III. De maletas, choferes y culpas.
—¿Tú chofer? —bajó la voz un momento. Claro, tenía que ser todo un malentendido, esto terminaría en una anécdota chistosa de navidad y reiría de ello más tarde. Pero ahora...
—Si, mi chofer. Tú no eres el chofer que tenía al inicio de mi viaje, dime —el chico hizo una pausa acercándose un poco más, parecía haber bajado la guardia y haberse relajado, cosa de la que Yoongi estab a lejos —¿Cambiaron de puesto? De seguro le dio diarrea y tú lo estás cubriendo, ¿verdad? ¡Ya sabía yo que tardarse tanto en el baño no era normal! —Jimin relajó su expresión y sonrió con la creencia firme de que había encontrado una lógica explicación a lo que sucedía.
—Mira... —Yoongi exhaló fuertemente y tomó su entrecejo con sus dedos, frotándolo con estrés. Ese chico hablaba demasiado. —No sé quién eres...
—Park Jimin, te lo dije.
—Eh... si. Mira, Park Jimin, no sé qué crees que está sucediendo, pero yo no soy chofer de nadie. Claramente te falta un tornillo o estás falto de sueño, pero te has confundido de auto, así que, si me disculpas, me retiro. —Se dio la vuelta para subir al auto pero Jimin le detuvo estirando su abrigo.
—No me equivoqué de auto, es el mismo que mi padre alquiló para mí. Además, ya guardé mi maleta en el maletero... ¡Oh, por Dios! ¡De seguro lo que quieres es robarme! ¡Y yo que pensaba que era un secuestro!
Yoongi sintió un tic nervioso nacer en su ojo izquierdo. Lo único que quería era ponerse en marcha ante el largo viaje que le esperaba, y estaba aquí varado en la carretera con un chico desquiciado. Se dirigió al maletero con pasos firmes y decididos, pasando de largo a Jimin, ignorando la mirada del menor, cuestionando sus acciones. Abrió el maletero y vio la pequeña maleta amarilla junto a sus cosas. —¿En qué maldito momento pusiste tu maleta junto a la mía?
Jimin se quedó observando fijamente el maletero. —Ahora que lo mencionas, no creo que mi chofer llevara equipaje.
Yoongi pasó sus manos con frustración por todo su rostro hasta llevarse a jalones el cabello hacia atrás. Exhaló fuertemente y tomó la maleta para sacarla de golpe y ponerla en el suelo con brusquedad.
—¡Oye! ¡No hace falta que seas tan grosero! —Jimin comenzaba a molestarse con la actitud de ese hombre. Un error lo podría tener cualquiera, ¿por qué tanto alboroto?
—Toma tu maleta y vete, ya perdí mucho tiempo contigo —Yoongi empujó su maleta nuevamente hasta que chocó con las piernas de Jimin, empujándolo a él también.
—Eres un grosero. Lamento haberme equivocado, ¿está bien? No hace falta que seas un bruto —le dijo, empujando su maleta hacia delante, chocando con las piernas de Yoongi.
—No estoy siendo grosero, lo que pasa es que tú eres un completo irracional —la maleta volvió a ser empujada.
—Tienes razón, yo tampoco debería estar perdiendo el tiempo con un ogro —se giró hacia el auto —quiero asegurarme de no haber olvidado nada en el asiento trasero, si me disculpas...
Y Yoongi recordó que había dejado allí el regalo de la joyería. Genial, tal vez él era ahora la víctima de intento de robo. Rápidamente hizo a un lado la maleta amarilla dejándola del lado de la puerta y se acercó al chico vigilando sus acciones. —¡No tomes nada que no es tuyo!
—¿QUÉ DIJISTE? —Jimin se giró a verlo con una cara de indignación —Podré ser un despistado, olvidadizo. Tal vez no sepa observar bien los detalles, y si, mis acciones parecieran ser torpes... ¡Pero no soy un ladrón! ¡Solo quiero tomar mis cosas y largarme de aquí!
—¡Bien! ¡Ya toma tu maldita maleta y lárgate!
Y la maleta amarilla del chico, que esperaba por él a los pies de la carretera, fue impactada en ese momento por un autobús de turistas que pasaba a toda velocidad.
Esferas de plástico, bolsas, ropa y envolturas de regalo volaron por el aire llegando a lo ancho de toda la carretera, descansando en el escuetamente nevado pavimento.
"Debes estar jodiéndome..." Ambos no daban crédito a lo que veían.
❄︎❄︎❄︎
Jimin no podía dejar de llorar. Desconsolado, sentado en el filo de la acera en el aparcamiento del seven-eleven al que tuvieron que regresar, abrazaba su mochila y el regalo de su padre. Eran ahora las únicas pertenencias que llevaba con él.
—Chico, el encargado de la gasolinera dice que tu auto se fue mucho antes que el mío. Le llamó la atención ver dos autos iguales... Maldito Namjoon —le dijo Yoongi, tendiéndole un pañuelo más. Con ese ya eran cinco.
Jimin sacudió su nariz, tomó aire y volteó a verlo con una mirada de cachorro que Yoongi compadeció con toda su alma. Había dejado al pobre chico sin sus pertenencias en pleno viaje y víspera de navidad. Algo estaba pagando.
—N-no pudo ser c-capaz de dejarme aquí... ¡Aquí solo en medio de la nada! —volvió a llorar desconsoladamente. Yoongi suspiró con pesar.
—¿Conoces el número de teléfono de alguien que pueda venir a recogerte? Tengo un teléfono móvil conmigo y creo que hay un teléfono de monedas del otro lado de la tienda.
—P-podría llamar a mi casa, tal vez mis roomies no se hayan ido aún.
Pero nadie respondió cuando llamaron a su departamento. Jimin esperaba que por primera vez no hubiesen sido unas personas puntuales, pero la contestadora le había indicado que no había nadie en casa.
—¿No tienes a nadie más? Mira, de verdad tengo que irme ya y estoy perdiendo mucho tiempo. Mi viaje dura poco más de veintidós horas, así que-
—¿Veintidós horas? —Jimin cuestionó. Había parado de llorar hace poco, su nariz estaba aún congestionada, pero se sentía algo más tranquilo —¿A d-dónde vas?
—Al distrito sur.
—¡No inventes! —Jimin saltó con una repentina alegría —¡Yo también! Allí vive mi padre, ¡ay, yo sabía que no todo estaba perdido!
Y Yoongi quería que la tierra lo tragara y lo escupiera en una playa. Aquella que había visitado con Nam y su familia las vacaciones pasadas. Si, hubiera sido una mejor navidad. —No, no, no, no, no... antes de que te hagas ideas extrañas, por favor dime que no estarás esperando a que te lleve conmigo.
—Pues... ¿si? No esperarás a que me quede aquí. No creo que mi estúpido chofer regrese. Además, me debes una maleta entera, y mis regalos, y mis cosas, y... y...
Culpa, bien. La culpa le estaba carcomiendo. Yoongi quiso dar de golpes su cabeza contra el suelo para ver si así dejaba de ser tan estúpido.
—Vamos hacia el mismo destino. No te preocupes, no hablo mucho —le dijo Jimin mientras avanzaba a pasos alegres hasta el auto.
—¡No te he dicho que si, no entres el auto! —exclamó Yoongi en frustración.
—Bien, entonces dime una mejor idea. Ah, y págame lo que me debes —el menor se cruzó de brazos y apoyó su peso en la puerta del auto que ahora Yoongi comenzaba a odiar.
—Este será un viaje muy largo... —se dio por vencido, abriéndole la puerta del asiento trasero a Jimin quien aplaudió complacido.
—¡Sabía que siendo tan guapo no podrías ser tan cruel! ¡Será divertido!
❄︎❄︎❄︎
Yoongi comenzaba a detestar el golpeteo de los dedos de Jimin sobre el marco de la ventana del auto. Después de una pelea porque el menor se quejaba del reducido espacio del asiento trasero, y argumentaba que era un buen copiloto y evitaría que se durmiera, se había pasado hacia el asiento de adelante,
—Acabo de recordar que mi padre me tiene una reservación en el Hotel Plaza Norte para la noche de hoy. Supuso que el chofer y yo necesitaríamos descansar. Tal vez allí pueda pedirles el contacto de mi papá y pues... ya sabes.
—Oh —Yoongi suspiró con alivio, Jimin comenzaba a verse racional y maduro de repente —eso es excelente, chico. Ese hotel queda a unas cinco horas de aquí.
—Bien... oye, no me digas chico. Mi nombre es Jimin, no soy un niño y no creo que seas tan anciano. Y, a todo esto, no sé tu nombre.
—Min Yoongi.
—Lindo nombre —dijo Jimin, subiendo una pierna en el asiento, para disgusto del mayor —suena elegante. Dime Yoongi, ¿qué haces viajando solo? Yo voy a ver a mi padre, el distrito sur es mi ciudad natal. ¿Verdad que es una ciudad muy bonita? Yo la extraño mucho porque-
—¿Siempre hablas tanto? —le interrumpió sin voltear a verlo.
—Yo... si, disculpa. A veces no me escucho a mi mismo y no puedo darme cuenta que pierdo el hilo de la conversación, entonces me voy por mil tangentes y ya no recuerdo lo que decía. Mis roomies siempre terminan por regañarme, pero ¿sabes? Kookie es peor porque se disocia, recuerdo que una vez estábamos almorzando y él-
Yoongi contó hasta diez en su cabeza. Respiró y pensó que tal vez era una prueba de la vida hacia su tolerancia por el prójimo. Si, debía ser bueno.
—¿Qué te parece si escuchamos algo de música? —dijo encendiendo la radio, empujando el cassette que había planeado escuchar en su viaje en el reproductor. Jimin asintió emocionado hasta que un estruendo de guitarras distorsionadas sonó en todo el auto.
Yoongi comenzó a mover ligeramente la cabeza al ritmo del heavy metal. Jimin lo vio fijamente y bajó el volumen.
—No puedes conducir con ese ruido. Acelerará tu ritmo cardiaco y nos hará chocar en la próxima vuelta.
—¿Ruido? Metallica me parece excelente para conducir, no sé de qué hablas.
—Bueno, no podría esperar a que un hombre estirado como tú tuviera buen gusto.
—¿Estirado? —Yoongi de nuevo sentía el tic nervioso en su ojo —¿qué esperabas que pusiera? ¿A Mariah Carey?
—¡Esa es una excelente idea! De hecho... —paró el cassette y presionó el botón para sacarlo del reproductor. De su mochila, sacó un walkman en donde llevaba otro cassette que puso al instante.
La melodía de Fantasy pronto fue escuchada con Jimin tarareando feliz.
"Solo un par de horas, solo un par de horas..." Yoongi se repetía a sí mismo. Debía aguantar solo un par de horas más. Ya no podría empeorarlo.
—Yoongi...
—¿Si? —respondió después de un largo suspiro.
—Tengo hambre.
❄︎❄︎❄︎
Me reí mucho al escribir este capítulo, pero yo me río por todo, no confíen en mi juicio :D
Esta plataforma me borra los guiones largos y mis sangrías (pretends to be shocked) alguien sabe cómo evitar que suceda eso?
Sean felices, bye ♡
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