban rodeadas de estanterías que se perdían a lo largo del techo, no había ni un solo hueco en aquellos estantes repletos.

En el centro se encontraban dos enormes mesas rectangulares de madera, en ellas yacían varios libros agrupados en una pila, como si alguien se hubiera quedado toda la noche en aquel lugar.

Nos quedamos mirando todo como si en algún momento por arte de magia se vaya a abrir algún secreto. Corrijo, me quedé observando todo sin dos cerebros que pensar, ya que Eyrina parecía estar convulsionando.

«Dinastía O’Trueblue».

«Caída del imperio de Valtoria».

«deceptio regnorum».

Las portadas de una gran variedad de colores oscuros y tristes me daban mala espina, como si no hubiera vida en aquel sitio.

Opté por leer un libro cuya curiosidad me mataba por dentro, aunque no era el primero que ojeé, su rojiza tonalidad distinta a las demás portadas sin duda llamaba la atención de cualquiera que pasara la mirada por los estantes.

El título tampoco se quedaba atrás, la inclinada y dorada caligrafía que adornaba el centro de la tapadera era simplemente fascinante.

«Amor fabula».

—Proviene del latín, significa “historia de amor” —comentó Eyrina con la voz temblando.

—Ya lo sé, doña sabelotodo.

Me dirigió una mirada amenazadora y acto seguido, me ignoró.

Por cada página que pasaba entre mis dedos, las ilustraciones eran más siniestras, personas traicionadas y decapitadas, una mujer llena de grilletes de los cuales intentaba desembarazarse sin éxito alguno, un niño que al parecer le entregaba su sangre a cambio de una mujer algo mayor que supuse que era su madre…

En la esquina derecha de la décima página, leí algo que me dejó impactada, no podía juntar las piezas del puzle pero esto era demasiado. En tinta roja oscura, como si fuera sangre seca, estaba escrita en mayúsculas estaba escrito los siguientes signos:

45. 0° N, 200. 0° E.

La cara de Eyrina palideció como si estuviera muerta de miedo. Sentí que mis piernas temblaban y no sabía con exactitud si me podía mantener en pie durante mucho tiempo más.

—La… la coordenada… —murmuró ella con los ojos muy abiertos, que parecía que iban a salir de sus órbitas mientras respiraba entrecortadamente.

Me puse el dedo índice encima de mis labios, ordenando silencio.

Sabía de sobra que Eyrina me quería dirigir una de sus miraditas, pero como estaba presa del pánico, no podía decir nada sin que un sollozo le recorriera la garganta.

—Una semana… —susurré acariciando las letras que se encontraban al lado de aquel enigma.

N/a: Dedicado a CenizasyTinta ❤️✨



Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro